top of page

𝓼𝓹𝓰 🍸 JaeYong

Actualizado: 23 may 2022


Sinopsis

Lee Taeyong es completamente heterosexual. Y entonces, la mujer sexy con la que está enrollado mete su dedo en donde no debería, y repentinamente él ya no está tan seguro... A los tipos hétero también les puede gustar este tipo de cosas, ¿no?

Excepto que las cosas se vuelven confusas (y frustrantes) cuando los dedos y juguetes dejan de ser suficiente.

Entra en escena Jung Jaehyun, el mejor amigo de Taeyong. Apenas algo de diversión entre camaradas, ¿verdad?


🍸 JaeYong

🍸 Saga SP

🍸 #9


PRÓXIMAMENTE


ree

🍸


Orden

#0.5 — C h i c o_H e t e r o s e x u a l (No Adaptado)

#1 — SPR e t o r c i d o (Adaptado)

#2 — SPO b s e s i o n a d o (No Adaptado)

#3 — SPE n f e r m i z o (Adaptado)

#4 — SPE q u i v o c a d o (Adaptado)

#5 — SPC o n f u s o (Adaptado)

#6 — SPD e s p i a d a d o (Adaptado)

#7 — SPM a l v a d o (En Proceso)

#8 — SPS i n v e r g ü e n z a (Adaptado)

# 9 — SPG a y (Adaptado) 🍸

#10 — SPS u c i o (Adaptado)

#11 — SPA r r u i n a d o (Adaptado)

#12 — SPM a n d ó n (Adaptado)

#13 — SPS i n_C o r a z ó n (2022)


🍸


Capítulos

Capítulo 1

Normalmente, Taeyong no era alguien que juzgaba a una chica caliente por probar algo nuevo en la cama, oye, que era un chico de veinticuatro años con mente abierta y una conducta sexual sana, pero pensaba que era totalmente razonable pedir alguna advertencia antes de que una chica con la que estaba conectando le metiera un dedo en el culo.

—Whoa, ¿qué haces? —dijo con una sonrisa, mirando a la rubia desnuda entre sus muslos. La vista era fantástica, la curva de su cintura y trasero le estaba haciendo agua la boca, pero el dedo mojado en el culo de Taeyong lo tenía demasiado espantado como para apreciar completamente la vista.

Seeun dejó de chupar su polla el tiempo suficiente para sonreír y decir.

—Relájate. Tal vez te guste. A mi ex le gustaba tener un dedo en el culo durante una mamada. Dijo que se sentía más intenso.

Taeyong sacudió la cabeza riendo.

—No estoy en ese tipo de cosas, bebé...

Ella torció su dedo y Taeyong vio las estrellas, su cuerpo se convulsionaba mientras dejaba escapar lo que probablemente fue una mezcla entre un grito y un gemido. Él se corrió, y se sintió desorientado, su cuerpo temblando de placer.

Cuando Taeyong finalmente fue capaz de enfocar su mirada de nuevo, se encontró con Seeun mirándolo con una mirada de asombro en su rostro.

—Wow —dijo débilmente antes de sonreír— no estás en eso ¿eh?

Taeyong se sonrojó, sintiéndose incómodo, avergonzado y asustado, por lo que rápidamente les dio la vuelta y se hundió en ella hasta que se olvidó incluso de su propio nombre, y más importante... de ese incidente.

Después, cuando la puso en un taxi y se dio una larga ducha, Taeyong trató de no pensar en lo que había sucedido. No era un gran problema.

No lo era.

🍸

—Ya suéltalo

—¿Qué? —dijo Taeyong dentro de su vaso de cerveza.

—Tienes algo en mente —dijo Jung Jaehyun—Suéltalo.

Taeyong bajó su cerveza y miró a su mejor amigo a través de la mesa antes de pasear su mirada alrededor del pub.

—No sé lo que estás hablando, hombre. Silencio.

Suspirando, Taeyong volvió a mirar a Jaehyun, que se limitó a levantar las cejas, expectante. A veces Taeyong odiaba lo bien que Jaehyun lo conocía. Como que, eran camaradas y todo, pero apestaba ser un libro tan abierto para Jaehyun. Siempre le había molestado Taeyong, en el pasado cuando iban a la escuela secundaria juntos, que Jaehyun nunca había comprado su mierda cuando Taeyong alardeaba sobre sus conquistas. Jaehyun siempre se burlaba con esa mirada molestamente divertida en los ojos, cada vez que Taeyong... exageraba las cosas un poquito.

Era molesto que todavía no pudiera mentirle a Jaehyun ni una mierda, incluso luego de todos estos años. No era como si vivieran inseparables hoy en día. Ya no iban a la misma escuela: Jaehyun estaba en la escuela de derecho, mientras que Taeyong no se había molestado con la Uni luego de la sexta aplicación, había decidido trabajar en el pub de su familia en cambio. Tenían diferentes amigos en estos días, diferentes intereses y todo.

Pero que mierda. Jung Jaehyun seguía siendo su mejor amigo. Eran camaradas de por vida; Taeyong lo sabía.

No habían perdido el contacto incluso en el año en que Taeyong había vivido con sus abuelos en Los Ángeles. Cuando había regresado a Londres, su amistad era tan sólida como siempre. Taeyong había sido la primera persona con la que Jaehyun había salido del closet, la persona en que Jaehyun había confiado más. Como que, aunque realmente ellos no hablan sobre sentimientos, ya que no eran niñas, pero ambos sabían que se cuidaban la espalda el uno al otro, sin importar qué.

Razón por la cual Taeyong estaba considerando la posibilidad de compartir su problema con Jaehyun.

Lamiéndose los labios, Taeyong se quedó mirando a su mejor amigo con incertidumbre.

Jaehyun le devolvió la mirada, sus ojos grises expectantes.

—¿Recuerdas la pajarita rubia con la que salí hace unos días? —dijo Taeyong.

Jaehyun tomó un sorbo de su cerveza, pero había algo de curiosidad en sus ojos ahora. Jaehyun sabía que Taeyong no se enganchaba con sus ligues ocasionales. Taeyong ligaba un montón; era fácil, divertido y sin complicaciones, lo cual era básicamente su lema de vida.

—¿La que estuvo manoseándote la polla en la pista de baile? —dijo Jaehyun.

—Sí —dijo Taeyong, inclinándose hacia atrás en su asiento con una sonrisa.

Jaehyun resopló.

—Sácate esa estúpida sonrisa. Pareces un idiota. Uno más grande de lo normal.

—Las chicas que se van a casa conmigo todas las noches, claramente no están de acuerdo contigo, y lo siento, su opinión es la que cuenta.

Jaehyun se rio.

—Es jodidamente adorable que realmente pienses que follan contigo a causa de esa sonrisa idiota. Agradece a tus padres por tus genes. Ese es el único motivo por el que logras follar. Aunque, personalmente, no veo el encanto.

Taeyong rodó los ojos. En privado, él siempre pensó que Jaehyun exageraba un poco todo ese asunto de... no encontrarlo atractivo. Era un poco insultante, de verdad. No era algún tipo de gilipollas homofóbico. Jaehyun debería saberlo ya. No iba a salir gritando si Jaehyun admitía que Taeyong era caliente, objetivamente hablando.

Como que, Taeyong era perfectamente consciente de ser un poco vanidoso, pero era por una razón, ¿de acuerdo? No era su culpa que a las mujeres les gustara tanto. Era un tipo bien parecido, en forma objetiva. Tenía un bonito cabello rubio oscuro y ojos azules. Las chicas enloquecían con sus ojos... lo cual, a decir verdad, Taeyong no entendía, pero lo que sea.

—Mis padres no me dieron estos bebés —dijo Taeyong, acariciando su abdomen.

Nick, el culo, se rio.

—¡Por favor! No me digas que llamas "bebés" a tus abdominales. Por favor.

—Oh, vete a la mierda —dijo Taeyong, pateándolo por debajo de la mesa— Desearías que tu cuerpo fuera tan sexy como el mío —Bueno, para ser totalmente honesto, Jaehyun estaba tan en forma como él. En realidad, eran exactamente de la misma altura y de contextura similar. Jaehyun podría o no tener mejores brazos, pero Taeyong no iba a admitir eso en voz alta. Nunca.

—Cierto —Jaehyun descartó rodando los ojos— Entonces, ¿qué pasó con esa chica rubia? ¿No pudiste hacer que se corriera o algo?

—Vete a la mierda. Deberías saber que la hice gritar — Taeyong bajó la mirada hacia su cerveza— Fue sólo que... ella hizo algo... fue extraño y un poco asqueroso, pero no puedo dejar de pensar en ello ahora —lanzó una mirada hacia Jaehyun y lo encontró con el ceño fruncido.

—¿Algo? — dijo Jaehyun.

Taeyong sintió que su cara se ponía caliente.

—Como... ella puso un dedo en... en mí. Silencio.

—¿No te gustó?

—No... sí... yo —Taeyong gimió, incapaz de mirarlo a los ojos—.. Me gustó, hombre. Ese es el problema. Nunca llegué tan duro. No puedo dejar de pensar en ello ahora, y está jodiéndome la mente. ¡No soy gay! ¡Sabes que no lo soy!

—Ty.

Taeyong se obligó a mirarlo.

Jaehyun tenía una expresión de incredulidad en el rostro.

—Te das cuenta de que los tipos homosexuales no son las únicas personas que pueden sentir placer por la estimulación anal, ¿verdad? En realidad, a algunos tipos homosexuales ni les gusta. Un dedo en el culo no te hace insatisfactorio de algún modo, hombre. Mucho menos intenso —miró a Jaehyun implorante— Eres gay... Lo entiendes, ¿verdad? gay, imbécil.

Taeyong exhaló. Jaehyun tenía razón. Jaehyun lo sabía mejor. Jaehyun era en realidad homosexual. A diferencia de Taeyong.

—Pero —dijo, mordiéndose el labio— El problema es que me tiene mal... la cosa dedo. Ni siquiera puedo pajearme sin sentir que algo falta. Me follé una chica super caliente ayer y se sintió... no sé.

Jaehyun lo miró con extrañeza.

—No realmente, en realidad. No soy —Se pasó los dedos por su negro pelo con una sonrisa irónica—.. No es lo mío, Ty.

Taeyong parpadeó.

—Pero eres gay —Se sentía casi traicionado. Se suponía que Jaehyun era la persona que lo entendería.

Jaehyun le dio una mirada algo taimada.

—Como dije, no a todos los hombres heterosexuales les gusta—Se encogió de hombros— No hace mucho por mí. No vale la pena la molestia. Creo que mi próstata no es tan sensible. Pero parece que la tuya sí, así que felicidades. Disfrútala.

Taeyong lo miró con incredulidad. ¿Disfrutar?

—¿Estás bromeando, hombre? ¿Ese es tu consejo?

Jaehyun se rio entre dientes.

—¿Qué tipo de consejo quieres? Comprar algún buen lubricante y prueba con tus dedos.

—Mantén la voz baja, maldición —dijo Taeyong, con el ceño fruncido dentro de su cerveza. Hasta sus orejas se sentían calientes— Soy un hombre heterosexual. Los hombres heterosexuales no hacen eso.

Jaehyun exhaló con fuerza.

—Dios, eres un idiota. ¿Dime por qué somos amigos de nuevo? Tengo amigos mucho más relajados.

Taeyong se golpeó la rodilla contra la de Jaehyun.

—No mientas —dijo, sonriendo— Soy tu mejor camarada. Todos tus amigos del colegio de abogados de lujo son aburridos y horribles. Y soy totalmente el mejor copiloto que un gay pueda desear.

Jaehyun resopló.

—No recuerdo que nunca fueras mi copiloto. No necesito un copiloto al que arrastrar de todas formas.

—¿Por qué crees que levantas algo cuando salimos juntos? Los homosexuales te ven con un tío caliente como yo y piensan que no eres el perdedor que realmente eres.

—Sí —dijo Jaehyun secamente— debe ser eso.

—Oh, no me jodas.

Cayeron en un silencio agradable. Taeyong echó un vistazo hacia la barra, pero no parecía que Mark necesitara ayuda. Mark era nuevo, pero no era la hora pico. Él debía estar bien.

—Lo digo en serio, amigo —dijo Jaehyun, haciendo que Taeyong volviera a mirar hacia él—Consigue un buen lubricante y pruébalo. Si se siente tan bien como dices, te debes a ti mismo el probarlo. Si se trató de un golpe de suerte, no hay daño. Si no fuera así, bien por ti. Ponerte un dedo en el culo no te hará gay —Jaehyun resopló y levantó las cejas— ¿Salvo que estés inseguro sobre tu heterosexualidad?

Taeyong entrecerró los ojos.

—Que te den. No estoy inseguro —Era cien por ciento hétero. Jaehyun lo sabía mejor que nadie.

Recostado en su asiento, Jaehyun lo miró por sobre el borde de su vaso de cerveza.

—Entonces hazlo. ¿Qué tienes que perder?

Más tarde esa noche, Taeyong se quedó mirando el techo de su habitación, jadeando como si acabara de correr un maratón, su polla gastada, sus dedos todavía enterrados en su culo, su cuerpo aun hormigueando luego del orgasmo más intenso de su vida.

No podía esperar a volver a hacerlo. Y otra vez, y otra vez, y otra vez.

—Mierda —susurró.

Era todo culpa de Jaehyun.

2

La noche siguiente, Taeyong fue a su club favorito y levantó a la mujer más sexy que pudo encontrar, una pelirroja alta y curvilínea con unas piernas geniales. Su nombre era Debbie. Le dio una mamada increíble y estaba tan mojada alrededor de él que su coño hacía sonidos húmedos cada vez que se movía; Fue un gran aliciente para su ego.

Taeyong la dejó agotada, sintiéndose bien jodida y orgulloso de sí mismo. Amaba a las mujeres.

—¿Pero? —dijo JaeHyun, interrumpiéndolo cuando Taeyong se acaloraba poéticamente sobre Debbie.

Taeyong le frunció el ceño.

—No hay pero. Me enrollé con la mujer más sexy de Londres y conseguí su número. Creo que en realidad la llamaré.

JaeHyun tomó un sorbo de su cerveza, lentamente, solo mirándolo de esa forma medio divertida, medio exasperada, que siempre enloquecía a Taeyong. ¿Era normal querer golpear a su mejor camarada en su estúpida cara?

—¿Qué? —dijo Taeyong.

—No tienes que demostrar que eres heterosexual, ¿sabes? —dijo JaeHyun amablemente— Sólo porque te guste meterte los dedos.

Taeyong tomó un gran trago de su cerveza.

—Así que realmente te gusta —dijo JaeHyun.

Taeyong dirigió su mirada hacia la barra, pero Justin claramente no necesitaba su ayuda en ese momento; Zoe lo estaba ayudando esta noche. Que gran pena. Podría usar una excusa para evitar esta conversación.

Se encogió de hombros, su cara incómodamente caliente, lo cual era ridículo. No se sonrojaba por el sexo. No es que masturbarse fuera sexo. JaeHyun tenía razón: no había nada raro o gay en el hecho de que le gustara un dedo, o dos, en su trasero.

—No me estás diciendo nada —dijo JaeHyun. Taeyong hizo una mueca.

—Vamos, Ty —dijo JaeHyun— Soy yo.

Frotándose su enrojecida nuca, Taeyong dijo a regañadientes, evitando la mirada de JaeHyun:

—El sexo con ella fue genial. Fácilmente en el top 5 del sexo en mi vida. Estaba tan metido con ella, que apenas podía esperar para entrar en ella —Se humedeció los labios con la lengua— El sexo estuvo bien, pero aun así no fue tan intenso como... Me vine mucho más duro con mis dedos, ¿sabes? Como que quiero hacerlo todo el tiempo ahora. Todo el jodido tiempo.

JaeHyun estaba callado.

Taeyong miró en su dirección y encontró a JaeHyun cuidando su cerveza con una expresión extraña en el rostro, con sus oscuras cejas fruncidas.

—¿Y qué? —dijo JaeHyun por fin, aclarando su garganta— No entiendo cuál es tu problema. Encuentra a una mujer dispuesta a tocarte.

Taeyong se encogió ante la mera sugerencia. No podía imaginarse pedirle eso a una mujer con la que estuviera.

—No lo sé —dijo— Se siente realmente... castrante.

La extraña expresión de JaeHyun se transformó en una más familiar, de gran exasperación.

—Es el siglo XXI. Sabes que todos esos estereotipos machistas son cosa del pasado, ¿verdad? A muchas mujeres les gusta hacerse cargo, y no hay nada de malo en querer estar en el lado receptor de algún jugueteo con tu culo. No te haría menos varonil o algo así.

Racionalmente, Taeyong lo entendía completamente.

Pero...

—Aun es mortificante pedirle a una chica caliente, que me meta un dedo en el culo —murmuró Taeyong— ¿Y si ella se ríe de mí? ¿Y si piensa que es raro o asqueroso? —arrugó la nariz— Es algo asqueroso, en realidad. No querría meter mi dedo en el culo de alguien, especialmente si apenas los conozco.

JaeHyun rio, sus ojos llenos de alegría.

—Como alguien que regularmente une diferentes partes de su cuerpo al agujero de alguien, no estoy de acuerdo. No sabía que eras tan asqueroso.

Taeyong le dio una patada por debajo de la mesa.

—Cállate. No soy asqueroso.

—¿Sabes qué? —dijo JaeHyun con una sonrisa, sacando su teléfono y tocando algo— Tengo una idea.

Taeyong lo miró con suspicacia.

—¿Una idea?

Después de unos cuantos toques más, JaeHyun levantó la vista de su teléfono y dijo:

—Deberías recibir algo de Amazon en unos pocos días. Los ojos de Taeyong se ensancharon.

—No lo hiciste —balbuceó, con la boca seca.

—Lo hice —dijo JaeHyun, recostándose en su asiento— Deberías haber ordenado algunos juguetes tú mismo, en vez de quejarte sobre tu gran crisis de próstata.

Taeyong se sonrojó. Los dedos eran una cosa, pero ¿ponerse un consolador real en el culo?

Sería un poco gay.

—Cancela la compra, estúpido —susurró, mirando alrededor con autoconsciencia.

—No —dijo JaeHyun, el idiota, con una sonrisa— Es una solución perfecta para héteros de mente cerrada como tú: follas todas las mujeres que quieras y luego te vas a casa, y te follas con un consolador. No te preocupes, elegí uno bueno para ti. Nada demasiado grande.

Taeyong se puso de pie y se marchó.

En serio, necesitaba un nuevo mejor amigo. Jodido JaeHyun. Él no iba a usar ese consolador.

Ni siquiera iba a abrir la caja cuando la recibiera.

🍸

El consolador era rosa brillante y se veía estúpido. Porque, claro, así sería. JaeHyun vivía para burlarse de él, el idiota.

Taeyong frunció el ceño ante la ridiculez, lo arrojó sobre su mesita de noche y se olvidó de ello. Lo tiraría más tarde.

Pero más tarde esa noche, mientras se acomodaba para su paja nocturna, Taeyong encontró que su mirada volvía hacia la cosa.

Se mordió el labio inferior y miró hacia otro lado, resuelto a no hacerlo. Los dedos eran una cosa. Poner un objeto con forma de polla en su culo, era completamente otra.

Los dedos eran más que suficiente de todas formas, pensó Taeyong, rodeando sus lubricados dedos alrededor de su agujero. Empujó contra el sensible borde, silbando un poco. Maldita sea. ¿Por qué se sentía tan jodidamente bien? Ya estaba duro como una roca, su polla goteaba contra su estómago mientras su cuerpo temblaba de anticipación. Empujó dos dedos esta vez, jadeando ante la antinaturalmente deliciosa sensación de plenitud. En este punto, le gustaba por completo la sensación, lo cual lo asustaba, porque una cosa era que le gustara la estimulación prostática, pero meterse cosas en el culo era probablemente un poco gay. Sin ofender a los hombres gays, a los que les gustara tener cosas en el culo.

Pero carajo, esto se sentía tan bien. Taeyong estaba respirando fuerte mientras que empujaba sus dedos, gimiendo cuando sus dedos rozaban su próstata. Joooooder.

La aturdida mirada de Taeyong volvió a caer sobre la mesita de noche. El consolador era más grueso y más largo que sus dedos. Probablemente se sentiría más satisfactorio.

¿Tal vez sólo una vez? Probar un consolador una vez no sería demasiado gay. Nadie tenía que saberlo. Ni siquiera JaeHyun.

Así fue como Taeyong se encontró gimiendo ruidosamente mientras se follaba con el consolador rosa brillante que su mejor amigo le había comprado. Mierda. Sabía que era ruidoso, que debía ser más silencioso —las paredes no eran muy gruesas— pero no podía evitarlo. Estaba tan lleno. El estiramiento era delicioso, y no podía dejar de lloriquear cada vez que el dildo empujaba contra su sobreestimulada próstata. Era casi demasiado, y apenas tenía la coordinación para hacer que el consolador se moviera adentro y afuera. Todo lo que quería era recostarse y tomarlo, perderse en la sensación de ser follado. Tal vez debería invertir en un consolador con arnés. Tal vez debería encontrar una novia súper desprejuiciada a la que no le importara follarlo en vez de hacerlo follarla.

Taeyong gimió ante la idea, imaginándose a una rubia caliente con grandes pechos que se sacudirían mientras que lo follaba con su polla, su consolador con arnés, no su polla. Porque Taeyong no estaba interesado en pollas. Juguetes sexuales que parecían pollas, no equivalían a una polla real. Una verdadera polla probablemente se sentiría muy diferente al consolador en su culo de todas maneras. Probablemente ni cerca de ser tan bueno. Una verdadera polla no sería tan dura. Una verdadera polla no sería capaz de follarlo tan duro como él quisiera...

Taeyong gimió y se vino, oleadas y oleadas de placer enrosca dedos, descendiendo sobre él mientras que se apretaba con fuerza en torno a la polla —el dildo— en su culo.

Taeyong se incorporó, respirando todavía con dificultad, y observó fijamente al semen en su estómago. Me lleva la chingada. Nunca se corrió sin tocar su polla. Ni siquiera cuando fue adolescente.

Suspirando, se dejó caer sobre el colchón. No se molestó en sacar el dildo. Sabía que estaría listo de nuevo en quince minutos, y no se engañaba pensando que podría masturbarse sin querer algo en su trasero.

En estos días, siempre parecía querer algo en su culo, lo cual era... un poco preocupante. Esto se estaba convirtiendo en una obsesión.

Taeyong suspiró de nuevo, pasándose una mano por la cara. Tal vez, realmente debería comenzar a buscarse esa novia de mente abierta a la que no le importaría follarlo con un consolador con arnés.

Capítulo 2

La noche siguiente, Taeyong fue a su club favorito y levantó a la mujer más sexy que pudo encontrar, una pelirroja alta y curvilínea con unas piernas geniales. Su nombre era Debbie. Le dio una mamada increíble y estaba tan mojada alrededor de él que su coño hacía sonidos húmedos cada vez que se movía; Fue un gran aliciente para su ego.

Taeyong la dejó agotada, sintiéndose bien jodida y orgulloso de sí mismo. Amaba a las mujeres.

—¿Pero? —dijo JaeHyun, interrumpiéndolo cuando Taeyong se acaloraba poéticamente sobre Debbie.

Taeyong le frunció el ceño.

—No hay pero. Me enrollé con la mujer más sexy de Londres y conseguí su número. Creo que en realidad la llamaré.

JaeHyun tomó un sorbo de su cerveza, lentamente, solo mirándolo de esa forma medio divertida, medio exasperada, que siempre enloquecía a Taeyong. ¿Era normal querer golpear a su mejor camarada en su estúpida cara?

—¿Qué? —dijo Taeyong.

—No tienes que demostrar que eres heterosexual, ¿sabes? —dijo JaeHyun amablemente— Sólo porque te guste meterte los dedos.

Taeyong tomó un gran trago de su cerveza.

—Así que realmente te gusta —dijo JaeHyun.

Taeyong dirigió su mirada hacia la barra, pero Justin claramente no necesitaba su ayuda en ese momento; Zoe lo estaba ayudando esta noche. Que gran pena. Podría usar una excusa para evitar esta conversación.

Se encogió de hombros, su cara incómodamente caliente, lo cual era ridículo. No se sonrojaba por el sexo. No es que masturbarse fuera sexo. JaeHyun tenía razón: no había nada raro o gay en el hecho de que le gustara un dedo, o dos, en su trasero.

—No me estás diciendo nada —dijo JaeHyun. Taeyong hizo una mueca.

—Vamos, Ty —dijo JaeHyun— Soy yo.

Frotándose su enrojecida nuca, Taeyong dijo a regañadientes, evitando la mirada de JaeHyun:

—El sexo con ella fue genial. Fácilmente en el top 5 del sexo en mi vida. Estaba tan metido con ella, que apenas podía esperar para entrar en ella —Se humedeció los labios con la lengua— El sexo estuvo bien, pero aun así no fue tan intenso como... Me vine mucho más duro con mis dedos, ¿sabes? Como que quiero hacerlo todo el tiempo ahora. Todo el jodido tiempo.

JaeHyun estaba callado.

Taeyong miró en su dirección y encontró a JaeHyun cuidando su cerveza con una expresión extraña en el rostro, con sus oscuras cejas fruncidas.

—¿Y qué? —dijo JaeHyun por fin, aclarando su garganta— No entiendo cuál es tu problema. Encuentra a una mujer dispuesta a tocarte.

Taeyong se encogió ante la mera sugerencia. No podía imaginarse pedirle eso a una mujer con la que estuviera.

—No lo sé —dijo— Se siente realmente... castrante.

La extraña expresión de JaeHyun se transformó en una más familiar, de gran exasperación.

—Es el siglo XXI. Sabes que todos esos estereotipos machistas son cosa del pasado, ¿verdad? A muchas mujeres les gusta hacerse cargo, y no hay nada de malo en querer estar en el lado receptor de algún jugueteo con tu culo. No te haría menos varonil o algo así.

Racionalmente, Taeyong lo entendía completamente.

Pero...

—Aun es mortificante pedirle a una chica caliente, que me meta un dedo en el culo —murmuró Taeyong— ¿Y si ella se ríe de mí? ¿Y si piensa que es raro o asqueroso? —arrugó la nariz— Es algo asqueroso, en realidad. No querría meter mi dedo en el culo de alguien, especialmente si apenas los conozco.

JaeHyun rio, sus ojos llenos de alegría.

—Como alguien que regularmente une diferentes partes de su cuerpo al agujero de alguien, no estoy de acuerdo. No sabía que eras tan asqueroso.

Taeyong le dio una patada por debajo de la mesa.

—Cállate. No soy asqueroso.

—¿Sabes qué? —dijo JaeHyun con una sonrisa, sacando su teléfono y tocando algo— Tengo una idea.

Taeyong lo miró con suspicacia.

—¿Una idea?

Después de unos cuantos toques más, JaeHyun levantó la vista de su teléfono y dijo:

—Deberías recibir algo de Amazon en unos pocos días. Los ojos de Taeyong se ensancharon.

—No lo hiciste —balbuceó, con la boca seca.

—Lo hice —dijo JaeHyun, recostándose en su asiento— Deberías haber ordenado algunos juguetes tú mismo, en vez de quejarte sobre tu gran crisis de próstata.

Taeyong se sonrojó. Los dedos eran una cosa, pero ¿ponerse un consolador real en el culo?

Sería un poco gay.

—Cancela la compra, estúpido —susurró, mirando alrededor con autoconsciencia.

—No —dijo JaeHyun, el idiota, con una sonrisa— Es una solución perfecta para héteros de mente cerrada como tú: follas todas las mujeres que quieras y luego te vas a casa, y te follas con un consolador. No te preocupes, elegí uno bueno para ti. Nada demasiado grande.

Taeyong se puso de pie y se marchó.

En serio, necesitaba un nuevo mejor amigo. Jodido JaeHyun. Él no iba a usar ese consolador.

Ni siquiera iba a abrir la caja cuando la recibiera.

🍸

El consolador era rosa brillante y se veía estúpido. Porque, claro, así sería. JaeHyun vivía para burlarse de él, el idiota.

Taeyong frunció el ceño ante la ridiculez, lo arrojó sobre su mesita de noche y se olvidó de ello. Lo tiraría más tarde.

Pero más tarde esa noche, mientras se acomodaba para su paja nocturna, Taeyong encontró que su mirada volvía hacia la cosa.

Se mordió el labio inferior y miró hacia otro lado, resuelto a no hacerlo. Los dedos eran una cosa. Poner un objeto con forma de polla en su culo, era completamente otra.

Los dedos eran más que suficiente de todas formas, pensó Taeyong, rodeando sus lubricados dedos alrededor de su agujero. Empujó contra el sensible borde, silbando un poco. Maldita sea. ¿Por qué se sentía tan jodidamente bien? Ya estaba duro como una roca, su polla goteaba contra su estómago mientras su cuerpo temblaba de anticipación. Empujó dos dedos esta vez, jadeando ante la antinaturalmente deliciosa sensación de plenitud. En este punto, le gustaba por completo la sensación, lo cual lo asustaba, porque una cosa era que le gustara la estimulación prostática, pero meterse cosas en el culo era probablemente un poco gay. Sin ofender a los hombres gays, a los que les gustara tener cosas en el culo.

Pero carajo, esto se sentía tan bien. Taeyong estaba respirando fuerte mientras que empujaba sus dedos, gimiendo cuando sus dedos rozaban su próstata. Joooooder.

La aturdida mirada de Taeyong volvió a caer sobre la mesita de noche. El consolador era más grueso y más largo que sus dedos. Probablemente se sentiría más satisfactorio.

¿Tal vez sólo una vez? Probar un consolador una vez no sería demasiado gay. Nadie tenía que saberlo. Ni siquiera JaeHyun.

Así fue como Taeyong se encontró gimiendo ruidosamente mientras se follaba con el consolador rosa brillante que su mejor amigo le había comprado. Mierda. Sabía que era ruidoso, que debía ser más silencioso —las paredes no eran muy gruesas— pero no podía evitarlo. Estaba tan lleno. El estiramiento era delicioso, y no podía dejar de lloriquear cada vez que el dildo empujaba contra su sobreestimulada próstata. Era casi demasiado, y apenas tenía la coordinación para hacer que el consolador se moviera adentro y afuera. Todo lo que quería era recostarse y tomarlo, perderse en la sensación de ser follado. Tal vez debería invertir en un consolador con arnés. Tal vez debería encontrar una novia súper desprejuiciada a la que no le importara follarlo en vez de hacerlo follarla.

Taeyong gimió ante la idea, imaginándose a una rubia caliente con grandes pechos que se sacudirían mientras que lo follaba con su polla, su consolador con arnés, no su polla. Porque Taeyong no estaba interesado en pollas. Juguetes sexuales que parecían pollas, no equivalían a una polla real. Una verdadera polla probablemente se sentiría muy diferente al consolador en su culo de todas maneras. Probablemente ni cerca de ser tan bueno. Una verdadera polla no sería tan dura. Una verdadera polla no sería capaz de follarlo tan duro como él quisiera...

Taeyong gimió y se vino, oleadas y oleadas de placer enrosca dedos, descendiendo sobre él mientras que se apretaba con fuerza en torno a la polla —el dildo— en su culo.

Taeyong se incorporó, respirando todavía con dificultad, y observó fijamente al semen en su estómago. Me lleva la chingada. Nunca se corrió sin tocar su polla. Ni siquiera cuando fue adolescente.

Suspirando, se dejó caer sobre el colchón. No se molestó en sacar el dildo. Sabía que estaría listo de nuevo en quince minutos, y no se engañaba pensando que podría masturbarse sin querer algo en su trasero.

En estos días, siempre parecía querer algo en su culo, lo cual era... un poco preocupante. Esto se estaba convirtiendo en una obsesión.

Taeyong suspiró de nuevo, pasándose una mano por la cara. Tal vez, realmente debería comenzar a buscarse esa novia de mente abierta a la que no le importaría follarlo con un consolador con arnés.

Capítulo 3

La palabra obsesión era bastante inadecuada, pensó Taeyong con desesperación cuando se hundió en el nuevo dildo de 15 cm, con una ventosa adherida a la silla de su habitación. Respiraba pesadamente, jadeando, mientras se apretaba alrededor del grueso juguete que tenía dentro. Joder, se sentía tan bien. La plenitud se sentía increíble, pero no era suficiente. Descubrió que le gustaba más la sensación de una polla (consolador, maldición!) moviéndose en él; tener uno en su interior no era suficiente. Quería empujar. Quería ser follado.

Mordiéndose el labio con fuerza, Taeyong comenzó a montar el consolador con más fuerza, pequeños gemidos salieron de su boca mientras le rozaba la próstata. Joder.

Sus ojos vidriosos captaron la foto de sus padres en su mesita de noche y Taeyong se sonrojó, imaginando cómo se vería, lo que sus cristianos padres pensarían si lo vieran ahora, montando un consolador totalmente cachondo. La vergüenza lo golpeó de nuevo, pero no pudo parar. Miró sus muslos, temblando por el esfuerzo, y su polla enrojecida y dura, y sintió otra oleada de vergüenza. La reluciente cabeza del consolador inquietantemente parecía la cabeza de una polla mientras lo violaba...

Taeyong se corrió sin tocarse, gritando, con una voz que ni siquiera sonaba como la suya.

Dios.

Miró sin ver la foto de sus padres, sonrojado y sin aliento, la falsa polla aún apretada dentro de su culo. Se preguntaba qué dirían sus padres si descubrieran que esto, era lo más parecido a una experiencia religiosa que jamás había sentido.

Jodido infierno, necesitaba ayuda.

🍸

—Creo que tengo un problema —dijo Taeyong con gravedad, mirando su cerveza.

Podía sentir la atención de JaeHyun agudizándose.

—¿Un problema?

Taeyong tomó un gran trago de su cerveza, la dejó, y miró a JaeHyun a los ojos.

—No me he enrollado con nadie en tres semanas. Las cejas de JaeHyun se arquearon.

—¿En serio?

Taeyong asintió tristemente. Sabía por qué JaeHyun estaba sorprendido, por supuesto. Habían pasado años desde que no se había acostado por tanto tiempo. Un levante cada pocos días era lo normal para él. Tres semanas era anormal, por decirlo suavemente.

—¿Por qué no? —dijo JaeHyun.

Taeyong sintió que su rostro se calentaba. Quería decirle que era demasiado esfuerzo, pero mentirle no ayudaría con esta situación. JaeHyun no podría ayudarle si no supiera el alcance de su problema.

—Si me enrollo, ella esperaría que me la folle — murmuró.

—Estoy bastante seguro de que ese es el punto —dijo JaeHyun, sonando divertido, el idiota.

Taeyong lo fulminó con la mirada y le dedicó una mirada cargada. ¿Tenía que explicarlo?

La sonrisa en la cara de JaeHyun se ensanchó.

—Espera. ¿Todavía se trata de tu problema de próstata?

Taeyong lo calló, mirando alrededor con recelo.

—Lo es, ¿no es así? —dijo JaeHyun, riendo.

—Ja, mierda, ja —dijo Taeyong, pasándose una mano por el cabello, frustrado— Sé que es divertido para ti, ¡pero no lo es para mí, hombre!

La expresión divertida finalmente abandonó la cara de JaeHyun.

—Lo siento. Me di cuenta de que experimentaste un poco y luego seguiste adelante. Ha pasado casi un mes.

—Exactamente —dijo Taeyong con tristeza. Tomó un sorbo de su cerveza y observó su superficie— Todo es tu culpa, sabes. Tuya y del estúpido consolador que me compraste.

—Entonces... lo usaste, ¿según entiendo? Taeyong frunció el ceño.

—No te atrevas a reírte de mí.

—No me estoy riendo. Mírame, Ty. Taeyong. Taeyong se obligó a mirar a JaeHyun.

JaeHyun lo estaba mirando seriamente, con esa mirada medio preocupada y medio cariñosa con la que Taeyong estaba muy familiarizado.

—Oye, puedes decirme cualquier cosa. Lo sabes ¿bien?

Lo resolveremos.

Taeyong asintió, relajándose un poco. Siempre lo hacía. Allá en sus días del colegio, JaeHyun acostumbraba ocuparse de los líos de Taeyong, cada vez que Taeyong la jodía. A pesar de toda la mierda que JaeHyun usualmente le daba, Taeyong sabía que la burla de JaeHyun era buena, y JaeHyun cuidaba su espalda cuando importaba.

—Háblame —dijo JaeHyun con firmeza. Taeyong suspiró.

—No me he enrollado en semanas, porque no quiero follar —apartó la mirada, con su cara incómodamente caliente— Quiero decir, las mujeres son geniales, se ven y huelen bien, pero... Prefiero ser follado, para ser honesto.

Durante un largo momento, JaeHyun no dijo nada.

Taeyong se preguntó si el suelo debajo de él podría abrirse y tragarlo si lo deseaba lo suficiente.

—Estoy seguro de que hay mujeres que estarían interesadas en eso —dijo JaeHyun por fin, su voz muy neutral.

Taeyong hizo una mueca.

—Estoy seguro de que las hay, pero ¿cómo se supone que debo saber de antemano que la chica que estoy tratando de atraer está interesada en eso? Hace unas semanas, recogí a una chica muy buena y traté de sugerir, ya sabes, y —se encogió de hombros—..

—¿No te fue bien?

Taeyong dejó escapar una risita.

—Podrías decirlo así. Ella se rió y me dijo que no era tan pervertida. Ella se rió, JaeHyun —Nunca había sido tan humillado en su vida. Incluso pensar en ello hizo que su polla se marchitara y sus entrañas se apretaran con mortificación. Se había sentido de 5 cm de alto. Todavía lo hacía.

—No significa que otras mujeres también se reirían — dijo JaeHyun.

Taeyong cruzó los brazos sobre su pecho.

—No tengo ganas de darle otra oportunidad —dijo con una risa débil.

—Taeyong.

Algo en la voz de JaeHyun lo hizo mirarlo.

JaeHyun tenía una expresión tensa, vagamente enojada en el rostro.

—No hagas eso —dijo— No tienes de qué avergonzarte. Así que una mujer al azar no estaba interesada en eso, ¿y qué? Ella se lo pierde, no tú. Lo que nos gusta sexualmente, jodidamente no nos define. Nunca deberías avergonzarte por eso.

Taeyong le dedicó una sonrisa torcida. JaeHyun normalmente era relajado y despreocupado, pero cuando hablaba en serio sobre algo, tenía esa intensidad decidida por la que era difícil no dejarse atrapar. Iba a ser un gran abogado algún día. Taeyong se sentía ridículamente orgulloso, muy orgulloso de tener a JaeHyun como su mejor amigo. No es que tuviera baja autoestima; era solo que... a Taeyong le gustaba pensar que era realista. Era un poco perdedor, mientras que JaeHyun era mucho más inteligente. JaeHyun estaba mucho más motivado que él, más decidido. JaeHyun iría a lugares. Taeyong... Taeyong era más del tipo de persona que iba con la corriente. Probablemente él fluiría por algunos años más, antes de establecerse con una chica bonita, tendría 2.5 hijos con ella y trabajaría en el pub hasta el día en que muriera. No es que hubiera nada malo con esa clase de futuro. Taeyong estaba perfectamente bien con eso. JaeHyun solo tendría uno muy diferente, Taeyong estaba seguro de ello.

—No estoy avergonzado —mintió Taeyong— Simplemente no quiero sentir que me humillen de nuevo.

JaeHyun le dirigió una mirada larga y escrutadora, aun incómodamente intensa.

—Podrías registrarte en sitios de citas —dijo al fin— Sería bastante anónimo. Podrías ser directo con tus preferencias de esa forma.

Taeyong casi se burla, pero en realidad lo consideró. Era una solución perfecta, realmente.

—Lo intentaré —dijo, sus hombros cayendo con alivio—Gracias, hombre.

JaeHyun le sonrió.

—Cuando quieras.

Capítulo 4

Su nombre era Hyolyn. Tenía veintiséis años, era alta, oscura y deslumbrante, con curvas para morirse y una sonrisa increíble.

Taeyong la había elegido cuidadosamente entre las once mujeres interesadas en clavarlo, y hasta el momento no estaba lamentando su elección. Él estaba definitivamente interesado en ella. Olía bien, su piel oscura era suave y tersa, y besaba bien.

Lo hicieron por un tiempo, y todo fue perfectamente bien.

Luego llegaron al evento principal.

El consolador de doble lado con arnés lucía increíble en ella: la polla dura se veía genial entre sus suaves muslos. Sus grandes tetas se sacudían atractivamente, mientras que empujaba dentro de él.

Mientras yacía debajo de ella, con las piernas abiertas, Taeyong se sentía... raro. Estaba dividido entre estar encendido y ser terriblemente autoconsciente de sí mismo. Esto está mal, le seguía susurrando una voz en el fondo de su mente. Un hombre normal sería el que empujara su polla en una mujer tan sexy. Un hombre normal no estaría tomando una polla falsa de parte de ella. Ella debería estar secretamente burlándose de él.

Su polla se marchitó ante esa idea.

Hyolyn comenzó a moverse, su cara enrojecida y sus ojos entrecerrados. Parecía estar disfrutando de sí misma. Taeyong... Taeyong no tanto, para ser totalmente honesto. Mientras que un consolador en su culo se sentía bien como de costumbre, su ritmo estaba apagado, sus empujes no eran lo suficientemente poderosos, y ella seguía perdiéndose completamente su próstata. Cuanto más tiempo pasaba, más frustrado se sentía, sintiéndose al borde de la excitación pero, sobre todo, simplemente cohibido e incómodo.

Apretando los dientes, Taeyong empezó a masturbarse. Estaría condenado si le pidiera que encontrara su punto G masculino. Eso sería tan vergonzoso... más vergonzoso de lo que ya era.

🍸

—Nunca lo volveré a hacer —dijo Taeyong, mirando directamente hacia el frente mientras corría en la cinta.

A su derecha, JaeHyun redujo la velocidad de su carrera y giró la cabeza.

—¿No te fue bien?

Taeyong hizo una mueca.

—Ella fue genial, pero...

—¿Pero?

—Me sentí demasiado cohibido para disfrutarlo. No pude... no pude decirle que quería que me clavara la próstata y me follara más fuerte. Simplemente no pude. Fue demasiado vergonzoso.

JaeHyun suspiró.

—Todo está en tu cabeza, Ty. Creo que solo necesitas confiar en la mujer antes de dejarla follarte. Consigue una novia, no una aventura de una noche.

—Sí, y ¿qué pasa si mi novia no está en ese tipo de cosas? No es exactamente una pregunta que pueda hacer en una primera cita —Taeyong frunció el ceño— Además, Hyolyn ni siquiera fue tan buena follándome. ¡Realmente tuve que masturbarme de la forma normal, y no tuve que hacer eso en semanas!

JaeHyun se perdió un paso en la cinta. Maldiciendo, la apagó y se volvió hacia Taeyong con una expresión extraña en el rostro.

—¿Estás diciendo que en realidad puedes venirte solo siendo follado?

Taeyong parpadeó, confundido.

—¿Sí? ¿Eso es inusual?

JaeHyun dejó escapar una carcajada, sacudiendo la cabeza.

—Sí, Ty, es un poco inusual.

Taeyong procesó esa información antes de encogerse de hombros.

—Supongo que soy así de increíble.

JaeHyun resopló, limpiándose el sudor de la frente con una toalla.

—¿Terminaste? Tengo que irme. Taeil y Haechan están regresando de su luna de miel hoy, y hay una bienvenida que no puedo dejar pasar.

Taeyong saltó de la cinta.

—Todavía no puedo creer que tu hermano se haya casado con un chico. ¡Era hétero!

JaeHyun se echó a reír.

—Han pasado años desde que se juntaron. Ya suéltalo.

—¿Lo has hecho tú?—dijo Taeyong, pasando un brazo sobre los hombros de JaeHyun— Recuerdo que estabas bastante enamorado del novio de tu hermano.

JaeHyun puso los ojos en blanco.

—No estaba enamorado. Haechan es ridículamente caliente, y yo soy un hombre gay con ojos. Eso es todo.

—Aun así. Debe haber sido raro para ti.

—Al principio fue un poco incómodo —admitió JaeHyun con una sonrisa irónica— Taeil todavía se pone un poco tenso cuando miro a Haechan demasiado tiempo. Es hilarante.

Taeyong se rió, golpeando sus hombros juntos.

—Lo haces totalmente a propósito, imbécil.

JaeHyun se encogió de hombros con una sonrisa perezosa, sus ojos grises llenos de diversión.

—Somos hermanos. Todo es muy divertido.

Taeyong sonrió, sacudiendo la cabeza. Como hijo único, a veces envidiaba la gran familia de JaeHyun. JaeHyun tenía cuatro hermanos y una hermana, y aunque técnicamente todos vivían separados, eran un grupo cercano y a menudo se reunían en la casa del hermano mayor de JaeHyun, Taeil.

—Pero no estás suspirando por el marido de tu hermano, ¿verdad? —preguntó Taeyong, solo para asegurarse. A veces era difícil leer a JaeHyun. A pesar de su actitud relajada, era bastante estricto cuando se trataba de sus sentimientos y su vida personal.

JaeHyun se rió entre dientes.

—No estoy suspirando. La vida es demasiado corta para quedar atrapado por un hombre. Un montón de peces y todo eso.

—Sí —dijo Taeyong, en total acuerdo, siguiendo a JaeHyun a la ducha del gimnasio.

Mientras se desnudaba y entraba en la ducha más cercana, JaeHyun lo miró.

—Entonces, ¿qué vas a hacer ahora?

Suspirando, Taeyong se metió en el cubículo junto a JaeHyun y comenzó a bañarse. No sabía qué decir. Sentía que prefería morir antes que repetir el fiasco de la noche anterior. Pero el problema era, que él todavía... todavía. Quería ser follado en lugar de follar.

—Supongo que el consolador servirá —dijo de mal humor cuando cerró la ducha y salió del cubículo— Estoy seguro de que la novedad pasará pronto... tiene que hacerlo, ¿verdad? Y luego volveré a ligar de la forma habitual.

JaeHyun sacó unos pantalones vaqueros y una camiseta limpia de su bolso.

—Vivirás —dijo secamente— Hay un montón de personas solteras que no tienen sexo por meses.

—Ah ha —dijo Taeyong distraídamente, mirando a la suave polla de JaeHyun. Era... era algo grande. No es que no hubiera visto la polla de JaeHyun antes, la había visto muchas veces, pero ahora la veía. Debía ser de al menos 19 cm cuando estaba dura, tal vez incluso 20 cm. Era mucho más grande que cualquier cosa que Taeyong hubiera tenido dentro de él.

—Es un poco grosero mirar la polla de tu amigo. Solo para que lo sepas.

Taeyong se sonrojó y miró hacia arriba.

JaeHyun tenía una mirada irónica en el rostro, sus cejas se alzaron ligeramente.

Taeyong cruzó los brazos sobre su pecho desnudo.

—Estaba allí. Cualquiera miraría.

—Parece que te gusta mirar —dijo JaeHyun secamente, mirando a la entrepierna de Taeyong.

Taeyong frunció el ceño. Realmente estaba medio duro, ¡pero no fue su culpa! En estos días, cualquier cosa con forma de consolador parecía excitarlo, y al parecer la polla de JaeHyun no era una excepción.

—Lo siento, hombre —murmuró, extremadamente avergonzado, y comenzó a vestirse— No volverá a suceder. Sé que no está bien mirar.

JaeHyun no dijo nada, así que Taeyong asumió que el incidente ya había sido olvidado.

🍸

Excepto que no podía dejar de pensar sobre ello. Sobre la polla de JaeHyun.

Taeyong estaba más que avergonzado ahora, se estaba volviendo loco. Una cosa era permitirse tener algo en su culo, pero otra muy distinta era empezar a imaginar una verdadera polla dentro de él. Una verdadera polla, no era un consolador. En realidad estaba unida a otro tipo. No debería estar pensando en ello, imaginando cómo se sentiría.

Pero simplemente no podía dejar de pensar en eso. La textura sería más suave, por lo que la penetración inicial probablemente no sería tan incómoda. No tendría que hacer nada del trabajo duro: no tendría que mover el consolador y podría simplemente tumbarse allí y disfrutar de la sensación de ser embestido contra el colchón. Porque eso era lo que realmente quería, si Taeyong fuera honesto consigo mismo: ser embestido. Follado.

¿Importaba si la cosa en su culo estaba unida a otro chico? Por supuesto que lo hacía. Taeyong no era gay. Pero JaeHyun... Seguramente JaeHyun no contaba. JaeHyun no era solo un chico. JaeHyun era su mejor amigo. JaeHyun sabía que todo lo que Taeyong quería era tener algo duro golpeando contra él. JaeHyun sabía que Taeyong no era gay. Entonces no sería totalmente gay.

Complacido de que todo finalmente tuviera perfecto sentido en su cabeza, Taeyong sacó su teléfono y llamó a JaeHyun.

—Quiero que me jodas —dijo cuando JaeHyun respondió. Había silencio en la línea.

Taeyong frunció el ceño y miró la pantalla de su teléfono para asegurarse de que la llamada no se hubiera desconectado. No.

Finalmente, JaeHyun se aclaró la garganta.

—¿Estás borracho?

—¡No! —dijo Taeyong, atragantándose— Mira, lo pensé un poco...

—Oh Dios —murmuró JaeHyun.

—Deja de burlarte de mí. Lo digo en serio. Tiene perfecto sentido, hombre. Eres un hombre gay. Tu polla. Mi culo. Tú te vienes, yo me vengo, todos son felices, nada se pone raro.

JaeHyun dejó escapar una risa estrangulada.

—¿Se te ocurrió siquiera que yo podría no querer follarte, imbécil?

Taeyong parpadeó desconcertado.

—¿Por qué no querrías follarme? Soy caliente. Tú eres gay.

JaeHyun resopló.

—El hecho de que sea gay no significa que quiera follar a todos los hombres guapos. Te lo dije: no eres mi tipo.

Taeyong frunció el ceño, comenzando a ofenderse. No que quisiera que su mejor amigo lo codiciara secretamente, pero fue algo ofensivo que no lo hiciera.

—Soy el tipo de todos. Si fuera gay, lo haría totalmente.

Una risa sonó desde el otro extremo de la línea.

—Llevas el narcisismo a un nivel completamente nuevo

—Pero entonces la voz de JaeHyun se puso seria— No es una buena idea, Ty. Créeme.

—¿Por qué? —Taeyong casi se quejó. Su muñeca realmente le dolía por todo el ejercicio que estaba haciendo últimamente. El consolador de ventosa también había estado viendo mucha acción, pero a veces solo quería recostarse y divertirse en lugar de trabajar para su orgasmo. Él era una persona perezosa; entonces demándenlo.

—Volvería las cosas extrañas.

—No, no lo haría —dijo Taeyong— Me darás tu polla para venirme, también obtendrás un orgasmo. Es un ganar— ganar.

JaeHyun se rió entre dientes.

—En realidad no es excitante saber que quieres usar mi polla como un consolador glorificado.

Taeyong frunció el ceño. Cuando JaeHyun lo puso de esa forma, sonaba algo raro.

—Bien —dijo con mal humor— Olvídalo. Adiós.

Colgó y miró su teléfono.

Solo contó hasta seis antes de que sonara.

Taeyong sonrió. JaeHyun era tan predecible, de verdad. A pesar de toda la mierda que JaeHyun le tiraba, se doblaba como un sillón barato cuando Taeyong necesitaba su ayuda.

—Eres un idiota —dijo JaeHyun con exasperación cuando Taeyong respondió— Algún día no te funcionará.

Taeyong sonrió.

—Me amas.

—No sé por qué —dijo JaeHyun con una risa— Bien. Lo haremos. Pero solo una vez. Y solo si prometes no tener un enloquecimiento gay.

—¿Por qué tendría un enloquecimiento gay? Eres tú. No será gay. Sabes que no soy gay.

—Sí, Ty, lo sé —dijo JaeHyun, y sonó como si estuviera rodando los ojos.

Taeyong hizo un puchero. ¡JaeHyun nunca lo tomaba en serio!

—Entonces, ¿cuándo vas a venir?

Hubo silencio por un corto tiempo.

—¿Quieres hacerlo ahora? —dijo JaeHyun por fin.

—Seguro.¿Por qué no?

• ━━━━ 🍸 ━━━━ •

Arnés: De nuevo se trata de un cinturón con arnés que tiene un dildo enganchado, solo que en este caso sería uno que penetra dentro de la vagina de la mujer, mientras que deja también una erección falsa hacia afuera, para que ella pueda a la vez penetrar como si tuviera una polla propia.

Capítulo 5

—Está bien, esto es incómodo —dijo Taeyong.

—Cállate, fue tu brillante idea.

Taeyong fulminó con la mirada a JaeHyun, pero probablemente no parecía particularmente intimidante considerando que estaba desnudo, que ambos estaban desnudos.

Había visto a JaeHyun desnudo antes, por supuesto. Pero de alguna manera, esto era diferente. Miró a JaeHyun con cautela: su torso marcado, hombros anchos y brazos fuertes.

—Esto es tan raro, hombre.

JaeHyun dejó escapar una carcajada, metiéndose en la cama.

—Me sorprende que incluso consigas sexo.

Taeyong se lamió los labios resecos.

—No me malinterpretes, estoy seguro de que a las chicas y a los gay los encienden, pero todo ese músculo y la falta de tetas me es extraño.

—Pero no son las tetas las que quieres, ¿verdad? —JaeHyun dijo secamente.

Taeyong se rió, su mirada se movió hacia la polla de JaeHyun.

—No en este momento —dijo, lamiendo sus labios de nuevo. No sabía cómo la polla de JaeHyun podía verse tan condenadamente atractiva cuando el resto de él no excitaba a Taeyong. ¿Era raro? Probablemente fuera raro. Pero a él le encantaba mirar la polla de JaeHyun. En realidad, lo encendía: lo espesa y bonita que se veía, a pesar de que todavía no estaba completamente duro.

—Ponla dura —dijo Taeyong.

JaeHyun suspiró con exasperación, pero parecía divertido en vez de molesto cuando tomó su polla en su mano y comenzó a acariciarla, sus grandes dedos manejaban su polla con facilidad y confianza. Taeyong apartó la mirada de la polla que se endurecía rápidamente para mirar la cara de JaeHyun. Estaba relajado, los ojos grises de JaeHyun entrecerrados mientras recorrían el cuerpo de Taeyong, deteniéndose en sus muslos musculosos y bien formados. Un poco aliviado de que JaeHyun claramente no lo encontrara repulsivo, a pesar de sus continuas afirmaciones de que Taeyong no era su tipo, miró de nuevo a la polla de JaeHyun y extendió un poco los muslos. Su agujero se apretó un poco en anticipación.

—Vamos, ya está bastante dura —dijo Taeyong— Ya hice la preparación.

JaeHyun arqueó un poco las cejas.

—¿Quieres que simplemente la meta?

—¿No es ese el punto?

Unas cuantas emociones cruzaron el rostro de JaeHyun.

—Nunca me he follado a nadie sin un beso.

Taeyong arrugó la frente.

—¿Quieres besarme? De ninguna manera, eso sería demasiado extraño.

JaeHyun se echó a reír.

—Tienes razón: mejor meto mi polla en ti. Besar sería demasiado gay.

Taeyong hizo un puchero.

—Deja de burlarte de mí. Siempre te burlas de mí. JaeHyun le sonrió e, inclinándose, lo besó en la frente.

—Porque eres tan ridículo. Bobo y ridículo.

—¡Oye! —Taeyong lo puso en una llave de cabeza y lucharon por unos minutos, riendo.

Finalmente, terminaron con JaeHyun encima de él, sus brazos sujetando a Taeyong.

—Nunca ganarás contra mí, estúpido —dijo JaeHyun, sonriendo odiosamente— Tengo cuatro hermanos. Básicamente soy un profesional en esto.

Taeyong lo fulminó con la mirada.

—Eres un inútil. ¡Suéltame, imbécil!

JaeHyun sonrió un poco.

—¿Pensé que querías que la metiera en ti?

Taeyong deseó poder darle la vuelta. Pero él realmente quería ser follado, así que...

—Bien —dijo Taeyong, extendiendo las piernas— Ponla adentro.

JaeHyun le dio una mirada rara.

—¿Te gusta esto? ¿Cara a cara?

Confundido, Taeyong frunció el ceño.

—¿Es un ángulo malo para una jodida por culo o algo así?

—No —dijo JaeHyun luego de un momento— Podemos hacerlo funcionar.

—Entonces, hazlo ya —dijo Taeyong con impaciencia. No había perdido su erección mientras luchaban y tampoco JaeHyun. Estaban bien para empezar.

JaeHyun suspiró, alcanzando el condón y poniéndolo con una mano. Se lubricó la polla y miró entre las piernas de Taeyong.

—¿Seguro que no quieres que te prepare?

—Te dije que ya lo hice —dijo Taeyong, extendiendo sus muslos más ampliamente— Venga.

JaeHyun no parecía convencido, pero puso una mano en la cadera de Taeyong, se alineó y finalmente empujó.

Taeyong cerró los ojos con fuerza mientras la gruesa longitud, una polla, lo llenaba lentamente. Mierda. Maldito infierno. Esto se sentía...

—¿Está bien? —JaeHyun dijo mientras que tocaba fondo.

—Sí —dijo Taeyong sin aliento, apretando alrededor de la polla en él. Mierda, nunca había estado tan lleno. Incluso su mayor consolador no era nada comparado con la polla de JaeHyun. Pero no dolió. A diferencia de sus consoladores, la cosa dentro de él estaba hecha de carne, por lo que no se sentía tan incómodo como sus juguetes sexuales. Simplemente se sintió maravillosamente lleno, las terminaciones nerviosas de su culo tintinearon agradablemente.

—Jódeme —dijo Taeyong, tratando de no gemir por la sensación— Me gusta duro.

JaeHyun hizo un ruido extraño y estrangulado, salió y luego embistió dentro de él, apuñalando su próstata.

Taeyong gritó, arqueándose en la cama.

Inmediatamente, JaeHyun se detuvo, mirándolo a los ojos inquisitivamente.

—¿Te lastimé?

Taeyong lo fulminó con la mirada, su rostro caliente.

—¡Hazlo otra vez!

Riendo, JaeHyun lo hizo de nuevo. Y otra vez, y otra vez, y otra vez.

Taeyong apenas estaba distantemente consciente de que los sonidos que estaba haciendo no sonaban humanos. Estaba medio gruñendo, medio gimiendo por cada empuje de la polla de JaeHyun. Probablemente se veía y sonaba ridículo. No le importaba una mierda. Se sentía, tan bien; no podría detener los ruidos que estaba haciendo incluso si su vida dependiera de ello. Solo era JaeHyun, de todos modos. JaeHyun lo había visto en situaciones mucho más embarazosas. Gemir como una puta por tener una polla en él, todavía estaría probablemente en el Top 3, pero como fuera.

En algún momento, JaeHyun puso a Taeyong en sus manos y rodillas y comenzó a follarlo a lo perrito. La posición era algo humillante, estaba siendo follado como una maldita perra, pero, extrañamente, solo lo encendió.

—Oh, mierda, mierda, mierda —murmuró sin aliento mientras JaeHyun lo golpeaba por detrás, las caderas de JaeHyun golpeaban la parte posterior de sus muslos con cada empuje.

—¿Bien? —dijo JaeHyun, su ritmo se volvió cada vez más rápido, piel golpeando contra piel.

—Sí, sí, muy bien, no te detengas —suplicó Taeyong, gimiendo en la almohada— Eres el mejor, hombre.

JaeHyun se rió de nuevo y procedió a joder los sesos de Taeyong.

A Taeyong no le tomó mucho tiempo, medio sollozando por un placer intenso y abrumador. Su orgasmo parecía durar por siempre, el placer rodaba por su cuerpo, una ola tras otra mientras se retorcía alrededor de la polla de JaeHyun. Dios. Santa jodida mierda. Se sentía tan malditamente bien. Sus orgasmos de próstata siempre se sentían más largos e intensos que sus orgasmos normales, por estimulación de su polla, pero esto era algo más. Incluso le gustaba que JaeHyun siguiera moviéndose dentro de él, persiguiendo su propio orgasmo, aunque Taeyong se sentía sobre estimulado y dolorido, todavía se sentía bien de una forma extraña. Saber que esto era placentero para otra persona hacía una enorme diferencia. Taeyong no se sintió avergonzado y patético después de llegar como solía hacerlo. Se sintió maravilloso. Incluso el gemido de placer de JaeHyun cuando se desplomó sobre él fue bastante gratificante. Él había hecho eso. Hizo que JaeHyun se sintiera bien.

Pero el hijo de puta era pesado como el infierno. Taeyong lo aguantó por unos minutos, era algo educado de hacer después de que su mejor amigo le hubiera dado el mejor orgasmo de su vida, pero no podía respirar.

—Ugh, eres pesado.

JaeHyun se apartó de él y se dejó caer de espaldas, luciendo sonrojado y jodido.

Taeyong resopló, poniéndose de espaldas también.

—Necesitas trabajar en tu resistencia, hombre.

—Jódete —dijo JaeHyun, dándose la vuelta perezosamente.

—Acabas de hacerlo.

—Eres hilarante, Ty.

—Gracias, lo intento.

Su sonrisa se desvaneció, JaeHyun lo miró a los ojos.

—¿Estás bien? ¿No te estás volviendo loco?

Taeyong miró al techo.

—No hay nada de qué asustarse. Que me guste una polla en mi culo no es gay. Solo significa que soy... pervertido o algo así. No me gustan los tipos de repente solo porque me guste tener algo en el culo.

Esperaba que JaeHyun se burlara de él, pero para su sorpresa, JaeHyun no lo hizo.

—He oído hablar de hombres que se identifican como heterosexuales pero que aman la polla —dijo JaeHyun con neutralidad— No se sienten atraídos por los hombres, pero les gusta que los jodan, y no les importa quién los jode, siempre y cuando se vengan.

—¡Sí, exactamente! —dijo Taeyong, sintiéndose ridículamente aliviado de que hubiera otros bichos raros como él.

Suspirando, JaeHyun cerró los ojos.

—¿Te importa si me quedo esta noche?

Taeyong resopló.

—¿Desde cuándo necesitas mi permiso? —JaeHyun solía quedarse cuando le apetecía. Taeyong incluso le había comprado un cepillo de dientes de repuesto para que el idiota dejara de usar el suyo.

—Desde que puse mi polla en ti —dijo JaeHyun, ya sonaba medio dormido.

Taeyong lo miró con el ceño fruncido. ¿Qué tenía eso que ver con nada? Nada había cambiado entre ellos.

—¿En serio te vas a dormir? ¡Son apenas las diez!

—Te haré saber que follarte es mucho trabajo. Deja a un hombre dormir, Ty.

Taeyong frunció los labios. JaeHyun se rió entre dientes.

—Deja de hacer pucheros. Ya no tenemos doce años.

—No estoy haciendo pucheros —mintió Taeyong, haciendo pucheros. Los ojos de JaeHyun estaban cerrados de todos modos. ¿Cómo lo supo?

—Oh, por el amor de Dios —dijo JaeHyun. Abrió los ojos—Bien. ¿Qué quieres hacer? ¿FIFA?

Taeyong se mordió el labio.

—Um, ¿vamos a follar de nuevo?

JaeHyun lo miró fijamente.

—¿Ahora? —dijo, con voz algo ahogada, incredulidad escrita en su rostro.

Taeyong se negó a parecer avergonzado.

—¿Qué? Soy un chico joven con un deseo sexual saludable.

—Han pasado, como, cinco minutos. ¿No estás dolorido? No soy exactamente pequeño.

Levantando las cejas, Taeyong sonrió.

—¿Estás diciendo que no puedes levantarlo? Flojo.

Los ojos de JaeHyun se estrecharon.

Capítulo 6

Jung JaeHyun solía pensar que tenía una vida sexual saludable, pero después de dos semanas de follar a su mejor amigo, se dio cuenta de lo equivocado que había estado. Prácticamente había sido un monje en comparación con la frecuencia con la que se había venido últimamente.

Taeyong era jodidamente insaciable. A JaeHyun le gustaba pensar que los hombres con los que había tenido relaciones sexuales en el pasado, dejaron su cama perfectamente satisfechos, pero Taeyong... era otra cosa. Se ponía duro en el momento en que JaeHyun sacaba su polla, retorciéndose impacientemente hasta que JaeHyun finalmente le daba lo que quería: su polla. Nunca había conocido a un chico que estuviera tan enganchado con ser jodido como Taeyong.

JaeHyun tuvo que admitir que era algo más que un aliciente para su ego el que ni siquiera tuviera que tocar la polla de Taeyong, para que se viniera con su polla, ni que Taeyong quisiera que tocara su polla. Eso sería demasiado gay: Taeyong era así de ridículo. Aparentemente, tener la polla de JaeHyun en él no era gay en absoluto, pero Dios no quiera que JaeHyun lo tocara con las manos. JaeHyun no sabía si reírse de él u ofenderse por esa actitud. Quería sentirse ofendido, realmente lo hacía, pero siempre había sido horrible para enojarse por la ridiculez general de Taeyong. Era como estar enojado con un cachorro despistado y demasiado ansioso que no sabía cómo hacerlo mejor.

—Vamos, hombre —se quejó Taeyong.

—Después del partido de hockey —dijo JaeHyun, sus ojos en la televisión. Los Osos estaban aplastando absolutamente a los Pingüinos.

—Pero estoy excitado —dijo Taeyong, dejándose caer en el sofá junto a él.

JaeHyun resopló.

—Siempre estás excitado —mantuvo sus ojos en la pantalla, fingiendo no darse cuenta de que los ojos de Taeyong estaban fijos en su entrepierna— Usa un consolador si no puedes esperar.

En su visión periférica, el labio inferior de Taeyong sobresalía. Cristo, realmente era un niño a veces.

—No quiero un consolador —dijo Taeyong, mirando la entrepierna de JaeHyun— Quiero tu polla.

La polla en cuestión se contrajo. JaeHyun lo ignoró. Estaba viendo un buen partido de hockey, y no iba a dejar que Taeyong lo distrajera sólo porque quería usar la polla de JaeHyun para correrse.

—Jaeeee —dijo Taeyong, poniendo su cabeza en el hombro de JaeHyun—Vamos.

JaeHyun dejó escapar un suspiro.

—¿Crees que este tipo de actitud me enciende? Cuanto más te quejas, menos excitante es. Déjame ver el maldito juego.

—Bien —dijo Taeyong malhumoradamente— Aunque no sé por qué te molestas con este juego. Los Osos van a ganar, de todos modos. Blackburn y Fairley son imparables.

JaeHyun tuvo que admitir que Taeyong tenía razón. Los Osos tuvieron un comienzo increíble esta temporada, principalmente gracias a la increíble química entre el novato Fairley y el capitán de Los Osos, Hunter Blackburn. Su línea había estado encendida, marcando goles en cada juego como si no fuera nada.

Como si escuchara los pensamientos de JaeHyun, Blackburn recibió un enfermizo pase de Fairley y clavó el disco en la red, para deleite de los fanáticos de los Osos.

—Apuesto a que están follando —dijo Taeyong, viendo a Blackburn barrer a Fairley con un abrazo.

—No seas ridículo —dijo JaeHyun—Blackburn definitivamente es heterosexual. Está saliendo con esa modelo famosa... olvidé su nombre.

Taeyong se encogió de hombros.

—Está bien, tal vez no follando. Pero apuesto a que Fairley quiere. Mira cómo mira a Blackburn: como si se cayera de rodillas allí mismo si tan solo Blackburn dijera una palabra.

Resoplando, JaeHyun puso los ojos en blanco.

—Estás viendo cosas que no están ahí, solo porque estás cachondo.

Taeyong le dio un codazo.

—¡Tengo razón! Es bastante patético que incluso yo tenga mejor gaydar que tú.

—Sí, claro —dijo JaeHyun, volviendo sus ojos a la televisión— Ahora cállate —No necesitaba girar la cabeza para saber que Taeyong estaba enfurruñado como el bebé gigante que era. Pero por una vez, Taeyong escuchó y se calló.

Observaron el juego en silencio, y JaeHyun casi se quedaba dormido cuando lo sintió: una mano en su polla.

Se estremeció, sus ojos se abrieron de golpe.

—Taeyong.

—¿Qué? —La voz de Taeyong era toda inocencia.

—¿Qué estás haciendo? —dijo JaeHyun, con una mirada aburrida hacia Taeyong.

Taeyong se encogió de hombros, su curiosa mirada sobre la entrepierna de JaeHyun. Palmeó el contorno de la polla suave de JaeHyun antes de Dios—sabe—que—es—cierto hacer un puchero.

JaeHyun puso los ojos en blanco, apartó la mano de Taeyong de su polla y volvió su mirada al juego de hockey.

Excepto que Taeyong puso su mano de nuevo y comenzó a palpar su polla.

—¿No es palpar la polla de otro hombre algo muy gay?—gruñó JaeHyun exasperado, aunque su polla comenzó a endurecerse de todos modos.

—No estoy palpando tu polla —dijo Taeyong, sus ojos azules se fijaron en la entrepierna de JaeHyun con una aterrada fascinación, que era igualmente desagradable y excitante— Estoy... preparándola para trabajar. No es algo muy diferente a lavar y lubricar un consolador.

—Claro —dijo JaeHyun, dividido entre reírse y decirle a Taeyong que se jodiera, literalmente. Para ser honesto, también estaba algo sorprendido, sorprendido de que Taeyong estuviera tocando su polla. Esta era la primera vez que Taeyong la tocaba en las semanas en que habían estado follando, aunque no era la primera vez que JaeHyun lo había atrapado mirándolo.

—Me alegro de que estés bien con eso, hombre —dijo Taeyong, desabrochando los pantalones de JaeHyun y sacando su polla medio erecta— No quiero que las cosas se vuelvan raras entre nosotros.

—Claro, Ty —dijo JaeHyun, pero el sarcasmo parecía volar justo sobre la cabeza de Taeyong. Apretó la mandíbula cuando Taeyong comenzó a acariciar su polla. Para irritación e incomodidad de JaeHyun, ni siquiera era la mano la que lo hacía por él. La mirada fija, en parte nerviosa, en parte hambrienta, en la estúpida y bonita cara de Taeyong era más excitante que el toque torpe que estaba recibiendo. JaeHyun no sabía por qué demonios esto era tan excitante. Tal vez fuera porque había algo vagamente malo sobre que Taeyong tocara su polla. Se sentía como un tabú... porque en cierto modo lo era. Taeyong siempre lo había puesto, firmemente, en la categoría de fuera de límites, por lo que se sentía mal, casi incestuoso. No es que alguna vez hubiera visto a Taeyong como a un hermano, pero Taeyong estaba más cerca de él que sus primos. Y le había dicho la verdad a Taeyong: realmente no era el tipo de JaeHyun. JaeHyun tendía a gravitar hacia chicos delgados y de pelo oscuro. El cuerpo alto y musculoso de Taeyong y su cabello blanco le resultaban algo extraños, incluso sin tener en cuenta que Taeyong era su mejor amigo. Excepto que a la polla de JaeHyun no parecían importarle sus recelos, endureciéndose apenas después de unos pocos golpes de la mano de Taeyong.

—Me gusta —espetó Taeyong, mirando la erección de JaeHyun en su mano— Tu polla. Me gusta como se ve. Me enciende cuando está dura. ¿Eso es raro?

JaeHyun resopló.

—¿Acabas de darte cuenta de que te gusta mi polla?

La mirada de Taeyong se dirigió hacia la suya.

—¿Qué quieres decir?

Los labios de JaeHyun se curvaron.

—Además de lo obvio, miras mi polla todo el tiempo, amigo.

—¡No lo hago!

—Lo haces. La miras, Taeyong. Incluso cuando no estamos jodiendo.

Las orejas de Taeyong se enrojecieron.

—¡No lo hago! Eso sería...

JaeHyun decidió tener piedad de él.

—Creo que es natural sentir cierta curiosidad — admitió—¿Recuerdas que se la chupé a Liz cuando teníamos quince? No me volvió heterosexual.

La expresión de Taeyong se iluminó.

—¡Cierto! Tenías curiosidad.

—Solo quería asegurarme de que realmente era gay, no bi —dijo JaeHyun, deseando que Taeyong dejara de acariciar su polla. Realmente lo distraía cuando intentaba tener una conversación y ver a Taeyong como un camarada.

Taeyong parpadeó antes de volver su mirada a la erección de JaeHyun en su mano.

—Sí, tienes razón: chupársela a un chico una vez no significaría nada.

JaeHyun lo miró fijamente. Eso no era exactamente lo que había querido decir.

Pero antes de que pudiera decir algo, Taeyong se inclinó y le dio una lamida a su polla.

🍸

Taeyong había tenido la genuina intención de probarlo, de saciar la curiosidad que había sentido por años. Sólo quería saber. Quería saber cómo se sentiría la gran vena en la polla de JaeHyun contra su lengua; eso era todo. Pero en el momento en que su lengua tocó la aterciopelada piel de la erección de JaeHyun, él... se perdió en la textura y el sabor de la misma. Tuvo que lamer de nuevo. Y otra vez. Y otra vez.

Mierda. Sabía bien. ¿Cómo podría una polla saber tan bien?

Taeyong lamió la hinchada cabeza enrojecida y exhaló temblorosamente cuando su sabor asaltó sus sentidos. Mierda. ¿Qué pasaba si...? ¿Qué pasaba si él acabara por tomar la punta en su boca? ¿Solo la punta? No sería demasiado gay, ¿verdad?

Decidiendo que no sería demasiado gay, Taeyong se llevó la cabeza de la polla a la boca y se detuvo. ¿Tal vez otra pulgada? ¿O dos?

Taeyong se dio cuenta de que tenía mucho más que "solo la punta" cuando la polla de JaeHyun se empujó contra su garganta. Mierda. Los muslos de JaeHyun estaban rígidos por la tensión bajo sus manos, pero Taeyong no le prestó atención. Solo podía concentrarse en la longitud dura en su boca: tenía una polla en su boca, joder.

—Dientes —gruñó JaeHyun— Cúbrelos con tus labios.

Taeyong hizo lo que le dijo lo mejor que pudo, pero no pudo concentrarse. Siempre le habían gustado las mujeres que besaban agresivamente, que sabían cómo usar sus lenguas. El pene de JaeHyun estimulaba su sensible boca justo en la forma correcta, haciendo a su cabeza girar de placer. Solo quería seguir chupando, sentir esa polla frotándose contra las paredes de su boca. Se sentía, tan bien. Pero la posición en la que estaba le dañaba el cuello, así que Taeyong se levantó del sofá y se arrodilló frente a los muslos de JaeHyun.

Gimió un poco cuando volvió a poner la boca en la polla de JaeHyun, sus ojos se cerraron involuntariamente.

—Joder —se rió JaeHyun, sonando sin aliento— ¿Te gusta esto?

La vergüenza se apoderó de él. Taeyong se negó a responder, sintiéndose repentinamente tímido pero incapaz de dejar de succionar.

—Sí, así —murmuró JaeHyun, poniendo una mano sobre la cabeza de Taeyong— Lo estás haciendo muy bien.

Taeyong se apresuró un poco, el cumplido borró su autoconciencia. Por supuesto que era bueno en eso; él era increíble en el sexo. Taeyong se sintió tan complacido que ni siquiera se molestó cuando la mano de JaeHyun comenzó a guiar su cabeza, o cuando las caderas de JaeHyun comenzaron a mecerse contra su boca. Para confusión de Taeyong, solo lo encendió aún más, por alguna razón.

Por un tiempo, solo estuvo el sonido húmedo y obsceno de la polla de JaeHyun moviéndose en su boca.

Pero cuando la respiración de JaeHyun se volvió dura y trabajosa, Taeyong se detuvo y dijo:

—No. No te vendrás en ninguna parte, sino en mi culo.

JaeHyun lo fulminó con la mirada.

—Entonces sigue con eso, idiota.

Sonriendo triunfalmente, Taeyong sacó un condón pre— lubricado de su bolsillo y lo puso sobre la erección de JaeHyun. Se quitó los vaqueros y los bóxers y se sentó a horcajadas sobre el regazo de JaeHyun, prácticamente temblando de impaciencia. No podía creer lo encendido que estaba por chupar una polla. ¿Era gay? Tal vez un poquito, pero él solo tenía una boca muy sensible, ¿de acuerdo?

—¿Te preparaste? —dijo JaeHyun mientras que su polla golpeaba contra el agujero de Taeyong.

—Por supuesto —dijo Taeyong, tratando de alinearlos. Era cierto que resultaba algo complicado prepararse y estirarse cada vez que quería ser follado. Taeyong hizo un pequeño puchero. Las mujeres lo tenían mucho más fácil. Al menos, últimamente no necesitaba mucha preparación, acostumbrado a la circunferencia de JaeHyun y siempre un poco estirado de su jodida anterior. JaeHyun solía ofrecerse a prepararlo, pero Taeyong se negaba siempre. Incluso la idea de que JaeHyun metiera sus dedos en su culo le hacía sonrojarse de vergüenza. La polla de JaeHyun era una cosa, sabía que JaeHyun también se estaba saliendo con la suya así que no se sentía tan tímido, pero los dedos... los dedos eran diferentes.

Además, cuanto menos íntimo fuera, mejor. No quería arruinar su amistad.

Taeyong siseó mientras se hundía lentamente en la polla. No siempre le gustaba demasiado esta parte, la extraña sensación inicial de tener algo tan grande en su trasero, pero sabía que mejoraría. Tan malditamente mejor.

—Tranquilo —murmuró JaeHyun, colocando sus manos en las caderas de Taeyong para estabilizarlo.

Sus ojos se encontraron y se miraron. Algo cambió en la expresión de JaeHyun.

Taeyong sintió que su piel se calentaba. Debido a la posición, sus caras estaban incómodamente cerca, y se sentía... diferente. Más íntimo, de alguna manera.

Desconcertado, Taeyong cerró los ojos y comenzó a montar a JaeHyun lentamente, concentrándose en la maravillosa sensación de una polla moviéndose dentro de su agujero. Pero aún no era suficiente. Podría joderse con un consolador con el mismo resultado. Amaba ser follado. Ni siquiera era que no quisiera hacer el trabajo; solo quería... solo quería recostarse y recibirlo. Había algo al respecto que lo encendía increíblemente. Tal vez era la parte tabú: se suponía que los hombres eran los que tomaban, después de todo. Tal vez fuera algo más. De cualquier forma, esto no era suficiente. Quería ser follado.

—Ugh, necesito algo distinto —dijo sin aliento, abriendo los ojos y enfocándolos en JaeHyun con cierta dificultad— Quiero estar debajo de ti.

Un músculo en la mejilla de JaeHyun saltó, su mirada muy oscura. Nunca había mirado a Taeyong con ese tipo de intensidad durante el sexo. Siempre bromeaban y reían durante el sexo, las bromas que impedían que las cosas se volvieran raras. Esto definitivamente se sintió un poco raro.

Pero antes de que Taeyong pudiera decir algo, JaeHyun los volteó.

Lo que siguió fue el polvo más intenso y brutal de su vida. Taeyong solo pudo jadear y mirar al techo con los ojos vidriosos cuando su mejor amigo prácticamente lo dobló por la mitad y jodidamente lo violó, cada embiste apuntaba a golpear su próstata a la perfección. Fue aterrador. Fue perfecto. Era todo lo que alguna vez hubiera necesitado.

—Oh Dios, ah, ah, sí, sí, sí —murmuró Taeyong incoherentemente. Había estado sosteniendo sus propias piernas separadas y apartadas, pero ahora las levantó y las apoyó en los hombros de JaeHyun mientras que lo empotraba como un martillo neumático. Mierda, esto era perfecto... la polla de JaeHyun se sentía tan perfecta.

—Eres una puta —dijo JaeHyun entre sus brutales embistes— Quieres estar tan lleno de mi polla que no puedas caminar derecho por una semana... Y que todos sepan qué puta de polla hay tras tu fachada de macho...

Taeyong se vino, tan de repente que lo tomó por sorpresa. Jadeó para respirar, tratando de recuperarse de la oleada de placer intenso y entender lo que acababa de suceder. Él simplemente... ¿Acaso se vino con unas cuantas palabras sucias?

Huh.

¿Por qué JaeHyun le había hablado de esa forma? Obviamente, JaeHyun no había querido decir esas palabras, pero ¿cómo sabía que encenderían a Taeyong?

Cuando Taeyong logró enfocar su mirada, encontró a JaeHyun mirándolo con una expresión muy extraña.

JaeHyun salió y rodó fuera de él.

—¿A dónde vas? —dijo Taeyong confundido. La polla de JaeHyun todavía parecía estar lo suficientemente dura como para doler.

—Me tengo que ir —dijo JaeHyun, subiéndose la cremallera aunque con cierta dificultad. Su voz sonó un poco apagada, cortada. No se encontró con la mirada de Taeyong.

—Es medianoche —dijo Taeyong, su confusión creciendo a cada segundo— Puedes quedarte la noche.

JaeHyun negó con la cabeza.

—Tengo que irme. Y entonces se fue.

Capítulo 7

—¿Vas a decirnos qué diablos te pasa?

JaeHyun miró a su hermano y bufó, viendo su mirada severa.

—Sé que eres un anciano, pero ya no soy exactamente un niño, Taeil. No tengo que explicarte nada.

La expresión de Taeil no cambió, sus cejas marrones se fruncieron cuando miró a JaeHyun con curiosidad.

—Has estado meditando. Tú no meditas. Tú no eres yo.

JaeHyun sonrió débilmente. Era un chiste familiar que, si bien Taeil y JaeHyun se veían igual de espeluznantes, salvo por el color de su cabello, no podían ser más diferentes en lo que se refería a sus personalidades. Taeil era reservado y responsable, inclinado a ordenar a la gente; JaeHyun era fácil de tratar y relajado, siempre y cuando no se tratara de algo o alguien que realmente le importaran. Si lo hiciera, era propenso a ser... demasiado intenso. Ahora que lo pensaba, tal vez fuera un poco como Taeil. Tal vez.

—No sé de qué estás hablando —dijo JaeHyun por fin, enfocando sus ojos en el partido de FIFA entre Haechan y Mark. Mark estaba derrotando absolutamente a su hermanastro, lo cual era bastante gracioso, considerando que Haechan era una ex estrella del fútbol.

Podía sentir la mirada no impresionada de Taeil incluso sin mirar.

—Apenas te hemos visto por semanas, pero luego te presentas en mi casa y prácticamente te mudas en ella. Sin mencionar que tu mejor amigo llamó a nuestro jodido teléfono fijo varias veces, y nos pediste que le mintiéramos diciendo que no estabas aquí. Qué carajo. ¿Desde cuándo evitas a Taeyong?

Desde que empecé a meter mi polla en él, pensó JaeHyun, pellizcando el puente de su nariz. No, no era cierto: las cosas habían estado bien al principio. Ni siquiera había pensado en lo que hizo con Taeyong como sexo real: eran solo amigos que se corrían juntos, nada más. No veía a Taeyong como un objeto de atracción. Pero la última vez, vio la estúpida "O" en la cara de Taeyong y, en lugar de sentirse divertido o incluso cariñoso, sintió una punzada de pura satisfacción y deseo masculino.

Y eso lo había asustado.

JaeHyun no quería a Taeyong. Nunca había querido a Taeyong. Siempre le había disgustado la idea de que los hombres homosexuales no pudieran ser buenos amigos con hombres heterosexuales sin desearlos en secreto. Tal vez evitar a Taeyong no fuera la mejor idea que hubiera tenido alguna vez, pero no tenía una mejor. Quería arreglar su cabeza, y no podía hacerlo si seguía clavando su polla en Taeyong todos los días.

Maldita sea, no quería joder su amistad. Se había mostrado tan reacio a aceptar la loca idea de Taeyong por una razón: demasiadas cosas podrían salir mal si las personas introducían el sexo en su amistad. Aún así no había esperado que él fuera el del problema: había pensado que Taeyong sería el que se asustaría. Parecía casi divertido ahora.

Taeil dejó escapar un suspiro.

—Bien. No hables. Pero te advierto que si no me dices qué es lo que te hizo meditar, Haechan te lo sacará de todas formas, y él será mucho más molesto que yo —sonaba exasperado, pero infinitamente cariñoso. Amoroso.

JaeHyun no podía negar que una parte de él estaba celosa. No por Haechan, había superado su fascinación por el marido de Taeil, sino por lo que tenían. JaeHyun quería eso, quería conocer a un chico que lo hiciera sonar tan ridículamente enamorado cuando hablara de él. Tenía veinticinco años. No estaba avergonzado de admitir que quería algo estable. Los hombres Jung generalmente no eran casuales. Todos ellos eran propensos al compromiso y la familia. Cuanto mayor se hizo JaeHyun, más real le resultaba eso. Él quería una relación. Simplemente no parecía poder comprometerse con ninguna de sus aventuras. Su amistad con Taeyong había sido prácticamente la única constante en su vida durante años, y sería condenado si la perdía debido a su polla.

—Creo que puedo haber jodido nuestra amistad —dijo JaeHyun con un suspiro.

—¿De qué forma? —dijo Taeil, mirando al juego de FIFA.

JaeHyun hizo una mueca, preguntándose cómo se suponía que le explicara la situación sin hacer que pareciera una locura. Sin mencionar que no quería hablarle a Taeil sobre las preferencias sexuales de Taeyong. Podría burlarse de Taeyong por su deseo totalmente directo a ser follado, pero se sentía demasiado protector con él como para contárselo a nadie.

—Solo... lo miré y tuve algunos pensamientos que estoy bastante seguro de que no debo tener sobre mi mejor amigo.

La mirada de Taeil se movió hacia él, sus cejas se juntaron.

—Está... bien formado —dijo— ¿No es natural sentirse un poco atraído por un chico bien formado si eres gay?

JaeHyun casi se rió. Era algo gracioso que Taeil estuviera casado con un hombre, pero no tuviera experiencia en sentirse atraído por otros hombres. Taeil había sido recto como una flecha hasta que conoció a Haechan.

—¿Te sientes atraído por cada mujer hermosa? —dijo JaeHyun, muy secamente.

—Está bien, tienes un punto —dijo Taeil.

—Además, Taeyong ni siquiera es mi tipo —dijo JaeHyun. Le lanzó a Haechan una mirada de reojo, solo para molestar a Taeil— Haechan lo es.

Taeil resopló, sin molestarse, el idiota.

—Entonces, ¿qué pasa con Taeyong? ¿Estás con él?

—No —dijo JaeHyun rápidamente— Estoy bastante seguro de que fue solo una vez.

—¿Entonces, cuál es el problema? ¿Por qué lo evitas?

JaeHyun hizo una mueca. Si bien estaba bastante seguro de que sus pensamientos solo habían sido confundidos por el sexo y no sentiría nada por Taeyong, sino un afecto amistoso mientras que no estuviera dentro de él, todavía existía el temor subyacente de que no fuera un hecho aislado. Maldita sea, no quería querer a Taeyong. Sentir algo por el mejor amigo de uno era una receta para el desastre. Casi había arruinado la amistad de toda la vida de Johnny y Mark. Claro, ahora estaban juntos, pero su relación había sido un infierno de desastre en ese momento. En ese entonces, su hermano le había dicho a JaeHyun que los sentimientos no correspondidos de Mark por él eran lo peor que le podría haber pasado. Solo su extraña codependencia les había impedido no volver a verse nunca más.

Taeyong y JaeHyun definitivamente no eran codependientes, por lo que cualquier atracción incómoda por un lado acabaría por terminar con su amistad. Él no quería eso. Si bien hipotéticamente podría funcionar perfectamente sin Taeyong, JaeHyun todavía estaba encariñado con la mierda de ese idiota y no quería perderlo. Habían sido amigos por siempre.

—Solo necesito lidiar con esta mierda antes de ver a Ty de nuevo —dijo JaeHyun.

—¿Y cómo planeas lidiar con eso?

JaeHyun sonrió tristemente. Primero lo primero: tenía que poner fin a sus malditas jodidas entre amigos. Sin jodidas, sin problema. El único problema con ese plan era que no era optimista sobre sus posibilidades contra los ojos azules de cachorro de Taeyong y su puchero triste. Así que necesitaba una razón, una buena, para detener lo que habían estado haciendo.

—Voy a conseguirme un novio —dijo JaeHyun.

Capítulo 8

—Se cansó de mí.

—Creo que ya has tenido suficiente, amigo —dijo la camarera.

Taeyong negó con la cabeza. No estaba borracho. Puede que estuviera un poco mareado, solo un poco, pero no estaba borracho. No, no, no.

—Se cansó de mí —dijo Taeyong.

La chica suspiró.

—Sí, ya has dicho eso. Como, diez veces.

Taeyong hizo un puchero.

—Tú también estás harta de mí. Puedo decirlo.

La camarera se echó a reír.

—Tratar con los borrachos es parte de la descripción del puesto. Confía en mí, no eres el más molesto. Eres un poco lindo en una forma patética.

Taeyong frunció el ceño, no estaba seguro de si estaba siendo insultado. Además, él no estaba borracho. Solo estaba... solo estaba...

Se quedó mirando el líquido marrón en su vaso.

—Todos se cansan de mí.

—Aquí vamos otra vez —murmuró la chica, sonando exasperada.

—Lo hacen —dijo Taeyong, y tiró su bebida hacia atrás.

—Vete a casa, amigo.

—Mamá le dijo una vez a papá que no estaba sorprendida de que yo no tuviera otros amigos además de JaeHyun —dijo Taeyong en su vaso— Lo escuché por casualidad.

Podía sentir los ojos de la chica sobre él. Ella no dijo nada.

—La gente se cansa de mí —murmuró Taeyong— Siempre lo hacen. Soy demasiado... demasiado necesitado —Sabía que era agradable, al principio. La gente siempre decía que era fácil estar cerca. Era ruidoso, un poco arrogante, un poco puta para llamar la atención, pero siempre con buenas intenciones. A la gente en general no le molestaba. Siempre tenía muchos amigotes, pero solo un amigo. JaeHyun era el único amigo que se había quedado estancado por años, el único que no se había cansado eventualmente de él, el único a quien no parecían importarle sus bromas tontas, su inmadurez y su necesidad. Todos, excepto JaeHyun, siempre le decían que creciera. JaeHyun era el único al que parecía gustarle como era.

Pero parecía que JaeHyun también se había cansado de él. Probablemente estaba destinado a suceder. Si sus propios padres lo encontraban como una decepción total, por supuesto que JaeHyun también se cansaría de su mierda. Era inevitable. Así que no había razón para estar tan molesto. Estaba bien. Él podría hacer frente a eso.

Taeyong se mordió el tembloroso labio, odiándose un poco por su incapacidad para ser duro. Joder, ¿por qué estaba tan arruinado? Se suponía que los hombres eran duros; su papá siempre lo decía. Su padre ni siquiera había llorado en el funeral del abuelo de Taeyong. Si su papá pudo hacerlo, Taeyong podría lidiar con su mejor amigo evitándolo y negándose a atender sus llamadas.

—No lo extraño —dijo tercamente— Que se joda.

La chica suspiró, sonando sufrida, como si no fuera la primera vez que Taeyong lo dijera esta noche.

Tal vez no lo era.

Los hombros de Taeyong se desplomaron.

—Extraño su polla —dijo con nostalgia.

—Está bien, definitivamente has tenido suficiente —dijo la camarera, mirándolo con una sonrisa torcida— Ve a casa y duerme, chico bonito. Estoy segura de que tu novio responderá a tus llamadas con el tiempo.

Taeyong frunció el ceño, su estómago apretado en algo incómodo.

—Él no lo es, no es mi novio. No soy gay.

—Ah.

Taeyong la miró con suspicacia.

—¿Que se supone que significa eso?

La chica se encogió de hombros.

—Lo que sea. De todos modos, mi consejo es el mismo: ve a dormir. Las cosas se verán mejor por la mañana.

—No funciona.

—¿Qué no lo hace?

—Dormir hasta que pase —dijo Taeyong— Sigo esperando, y esperando, pero nop. Todavía sigo siendo yo, y sigo siendo el mismo perdedor de quien se hartó.

La chica dejó escapar un suspiro. Sus ojos eran casi una sombra exacta como los de JaeHyun.

—Por el amor de Cristo. ¿Estás seguro de que no era tu novio? Definitivamente no lamenté tanto cuando mi verdadero novio me dejó hace un tiempo.

Taeyong negó con la cabeza con una débil risa.

—Te dije que no soy gay. No estoy deprimido. Sólo soy...

—Solo flipando —dijo la chica, muy secamente—Seguro que parece que no estás deprimido.

Taeyong la fulminó con la mirada, pero en el mejor de los casos estaba descorazonado. No se sentía muy bien, tanto física como emocionalmente. Estaba solo... tan malditamente cansado. Cansado de no saber qué demonios quería de su vida, cansado de su incapacidad para ser alguien con quien la gente quisiera quedarse.

Tal vez si fuera una mejor persona, alguien más armado, alguien más desinteresado y menos agresivo, JaeHyun no se habría cansado de él. Tal vez si no hubiera presionado a JaeHyun para que lo follara, JaeHyun todavía habría sido su amigo.

¿Un amigo? Dijo una voz en el fondo de su mente.

Sí, un amigo, se dijo Taeyong obstinadamente. JaeHyun era más importante para él que unos orgasmos grandiosos. Podía sobrevivir sin la polla de JaeHyun, pero definitivamente no quería perder al mejor amigo que siempre había estado para él. Tal vez JaeHyun había tenido razón y era un error el mezclar la amistad con el sexo, pero no era como si pudiera decirle a JaeHyun eso cuando no estaba respondiendo a sus llamadas.

—Dame otra botella —Taeyong le dijo a la camarera.

—No —dijo ella— Definitivamente has tenido suficiente. Mira, vete a casa. O llama a tu novio y dile que te lleve a casa.

—Él no es mi novio —dijo Taeyong, con las cejas fruncidas por la confusión. Creyó que ya le había dicho eso. ¿O no lo había hecho?— Ni siquiera soy su tipo —murmuró— Él no me quiere, no así. Incluso si yo fuera gay, y no lo soy, él no elegiría a alguien como yo —Los labios de Taeyong se retorcieron— Nunca elegiría a alguien como yo. Yo soy... yo soy, yo. Él siempre va tras chicos interesantes y exitosos, no perdedores como yo.

—Creo que estás siendo demasiado duro contigo mismo, amigo. Como, no te conozco, pero ¿no dijiste que administras un pub?

Taeyong negó con la cabeza.

—Es de mi abuelo. Y no es mucho. Apenas hago lo suficiente como para cubrir mis cuentas. Alguien más inteligente tal vez podría hacerlo rentable. Mis padres no creen que sea un trabajo de verdad de todos modos... creo que soy demasiado estúpido para conseguir uno real. Probablemente JaeHyun también lo cree. Él es... es inteligente. No como yo. No sé por qué estuvo atrapado conmigo por tanto tiempo... Nadie lo hace —sonrió torcidamente— Incluso mis padres se dieron por vencidos cuando les dije que lo estaba fingiendo. Creen que me voy a ir al infierno por no creer realmente en su Dios. Como que, a veces creo en él, tal vez, pero no como sí, creyera verdaderamente, y ellos lo toman como un insulto personal —resopló una carcajada— Aunque todavía piensan que "es solo una fase", como si lo estuviera haciendo solo para molestarlos. No me toman en serio. Nadie jodidamente lo hace.

La camarera ahora fruncía el ceño.

—Está bien, tienes más problemas de los que pensaba. ¿Quizás intentar lidiar con ellos uno a la vez? Eres una especie de desastre. Sin ofender.

Taeyong no se ofendía. Era un desastre. Uno que no se ofendía por la verdad.

—No sé cómo —le dijo, mirándola con los ojos abiertos y sin parpadear.

Ella suspiró.

—Por favor no hagas eso. Tus ojitos de bebé triste son estúpidamente efectivos.

Taeyong asintió.

—Siempre funcionan. Incluso en JaeHyun, a pesar de que él lo niega —O al menos habían funcionado con JaeHyun.

Los hombros de Taeyong se desplomaron.

—¿Por qué está ignorando mis llamadas?

La chica suspiró y se volvió hacia otro cliente.

Taeyong se inclinó sobre la barra, sintiéndose muy mal por sí mismo.

Capítulo 9

Cuando JaeHyun finalmente respondió su maldito teléfono luego de dos semanas de ausencia, Taeyong no estaba de muy buen humor.

—¿Dónde demonios has estado? —siseó, más que un poco enojado, y dolido. Para ser justos, nunca habían estado atados a la cadera y habían pasado más de dos semanas sin verse. Pero esta vez se había sentido... diferente. Además, JaeHyun siempre había respondido cuando Taeyong lo llamaba. Siempre. Incluso cuando no estuvieron juntos por meses, generalmente se enviaban mensajes de texto o hablaban por teléfono. Esta vez, JaeHyun claramente lo había estado evitando.

—Lo siento, estaba atrapado en algo —dijo JaeHyun.

—En algo —dijo Taeyong rotundamente, profundamente impresionado. ¿Qué era tan importante para que JaeHyun lo ignorara por completo durante semanas?

—Alguien —dijo JaeHyun— Conocí a un chico. Su nombre es Brad. También es estudiante de derecho.

Taeyong miró a la pared opuesta sin verla, sintiéndose cegado por la noticia.

—¿Brad? —dijo al fin— Suena como un imbécil. Brad el Imbécil. Brad está, como, en el Top 5 de los nombres más idiotas del mundo.

—Eres un niño, Ty —JaeHyun sonaba como si estuviera sonriendo— Él es un amor. Ya hemos tenido algunas citas. Realmente me gusta. Simplemente es mi tipo.

Taeyong decidió que no le gustaba esta persona Brad. Por un momento, no estaba seguro de por qué se sentía tan convencido sobre un chico que ni siquiera había conocido. Entonces se dio cuenta de algo: si JaeHyun estaba saliendo con alguien, eso significaría que se detendría... En general, los novios no estaban de acuerdo con que sus personas importantes se follaran a otra persona.

Taeyong frunció los labios.

—Pero ¿qué hay de mí?

Hubo un silencio en la línea.

—¿Tú? —dijo JaeHyun por fin.

Taeyong frunció el ceño. ¿No era obvio lo que quería decir? ¿JaeHyun iba a obligarlo a decirlo en voz alta?

—Ese tipo Brad probablemente no te permitiría joderme de lado —dijo Taeyong.

—Probablemente no estés equivocado —dijo JaeHyun, con voz extremadamente seca.

—JaeHyun —Taeyong apuntaba con reproche, pero su voz salió mal, gimiendo y haciendo pucheros. ¿Qué había con JaeHyun que lo reducía a ser un niñato total? Era muy desconcertante.

JaeHyun se echó a reír.

—No, Ty. Simplemente no. Seguramente, ¿no creerías que voy a poner mi vida personal en espera hasta que superes tu fijación por la polla?

Taeyong frunció el ceño de nuevo.

—Pero eres mi mejor amigo —dijo, aunque salió inseguro. Después de las últimas semanas, no estaba tan seguro como antes.

—Estoy bastante seguro de que follarte no está entre mis deberes como mejor amigo —dijo JaeHyun. Ya no sonaba divertido. Taeyong no estaba seguro de qué habría en la voz de JaeHyun, pero fuera lo que fuera, no le gustaba.

—Por supuesto que no es tu deber —dijo rápidamente—Yo solo —Su cara se puso caliente. Taeyong se aclaró la garganta—.. No importa. Tienes razón. Deberías salir con quien quieras. Voy a... voy a descubrir algo.

Colgó, sintiéndose ridículamente molesto sin ninguna razón. Esto fue patético. Él no era una especie de... puta de polla. Podría totalmente ser amigo de JaeHyun sin querer su polla. Incluso si fuera una puta de polla, no era necesariamente por la polla de JaeHyun. Cualquier polla serviría. En teoría.

El teléfono de Taeyong sonó. Era JaeHyun.

—¿Qué quieres decir con que descubrirás algo? —dijo JaeHyun cuando Taeyong respondió.

Taeyong apretó los labios. ¿Por qué era asunto de JaeHyun? JaeHyun era libre de salir con ese pequeño imbécil suyo; había dejado claro que no le importaba Taeyong en absoluto. Primero ignoró a Taeyong durante semanas, ahora esto.

—Siempre hay juguetes sexuales —Taeyong esperaba que su voz no sonara tan poco entusiasta como se sentía. Un consolador no era lo mismo. No importaba lo realista que pareciera, ni siquiera era lo real. Sin mencionar que follarse a sí mismo con un juguete sexual tomaba mucho esfuerzo, su muñeca le dolía después, y él no era tan bueno en eso como JaeHyun, lo que a Taeyong no le daba pena admitir. JaeHyun era un hombre gay; tenía sentido que fuera mejor follando con los chicos que un hombre heterosexual como Taeyong— Y no eres el único hombre con una polla, ¿verdad? —Taeyong agregó con humor forzado, tratando de ignorar su inquietud. No podía imaginarse confiando en un extraño, algún tipo gay que no conociera y quién podría tener una idea equivocada sobre él: follarlo en lugar de JaeHyun.

—Correcto —dijo JaeHyun, su tono difícil de leer, antes de quedarse en silencio.

El silencio se alargó, volviéndose incómodo.

Taeyong se mordió el labio, sintiéndose confundido por la extraña tensión. La amistad entre él y JaeHyun siempre había sido fácil. No tenía lugar para los silencios extraños.

Por fin, JaeHyun dijo tersamente,

—Buena suerte, entonces.

Y colgó.

Así.

Taeyong miró fijamente su teléfono, con una desagradable decepción agitándose en la boca de su estómago. Luego de semanas de ausencia de JaeHyun, esta no era la reunión que había tenido en mente. Pensó... pensó que JaeHyun tendría una buena razón para ignorarlo. Brad el Imbécil no era una buena razón, maldita sea.

¿Eran incluso amigos?

¿Estaba JaeHyun realmente harto de él?

Odiando lo inseguro y molesto que se sentía, Taeyong cortó ese tren de pensamiento.

Con la boca abierta, descargó la aplicación de Grindr en su teléfono. No necesitaba a JaeHyun. Podría estar totalmente bien sin JaeHyun.

Y lo iba a demostrar.

• ━━━━ 🍸 ━━━━ •

Brad: En ingles es Brad the Prat. Brates imbécil. Se pierde la rima.

Grindr: es una app destinada principalmente al público gay, que principalmente se utiliza para ligar.

Capítulo 10

Su nombre era Greg. Tenía veintisiete años y le gustaba entrenar y follar a chicos contra el colchón, al menos eso era lo que le había dicho a Taeyong cuando se habían enviado mensajes de texto.

—Wow, eres caliente —fue lo primero que dijo Greg cuando Taeyong abrió la puerta de la habitación de hotel que había alquilado.

Taeyong se alejó cuando el chico trató de besarlo.

—Te lo dije, sin besar —dijo él, cruzando los brazos sobre su pecho— No soy gay. No me toques.

Greg se echó a reír, mostrando sus dientes blancos y rectos.

—Será difícil si quieres mi polla en ti, pero lo que sea. Tú no eres el primer "hetero" que tiene sed de polla que me he follado.

Taeyong lo miró, sintiéndose más incómodo a cada segundo. Se movió de un pie al otro, desvistiéndose lentamente mientras que Greg se desvestía rápidamente. No estaba excitado en lo más mínimo. No sentía absolutamente nada, excepto por la creciente necesidad de correr. ¿Qué estaba haciendo aquí? Él no era gay.

Incluso la polla dura de Greg no lo estaba haciendo por él. Se veía raro. No era tan recta como la de JaeHyun; estaba curvada hacia la izquierda. Y aunque era casi del mismo tamaño que la de JaeHyun, no era ni con mucho tan bonita y deliciosa. Taeyong trató de no insistir en el hecho de que probablemente fuera un motivo de preocupación, el que pensara que la polla de su mejor amigo era "deliciosa".

—Vamos —dijo Greg. Completamente desnudo, se sentó en la cama, acariciando perezosamente su gorda polla antes de enrollar un condón— Sé un buen chico hétero y monta mi polla. Sabes que lo quieres.

Taeyong miró esa polla, tratando de convencerse a sí mismo de que se sentiría bien una vez que realmente la tuviera dentro. ¿No era esto lo que quería? Lo era. Habían pasado semanas desde que había sido follado de verdad. Extrañaba la sensación de una polla gruesa entrando en él, perdiéndose a sí mismo por el placer de hacerlo. Los consoladores no se acercaban a lo real. De todos modos, la polla de Greg no se veía tan mal. Era bonita y gruesa y probablemente se sentiría bien. Taeyong se lo imaginó jodiéndolo, y finalmente sintió una sacudida de excitación.

Pero luego cometió el error de mirar al hombre desnudo al que estaba unido la polla e instantáneamente mató su excitación. Por ejemplo, no era como si Taeyong hubiera comido con los ojos el cuerpo de JaeHyun durante el sexo o algo así: la polla de JaeHyun era la única cosa en la que había estado interesado, pero el cuerpo de JaeHyun era... muy agradable de ver, objetivamente. Ya que, Taeyong era heterosexual, no ciego. Podía apreciar los músculos tonificados de JaeHyun y su cuerpo bien acicalado, incluso si no lo encendiera exactamente. JaeHyun siempre había olido bien, su piel limpia y suave. Así que sí, a Taeyong no le importaba mirar a JaeHyun. En contraste, el acné del hombro de Greg, el pecho velludo y la barriga cervecera eran algo repugnantes.

Taeyong frunció el ceño, más allá de frustrarse consigo mismo. No lo entendía. Una buena polla era lo único por lo que había venido, ¿verdad? El resto del cuerpo de Greg no debería importar, él no era gay por estar interesado en los cuerpos de los tipos, pero por alguna razón, sí importaba. Nunca había estado menos excitado en su vida.

—Compañero, no tengo toda la noche —dijo Greg, empezando a sonar molesto— ¿Eres uno de esos tipos "heterosexuales" que no pueden decidirse? Me prometieron una cogida. Ven aquí, maldita sea.

Taeyong dio un paso atrás, mirando al chico con recelo. Sólo ahora se dio cuenta de que había un insulto en la voz del chico y su rostro estaba sospechosamente rojo. Greg no estaba sobrio. ¿Cómo diablos se había perdido eso?

—Yo —dijo inseguro, retrocediendo otro paso—.. Mira, hombre, lo siento, pero no quiero hacerlo.

—¿Estás bromeando? —Greg gruñó, apretando los puños. Eran enormes, notó Taeyong con creciente inquietud. Greg lo fulminó con la mirada— ¿Conduje hasta el otro jodido extremo de la ciudad para esta mierda?

—Mira, no hay necesidad de estar molesto.

—¡Te voy a mostrar lo molesto, pequeño calienta pollas!—Greg caminó hacia él, con una expresión francamente amenazadora.

Fue pura autoconservación, no cobardía. Taeyong corrió al baño y lo bloqueó. Greg golpeó la puerta, maldiciendo y gritándole a Taeyong.

—Tranquilízate —dijo Taeyong, tanto para él como para Greg. No era una nenita. Podía totalmente enfrentar a ese tipo, sin importar cuán grandes parecieran esos puños. Hacía ejercicio, por el amor de Dios. Estaba en muy buena forma.

Excepto que tener los músculos no significaba mucho si no sabías cómo usarlos. Nunca había estado en una pelea real. La última vez que había estado en una tenía quince años, e incluso entonces no había tenido que luchar. JaeHyun lo había hecho por él.

JaeHyun.

Podría llamar a JaeHyun. JaeHyun sabría qué hacer.

Increíblemente feliz de que todavía tuviera puestos sus jeans y su teléfono en el bolsillo, Taeyong lo sacó y marcó el número familiar.

—¿Estás bromeando? —dijo JaeHyun cuando Taeyong le explicó la situación— Dime que estás bromeando.

—Hay un borracho enojado, cachondo fuera del baño — siseó Taeyong, haciendo una mueca cuando Greg empujó con fuerza contra la puerta— Ven aquí y ahuyéntalo. Puedes burlarte de mí más tarde.

JaeHyun colgó.

Taeyong solo podía esperar que eso significara que JaeHyun tenía prisa por llegar a él en lugar de volver a dormir.

¿Habría escrito la dirección que Taeyong le había dicho?

—Mira, no hay necesidad de estar molesto —intentó de nuevo, alzando la voz.

—¡Sal, idiota! —La puerta volvió a sonar.

Taeyong suspiró y se deslizó hasta el suelo, pensando que podría ponerse cómodo hasta que JaeHyun llegara. Casi esperaba que Greg se aburriera y se fuera, pero como la gente borracha solía ser, el tipo parecía ser estúpidamente obstinado y se empeñaba en "enseñarle una lección". Ni siquiera parecía que se hubiera vestido. Joder, JaeHyun nunca iba a dejarlo olvidar esto, si JaeHyun llegaba.

Taeyong frunció el ceño. Llamar a JaeHyun, esperando que JaeHyun lidiara con su desastre, fue una reacción instintiva, un hábito profundamente arraigado luego de años de amistad, pero tal vez no debería haberlo hecho. Todavía no se habían encontrado después de esa extraña llamada telefónica del otro día, y los pocos mensajes de texto que habían intercambiado eran extrañamente tensos e incómodos. Taeyong no tenía ni idea de dónde estaban parados el uno con el otro. Una parte de él todavía estaba enojada con JaeHyun por su acto de desaparición, e irritado con él por haber elegido salir con algún Brad en lugar de él.

Pero también extrañaba a su mejor amigo.

¿Y si no venía?

Taeyong intentó alejar el pensamiento, pero se negó a dejarlo. Después de las últimas semanas, no se sentía seguro en lo que se refería a su amistad con JaeHyun. Si JaeHyun no venía...

Bueno, eso respondería de una vez por todas a la pregunta de si JaeHyun estaba harto de él o no, ¿verdad?

Capítulo 11

Taeyong no supo cuánto tiempo esperó. Intentó no mirar su teléfono, no quería seguir revisándolo como una persona obsesionada.

Finalmente, escuchó algunos ruidos que no eran los insultos de Greg.

—Vístete y sal —dijo la voz de JaeHyun.

Los hombros de Taeyong se hundieron con alivio. Había venido.

—¿Quién te crees que eres? —Greg gruñó, aún sonando enojado.

Taeyong sintió una punzada de preocupación. Al tener tantos hermanos, JaeHyun era mucho mejor luchando que él, pero los puños de Greg aún podían hacer un daño sustancial. Taeyong pensó en dejar el baño y ayudar a JaeHyun, pero antes de que pudiera hacer nada, JaeHyun mordió.

—Sal.

Debía haber algo convincente en su rostro, porque en realidad Greg pareció darse por vencido, refunfuñando algo cerraba de golpe.

—¿Taeyong?

Taeyong se levantó, abrió la puerta y le dio a JaeHyun su mejor mirada tímida.

—Gracias, hombre. ¡Eres un salvavidas!

Un músculo se contrajo en la mandíbula de JaeHyun, sus ojos grises tempestuosos mientras clavaba a Taeyong con una mirada fulminante. Eso hizo que Taeyong se pusiera nervioso. Era muy, muy difícil, realmente, molestar a JaeHyun, pero no era bonito cuando sucedía.

—¿Qué pensabas que estabas haciendo? —gruñó JaeHyun, agarrando los hombros de Taeyong y sacudiéndolo— Citarte con un total extraño, un extraño borracho, en algún sitio lúgubre, donde a nadie le importaría una mierda si te violara o te hubiera asesinado.

—¿Cómo se suponía que supiera que aparecería borracho? —dijo Taeyong, sin apreciar el tono de JaeHyun.

JaeHyun frunció el ceño.

—Podrías haberle dicho que se fuera cuando viste que no estaba sobrio, ya sabes, antes de que estuviera desnudo y cachondo. ¿Estás tan desesperado por una polla?

Taeyong sintió arder sus orejas.

—Estás empezando a enojarme, hombre.

—¿Yo? —JaeHyun dijo, sus dedos clavándose en sus hombros, con fuerza— Son las dos de la mañana, tengo clases en unas pocas horas, pero tengo que rescatar tu imbécil trasero de un borracho, porque estás sediento de polla, pero eres demasiado gallina para actuar como un adulto al respecto.

—Vete a la mierda —escupió Taeyong, tratando de liberarse de las garras de JaeHyun— No deberías haber venido si fue tan molesto —Odiando lo gruesa que sonaba su voz y esperando distraer a JaeHyun, Taeyong se lanzó a la ofensiva—¿Por qué estás tan enojado? Me has salvado de situaciones mucho más ridículas. Pensé que te burlarías de mí, no que me masticarías. ¿Qué demonios? ¿Por qué estás tan enojado?

La mandíbula de JaeHyun se apretó.

—Estoy enojado —dijo, muy planamente— Porque eres demasiado descuidado. Podría haberte lastimado, Taeyong. Incluso si ese tipo no estuviera borracho, podría haberte lastimado. Suenas bastante malditamente ofensivo cuando empiezas a decir cosas sobre no ser gay, como si ser gay fuera algo terrible. No me ofendo, porque sé que no lo dices así, pero los extraños al azar no lo saben. Estoy enojado porque estaba preocupado, idiota.

Taeyong frunció el ceño, su ira se drenó de él.

—Lo siento —murmuró, bajando la mirada. No se había dado cuenta de que lo que decía sonaba ofensivo. Estaba acostumbrado a poder decirle cualquier cosa a JaeHyun sin ofenderlo; no se había dado cuenta de que otras personas podrían tomar sus palabras de forma equivocada.

JaeHyun suspiró, tirando de él en un abrazo flojo.

—Simplemente no lo hagas de nuevo —dijo.

Taeyong puso sus brazos alrededor de la cintura de JaeHyun, devolviéndole el abrazo. El abrazo se sintió un poco extraño, pero tan malditamente bueno. Justo lo que necesitaba después de las semanas de incertidumbre y dudas. El familiar olor de JaeHyun era extrañamente calmante, y Taeyong se encontró a sí mismo apretando sus brazos alrededor de él, cerrando los ojos y relajándose. Se sentía como si estuviera respirando libremente por primera vez en semanas. JaeHyun seguía siendo su mejor amigo. Todo estaba bien en el mundo.

—Me hubiera acobardado incluso si él no estuviera borracho —dijo en voz baja, presionando su nariz en la unión entre el cuello y el hombro de JaeHyun.

JaeHyun resopló.

—¿Demasiado gay?

—Un poco —admitió Taeyong, y se tensó cuando las manos de JaeHyun se deslizaron arriba y abajo por su espalda desnuda. Probablemente se suponía que el gesto fuera reconfortante, pero su cuerpo hambriento de sexo todavía parecía asociar a JaeHyun con orgasmos alucinantes, por lo que el toque lo estaba excitando. Un poco avergonzado por su excitación totalmente inapropiada, Taeyong trató de mantener sus caderas separadas para que JaeHyun no notara su polla endureciéndose— Igualmente, ahora sé con certeza que definitivamente no soy gay. No podía imaginarme dejar que ese tipo me jodiera. Ni siquiera quería su polla, en realidad no.

Durante un largo momento, JaeHyun no dijo nada, con las manos en la espalda de Taeyong.

—Quieres la mía —Era una declaración, pronunciada en un tono extraño.

—No, quiero decir —Taeyong se lamió los labios. Habían sido semanas—.. La echo de menos —murmuró, contento de que JaeHyun no pudiera ver su rostro sonrojado.

—Mi polla —dijo JaeHyun, en el mismo tono extraño, recortado.

Taeyong asintió.

—Lo sé: estás saliendo con alguien —dijo malhumorado. ¿Lo hacía una mala persona que no le importara una mierda ese tipo Brad? Solo era un nombre. Era tan injusto. Brad había conocido a JaeHyun por unas pocas semanas. Taeyong había sido su mejor amigo desde que eran niños. Seguramente eso le daba más derecho a la polla de JaeHyun.

Taeyong se mordió el labio para no decirlo, porque se dio cuenta de lo ridículo que sonaba.

—¿Ya lo has follado?

Con las manos agarrando los hombros de Taeyong, JaeHyun lo empujó hacia atrás para estudiar su rostro.

—¿Qué te importa? —dijo con su rostro inescrutable, sus ojos brillando con cierta emoción que Taeyong no pudo leer.

Taeyong se encogió de hombros, evitando su mirada. Sus pensamientos sonaban tontos, incluso en su propia cabeza. A él solo... no le gustaba pensar en la polla de JaeHyun en un bonito chico gay de cabello capuchino. Incluso imaginarlo hacía que sus puños se apretaran y le dolieran los dientes por lo fuerte que los apretaba.

JaeHyun se echó a reír. Había algo extraño en esa risa, algo que a Taeyong no le gustaba.

—Eres jodidamente increíble —dijo JaeHyun— Eres muy heterosexual, no te gusto, pero crees que mi polla es de tu propiedad. ¿Correcto?

Taeyong miró hacia abajo, su cara caliente.

—Respóndeme —dijo JaeHyun, tomando su barbilla y obligándolo a mirarlo a los ojos—¿Correcto, Taeyong?

Taeyong lo miró con recelo, su estómago temblando de nervios. Era extraño, pero el hombre que le hablaba no se parecía en nada a su mejor amigo. Era como mirar a una persona diferente, un total desconocido. No había nada del exasperado y sufrido afecto con el que JaeHyun solía mirarlo. En cambio, había algo malo y duro en los ojos de JaeHyun.

—Te hice una pregunta —dijo JaeHyun rotundamente.

—No me gusta tu tono —dijo Taeyong, tratando de ocultar su incomodidad— Soy tu mejor amigo, ¿recuerdas?

Una sonrisa torcida y amarga apareció en los labios de JaeHyun.

—Pero no quieres a tu mejor amigo —Su mano se deslizó hasta el culo de Taeyong y apretó, haciendo que Taeyong lo mirara en shock. JaeHyun lo miró con ojos oscuros e inescrutables—Todo lo que quieres es mi polla. Tú eres nada más que una puta de polla.

—Te voy a dar un puñetazo si no lo cortas —dijo Taeyong, frunciéndole el ceño. Por alguna razón misteriosa, tenía una erección, pero eso era totalmente irrelevante.

JaeHyun sonrió. No fue una linda sonrisa.

—¿Recuerdas el porno que una vez le robamos a tu primo cuando teníamos trece años? Acerca de una linda chica rubia que pasó todo el rato sobre su espalda. Ella siempre estaba desesperada por eso, su coño mojado e hinchado todo el maldito tiempo. Ella dejaba que cualquiera con una polla se la follara. A ella no le importaba si era un chico del correo, el chico de las pizzas o su maestro, no importaba, siempre y cuando tuviera una polla larga y gorda en ella.

Taeyong se lamió los labios resecos, su corazón latía con fuerza.

—¿Qué tiene eso que ver con esto?

JaeHyun lo miró a los ojos y presionó sus dedos contra la grieta de Taeyong, la presión lo enloquecía incluso a través de la mezclilla.

—Eres como ella. Una puta de polla. Todo lo que quieres es una polla. Apuesto a que si tuvieras un coño, estarías goteando todo el tiempo.

Un pequeño gemido salió de los labios de Taeyong. Miró a JaeHyun con los ojos muy abiertos.

JaeHyun lo estudió por un momento, su mirada oscura y evaluadora. Luego deslizó su dedo debajo de los pantalones de Taeyong y acarició ligeramente el agujero sensible de Taeyong. Las fosas nasales de JaeHyun se ensancharon.

—¿Ves? Estás jodidamente mojada.

Balbuceando, Taeyong lo fulminó con la mirada. Así que se había preparado mientras esperaba a Greg. Eso no lo hacía... no lo hacía estar "mojado". ¿A qué jugaba JaeHyun?

—Mírate —dijo JaeHyun, frotando el dedo sobre su agujero— Ya estás toda mojada y ansiosa y apenas te toqué

—JaeHyun empujó un dedo y Taeyong se estremeció, su agujero se apretó alrededor de él— ¿Quieres mi polla en tu coño?

—Cállate, cállate, cállate —dijo Taeyong débilmente, a pesar de que su cuerpo estaba empujando el dedo de JaeHyun. Joder, nunca se había sentido tan desesperado por nada en su vida y se había asustado al mismo tiempo. Este era el dedo de JaeHyun en su culo. Por alguna razón, parecía más tabú que tener la polla de JaeHyun en él. Esto era sucio, y equivocado, y gay.

JaeHyun se inclinó y murmuró en su oído:

—¿Quieres mi polla en tu coño, Ty?

—Vete a la mierda —dijo Taeyong, pero salió como un gemido. No entendía por qué JaeHyun lo estaba haciendo, por qué estaba siendo tan malo con él, por qué estaba diciendo esas cosas, cosas que iban directamente a su polla, por alguna estúpida razón.

—Mira lo mojada que estás para mí —dijo JaeHyun, deslizando su otra mano entre ellos y tocando el punto húmedo en los pantalones de Taeyong, donde tenía una fuga desde que llegara. Comenzó a acariciar la polla de Taeyong extrañamente, como si fuera... como si fuera un clítoris.

Taeyong presionó su frente contra el hombro de JaeHyun, su respiración era áspera y su corazón latía con fuerza. No sabía por qué esto lo estaba excitando. Él no era una mujer. No tenía un jodido coño. Era un chico. Un chico heterosexual. Esto no debería ser tan malditamente excitante.

JaeHyun sacó su dedo. Taeyong se quejó.

—JaeHyun.

—¿Quieres mi polla?

—Por favor.

Los dientes de JaeHyun rozaron contra su oreja.

—¿La quieres en tu coño?

Taeyong se mordió el labio, duro. Se negaba a decir eso.

—¿Por qué estás siendo tan idiota?

—¿Quieres mi polla en tu coño? —JaeHyun dijo de nuevo, más fuerte, empujando su dedo contra el perineo de Taeyong.

—¡Sí! —Soltó Taeyong. Se iba a vengar totalmente de JaeHyun por esto... luego de que JaeHyun finalmente le diera lo que quería.

—Entonces sé una buena chica: quítate la ropa, sube a esa cama y abre las piernas para mí.

Enrojecido por la humillación y la ira... y esa ridícula excitación, Taeyong hizo lo que le dijo.

Estirándose en la cama, observó a JaeHyun desvestirse sin prisa, con los ojos entrecerrados fijos sobre el cuerpo desnudo de Taeyong. Todavía había algo oscuro y desconocido en su mirada, ese borde malo que ponía a Taeyong tan nervioso y caliente como el demonio.

Taeyong se lamió los labios cuando JaeHyun se quitó los pantalones y su polla se liberó. Su boca se hizo agua al verla. Mierda, quería chuparla.

Pero JaeHyun no lo dejó. Desnudo, caminó hacia la mesita de noche y alcanzó los suministros que Taeyong había puesto allí. Rodando el condón encima de su erección, JaeHyun lo miró, su mirada vagando sobre el desnudo cuerpo de Taeyong sin vergüenza.

En ese momento, Taeyong se dio cuenta de que JaeHyun ya había terminado de interpretar el papel del mejor amigo indulgente. JaeHyun había terminado de tratarlo con guantes de seda. JaeHyun estaba lo suficientemente enojado como para no preocuparse por las reservas de Taeyong sobre el sexo gay. JaeHyun solo iba a tomar lo que le estaba ofreciendo.

Taeyong lo miró sin aliento, mientras que JaeHyun lubricaba su dura polla. No podía mirar hacia otro lado. No podía dejar de mirar con avidez los fuertes y grandes dedos de JaeHyun acariciando esa gruesa y enrojecida polla. Joder, tal vez era una puta de polla. Nada lo había excitado más que esa polla.

JaeHyun se metió en la cama.

Taeyong se estremeció cuando el musculoso cuerpo de JaeHyun cubrió el suyo.

La cara de JaeHyun se alzaba sobre él mientras que miraba a Taeyong.

—Te voy a besar —declaró JaeHyun— Y si quieres mi polla, me devolverás el beso.

El corazón de Taeyong se aceleró.

—¿A qué estás jugando? ¡Detente, detén esto!

Algo cambió en los ojos de JaeHyun, un destello de algo que podría parecer remordimiento, pero no lo era.

—¿Es demasiado gay para ti? —dijo JaeHyun, sus labios torciéndose— Entonces sal de la cama.

Taeyong lo fulminó con la mirada, pero no se movió. Pese a la sensación de pánico en sus entrañas, insistiendo en que esto estaba mal... tenía a un hombre desnudo y excitado sobre él que iba a besarlo, Taeyong no podía moverse, su polla dolorosamente dura contra la cadera de JaeHyun.

Miró de los inescrutables y duros ojos de JaeHyun a sus labios y tragó.

La boca de JaeHyun se acercaba más y más hasta que sus labios se separaron, el cuerpo desnudo de JaeHyun lo aplastó. JaeHyun siempre había sido tan cuidadoso de mantener cierta distancia con él, cuidando de no asustarlo durante el sexo. Ahora estaba haciendo lo contrario, casi parecía como si quisiera asustar a Taeyong, si quisiera abrumarlo.

La lengua de JaeHyun salió disparada y lamió el labio inferior de Taeyong.

Taeyong se quedó sin aliento, su corazón martilleaba en su pecho, todo su cuerpo tenso.

La lengua deJaeHyun se deslizó dentro de su boca, sus dientes rozando el labio de Taeyong,su rastrojo rasguñando su barbilla. Taeyong se estremeció, un gemido se elevóen su garganta. JaeHyun tomó su barbilla con una mano y lo besó fuerte yprofundo, su lengua explorando la boca de Taeyong, tan condenadamente seguro ycontundente que rápidamente abrumó a Taeyong. A él no le gustó. No le gustócómo el beso lo hizo sentir inmaculado, como si fuera alguna niña, una niñavirgen, que nunca había besado a nadie. No sabía qué hacer con su boca, cómo sesuponía que debería mover los labios. Solo podía separar sus labios y dejar queJaeHyun hiciera lo que quisiera, pequeños sonidos escapándose de su boca involuntariamente. A él no le gustó. Era demasiado intenso y extraño, el rastrojo de JaeHyun hacía evidente que un hombre lo estaba besando.

Pero se sentía como si su cuerpo se estuviera derritiendo, sus rodillas se debilitaran y sus miembros quedaran deshuesados. Era bueno que estuviera acostado; no sería capaz de sostenerse de pie. Su cabeza daba vueltas. No podía mantener los ojos abiertos, abrumado por la fuerza del beso. Él... lo odiaba.

Taeyong se quejó cuando el beso terminó, sintiéndose extraño, hambriento y confundido. Agarró los anchos hombros de JaeHyun, necesitando...

La boca de JaeHyun se movió por su cuello, dejando chupetones en su piel. Su lengua lamió el pezón de Taeyong y Taeyong gimió, largo y vergonzosamente alto.

JaeHyun soltó una risita ronca.

—¿Quieres que te chupe las tetas?

Taeyong gimió, tan encendido que ni siquiera podía sentirse ofendido por la mierda que JaeHyun estaba diciendo.

—Dilo —dijo JaeHyun, pasando su lengua sobre el pezón sensible de Taeyong, el toque enloquecedor. No fue suficiente.

—Chupa mis tetas —dijo Taeyong, demasiado excitado como para avergonzarse.

La boca de JaeHyun se cerró alrededor de su pezón y chupó.

Taeyong se arqueó en la cama, un sonido inhumano saliendo de su garganta.

—Oh sí, joder, más—Exigió sin aliento.

JaeHyun obedeció, chupando suavemente su teta, su pezón, maldita sea, su mano amasando el otro.

—¿Estás lista para mi polla, cariño? —JaeHyun dijo, su voz no se parecía en nada a la normal. Chupó con fuerza el otro pezón— ¿Estás agradable y mojada para mí?

—Voy a darte un puñetazo por esta mierda más tarde—dijo Taeyong débilmente, apretando su entrepierna contra el estómago de JaeHyun. Estaba tan jodidamente duro— Entra en mí, idiota.

JaeHyun sacó la boca de su pecho, soltó el dolorido pezón y se movió hacia arriba hasta que sus caderas estaban entre los muslos de Taeyong. Los ojos vidriosos de JaeHyun miraron desde la erección de Taeyong hasta su cara.

—No te ves muy ofendido conmigo —dijo, presionando la punta de su polla contra el agujero de Taeyong, burlándose de él— No sé por qué te ofenderías, de todos modos —La voz de JaeHyun era ligera, pero tenía un borde desagradable— Si no eres homo pero quieres una polla en ti, debes ser mujer, ¿no es así? Es simplemente lógico.

Taeyong no sabía qué decir a eso. Solo podía mirar a JaeHyun aturdido, jadeando un poco cada vez que la polla de JaeHyun chocaba contra su agujero sensible.

—Estás siendo un maldito idiota —logró.

—No —dijo JaeHyun, separando más los muslos de Taeyong y presionando su polla— Solo que ya acabé de buscar excusas para tu mierda.

Los ojos de Taeyong rodaron hacia su nuca cuando la polla de JaeHyun finalmente lo llenó. Aunque se había preparado y había estado usando juguetes sexuales, habían pasado semanas desde que tuvo algo tan grande como JaeHyun en él. Maldita sea, extrañaba esto, este sentimiento. Incluso le gustaba la forma en que sus muslos estaban estirados, extendidos para acomodar las caderas de JaeHyun entre ellos; extrañamente, simplemente lo encendía más. Se sentía cachondo e indefenso y amaba eso.

Los ojos de JaeHyun estaban entrecerrados, su mandíbula apretada como si le doliera.

—¿Bien? —dijo, con tono cortante.

Taeyong asintió débilmente, apretando alrededor de la polla dentro de él.

—Muy bien —se deslizó fuera de su boca antes de que pudiera detenerse— Me encanta tu polla.

JaeHyun lo miró sin sonreír, algo sombrío y duro en su expresión.

—Di, gracias.

—¿Qué? —Taeyong dejó escapar una carcajada. JaeHyun no se rió.

—Da las gracias —dijo, retirándose y empujando directamente contra la próstata de Taeyong. Gritando, Taeyong se arqueó en la cama, sus uñas clavándose en la espalda de JaeHyun. JaeHyun dio otro empujón corto y cruel contra su próstata— Agradéceme por mi polla.

—¿Estás bromeando, hombre? —Taeyong logró decir, pero no sonó muy convincente, considerando que salió como un gemido sin aliento. Se sentía tan bien, la longitud gruesa dentro de él simplemente perfecta, moviéndose en él tan bien. Mierda, nada se sentía mejor que acostarse de espaldas y tomar la polla de JaeHyun.

—Soy absolutamente serio —dijo JaeHyun— Extrañaste mi polla, y te la estoy dando. Lo menos que puedes hacer es agradecerme. Estoy esperando —Y luego el idiota paró de moverse.

Taeyong miró a JaeHyun, incrédulo y desesperado en igual medida. Cuando se hizo obvio que JaeHyun no estaba bromeando con esto, Taeyong respondió:

—¿Qué quieres que te diga, idiota?

—Di, gracias por tu polla, JaeHyun. Echaba de menos tenerla en mi coño.

Taeyong balbuceó.

—Vete a la mierda. ¡Estás loco si crees que voy a decir eso! —No entendía por qué JaeHyun estaba tan decidido a humillarlo, y no entendía por qué no lo disgustaba tanto como debería, ¿por qué esas palabras hacían palpitar su polla?

JaeHyun solo lo miró fijamente. La gota de sudor que corría por su frente era lo único que revelaba que era difícil para él estar tan quieto dentro de él.

—Bien —dijo, y comenzó a retirarse.

—¡Espera!

JaeHyun se quedó quieto y lo miró, la punta de su polla haciéndole cosquillas a la entrada de Taeyong. Era enloquecedor.

Mordiéndose el labio inferior, Taeyong le dirigió a JaeHyun una mirada suplicante.

—No lo haré, realmente no entiendo por qué estás tan enojado conmigo, pero lo siento de todos modos. Vamos, hombre...

JaeHyun lo fulminó con la mirada.

—No lo hagas. No puedes solo darme tu mirada de cachorro y esperar que te perdone todo. Ya no funcionará.

Pero... pero así era como funcionaban: Taeyong hacía algo estúpido, le daba a JaeHyun su mejor sonrisa tímida y JaeHyun lo perdonaba todo con una mirada exasperada. Taeyong no sabía qué se suponía que debería hacer si eso ya no funcionaba.

¿Cómo iba a hacer que JaeHyun lo perdonara por lo que hiciera? No sabía cómo manejar a este hostil, malvado, JaeHyun.

¿Tal vez podría simplemente decir lo que JaeHyun quería que hiciera? No lo mataría, ¿verdad?

—¡Gracias! —Soltó— Gracias por darme tu polla, extrañaba tenerla en mi... en mi —Taeyong se sonrojó furiosamente, su polla se puso tan dura que lo dejó sin aliento—.. en mi coño —susurró, mirando a JaeHyun a los ojos.

La manzana de Adán de JaeHyun se movió. Sus caderas se sacudieron, golpeando su polla dentro, y Taeyong gimió, vergonzosamente agudo. JaeHyun se inclinó y lo besó, duro y codicioso. Taeyong separó sus labios con impaciencia, demasiado ido como para preocuparse por lo gay que era. Sólo lo deseaba. Se retorció contra el cuerpo duro de JaeHyun, mientras que JaeHyun se hundía en él, duro pero lento, dando vueltas y provocando todo tipo de sensaciones intoxicantes. La polla de JaeHyun se presionó contra su próstata, y Taeyong se estremeció, echó la cabeza hacia atrás y sus brazos se aferraron a los hombros de JaeHyun. Se movían juntos, gemidos bajos y gruñidos que acompañaban los bofetones de sus cuerpos. Taeyong también podía escucharse a sí mismo decir algo vergonzoso, pero no parecía poder detenerse.

—Oh, oh jodido infierno sí, sí, sí, justo así. Más duro, tan bueno, ah, ah, ahhh...

Joder, estaba tan cerca, tan cerca...

Una mano firme envolvió su polla descuidada y lo acarició, una vez.

Taeyong se arqueó sobre el colchón y se vino, gritando mientras que su cuerpo temblaba con inmenso placer, apretando la polla de JaeHyun.

Carajo. Jesús jodido Cristo.

¿JaeHyun acababa de tocarle la polla? Taeyong sintió que debería estar extrañado, pero se sentía demasiado bien. Se sentía como si cada uno de sus nervios cantara con placer. Solo fue vagamente consciente de que JaeHyun también se vino y se quedó quieto, respirando con dificultad sobre él.

—Todavía te golpearé por toda la mierda que dijiste — murmuró Taeyong sin aliento— Ese tipo de conversación sucia no es genial, hombre —Sin importar que hubiera sido ridículamente excitante.

JaeHyun gruñó algo y se giró sobre su espalda. Cerró los ojos.

Taeyong le dio un codazo en el bíceps.

—¿Escuchaste lo que dije?

—Vete a dormir, Ty —dijo JaeHyun, sin abrir los ojos.

—Pero eso fue realmente extraño, hombre —insistió Taeyong— No quiero que lo hagas de nuevo. No estoy en ese tipo de mierda.

JaeHyun abrió los ojos y sostuvo la mirada de Taeyong.

—Al igual que no estás interesado en los hombres, ¿verdad?

Taeyong sintió que su rostro se calentaba.

—¿Es una pregunta con trampa? —dijo con cautela. Los labios de JaeHyun se torcieron un poco.

—Vete a dormir, Taeyong —dijo, cerrando los ojos de nuevo.

—Pero...

—No estoy de humor para esto —dijo JaeHyun rotundamente, girándose sobre su estómago y enterrando su cara en la almohada.

Taeyong cerró la boca.

Permaneció despierto por mucho tiempo, mucho después de que la respiración de JaeHyun fuera uniforme.

Taeyong se sentía demasiado asustado como para quedarse dormido. Ni siquiera se estaba enloqueciendo por todas las cosas gay que habían hecho esta noche. Se estaba enloqueciendo porque no sabía cómo manejar a este JaeHyun hostil y de ojos duros.

Eso lo asustaba jodidamente.

¿Había logrado finalmente arruinar su amistad?

Capítulo 12

El mes siguiente fue el más extraño en la vida de Taeyong.

La amistad con JaeHyun parecía estar totalmente rota. Al menos Taeyong no creía que lo que ahora tenían fuera amistad. No había nada amistoso en la forma en que JaeHyun lo trataba. JaeHyun no era malo, exactamente; simplemente no era su persona bondadosa y relajada.

JaeHyun era... diferente.

A veces, Taeyong atrapaba a JaeHyun mirándolo fijamente muy intensamente, como si Taeyong fuera la cosa más interesante del mundo. Otras veces JaeHyun apenas lo miraba, e incluso cuando lo hacía, su mirada era dura y cruel. Todo era muy confuso. Taeyong no sabía cómo manejar a JaeHyun. Ni siquiera estaba seguro de que le gustara este JaeHyun. Este JaeHyun era bastante idiota, para ser honesto, pero su estúpido cuerpo parecía estar extrañamente interesado en ese imbécil y en todas las cosas gay a las que JaeHyun lo había forzado últimamente.

JaeHyun yano era cuidadoso y considerado con las sensibilidades de Taeyong. Parecíasentir un placer perverso al tratar de asustar a Taeyong haciendo cosastotalmente gay, como besar a Taeyong durante el sexo. Taeyong lo soportaba,porque... porque estaba seguro de que JaeHyun quería que se asustara y dejara de hacer lo que estaban haciendo. Así que obviamente, la naturaleza rebelde de Taeyong simplemente no renunciaría. Estaba decidido a no perder en esta versión rara del juego de la gallina—gay que habían estado jugando últimamente. (¿Era gallina—gay si uno de ellos era gay? Taeyong no estaba seguro, pero estaba resuelto a no perder de todos modos).

Sin embargo, los besos de JaeHyun eran jodidamente terribles. Taeyong apenas podía soportarlos; eran demasiado intensos, extraños y abrumadores. JaeHyun, el idiota, sabía cuánto asustaban a Taeyong y seguía besándolo, pero Taeyong se negaba a admitir la derrota.

A veces JaeHyun lo besaba durante horas, hasta que Taeyong se sentía tan crudo, desesperado y demasiado sensible que sentía su cabeza nebulosa y que sus bolas iban a explotar. Otras veces, JaeHyun se negaba a darle su polla hasta que hurgaba y besaba a Taeyong en todas partes, lo cual era casi tan molesto y frustrante como los largos besos.

JaeHyun también tocaba la polla de Taeyong. Mucho.

—Vamos, esto es muy gay —Taeyong trató de decir las primeras veces que había sucedido, pero JaeHyun ni se inmutó.

—Esto no es más gay que tener mi polla en el culo — diría JaeHyun rotundamente, acariciando la polla de Taeyong hasta que Taeyong olvidaba sus protestas, su mente se volvía turbia e inútil de nuevo. Realmente era jodidamente injusto que su cuerpo lo traicionara completamente últimamente. Al ver su erección en la mano grande y masculina de su mejor amigo, se sentía increíblemente mal, pero aparentemente estaba interesado por todas las cosas equivocadas ahora.

Y luego estaba la otra cosa, la cosa sobre la que Taeyong estaba decidido a no pensar. En lo que a él se refería, no sucedía. Hasta que lo hacía. E incluso cuando lo hacía, realmente no contaba. Porque Taeyong no era algún tipo de monstruo. Era un tipo totalmente normal que no estaba interesado en ese tipo de cosas. No es que tuviera algo en contra de las personas que estaban interesados en ese tipo de cosas; él simplemente no era una de esas personas.

Excepto cuando lo era.

—Sí, oh, oh, mierda, sí, destrúyeme el coño, amo tu polla, dámela, sí, sí, ¡así!

Después, Taeyong quería que el suelo se abriera y se lo tragara, pero durante el sexo parecía perder absolutamente el control de su boca. Como, que no se malinterprete, no tenía nada en contra de una conversación sucia, pero era un hombre, por el amor de Dios. Se suponía que escucharía ese tipo de palabras de una nena caliente debajo de él, que no las diría él mismo mientras que su mejor amigo le golpeaba el culo. Era absolutamente mortificante.

Con todo, en estos días, Taeyong sentía que su cabeza iba a explotar por la confusión.

No entendía a JaeHyun, ni a sí mismo.

🍸

A Taeyong le gustaba pensar que era un tipo decente.

Pese a toda su promiscuidad, nunca había recogido mujeres tomadas. No quería ser de ese tipo.

Así que quería saber, si JaeHyun todavía estaba saliendo con Brad o no, pero tenía mucho miedo de preguntar por la reacción de JaeHyun la última vez que habían hablado de eso.

¿Qué te importa?

El hecho de que temiera hablar con su mejor amigo sobre su vida amorosa, demostraba cuán extrañas se habían vuelto las cosas entre ellos.

Sin mencionar que últimamente no habían hablado mucho, y punto. En estos días, apenas se enviaban mensajes de texto. JaeHyun acababa por aparecer en su apartamento, y luego se lo follaba. Como que... Taeyong había intentado solo pasar el rato como amigos unas cuantas veces, pero JaeHyun no era muy receptivo a sus intentos de restaurar el equilibrio. JaeHyun parecía siempre estar con ganas de tener sexo cuando llegaba, ignorando los débiles intentos de conversación de Taeyong y solo maltratándolo hasta que la boca de Taeyong estaba llena por la lengua de JaeHyun o la polla de JaeHyun.

Un día a principios de noviembre, JaeHyun chupó su polla.

En defensa de Taeyong, estaba demasiado excitado para decir que no. Fue una de esas raras ocasiones en que JaeHyun se presentó ante él, dejando a Taeyong tambaleándose al borde del orgasmo, frustrado y caliente. Así que cuando JaeHyun se deslizó por su cuerpo y se tragó su polla, Taeyong solo pudo mirarlo con los ojos muy abiertos. La boca de JaeHyun se sentía increíblemente bien a su alrededor, húmeda, suave y hábil, pero al verlo... Al ver los labios de su mejor amigo estirados alrededor de su polla... fue una visión tan punzante que Taeyong no sabía qué hacer con eso.

—No —logró decir, empujando en la boca de JaeHyun. No quiso hacerlo, pero parecía incapaz de detenerse, necesitando, solo necesitando.

Jodido JaeHyun, puso los ojos en blanco y comenzó a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo, masajeando con el dedo el agujero de Taeyong.

Taeyong gimió, se metió varias veces en la boca de JaeHyun y se vino.

—Esto no fue genial, hombre —Taeyong murmuró después, incapaz de mirar a JaeHyun a los ojos— No te pedí que... que...

—¿Chupara tu polla? —dijo JaeHyun, subiendo la cremallera de su bragueta y alcanzando su camisa. Su expresión estaba en blanco, imposible de leer.

Taeyong se lamió los labios. Se sentían hinchados y doloridos.

—Sí. Quiero decir, no es que no fuera bueno, pero ya sabes, no soy...

—No eres gay, lo sé —dijo JaeHyun, deslizándose en su chaqueta.

Había un borde duro, para ahora familiar, en su voz, que últimamente nunca parecía dejar de irritar a Taeyong y encenderlo un poco al mismo tiempo.

Molesto con su cuerpo, Taeyong asintió rígidamente, tirando de las sábanas para cubrir su regazo.

—Nos vemos —dijo JaeHyun y se fue sin esperar su respuesta.

Taeyong susurró:

—Nos vemos —a la habitación vacía.

Frunciendo el ceño, se dejó caer sobre el colchón y dejó escapar un gemido de frustración.

Odiaba en lo qué se había convertido su amistad. A pesar de que veía a JaeHyun todos los días, parecía que no habían hablado en mucho tiempo.

Se sentíacomo si estuvieran a la deriva, cada vez más lejos a cada día.

• ━━━━ 🍸 ━━━━ •

Gallina: El juego de la gallina consiste en establecer diferentes desafíos para los participantes. El participante que se asusta y decide no cumplir un desafío, pierde y se lo considera "gallina". Gallina—Gay como plantea Taeyong la dinámica entre ellos, es porque todos los desafíos son actividades que él considera... un poco, bueno, más y más gay.



Entradas recientes

Ver todo

1 comentario


Zyanan
Zyanan
07 ene 2022

Tercera vez que me leo SPG sjdkajska, al igual que SPA

Me gusta

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2021 por mellifluous_AR. Creada con Wix.com

bottom of page