top of page

вв (2) 💄 JaeYong


Capítulos

Capítulos 1-10:


11

JAEHYUN

Mis dedos vuelan sobre las teclas de mi computadora mientras trabajo para terminar mi proyecto de codificación en el último minuto. Lo habría hecho hace semanas, pero entre los frecuentes enrolles con Taeyong y el trabajo en mi propio juego con Kun, algunas de mis clases se han retrasado un poco.

Lo extraño ha sido que no es sólo el sexo con Taeyong lo que parece estar ocupando una gran parte del tiempo. Los martes por la noche quiere que vaya a ver una película con él. Al principio, pensé que era sólo un código para follar. Pero no tardé mucho en darme cuenta de que cuando Taeyong quiere follar, dice que eso es para lo que está llamando. Y cuando dice que quiere ver una película, es mejor que creas que se está guardando las manos para sí mismo, y que vamos a ver una película.

Es raro como el infierno, y no sé qué pensar de ello. También es agradable. No es que lo admita en voz alta, incluso bajo amenaza de tortura. Pero saber que es verdad es suficiente para que me retuerza.

Escribo las últimas líneas de código y luego saco los calambres de mis manos. Diablos, necesito recordar no dejar esta mierda hasta el último minuto otra vez.

Reviso la hora y me doy cuenta de que tengo que ir a clase. Cierro mi laptop y la meto en mi mochila junto con mis cuadernos que llevo a clase aunque nunca escribo notas a mano. Luego me pongo ropa limpia y salgo por la puerta.

Me coloco en mi asiento habitual en la parte de atrás del aula sólo unos minutos después de que suena la campana, más o menos al mismo tiempo que normalmente lo hago. Kun me da una mirada que ya he llegado a esperar cada vez que llego tarde a clase. Lo extraño es que me gusta tener a alguien con quien contar para algo. Incluso si la cosa con la que cuento es que se enfade conmigo.

Estoy tratando de escuchar a mi monótono profesor cuando aparece un iMessage de Taeyong.


ree

Espero con contenido aliento, inseguro si realmente me va a enviar una foto de su pene mientras estoy en clase. Es un movimiento valiente, y Taeyong es el tipo de persona que lo haría.

Segundos después, aparece una imagen y tengo que reprimir una risa ante su audacia. Taeyong no estaba equivocado; esta erección parece particularmente épica, y estoy un poco desanimado porque estoy en clase y no puedo ayudarlo a aprovecharla al máximo.

—Bro, ¿estás viendo porno en clase? —susurra Kun.

—¿Técnicamente? No estoy exactamente seguro —respondo con una risita.


ree

ree

Cierro la ventana del chat con una última mirada anhelante a la foto y una vez más trato de concentrarme en la clase.

No me han follado en mucho tiempo, y joder, lo necesito.

💄

Levanto mi puño contra la puerta y doy unos golpes rápidos. Miro el papel agarrado en mi otro puño y me estremezco por dentro. Empiezo a preguntarme si debería haber leído la nota que me dio el tipo antes de tiempo.

La puerta se abre y me preparo para lo que sea que esté a punto de enfrentar.

—¿Taeyeon? — compruebo.

—Sí, ¿por qué?

—Baekhyun tiene un mensaje para ti. De verdad lo siento, estas son sus palabras, no las mías — explico antes de levantar la nota y leerla—Diez razones por las que te voy a dejar: Uno, nunca me la chu... —me estremezco cuando las palabras salen de mis labios. Oh, maldición, sí, debí haber leído esto de antemano.

Taeyeon jadea, y su cara se torna roja brillante.

—No creo que necesites oír el resto de esto —empiezo a meter el papel en mi bolsillo, pero Taeyeon me detiene.

—No, dime lo que dice —exige.

Con extrema reticencia, saco el papel y sigo leyendo.

—Dos, tienes un culo gordo... no en el buen sentido.

Aprieta sus puños, y sus ojos brillan con furia.

—Tres, ya me follé a todas tus amigas, así que ya no hay muchas razones para quedarme.

No veo venir su puño, pero cruje contra mi nariz. Ni siquiera puedo decir que la culpo. No hay duda de que yo también me habría dado un puñetazo si la situación hubiera sido al revés.

—Coño —grito, agarrándome la nariz mientras la sangre me corre por los dedos. La odiosa lista cae en alguna parte y la puerta me da un portazo en la cara. Me saco la camisa sobre la cabeza y la presiono contra la nariz mientras saco el teléfono de mi bolsillo.

Ahí es cuando me doy cuenta de que no puedo llamar a nadie para que me lleve al hospital. Mi corazón se hunde ante ese pensamiento. Probablemente tengo la nariz rota y voy a tener que pedir un Uber al hospital porque no tengo amigos. ¿Qué tan patético soy?

Intento torpemente limpiar un poco de la sangre de mi mano en la camiseta arrugada contra mi cara. Entonces saco mi teléfono y pido un coche. El conductor me mira mal cuando se da cuenta de que estoy sin camiseta y ensangrentado, pero no dice nada por lo que estoy agradecido.

Nos lleva años llegar al hospital, porque esto es Los Ángeles, y el tráfico es básicamente el décimo círculo del infierno. La hemorragia se hace más lenta cuando salgo del auto, pero ya puedo sentir que se me hincha la cara. No hay duda de que me rompió la nariz. Debí haberle dado la lista del diablo y haberme marchado.

Afortunadamente, la sala de emergencias está tranquila esta noche, así que sólo termino esperando con mi camiseta pegada a la cara durante una hora antes de que una enfermera me lleve a la parte de atrás.

—Estoy bastante seguro de que mi nariz está rota. ¿Necesitan tomar radiografías o algo?

—En realidad no solemos hacer radiografías para una nariz rota. Si ha habido un trauma reciente y la nariz está hinchada y sangrando, es probable que esté rota. Entonces, lo que haremos es ponerte bajo anestesia suave, y uno de nuestros cirujanos estará ahí para acomodarla y entablillarla. Ahora, entiendo que viniste solo. ¿Hay alguien que pueda recogerte? No podrás conducir después de la anestesia suave.

—Um... —repaso por mi mente inútilmente, tratando de encontrar una solución. Podría pedir otro Uber, pero dudo que alguno aprecie mi culo drogado.

Kun sería una buena opción, pero no tengo su número. La única persona que se me ocurre considero un amigo y cuyo número también tengo es Taeyong. Pero no es exactamente el tipo de amigo al que tengo que estar llamando cuando necesito un favor.

—¿Puedo quedarme aquí y dormir? —pido con desesperación.

La enfermera me da una mirada escéptica.

—No tenemos camas extras para ofrecer en procedimientos ambulatorios.

—Joder —suspiro. Parece que voy a tener que morder la bala y llamar a Taeyong.

—¿Por qué no te sientas, haces algunas llamadas si es necesario, y el doctor vendrá pronto para encargarse de ti?

En cuanto estoy solo, llamo a Taeyong antes de acobardarme.

—Hola, sexy —saluda Taeyong en tono juguetón—¿Ya muriendo por mi polla en tu culo?

A pesar de la vergüenza y el dolor que actualmente me entierran, mi pene se las arregla para interesarse, endureciéndose contra mi pierna ante el recuerdo de la erección de Taeyong ensanchándome y embistiéndome sin piedad.

—Uh... —me aclaro la garganta y trato de conjurar palabras y frases reales—Esto es muy vergonzoso, pero necesito un favor, y no tenía a nadie más a quien llamar.

—¿Está todo bien? —su tono ha hecho un rápido giro de ciento ochenta y ahora está lleno de preocupación.

—Más o menos. Estoy en el hospital y necesito que me lleven a casa en una hora o dos.

—Oh por Dios, ¿qué pasó? ¿Es grave? ¿Qué hospital? —pregunta Taeyong, y oigo movimiento y llaves tintineando en el fondo. Le digo en qué hospital y que es sólo una lesión menor—Estaré allí en treinta minutos —Y entonces el teléfono se corta.

Meto el teléfono en mi bolsillo y me acuesto en la rígida cama del hospital. A pesar de lo vergonzoso que es tener que llamar a Taeyong, es muy dulce que estuviera tan dispuesto a dejar todo para venir a recogerme.

Unos minutos más tarde la enfermera está de vuelta, con el médico esta vez, y me están inyectando lo bueno. No tengo ni idea del tiempo que tardan en arreglarme la nariz, pero sé que no siento ningún dolor como ellos. Cuando se acaba, hay una gran tablilla en mi nariz, y las drogas están empezando a desaparecer un poco.

—Heeeeeey —saludo a Taeyong con voz tonta y excitada cuando lo veo esperándome—Eres realmente sexy.

El rostro de Taeyong ya de por sí cegadoramente guapo se ilumina con una sonrisa, y casi tengo que proteger mis ojos de su perfección.

—Te dieron buenas drogas, ¿eh?

—Sí, no puedo sentir mi cara —concuerdo.

—Bien, déjame ver qué tenemos que hacer para que estés bien y luego te llevaré a casa.

—Bueno —murmuro volviendo a la cama donde la enfermera me puso a esperar hasta que pudiera ser dado de alta.

Mientras las drogas siguen desapareciendo, y la tranquilidad de la habitación comienza a sentirse como una fuerza opresiva, me golpea de nuevo lo patético que fue tener que llamar a un folla―amigo para que me recogiera en el hospital. Quién sabe qué planes tuvo que cancelar Taeyong para venir a recogerme. Probablemente piense que soy un perdedor sin amigos, lo que es totalmente cierto.

Taeyong regresa unos minutos después con un puñado de papeles.

—Estás listo. Déjame ayudarte.

Se acerca a un lado de la cama y me ayuda a levantarme. La enfermera entra en la habitación con una silla de ruedas segundos después e insiste en que vaya en ella hasta la salida.

—Oh espere, ¿no tiene una camisa? —Taeyong le pregunta a la enfermera.

—Se ensangrentó toda —respondo.

—Aguarda, hace un poco de frío —Taeyong toma su chaqueta y la pone sobre mis hombros. Una extraña calidez se extiende desde mi pecho hasta las puntas de los dedos de mis manos y de mis pies. Esas drogas deben haber sido muy buenas.

—No hace frío; vivimos en LA —argumento a medias. Afuera, Taeyong me abre la puerta del auto por alguna razón. Es lindo, pero raro como el infierno.

—¿Entonces, quién te golpeó? —pregunta en cuanto está en el asiento del conductor.

—Una chica por la que me pagaron para dejarla. Me lo merecía.

Taeyong hace un ruido infeliz en la parte de atrás de su garganta que envía un poco de emoción a través de mí.

Aparte de las instrucciones que le doy para ir a mi casa, Taeyong y yo no hablamos durante el camino. Espero que se detenga frente a mi edificio y me deje salir, pero insiste en encontrar un lugar para estacionar.

—Estoy bien, no tienes que acompañarme.

—Estás drogado y herido. Voy a entrar y asegurarme de que te acomodes. Te prepararé una buena taza de té.

—No tengo té.

—¿En serio? ¿Por qué no tomas té? ¿No es eso básico?

—No, porque no soy británico.

Taeyong ríe entre dientes.

—Mi mamá siempre me hace té cuando no me siento bien.

Mi corazón se aprieta un poco por el cariño en su tono cuando menciona a su madre. Me pregunto cómo es que alguien en el mundo se preocupe tanto por ti. Alguien que se preocupe por tu comodidad y felicidad. Parece que sería agradable...

Pero eso es para otra gente, no para mí. Tal vez fui un caudillo o un idiota en una vida pasada. Tal vez hay algo en mi ADN que me hace indeseable. Cualquiera que sea la razón, soy indeseable. Así es la vida, y no tiene sentido detenerse en ello.

—Realmente no tienes que subir. Tengo un apartamento de mierda. No se parece en nada a tu casa —le digo—Además, obviamente no estoy puesto para tontear.

—Me importa una mierda.

Me burlo y sacudo la cabeza, pero no discuto más. Si seguimos juntándonos sin follar, ¿en qué nos convierte eso? ¿Amigos? ¿Algo más?

En mi apartamento, me estremezco por dentro, imaginando lo que Taeyong debe estar pensando mientras entra en la única habitación que contiene toda mi vida. Normalmente, cuando tengo a un tipo aquí, estamos demasiado ocupados desnudándonos para que me preocupe por lo que piensan de mi espacio vital. Y, más allá de eso, no puedo imaginarme que me importe lo que alguno de esos tipos piense.

—Si no tienes té, ¿qué tal si te hago algo de sopa o algo?

—¿Por qué estás haciendo esto? —lo miro con escepticismo.

—¿Qué? ¿Quieres algo más sustancial? Puedo hacer un sándwich.

—No, quiero decir, ¿por qué estás siendo tan amable?

Las cejas de Taeyong se arrugan, y las comisuras de sus labios se fruncen. Hay una aguda tristeza en sus llamativos ojos azules que me hace querer empujarlo lejos o meterme en la cama y esconderme por una semana, cualquier cosa para alejarme de la compasión.

—Somos amigos, ¿verdad? —pregunta Taeyong.

—Has tenido tu pene en mi boca y yo en tu culo.

—Entonces... ¿mejores amigos?

Quiero reírme, pero los analgésicos están empezando a desaparecer, y mi nariz está empezando a palpitar.

—No suelo ser amigo de los tipos con los que me meto —explico por lo que siento es la centésima vez desde que conocí a Taeyong.

—¿Entonces de quién eres normalmente amigo?

Mi boca se abre y se cierra como un tonto pez. No estoy seguro de si él estaba tratando de ser rudo, pero maldición si no me atrapó.

—No tengo amigos —lo admito con un poco de hostilidad en mi tono. No quiero amigos y no necesito amigos.

—Somos amigos; enfréntalo. ¿Ahora, sopa? —me rodea de camino a mi cocina, dejándome sin palabras—¿Por qué no te acuestas en el sofá y buscas algo para ver? Te traeré algo de comida, y te daré una dosis de los analgésicos que te recetaron en urgencias, y podrás dormir evitando lo peor del dolor.

Casi vuelvo a preguntarle por qué está haciendo esto, pero decido que cual sea que sea su motivación, se siente bien que te cuiden para variar. Me instalo en el sofá y pongo la segunda temporada de Stranger Things.

No pasa mucho tiempo antes de que Taeyong me traiga un tazón de sopa, una segunda dosis de analgésicos y un vaso de agua.

—Gracias.

—Ni lo menciones —Taeyong minimiza y luego se sienta a mi lado en el sofá—Genial, aún no he visto la segunda temporada.

—Podría dormirme después de comer —advierto.

—Está bien, puedo irme o dormir en tu sofá. No te preocupes por mí.

Caemos en un silencio cómodo mientras termino la sopa que me hizo Taeyong. Y en poco tiempo, mis párpados se vuelven pesados. Siento que una manta me cubre y luego un beso rápido me roza la frente antes de ser atraído por el sueño.



Polla: Juego de palabras. Taeyong insulta a JaeHyun, pero la palabra, asshole, que también quiere decir ano, vulgarmente. JaeHyun le regresa el insulto con la palabra dick, que también es una forma de decir pene.

12

TAEYONG

Me despierto en la oscuridad total y me toma un segundo averiguar dónde estoy y qué sonidos extraños son los que me despertaron. Cierto. Estoy en casa de JaeHyun, y él es el que hace ruidos raros. Puedo escuchar sus gemidos viajando a través de la habitación, y no son de los felices los que indican que está a punto de venirse. Tiene dolor.

Ayer se durmió en el sofá, y después de una hora, lo guié a su cama. No quería que se despertara con más dolor en su cuerpo después de pasar una noche en ese incómodo sofá.

Ahora puedo afirmar que el sofá es realmente muy incómodo, porque después de unas horas de sueño intranquilo en esta cosa, mi espalda me está matando. Joder, le vendría bien un sofá nuevo. Tendré que presentarle a Ikea, tal vez.

Busco un interruptor de luz, porque sé que hay una pequeña lámpara en la mesa lateral.

¿Por qué diablos está tan jodidamente oscuro aquí? No puedo ver una maldita cosa. Finalmente, mis dedos tocan el interruptor y enciendo la lámpara.

Será mejor que le consiga más analgésicos. Me arrastro del sofá, mis músculos rígidos anunciando en voz alta su incomodidad. Los analgésicos están en el baño, y me dirijo a la cama de JaeHyun con un vaso de agua y el paquete de medicinas.

JaeHyun tiene su espalda hacia mí en la cama matrimonial, pero veo que siente dolor. Está gimiendo un poco en un sueño agitado, su cuerpo acurrucado en una bola. Pobre tipo. Esa fue una enfadada mujer para golpearlo en la cara con tanta fuerza.

Enciendo la lámpara junto a él antes de poner gentilmente mi mano sobre hombro.

—Oye, JaeHyun... bebé, despierta.

Su cuerpo se congela antes de relajarse de nuevo. Supongo que necesitaba un segundo para recordar quién soy o algo así.

—¿Qué pasa? —pregunta, su voz llena de sueño.

—Tienes dolor. Tengo la siguiente dosis de tus analgésicos para ti.

Se da la vuelta con un gran gemido.

—Dios, mi cabeza me está matando. ¿Por qué carajo tomé ese trabajo?

Lo ayudo a sentarse, lanzándole una mirada de simpatía.

—Toma—digo cuando está de alguna manera sentado y derecho, más bien como si se hubiera caído contra la cabecera, y le doy el agua y una píldora.

—¿Estás drogándome para aprovecharte de mí? —bromea, antes de tomar la pastilla y pasarla con agua.

Sonrío.

—Claro que sí, bebé. Porque no te has aguantado mucho hasta ahora, y realmente disfrutaré follarme a un tipo con la nariz rota.

Se hunde contra las almohadas con una leve sonrisa, luego se toca la nariz con cautela y se encoge.

—¿Crees que dejará una marca? Mi nariz, quiero decir. ¿Seguirá torcida?

Me siento cuidadosamente en la cama a su lado y le quitó un mechón de pelo de su frente.

—No lo sé, pero seguirás siendo guapísimo.

Me envía una sonrisa.

—Eres bueno con las palabras. Mucho mejor que yo. Nunca sé qué decir. Apesto en todo esto de la amistad.

Aunque esté sintiendo dolor, no quiero mentirle.

—Sí, más o menos. No por las palabras, porque no las necesito, sino porque siempre estás a la defensiva. Está bien pasar el rato, follar cuando nos apetece, y ser amigos, ¿sabes? Esas cosas no son mutuamente excluyentes, y tampoco es que esté buscando algo serio.

Parpadea lentamente.

—Supongo —dice.

—Vaya. Tu entusiasmo es abrumador. ¿Necesito recordarte que somos los mejores amigos, considerando que he tenido mi verga en tu boca, como tan elocuentemente lo has dicho antes? Esperaba un poco más de entusiasmo, amigo.

Creo que lo mejor que podemos hacer es mantenerlo ligero. No sé por qué está tan asustado por todo esto de los amigos y pasar el rato, pero ahora mismo, sólo quiero asegurarme de que está bien. Todavía está muy pálido. A pesar de eso, sus labios se curvan en una sonrisa de hoyuelos.

—Mejores amigos, ¿eh?

Asiento con la cabeza.

—Mejores, hombre. Estoy a tu servicio.

Su sonrisa se ensancha.

—¿Sabías que las endorfinas realmente ayudan contra el dolor?

Sé exactamente a dónde quiere llegar con esto, pero quiero ver que siga el juego.

—¿Endorfinas? ¿En serio? ¿No se liberan cuando haces algo placentero, como... abrazar? ¿Estás diciendo que te gustaría un abrazo de mi parte?

—Para alguien que se hace llamar mi mejor amigo, eres muy malo leyendo mis necesidades. No estaba hablando de abrazos.

—Oh. No estabas tratando de chantajearme emocionalmente para que te dé una mamada a las cuatro de la mañana, ¿verdad? Porque eso no es algo que los mejores amigos se hacen entre ellos, ¿verdad?

Hace un puchero, con el labio inferior caído y triste. Se ve tan lindo cuando hace el puchero que me apiado de él. El tipo tiene dolor, después de todo.

—Está bien, está bien, lo haré. Rayos. Las cosas que hago para quedarme en tu buena gracia.

Me meto en la cama, arrastrando las sábanas hacia abajo. Sólo lleva bóxers, así que eso lo hace fácil. Entonces su mano toca mi pelo, lo agarra, y levanto la vista.

—Taeyong, no tienes que...

—Lo sé.

—Lo digo en serio. No quiero que te sientas...

Es dulce que le preocupe que me sienta presionado, pero nadie tiene tiempo para esto. Simplemente arrastro hacia abajo sus bóxers y dejándolos bajo su polla, que sigue estando en su mayor parte blanda. Eso es probablemente porque no tuvo suficiente tiempo para considerar lo que estaba a punto de suceder.

No es frecuente que tenga que empezar una mamada en un pene blando. Puede ser una cosa extraña en la cual pensar cuando estás chupándosela a alguien, pero usualmente, los chicos están duros como una roca y gotean cuando trabajo en ellos. Es una sensación maravillosa sentir a JaeHyun ponerse duro en mi boca.

Empiezo succionando suavemente su corona, y mi suposición es que le encanta, porque ambas manos se enhebran en mi cabello para mantener mi cabeza en su lugar. Como si yo estuviera planeando ir a algún lado. Aun así, me gusta cómo se siente, este pequeño gesto de posesividad.

Hay una diferencia entre chupársela a alguien en cámara y hacerlo en privado. En cámara, el objetivo suele ser alargarlo, porque queremos que la escena dure un poco. Claro, la mayoría de las estrellas porno pueden aguantar un tiempo, sí, hay trucos para esto que nos enseñamos entre nosotros, pero tampoco nos lanzamos del todo. Hacemos que parezca sexy, en primer lugar, pero no es necesariamente lo que haría que alguien se venga más rápido.

En privado, es diferente. He dado mamadas que estuvieron dirigidas a hacer que alguien se viniera realmente rápido porque yo quería que terminara y otras en las que era divertido jugar un poco.

Ahora mismo, son las cuatro de la mañana, todavía estoy cansado, me duele la espalda de ese puto sofá, y JaeHyun parece que podría desplomarse en cualquier momento. ¿Quieren apostar lo rápido que puedo hacer que se corra?

Él está todo duro ahora, gimiendo suavemente. Lo tomo hasta la garganta con facilidad, le doy buen uso a mi lengua para un poco de presión extra, y lo trago. Sus caderas se desprenden del colchón, y ese discreto gemido se convierte en un leve gruñido.

Mantengo la presión, sólo ocasionalmente salgo a tomar aire. JaeHyun está casi tirando de mi pelo ahora, gimiendo maravillosamente. Y luego se sacude y descarga en mi garganta, y su cuerpo se afloja justo después. Lo lamo hasta limpiarlo, y cuando lo meto en sus bóxers, él ya estaba medio dormido.

—Mmmm... estuvomuybueno —murmura.

—Me gano la vida haciendo esto, ¿recuerdas? —digo medio en broma, pero él ni siquiera responde. Le pongo las sábanas encima y me siento. ¿De verdad tengo que dormir en ese sofá lleno de bultos? Lo debato durante tres segundos antes de decidir que JaeHyun está desmayado y no se dará cuenta de todos modos, y luego me acurruco junto a él. Me duermo en menos de un minuto, con la boca llena de su cremoso sabor.

13

TAEYONG

Me despierto inquieto, incluso aunque sea mi día libre. Ayer ayudé a organizar un rodaje complicado, así que pasé todo el día en el estudio. Sungchan me dijo que no quiere verme el resto de la semana. Eso significa que me encuentro extrañamente aburrido un viernes por la mañana.

Podría ir al gimnasio. Usualmente voy por lo menos tres veces a la semana, y mi último entrenamiento fue hace dos días, pero realmente no tengo ganas. Ayer arrastré algunas cosas pesadas, y mis músculos ya están algo doloridos.

Un rápido vistazo alrededor de mi apartamento confirma que realmente no necesita limpieza, y también estoy al día con la lavandería. En serio, ¿cuándo me convertí en este comercial aburrido ambulante y parlanchín para la vida de la clase media urbana? Bueno, aparte del hecho de que gano dinero con el porno, por supuesto.

No, no quiero hacer algo útil hoy. Quiero hacer algo divertido. Necesito hacer algo divertido, aunque sólo sea para probarme a mí mismo que no me he transformado completamente en este ordinario adulto responsable. Rayos.

Algo divertido. ¿Pero qué? ¿Y con quién? Tan pronto como lo pienso, sé con quién quiero salir. Tengo que encontrar una buena razón, porque si lo llamo para pedirle que se quede un día entero, no lo hará. Se resistirá, sospechará. No sé por qué sigue haciendo eso, pero sé que lo hace.

Necesito encontrar una excusa. ¿Y si yo...? Sí, eso debería funcionar. Hago algunas llamadas rápidas y tengo todo listo en menos de quince minutos. Mis chicos realmente son los mejores, incluso cuando no tienen idea de por qué estoy haciendo esto.

Es hora de la última llamada. Me río cuando veo la foto que elegí para su nombre: un plátano. Nunca se librará de esa asociación.

—Hey —responde, sonando un poco somnoliento.

—Buenos días, solecito. ¿Estabas despierto o te desperté?

Bosteza en voz alta,

—Estaba... algo despierto.

—Bueno, es hora de levantarse y brillar, chico plátano. Algunos de los chicos y yo vamos a salir hoy, y pensé que querrías venir.

Está callado por un segundo, y luego deja salir una risa sexy.

—¿Estará involucrado el venirse?

—Joder, tú y tu sucia mente. No todo es sobre sexo, ¿sabes?

—¿Me estás pidiendo que salga con un puñado de estrellas porno, pero quieres mantenerlo 'apto para todo el público'? Definitivamente no va a pasar.

Suspiro. En realidad tiene razón en eso. Se sabe que los chicos y yo nos ponemos un poco... tocones de vez en cuando.

—Okay, habrá, al menos para ti, ¿de acuerdo?

—¿Me estás sobornando con sexo?

—Amigo, hay estrellas porno. ¿Por qué necesitarías un soborno?

—Está bien, está bien, está bien —dice con risa salpicada por toda su voz—¿Dónde te veo?

Había planeado pasar por él, pero tal vez sea mejor así. Menos compromiso para él.

—¿Conoces Wonderland Arcade?

—¿Estás bromeando? Yo vivía allí cuando era niño. El único lugar feliz que he tenido.

Está callado después de esa revelación inesperada, sin duda porque reveló un poco más de lo que pretendía. Creo que la mejor estrategia es fingir que no me di cuenta.

—Increíble. Nos reuniremos allí al mediodía.

Casi contengo la respiración, sabiendo que está a un segundo de ignorarme.

—Okay, nos vemos allí —dice, y yo exhalo.

Cuando llego un poco después del mediodía (llegar exactamente a tiempo es casi imposible con el tráfico impredecible que hay aquí) JaeHyun ya está allí. Vestido con shorts desteñidos, una camiseta blanca ajustada y un par de Converse viejos, luce comestible.

Está hablando con Jungwoo y Doyoung, y mientras subo, Shotaro y Ten también llegan. Yuta no viene, por supuesto. No hace muchas cosas sociales, especialmente cuando sabe que Jungwoo va a venir.

Hacemos la ronda habitual de abrazos y palmadas en la espalda, y formalmente presento a JaeHyun a los demás. Me doy cuenta de que está un poco abrumado, pero se defiende mientras comemos unos hotdogs del mejor vendedor de hotdogs de LA. Incluso se las arregla para mantener una conversación más o menos inteligente con Doyoung, que resulta ser un gran jugador como el propio JaeHyun. ¿Quién lo diría?

—¿Cuál es tu juego favorito? —Doyoung intenta arrastrarme a su conversación.

Me rasco la barba en la barbilla.

—¿Emm, Angry Birds? —bromeo—No he jugado videojuegos desde el instituto, de verdad. E incluso entonces, no era realmente lo mío. Pero me encantan estos juegos de arcade.

Doyoung murmura algo de que soy un pagano, signifique lo que signifique, pero JaeHyun simplemente se ríe de mí.

—Todavía no has encontrado el juego adecuado —dice con confianza.

Nos abrimos camino dentro de la sala de juegos, y mis ojos se sienten atraídos por una enorme máquina de pinball a la antigua usanza.

—Ahora, ese es un juego que me encanta —digo con profunda satisfacción—¿Te apuntas?

JaeHyun asiente.

—Adelante.

Me va bastante bien en mi primer intento, pero cuando le toca a JaeHyun, lo domina. Lo observo mientras juega, completamente concentrado en lo que hacen las pelotas. Incluso susurra ánimos que se convierten en porras más fuertes a medida que avanza el juego. Maldición, es bueno en esto.

—¿Es tu novio? —me pregunta Shotaro en voz baja.

Ni siquiera lo había notado parado a mi lado, totalmente absorto observando a JaeHyun.

—No—digo rápido—Somos amigos con derechos, más o menos.

—Es sexy —observa Shotaro—Dejaría que me follara totalmente.

Mi cabeza se dispara hacia un lado, y mis ojos se encuentran con los de Shotaro, que está sonriéndome.

—Sólo amigos con derechos, ¿eh? Sigue diciéndote eso.

—Es complicado —digo a la defensiva.

—Siempre lo es —es la respuesta de Shotaro. Hay demasiada sabiduría y tristeza en su voz, considerando lo joven que es.

—Eres nuevo en esto, bebé, pero tener una relación es difícil cuando haces porno. La mayoría de los hombres tienen un gran problema con que su novio tenga sexo con otros, aunque sea por trabajo.

Sus hermosos ojos nublados se ponen tristes.

—Sí, me lo imagino. Por otra parte, tener una relación es difícil incluso cuando no estás haciendo porno, ¿sabes?

Quiero abrazarlo, pero en vez de eso le froto un poco su cuello. Deja salir un pequeño suspiro. Él es táctil, nuestro pequeño diablillo. ¿Siquiera se da cuenta de lo mucho que le gusta que lo toquen? Incluso con este pequeño gesto de rascarle el cuello, se acerca más a mí, como para asegurarse de que tengo pleno acceso.

JaeHyun levanta las manos y emite un fuerte aplauso.

—¡Rompí mi récord!

Suelto a Shotaro y me acerco para ver su puntuación. Mis ojos se agrandan.

—¿Ese es tu puntaje? No batiste tu propio récord, batiste el récord en esta maldita máquina.

Se da la vuelta y de repente me levanta en un abrazo de oso, dándome un beso gordo en los labios.

—¡Claro que sí, pastelito!

¿Pastelito? ¿Qué alienígena se ha apoderado del cuerpo y mente de JaeHyun? Deja salir una risa alegre y me suelta para chocar los cinco con los demás.

—Ni siquiera me voy a molestar después de eso —dice Doyoung riendo.

—Vamos, te dejaré que me patees el culo en este Pac―Man retro que tienen —dice JaeHyun.

—Y es un muy buen culo —dice Jungwoo, lamiéndose los labios. Le doy una palmada en su cabeza al estilo de Leroy Jethro Gibbs, me encanta NCIS. Si yo soy el severo Gibbs, eso convertiría a Jungwoo en el tonto y playboy DiNozzo, y maldición, eso lo encaja a la perfección.

—¿Están peleando por mi culo ahora? —pregunta JaeHyun, girándose y agitando su trasero—Sigan adelante, esto hace maravillas para mi ego.

—No hay nada malo con tu ego —refunfuño.

—Nada malo con tu culo tampoco —responde Jungwoo.

—¿El mío o de él? —JaeHyun quiere saber.

Jungwoo finge pensar en ello.

—Bueno, Taeyong tiene un buen culo, pero ya lo he parchado. Siempre estoy interesado en carne fresca.

Por alguna razón, su incesante coqueteo de repente me irrita. Es irracional, porque no tengo derechos exclusivos sobre JaeHyun. Diablos, ni siquiera hemos mencionado la palabra exclusivo. Puedo adivinar lo rápido que va a correr cuando diga la palabra de bandera roja.

Aun así, quiero que Jungwoo deje de hacerlo, porque él es muy sexy, y tiene todos estos tatuajes geniales, y es el perfecto y feliz folla chicos para JaeHyun, ¿y si JaeHyun decide que le gusta más? Me quedo sin aliento en mi cabeza para pensar, y todo ese tiempo Jungwoo me está estudiando con una mirada que dice que él sabe. Sabe que esto está jugando con mi cabeza, y lo está disfrutando.

—Voy a proponerle una escena contigo y Yuta a Sungchan —digo y veo con satisfacción como Jungwoo palidece.

JaeHyun me envía una sonrisa arrogante y se va con Doyoung.

—Sólo amigos con derechos, ¿eh?—Shotaro repite su comentario anterior, y no sé si abofetearlo o abrazarlo.



NCIS: Serie televisiva de criminología.

14

JAEHYUN

Holgazanear en la cama un domingo por la mañana nunca está completo sin mis Ballsy Boys. Pero dudo un segundo antes de hacer clic en el sitio porque me preocupa que sea raro que Taeyong tenga un nuevo video. Sé que ya no hace escenas a menudo, así que si hay una nueva, probablemente significa que la filmó desde que empezamos a vernos. Y en teoría eso no me molesta, es su trabajo después de todo, pero no sé si me asustará verlo.

Salir con todos los chicos el fin de semana pasado en la sala de juegos fue una pasada y fue totalmente surrealista. Siempre me imaginé que probablemente no querías conocer a estrellas porno en la vida real, el principio de ver cómo se hace la salchicha. Pero esos tipos son geniales, especialmente Doyoung. Sabía su mierda sobre jugar, e incluso me preguntó si quería salir y jugar alguna vez.

Suelto una risa al recordar la expresión de Taeyong cuando escuchó por casualidad la última parte cuando Doyoung preguntó si podíamos jugar alguna vez. Juro que su cabeza parecía a punto de explotar.

Esperen... ¿estaba celoso?

El pensamiento me inmoviliza por unos segundos. Eso no puede estar bien. ¿De qué tendría que estar celoso Taeyong? No estamos juntos. Somos amigos, amigos con derechos, lo que sea. Pero ninguno de esos pensamientos incoherentes me lleva a una conclusión sobre si es raro ver porno cuando me acuesto con el tipo que lo hace.

Maldita sea, sólo porque estoy teniendo un culo premium de estrella porno no significa que voy a dejar de ver mi sitio de porno favorito en una relajante mañana de fin de semana. Hago clic en el enlace en mi barra de favoritos y, por supuesto, hay una nueva escena con Taeyong y Ten.

La miniatura los tiene a los dos acostados juntos en una cama sólo en bóxers. Lo miro fijamente durante unos segundos, esperando sentir una llamarada de celos, pero todo lo que siento es excitación como el infierno... y honestamente un poco de curiosidad de comparar la actuación de Taeyong con lo que él es estando uno a uno.

Hago clic en el video y me reclino contra mi almohada para ver. Comienza como la mayoría de los videos de Ballsy Boys, con unos minutos de coqueteo y bromas entre los dos hombres y el director fuera de pantalla.

—Ten, me dijiste que estabas deseando trabajar con Taeyong. ¿Estás nervioso?

Ten se sonroja un poco y mira a Taeyong.

No, creo que puedo manejarlo —responde y da un guiño juguetón a Taeyong.

Bien, entonces no prometo ser gentil —bromea Taeyong.

Sonrío, mirando a mi hombre en su elemento, claramente divirtiéndome. Esperen... ¿mi hombre? No, Taeyong no es mi hombre. Es un hombre con el que estoy tonteando, nada más.

La charla termina y los hombres se ponen a trabajar, se besan y se tocan. Aun así, no siento celos. Sin embargo, desearía estar allí para unirme a ellos.

Cuando empiezan a meterse en esto, me doy cuenta de que el gemido de Taeyong es diferente, más exagerado que la forma en que gime en privado. Y, por alguna razón, eso me hace sentir un poco engreído. Sé algo sobre Taeyong que la mayoría de la gente no sabe. Seguro, millones de personas lo han visto follar y ser follado, pero muy pocas saben cómo suena realmente cuando está abrumado por la lujuria.

Me acaricio al ver a Ten tomar a Taeyong hasta la garganta y se me hace agua la boca. El placer en su cara es jodidamente hermoso.

Mi teléfono suena en mi mesita de noche, y casi decido ignorarlo, pero tan poca gente me llama así que es casi seguro que sea Taeyong. Pongo el video en pausa y tomo mi teléfono.

—¿Hola? —hasta para mis oídos mi voz está sin aliento y un poco áspera.

—Hola, bebé. ¿Interrumpo algo? Suenas sin aliento.

—Um... —¿Es raro que me estuviera masturbando viendo un video suyo? Diablos, mi barómetro de lo que está jodido sexualmente no está exactamente bien ajustado, seré el primero en admitirlo.

—Oh, mierda, ¿tienes a alguien? Bueno, esto se puso incómodo... Te dejaré ir y te llamaré más tarde.

—Taeyong, espera. No tengo a nadie en casa, estaba viendo... algo.

—¿Algo? —puedo oír la burla en su tono—¿Estabas viendo uno de mis videos y masturbándote?

—Sí, lo estaba. ¿Estás contento ahora?

—Mucho. ¿Qué video era?

—El nuevo contigo y con Ten.

Hay una larga pausa al otro lado del teléfono, y empiezo a preguntarme si debería haber mentido.

—¿Eso es raro? —pregunta Taeyong con cautela—Quiero decir... sabes que lo filmé hace como dos semanas, ¿verdad?

—Sí, me lo imaginaba. ¿Por qué iba a ser raro? Es tu trabajo.

—Cierto, pero no sabía si te sentirías... no sé, ¿celoso o algo así?

—Honestamente, pensé que podría, pero una vez que empecé a verlo, todo lo que sentí fue excitación. Te ves muy sexy.

—Sabes, podría estar allí en cinco minutos.

—¿Entonces por qué seguimos hablando por teléfono?

Taeyong ríe entre dientes, y luego la línea se corta.

Miro el cuadro congelado por última vez y admiro el rubor de la excitación en las mejillas de Taeyong y la forma en que sus labios se abren al gemir. Entonces me obligo a cerrar mi laptop, porque si Taeyong está en camino, no quiero desperdiciar un buen orgasmo masturbándome solo.

Como fue prometido, llaman a mi puerta seis minutos después. Abro la puerta en nada más que mis bóxers, mi polla medio dura llenándolos bien.

—Mmmm, hey sexy —me saluda Taeyong, sin ocultar su lenta lectura de mi cuerpo casi desnudo, sus ojos persistentes en el bulto de mi pene endureciéndose.

—Hola a ti. Estoy comenzando a preguntarme si esto es una especie de sueño de coma, porque no hay forma de que esto sea la vida real en la que pueda estar viendo a mi estrella porno favorita recibir una mamada un segundo y tenerlo en mi puerta al siguiente.

—Debes haber hecho algo muy bueno en una vida pasada —dice Taeyong con una expresión tan seria que no puedo evitar reírme.

—Debo haber sido la Madre Teresa —concuerdo mientras me hago a un lado para dejarlo entrar.

Taeyong toma camino hacia mi cama, deshaciéndose de su ropa al azar a lo largo del camino.

—Qué manera de hacer que un hombre se sienta fácil —bromeo.

—Supuse que íbamos a tener un domingo perezoso en la cama, ¿me equivoco?

Sonrío ante la inocencia en la expresión de Taeyong mientras se zambulle entre mis sábanas y se instala como si fuera dueño del lugar.

—Eso es exactamente lo que estamos haciendo —concuerdo, siguiendo su ejemplo.

—¿Cómo pasas normalmente los domingos en la cama? ¿O tengo que preguntarlo? —Taeyong menea sus cejas.

—Suelo alternar entre Netflix y porno.

—Me apunto.

—¿Netflix o porno?

—Sorpréndeme —sugiere Taeyong.

Abro mi laptop, y el video Taeyong/Ten que estaba viendo sigue puesto.

—¿Alguna vez miras tus propios videos?

—No, termino criticándolos demasiado. Pero veo los videos de los otros chicos.

Sólo por diversión vuelvo al sitio principal y elijo otra subida reciente, esta vez con Shotaro y Jungwoo. Pongo mi laptop entre nosotros y me acomodo para ver cómo los dos hombres coquetean y charlan, y luego Shotaro se sube al regazo de Jungwoo y empiezan a besarse y a frotarse entre ellos. Comenzaron la escena sólo en ropa interior, pero la pierden lo suficientemente rápido, y Jungwoo toma ambas vergas en su puño y las acaricia. Taeyong se mueve a mi lado, y yo miro para encontrarlo con la mano en la parte delantera de sus bóxers, acariciando perezosamente su creciente erección.

—Mmmm —tarareo y luego me saco mi propia ropa interior y la pateo lejos.

De nuevo en la pantalla, Jungwoo está de rodillas chupando la polla de Shotaro con sorbos ruidosos y sucios gemidos. Envuelvo mi mano alrededor de la base de mi pene y tiro lentamente de la raíz hasta la punta, abriendo bien las piernas y flexionando los músculos para hacer un buen espectáculo para Taeyong.

Puedo sentir sus ojos clavados en mí, y me pone muy caliente. El olor a sudor y pre―semen llena el aire mientras yacemos lado a lado masturbándonos en mi cama. Su brazo roza contra el mío, y presiona su velludo muslo contra el mío.

No sé Taeyong, pero el clip que se reproduce en mi laptop no es más que ruido de fondo, ya que no puedo apartar los ojos de su polla a medida que se hace más oscuro y más firme en su agarre. Taeyong flexiona su cadera y folla su puño, y estoy acabado. Con un profundo gemido, derramo en mi mano, unos pocos chorros se abren paso por mi sendero feliz y mi ombligo. Taeyong se pone de rodillas y se arrodilla sobre mí. Con unos tirones rápidos, su semen cubre mi estómago, mezclándose con el mío.

Cuando no le queda nada, Taeyong se inclina y lame nuestra liberación combinada de mi estómago. Se arrastra por la cama hasta que estamos cara a cara, y luego abre la boca para mostrarme nuestro semen en su lengua. Lo agarro del pelo y lo jalo hacia mí, metiéndole la lengua en su boca para probarlo. Taeyong gime en mi boca mientras compartimos un beso sucio que nos deja con los labios pegajosos y sonrisas sucias y satisfechas.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —cuestiona Taeyong cuando volvemos a estar uno al lado del otro.

—Claro.

—¿Alguna vez te gusta ser pasivo? Te califiqué como versátil cuando nos conocimos, pero desde que hemos estado follando, no has dicho nada sobre querer cambiarlo.

—Oh, sí, soy versátil, pero normalmente depende un poco de con quién esté. Usualmente no dejo que tipos al azar me follen, así que supongo que he estado complaciéndome contigo desde que eres tan malditamente bueno —admito.

—Oh —Taeyong exhala, y puedo decir por su expresión que mi respuesta le sorprendió.

—Quiero que me folles, pero no creí que hubiera mucha prisa.

—No hay prisa en absoluto —concuerda Taeyong, rodando sobre su costado, de frente a mí, y metiendo su brazo bajo su cabeza.

—Bien —asiento, acercándome un poco más a Taeyong—¿Qué es lo que más te gusta hacer en la cama?

—¿En cámara o fuera? —aclara Taeyong.

—Fuera. Cuando puedes hacer lo que quieras, ¿qué te gusta hacer?

—Rimming —responde sin dudarlo.

—¿En serio? No que te la chupen o... no sé, ¿algo realmente pervertido?

—No me malinterpretes, eso también es genial. Pero hay algo en tener a un hombre de rodillas, temblando, esperando. Tomando los firmes globos de su culo en mis manos y partiéndolos para exponer un pequeño y apretado agujero rosa. Luego, correr mi lengua de arriba abajo por su hendidura hasta que empiece a ablandarse y a darme la bienvenida. Lamer y follar su culo con mi lengua hasta que esté suplicando por mi verga.

Mi gastada polla hace un esfuerzo por interesarse en esta conversación, pero no está pasando muy pronto, desafortunadamente.

—Maldición, eso es jodidamente sexy.

—Mmhmm. ¿Vas a dejar que te coma el culo?

—Cuando quieras. Pero no hasta que tenga unos minutos de recuperación. ¿Qué tal un poco de Netflix mientras tanto?

—Funciona para mí.

15

TAEYONG

—Y Lee Yong, no quiero verte aparecer solo, ¿me oyes, cariño? Búscate una cita sexy. Vamos a bailar toda la noche, y tu papá y yo queremos que te diviertas.

Suspiro, reprimiendo una mueca mientras mi mamá me saluda en FaceTime una vez más y termina nuestra sesión. Cierro la pantalla con un movimiento cansado. Tiene buenas intenciones, mi mamá, pero al carajo mi vida por tener padres que no sólo me aceptan plenamente como gay, sino que también apoyan de todo corazón mi carrera elegida. Son raritos, los dos.

Esperen, eso no salió bien. Amo a mis padres, no me malinterpreten. Son una especie de producto raro en la comunidad gay: padres que aceptan y aman, a los que no les importa una mierda con quién salgo, follo o amo, siempre y cuando sea consensuado y seguro. Sí, ese es el discurso exacto que me dio mi madre cuando salí del closet.

No es que no lo supieran antes, aunque creía que era un gran secreto. Resulta que mi madre había empezado a sospechar cuando yo tenía unos ocho años. Yo sabía que no enloquecerían, mis padres son los clásicos hippies de los setenta, pero aun así necesité reunir mi coraje durante meses antes de decírselos.

Mi padre me dio una palmadita en la espalda y me dijo que me amaba sin importar qué. Bendito sea su corazón. Mi mamá me dio un abrazo masivo y luego me dio un sermón sobre el sexo gay seguro. A juzgar por el nivel de detalle, ella había investigado un poco. Yo tenía trece años. Con razón terminé en el porno.

Espíritus libres como ellos eran, se casaron muy jóvenes, ambos tenían diecinueve años. A los veintiún años, mi mamá tuvo a mi hermana mayor Jennie, y dos años después yo nací.

Como dije, al carajo mi vida. Pero son geniales, en serio, aunque a veces me avergüencen.

Y ahora se están preparando para celebrar su vigésimo noveno aniversario de bodas. Se suponía que iban a dar una fiesta en el vigésimo quinto, pero mi madre tenía cáncer de mama, así que querían esperar para celebrar hasta que se le diera el visto bueno. Ha sido declarada libre de cáncer, así que están planeando la madre de todas las fiestas. Eso significa toneladas de comida y bebida, baile toda la noche, y no me sorprendería que aparecieran strippers. Además, por supuesto, hierba. Viven en Colorado, sólo digo.

Y se supone que tengo que llevar una cita. Que se joda mi vida.

Sólo puedo preguntarle a una persona. Bueno, técnicamente, podría preguntarle a una de mis co―estrellas de Ballsy Boys, pero no soy tan estúpido. Mi madre no tiene filtro ni sentido de lo que es apropiado. Juro que le pediría a Jungwoo consejos sobre cómo chupar verga, y ni siquiera me hagan empezar con su extraña obsesión con Yuta. Es... súper incómodo.

Una cosa es saber que tu mamá ve porno gay, pero otra muy distinta es que está viendo a los tipos que te follas. O ser follado por ellos, la misma diferencia. Gracias al carajo que al menos tiene el sentido común de no ver mis videos.

Pero sí, ¿esa cita? Tendré que tragarme un poco de orgullo y preguntarle a JaeHyun. Mi chico plátano es el único tipo que conozco que está lo suficientemente loco y seguro de sí mismo como para sobrevivir conocer a mi familia.

Esperen... ¿qué?

¿Mi chico plátano?

¿Pero qué carajos? Oh, Dios.

Me niego a pensar en lo que esto significa, pero en vez de eso busco su número y llamo.

—Hola, ¿extrañaste mi gorda polla? —bromea JaeHyun mientras contesta. Doy un mal intento de risa.

—Siempre.

¿En serio? ¿Siempre?

JaeHyun se ríe.

—Lo dice el tipo que se folla a los culos más deseables del mundo.

—Es sólo sexo —digo en voz baja—Es mi trabajo. Es divertido, claro, pero no es lo mismo que...

Que contigo, quiero añadir, porque pensar en él como mi chico plátano y admitir que siempre pienso en él no es lo suficientemente sentimental. Santo cielo, tengo que dejar de hablar. De verdad.

—Lo sé —dice JaeHyun, luego duda—¿Estás bien?

Suspiro.

—Sí. No. No lo sé.

JaeHyun espera un momento y pregunta—: ¿Quieres hablar de ello?

Mi primer instinto es, por supuesto decir que no. Pero antes de darme cuenta, me encuentro abriéndome.

—Son mis padres. Celebrarán su vigésimo noveno aniversario el próximo fin de semana y quieren que vaya.

—Por supuesto, quieren que vayas. ¿Qué hay de malo en eso? ¿No son agradables? ¿Tienen algún problema con que seas gay o con lo que haces?

—No, no es eso. Son geniales con todo eso, de verdad, y también lo es mi hermana, Jennie. Está casada con un dentista, por el amor de Dios, el tipo más aburrido que hayas conocido, pero la ama hasta los huesos, y por alguna extraña razón ella tiene estrellas en sus ojos cuando está con él. No, es más que todos están tan... felices. Son estables, felices y comprometidos, y no sé por qué te digo esto cuando todo lo que quería era pedirte una cita.

Hay mucho silencio al otro lado de la línea.

—¿Quieres invitarme a salir? —JaeHyun repite lentamente.

Es entonces cuando me doy cuenta de que la conexión en mi cabeza entre la fiesta y la cita nunca se convirtió en palabras reales.

—Por el aniversario de bodas —añado rápidamente—Mis padres. En Colorado.

—Amigo, me siento como si estuviera en un programa de juegos, tratando de adivinar una palabra, pero me quedo corto de vocales. Usa oraciones enteras, Taeyong, porque lo que dices no tiene mucho sentido.

—Quería preguntarte si querías ser mi acompañante en la fiesta de aniversario de mis padres, que es el próximo fin de semana en Colorado —digo, agradecido de que mi cerebro finalmente esté moviéndose a la marcha correcta.

JaeHyun está callado durante mucho tiempo.

—Taeyong, no estoy seguro de esto... Conocer a los padres, es un compromiso serio, hombre.

—No lo es. No te estoy proponiendo matrimonio, por el amor de Dios. Sólo necesito una cita para esta fiesta para no parecer un perdedor total. Además, ya sabes, podríamos divertirnos juntos. Hay comida, bebida y marihuana, y tendremos una habitación de hotel donde podemos pasar el rato si es demasiado para ti.

En una escala del uno al diez, ahora soy patético. Si no está de acuerdo pronto, empezaré a rogar, y se pondrá feo. Dios, ¿qué carajo me pasa? Solía ser relajado y no sé, desapegado. Por alguna razón, JaeHyun está jodiendo con todo eso. Es como si mi cerebro tuviera un cortocircuito en lo que a él concierne y saliera la más estúpida mierda.

—Pasar el rato. ¿Es ese el código para el sexo?

Sonrío, porque ahora puedo oír la risa en su voz. Gracias al carajo. Está empezando a acercarse.

—Sí. Te follaré de todas las maneras posibles, lo que quieras. Lo juro, haré un puto baile erótico, si eso es lo que quieres.

—Tu culo, eso es lo que quiero. Mi verga en tu culo.

—Trato hecho —digo, sin dudar ni un segundo. ¿Es broma? Que me follen rara vez es una tarea para mí y especialmente no con JaeHyun. No puedo esperar.

—Será mejor que me pagues con sexo, y luego todavía seguirás debiéndome —dice JaeHyun.

—Lo que tú quieras, bebé.

Bebé.

Santo infierno. Mátenme. Ahora.

16

JAEHYUN

No debí haber aceptado un viaje de quince horas a una reunión familiar con mi folla―amigo. Esto es demasiado íntimo, es muy de novios. Entonces, ¿por qué acepté? ¿Y por qué me siento un poco emocionado?

Agarro mi bolsa, llena de ropa para una semana, y la arrojo sobre mi hombro. Reviso la hora, Taeyong debería estar afuera esperando, así que cierro la puerta y bajo.

Como era de esperar, Taeyong está esperando en su coche parado justo fuera de mi edificio.

Tiro mi bolsa en el asiento trasero y me subo.

Taeyong me saluda inclinándose sobre la consola central. Sin pensarlo, le doy un beso rápido en los labios, y luego me congelo, mi estómago saltando.

Eso no fue un beso de vamos a lo que vamos, ese fue un es un placer verte, novio. Y lo que da miedo es que se sintió tan natural. Retrocedo y plasto una sonrisa. Taeyong parece tan sorprendido e inseguro como yo.

—Oye, escucha, sé que te dije que me llamaras Taeyong, pero creo que podría ser raro frente a mi familia.

—Oh, sí, supongo que tiene sentido. Entonces... ¿debería llamarte Lee Yong?

Su verdadero nombre en mis labios se siente extraño, pero de alguna manera también un poco emocionante. Puedo imaginarme diciéndolo roncamente mientras me embiste por detrás.

Sus ojos se ensanchan una fracción, y el más mínimo indicio de rubor se eleva en sus mejillas— Sí, ¿está bien? —pregunta, su tono enérgico fuera de lugar con su tímida expresión.

—Sí, está bien.

Un silencio incómodo se establece entre nosotros por unos segundos antes de que una sonrisa genuina regrese a la cara de Taeyong— Adivina qué pasaremos de camino por nuestro viaje.

—¿Qué?

—Las Vegas —Taeyong me mueve las cejas y yo hago un puño de victoria.

—Vamos a parar, ¿verdad?

—Joder, sí, vamos a parar —concuerda Taeyong— Son sólo cinco horas hasta Las Vegas. Así que iremos allí y pasaremos la noche, luego podemos dividir el resto del viaje de once horas desde allí.

—Funciona para mí, hagámoslo.

—Gracias de nuevo por venir —dice Taeyong, la insinuación de vulnerabilidad se filtra de nuevo en su expresión.

—Gracias no requeridas, sólo el sexo que prometiste.

—Oh sí, definitivamente vamos a hacer eso. Y siéntete libre de entretenerte durante la primera parte de nuestro viaje dándome una mamada de carretera, si el espíritu te mueve.

—Lo tendré en cuenta.

Mientras salimos del estacionamiento, Taeyong elige una lista de reproducción y yo me relajo en el asiento del pasajero.

Incluso cuando estamos fuera de la ciudad, el tráfico se detiene. Taeyong y yo nos entretenemos cantando junto con la radio, apuntando señales de tráfico al azar o cualquier cosa que nos haga reír, y hablando de nada y de todo.

—Háblame de la pérdida de tu virginidad —pronuncio con una sonrisa malvada a Taeyong, que echa la cabeza hacia atrás y se ríe de mi pregunta.

—Oh hombre, esta es una historia muy incómoda. Salí con este tipo, Minho, en mi primer año de preparatoria. No era el amor de mi vida ni nada de eso, pero era sexy y uno de los pocos otros chicos abiertamente gay. De todos modos, habíamos estado saliendo por unos meses y habíamos hecho todo lo demás, así que pensamos que era hora de ir a donde ninguno de los dos había ido antes. Discutimos durante más de una semana sobre cuál de los dos sería el pasivo. Los dos estábamos nerviosos sobre quién lo sería. Terminamos aceptando tirar una moneda por ello, yo tiré la moneda y salió cruz...

Me río de la forma en que Taeyong cuenta la historia.

—Aw, pobre bebé —me burlo.

—Oh, sí, sólo espera. Con los detalles importantes decididos, hicimos un plan para que él viniera a mi casa después de la escuela cuando supe que tendríamos la casa para nosotros solos. Nos desvestimos torpemente, como si no estuviéramos bien entrenados para desnudarnos. Una vez que estuvimos desnudos, las cosas se pusieron peor. Habíamos visto porno para descubrir la técnica, y como estoy seguro de que te habrás podido dar cuenta de que hay una cosa que falta en la educación pornográfica.

—Oh, por Dios, pobrecito —jadeo, adivinando a dónde va esta historia, y haciendo un terrible trabajo al sofocar mi risa detrás de mi genuina simpatía.

—Sí, no preparación, no lubricante, sólo me doblé, y él fue directo a ello. Sentí como si me estuvieran partiendo el culo en dos. Afortunadamente, no era el tipo más dotado de todos los tiempos, pero aun así no fue increíble. Después de unos treinta segundos, le dije que se detuviera y me dijo, "Dame un segundo". Cuando no se detuvo, me enojé, lo empujé y le di un puñetazo en la mandíbula.

—Oh por Dios, ¿cómo puede ser una historia real?

—Lo sé, es una locura, ¿verdad? Pero esa no es la parte vergonzosa. Aparentemente, mi mamá llegó a casa en algún momento y nos escuchó. Después de que Minho se fue, me sentó y me habló sobre el lubricante y la preparación para, y cito, el juego anal.

—Sí, eso es incómodo —concuerdo, tratando de recuperar el aliento por lo duro que me hizo reír esa historia.

—Ella es una gran madre. Mis padres son increíbles. No estaba seguro de cómo se lo tomarían cuando empecé a hacer porno, pero les pareció bien.

Mi buen humor me pone sobrio mientras la plática se vuelve de sus padres.

—¿Qué hay de tu familia? No los has mencionado antes.

—Crecí en un hogar adoptivo —respondo con un distanciamiento frío. Comprensión se aprecia en su rostro— ¿Qué les pasó a tus padres?

—Quién sabe, a quién le importa —espeto— No estaban cerca cuando era niño. Cuando estaban en casa, dormían mucho y se peleaban todo el tiempo. En retrospectiva, probablemente eran drogadictos. Cuando tenía seis años, mi madre me dejó en una comisaría. Dijo que volvería enseguida. Esa fue la última vez que la vi. Reboté en diferentes hogares de acogida hasta que envejecí para salir del sistema.

—Lo siento.

La lástima en la expresión de Taeyong es suficiente para querer golpear algo.

—No lo sientas. Estuve bien por mi cuenta. No necesito depender de nadie más que de mí mismo, y estoy bien con eso. No necesito que me mimen.

—Lo entiendo —me asegura Taeyong— ¿Qué hay de tu primera vez? —la tensión en mis hombros se relaja. Bendito sea Taeyong por el cambio de tema.


Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2021 por mellifluous_AR. Creada con Wix.com

bottom of page