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ɪʙɪᴀᴛᴄʟ ✎ ᴊᴀᴇʏᴏɴɢ

Actualizado: 13 ago 2022


Sinopsis

NO HAY NADA QUE NO PUEDAS LOGRAR SI SIGUES UN PLAN.

INCLUSO ENAMORARTE.

Cuando Taeyong conoce a JaeHyun decide que ha llegado la hora de dejar atrás su mala racha en el amor y, para conquistarlo, se vale de su mayor talento: la organización.Robando ideas de los dramas de tv coreanos, realiza una serie de pasos para llegar a su corazón. Al fin y al cabo, todo en su vida lo ha conseguido con un plan y cada drama tiene su final feliz.

¿Qué podría salir mal?


✎ JaeYong

✎ Historia única


ree


Capítulos

Prólogo

Cuando tenía siete, creí haber movido un lápiz con mi mente.

Había oído una historia sobre un hombre que se había enseñado a sí mismo como ver a través de objetos para poder hacer trampa en un juego de cartas. La idea era que, si alcanzaba un estado de total concentración y atención, podía hacer cosas con su mente que los humanos normales son incapaces de hacer, como levitar, caminar sobre carbones y mover objetos. Todas las cuales él aprendió a hacer. La primera cosa que intentó, sin embargo, fue mirar fijamente un objeto por horas para moverlo.

Así que, una tarde, vacié mi escritorio y coloqué un lápiz mecánico rosa, con estampado de conejos, sobre la superficie plana e impoluta.

Cerré la puerta y todas las cortinas de mi habitación, envolviéndola en oscuridad mientras el sol comenzaba a bajar. Me senté en mi escritorio y miré fijamente al lápiz, deseando que se moviera.

Lo mire y mire, sentí que pasaron horas. Cuando mi padre golpeó mi puerta chillé:

—¡Necesito privacidad! —sin quitar mis ojos del lápiz. Él murmuró desde el otro lado de la puerta, pero eventualmente se alejó.

Cuando llegó la hora de la cena, golpeó nuevamente la puerta y dijo que necesitaba comer.

—¡Pausa a la privacidad! —gritó.

Mi boca se encontraba (y yo) hambrienta, pero mantuve mis ojos fijos en los conejos del estampado de ese lápiz y le pedí a mi padre que dejara la comida en la puerta.

En lugar, abrió la puerta y metió la cabeza en el cuarto.

—¿Taeyong? —llamó.

—Appa, estoy intentando hacer algo muy importante aquí —dije.

Un padre normal, probablemente, habría exigido una explicación de su hijo de siete años. Habría mostrado, aunque fuera un poco de curiosidad de por qué podría haberme atrincherado en mi habitación observando un lápiz por horas.

Pero este era mi padre. Y su hijo era yo, así que se encogió de hombros y fue a prepararme una bandeja de pescado, arroz y sopa de rábano, la cual cargo hasta el escritorio, con cuidado de no perturbar al lápiz.

Olí la comida y me sentí débil, pero podía dejar que mis ojos se separaran del lápiz.

—Um, ¿Appa.?

Sin mediar palabra, mi padre recogió un poco de arroz, lo sumergió en la sopa y trajo la cuchara a mi boca. Lo comí de un bocado. A continuación, tomó los palillos y me dio un poco del pescado, el cual mordisqueé. Me alcanzó un vaso de agua a los labios y yo tomé agradecido.

Cuando hube terminado casi toda la comida, mi padre me palmeo la espalda y se retiró con la bandeja en mano. Antes de cerrar la puerta dijo:

—No te quedes hasta muy tarde.

Recargado y con mi cerebro sintiéndose más fuerte que nunca, continúe mirando fijamente el lápiz.

¿Y qué pasó? Bueno, juraría por mi vida, hasta este mismo día, que esto es lo que sucedió: el lápiz se movió. Fue un movimiento de lo más mínimo, probablemente nadie más que yo lo habría notado, pero en el segundo en que vi ese lápiz rosa rodar levemente en mi dirección, para luego detenerse, chillé. Salté fuera de mi silla y tiré de mi cabello, sin poder creerlo. Corrí en círculos e hice un baile. Y luego me tiré de cara, a la cama y me dormí.

Intenté el truco con otros objetos, una goma que olía a frutilla, un adorno decorativo para tortas con la forma de una bailarina y un piñón. Pero no hubo caso. A pesar de eso, años después, aun creía que podía mover cosas con mi mente. Secretamente, sabía que existía en esta especial y pequeña esfera donde cosas mágicas podían suceder. Cosas que no le suceden a los humanos normales, sino a un grupo selecto de personas excepcionales.

Esta creencia infantil en mi poderoso cerebro se desvaneció con el tiempo. No es que hubiese dejado de creerlo, o me hubiera sumergido en la frialdad de la fría y dura verdad de cuan careciente de magia era la vida real. Simplemente salí de esa etapa de mi vida.

Pero nunca perdí la creencia de que podías hacer algo, por mero empeño, si creías inquebrantablemente. Si mantienes tus ojos en la recompensa. Y haciendo eso, no había nada que no pudieras controlar sobre tu propia vida.

Esta era una herramienta loca y poderosa para tener a tu disposición cuando eres un niño de siete años que acaba de perder a su madre. Mis memorias del tiempo justo antes de la muerte de madre se han vuelto confusas, pero siempre contaban con una versión de mi padre que solo existía en ese tiempo. Una sombra de sí mismo, alguien que me arropaba, me hacía la cena y me daba la misma cantidad de atención. Pero cuando creía que yo no miraba, se convertía en alguien que pasaba horas sentado en la oscuridad. Alguien que regaba los geranios de mi madre a las tres de la mañana. Alguien que mantenía su despertador a las seis de la mañana, aun cuando no tenía que levantarse por al menos una hora más. Alguien que observaba un recipiente vacío por cinco minutos, todas las mañanas, esperando por el clásico verter simultáneo de cereal y leche que hacía mi madre. Él siempre lo hacía de manera tal que los cereales y la leche terminaran de llenar el recipiente exactamente al mismo tiempo.

Luego, un día, escuché a mi tía hablando en susurros con mi tío en nuestra cocina.

—El tiempo curará todas las heridas. Así que decidí acelerar el proceso.

Rompí el reloj despertador de mi padre y le mostré los pedazos, con mis ojos llenos de lágrimas. Le tomó semanas reemplazarlo, y, cuando lo hizo, lo tenía programado a las siete de la mañana. Cada mañana me aseguraba de que su cereal estuviera listo antes de que se pudiera sentar y observar el recipiente. Y mientras él comía, yo regaba los geranios.

Así, mi viejo padre volvió. Colocó los anillos de bodas de mamá en un pequeño plato de porcelana y desempolvó cuidadosamente todas las fotos de él en la casa. Y lo superamos. Las sombras debajo de los ojos de mi padre se desvanecieron y los geranios florecieron, trepando la puerta del garaje.

Tiempo, al carajo. Lee Taeyong cura todas las heridas.

Solo se necesita un plan, hacer algo. Así es como convencí a mi padre de que me dejara criar gansos en nuestro patio trasero, como salvé de que cierren la biblioteca de la escuela, como superé el miedo a las alturas saltando en bungee en mi cumpleaños número dieciséis (escapándoseme solo un poco de pis), y como me convertí en el número uno de mi clase, año tras año. Creía, y aún creo, que los sueños se construyen ladrillo a ladrillo. Que se puede lograr cualquier cosa si se persiste.

Incluso enamorarse.

Capítulo 1

Si pensaras en tu vida como una serie de imágenes nostálgicas en cámara lenta, te perderías un montón de pedazos tediosos. En medio de las imágenes borrosas de haber soplado las velas de cumpleaños y primeros besos, habría un montón de estar sentado en tu sofá mirando televisión. O haciendo la tarea. O aprendiendo cómo crear la perfecta onda playera en tu cabello con una planchita.

O en mi caso, supervisando otro evento escolar. Como el carnaval de otoño. Agregado a eso, algo de vomito.

Palmeé cuidadosamente la espalda de Jung Sungchan mientras vomitaba en el cesto de reciclaje. Este era definitivamente una de esas conmovedoras escenas que no estaría en el montaje de mi vida.

—¿Todo bien? —le pregunté al capitán del equipo de fútbol mientras enderezaba su cuerpo de metro noventa. Él asintió y se limpió la boca.

—Gracias, Tae —dijo tímidamente.

—No hay problema, pero tal vez no deberías ir al Fundidor de Cerebros tres veces seguidas.

Era sábado a la noche a fines de noviembre y el festival de otoño de la secundaria NCT está en pleno apogeo en el campus, una extensa y moderna maravilla arquitectónica construida en un acantilado en Orange County.

Sungchan se alejó tambaleando, pasando por al lado de mi mejor amigo, Nakamoto Yuta. Él se mantuvo lejos de él, arrugando su nariz.

—¿Vómito?—me preguntó, usando pantalones deportivos holgados, una impecable camisa de hombre, sandalias para senderismo y una bufanda con estampado de rayos. Sus ojos de color ámbar, fuertemente delineados, me estaban observando, pestañeando lenta y deliberadamente. Se vería como una princesa de Disney mexicoamericana si no fuera por el hecho de que se viste como un obrero con una impresionante colección de maquillaje.

—Siempre son los grandotes los que tienen un estómago delicado—le dije.

—Suertudo—me guiñó. Resoplé.

—Si, te encantan los grandotes—Yuta, de hecho, amaba los chicos pequeños.

Mi resoplido se transformó en una tos seca, y me doblé sobre mí misma por la fuerza del mismo.

Cuando me enderecé, Yuta estaba sosteniendo un termo.

—Tu padre me pidió que te trajera esto —me dijo.

Había dos píldoras para el resfriado adheridas a la tapa y sonreí cuando vi la nota adjuntada. La letra desprolija de papá decía: Come mucho, ¡incluso si te sientes mal! Todo tenía manchas negras, clásico de un mecánico de autos.

Abrí el termo y el olor salado de sopa de algas marinas me golpeó.

—Mm, gracias Yu.

—De nada, pero, ¿por qué rayos estás aquí? ¿No tienes un pulmón negro? —me preguntó mientras caminaba hacia un banco y tomaba asiento.

—Porque, duh, estoy a cargo del festival. Además, un pulmón negro es ahora llamado neumonía.

Así que no, no tengo eso.

—Estás a cargo de todo. Sin ofender, Taeyong, pero esto es solo un festival lastimoso de la escuela—Yuta se acomodó a lo largo del banco—¿No puede algún subordinado en el gobierno escolar hacerse cargo de esto?

—¿Quién?, ¿mi inútil vice, Kai?—Kai era mi vicepresidente y fue votado principalmente por su cabello—Podría haberse presentado ayer. De ninguna manera, no pase semanas planeando esto para que alguien arruine el carnaval de NCT.

Yuta me miró, dejando la idiotez de esa declaración asentarse entre nosotros. Cuando hube sido apropiadamente castigado, habló.

—Tae, tienes que relajarte. Es el último año, ya cálmate—Su cuerpo entero haciendo énfasis en eso, cruzado de piernas en el banco, un brazo apoyado en el apoyabrazo, su barbilla descansando en el.

Tomé un trago de sopa antes de responder.

—¿Ya fui aceptado en Stanford?

Yuta se enderezó, apuntándome con una uña larga y brillosa—¡No! No. Una vez que hayas entregado esa aplicación, no quiero volver a escuchar esa palabra por lo que resta del año—Pausó dramáticamente—De hecho, nunca más en mi vida.

—Bueno, ¡qué mal! —Puse las píldoras en mi boca y tragué un poco de agua. Yuta me miró nuevamente, su mirada enervante y un poco aterradora.

—Tae, es una cosa segura. Si un nerd, Madre Teresa, Jovencito Adolescente de América, como tú, no entra ahí, ¿quién va a hacerlo?

Tosí de nuevo, un sonido flemoso que se oyó por todo el lugar. Yuta se alejó notablemente de mí. Golpeé mi pecho antes de hablar.

—¿Tienes una idea de cuántos chicos se ven tal como yo en papel?, ¿promedio de diez, presidente del cuerpo estudiantil, deportes variados, notas perfectas en el SAT, un billón de horas de servicio comunitario?

La expresión de Yuta se debilitó ante el refrán.

—Bueno, ¿no es eso por lo que pediste una entrevista?—Su voz al borde del aburrimiento mientras ojeaba a un grupo de chicos pasando junto a nosotros. Mi mejor amigo desde segundo grado, Yuta había memorizado el refrán del sueño de Stanford de Lee Taeyong, desde que empecé a recitarlo a los diez años.

—Si, pero la entrevista es en febrero, un mes después de la fecha de entrega de la aplicación. Me pone nervioso ahora que ya pasó la fecha temprana de aplicación—farfullé.

—Tae, hablamos de esto un millón de veces. Querías presentarte en la inscripción regular, ¿mejores posibilidades y eso?

Hurgué en mi sopa.

—Si, lo sé.

—Así que no te preocupes, ¿ok? —Yuta palmeó mi brazo.

Cuando hube terminado mi sopa, Yuta me dejó para ir a encontrar a nuestro amigo, Wong Lucas. Recorrí el carnaval otra vez, asegurándome que los chicos del equipo de béisbol no estuvieran regalando todos los peluches de premio a chicas lindas y evitando la formación de disturbios en la fila interminable del camión de helado. Me dirigía hacia el baño cuanto me encontré con algunos chicos de años inferiores a quienes reconocí, un montón de niños bien arreglados con remeras impecables y zapatillas caras.

—Hey, jefe. ¿Cómo le va?—uno de ellos me preguntó, todo encantador. La clase de chico que nació con una corona asentada airosamente en su cabeza.

Sentí sus ojos en mí y me ruboricé.

—Um, bien. ¡Diviértanse! —Los salude con un incómodo blandir de manos antes de alejarme. Por el amor de Dios. ¡Diviértanse! ¿Quién soy?, ¿su padre? Me estaba reprendiendo mentalmente cuando alguien me agarro por detrás.

—Sí, ¿qué tal, jefe?—La voz burlona estaba a centímetros de mi oreja. Lucas. Grueso pelo negro peinado en un moderno y perfectamente armado copete, la más inmaculadamente suave piel marrón, y ojos cansados siempre echados abajo por sus impresionantes pestañas. Los chicos y chicas lo aman. Si, mis dos mejores amigos era estas personas sexys que me recordaban de mi propia falta de sex-appeal diariamente.

Me di vuelta y golpeé su brazo.

Lucas se lo agarró e hizo una mueca de dolor.

—¡Usa tus palabras! —gritó.

Yuta estaba detrás de él sosteniendo una bolsa de plástico gigante llena de algodón de azúcar rosa. Los mire con el ceño fruncido, pero antes de llegar a responder, me golpeó otro ataque de tos.

—Iugh, Tae —dijo Lucas, cubriéndose la nariz con el cuello de su remera—Tengo un juego importante la semana que viene, y si me enfermo, te mato—Como yo, Lucas era un nerd. Su deporte por elección era el básquet, su ciencia por elección, la física, su elección geek de comics y el juego Los Colonos de Catan. Una vez, sostuvo el puesto número uno online por tres meses, hasta que lo venció una niña de ocho años de Brasil.

—Sabes que es bueno exponerse a gérmenes—le dije, y me aclaré la garganta violentamente.

Lucas y Yuta hicieron caras.

—Ahórranos eso, doctor Taeyong —refunfuñó Lucas.

—Oh, pero solo estoy empezando. ¿Debería empezar mi lección sobre el futuro de los trasplantes fecales?

Lucas cerró sus ojos dramáticamente.

—Me gustaría pasar una semana sin tener que escuchar sobre los méritos de las bacterias. Me encogí de hombros.

—Bien. Pero todos ustedes van a agradecerme más tarde, cuando sea un doctor curando alergias estacionales con trasplantes fecales.

—¡Dios! —Yuta tiró el resto de su algodón de azúcar en el techo.

Esperé más quejas, pero en cambio, obtuve silencio. Y extrañas expresiones. Yuta y Lucas miraban detrás de mí. Me volteé y vi un muy amplio pecho.

—¿Qué son los trasplantes fecales? —preguntó una voz baja. Mire para arriba. Oh, Señor.

Wong Hendery. Un metro setenta y cinco de caliente, sexy.... estudiante de primer año. Luego oí risas detrás de mí. Cuando Yu y Lucas se dieron cuenta que mi crush de primera semana de escuela, resultó ser un chico de noveno grado, bueno, fue el mejor día de mi vida.

—Oh, nada. Hey, ¡hola! —dije, mi voz en un extraño tono al nivel que solo oyen los perros.

Él sonrió, dientes blancos contra piel bronceada. ¿Cómo, en el nombre de Dios, es este de primer año?

—Hey, buen trabajo con el carnaval, Taeyong.

Me ruboricé, profundamente.

—Gracias, Hendery.

De acuerdo, tranquilo. Relaja los hombros, mantén la expresión cool y tu instinto natural y apasionado bajo control.

Hendery miró a sus pies un segundo. luego inclinó su cabeza con una sonrisa.

Rayos.

—Um, me preguntaba… ¿Estás ocupado luego de esto?—me preguntó. Mi voz se atoró en mi garganta y la aclare. ¡NO voz chillona!

—¿Después… del carnaval?

—Si, ¿tienes que, no sé, limpiar o algo?

Mis orejas empezaron a quemar, y podía sentir los ojos de mis amigos en mí.

—No, no tengo que limpiar. Estoy libre.

Alto, ¿estoy alentándolo? Es lindo, sin dudas… pero aun así es de primer año. Es como si hubiese leído mi mente. Con sus ojos en los míos, preguntó:

—¿Probablemente no sales con chicos de primero…?

Ja-ja-ja: “salir.”

Pero tenía razón. Él era de primer año, yo de último. Así que traté de concitar un rechazo. Pero, en lugar, sentí la tos. Puse mi mano en mi pecho y cerré la boca. No, este no es el MOMENTO.

Pero hay cosas que tienen fuerza propia. Así que tosí. Fuerte.

¿Y la flema que había estado molestando en mi pecho todo el día? Acabó justo en frente de su impoluta camisa a rayas.

Capítulo 2

Quererme matar era una descripción muy leve.

Sentí una parálisis familiar asentarse y me cubrí la boca con mis manos, mirando la flema en las rayas azul y rojas. Esas rayas estarían por siempre en mi memoria. Gruesas rayas azules con otras rojas, más delgadas entre ellas. Una camisa bastante linda, en realidad.

—Ugh, ¿eso es…? —Oí a Hendery, pero aun no podía mirarlo a la cara. Solo lo vi estirar su camisa y hacer un sonido de disgusto.

Finalmente, emití un débil:

—Perdón, estoy enfermo.

—Esta… bien. Um, bueno, voy a… —Y entonces huyó entre la multitud.

Coloqué la capucha de mi chaqueta en mi cabeza y me volteé hacia Yuta gritando en su hombro. Él me palmeó la cabeza incómodamente.

—Wow, ese fue un fatal coqueteasco, incluso para ti. Digo, wow—dijo. Lucas estaba demasiado ocupado riendo al punto de las lágrimas para decir algo.

Coqueteasco. La ingeniosa palabra que Lucas había inventado para cuando yo fallaba al coquetear.

¿Entienden? Coquetear + fiasco = coqueteasco. Nacido durante nuestro primer año, cuando el tímido y dulce WinWin, a quien había tutoreado en coreano durante un año porque estaba enamorado de él, confesó que tenía un enamoramiento con nuestro profesor de coreano. Nuestro masculino profesor de coreano.

Pero incluso antes de ese incidente, había tenido varios coqueteascos. Cada vez que intentaba hablar con un chico. Cada vez que un chico me hablaba a mi o mostraba algo de interés. Siempre iba mal. No tenía ningún sentido; en todos los aspectos de mi vida era un chico compuesto. Coquetear era la única cosa que nunca podía manejar.

Cuan cliché, sobresalir en todas las partes de mi vida, excepto el amor. Wa-wa.

Miré a Yuta con ojos nublados.

—Gracias. Siempre un faro de confort. Compinche. Amigo.

Yuta sacudió su cabeza sombríamente. Si alguien busca confort y un abrazo acogedor de un amigo, Nakamoto Yuta no era a quien recurrir. Él era más del tipo de bofetada de vuelta a la realidad.

Se encogió de hombros.

—Al menos es solo de primer año—Las palabras primer año me hicieron lamentar aún peor en su hombro. Había dejado mi enamoramiento en Hendery morir apenas supe que estaba en noveno grado, pero aun así él era caliente. Un chico guapo que había estado a punto de invitarme a salir.

Mis dos mejores amigos, aun con todas sus buenas intenciones, nunca podrán entender por qué estar en una relación era algo casi mítico para mí. Ambos salieron del vientre materno con un club de fans ya construido.

Lucas levantó su teléfono y me sacó una foto.

—¡Dame eso! —chillé, arrancándoselo de las manos y borrando la fotografía. Él gimoteó.

—Vamos, solo voy a añadirla a mi colección de fiascos de Taeyong.

—¿Quieres morir? —Amenazaba a Lucas de muerte diariamente.

Mis coqueteascos se había tornado algo esperado, tan seguro, que incluso había hecho una broma sobre ellos en mi ensayo para la aplicación en Stanford. Ya saben, para mostrar algún defecto humano. Porque incluso los defectos pueden convertirse en algo positivo. Esperaba que mi combinación de humildad y humillación me hiciera ingresar. Eso, o mi puntuación en la evaluación SAT.

Y en su mayoría, podía reírme de ello. Tenía tanto de que ocuparme que era probablemente mejor que los chicos no tomaran nada de mi tiempo, sumado a todo lo demás. Había tantas otras cosas en las que tenía que concentrar mi atención.

Aparte, la idea de dejar que otro humano viera tus poros tan de cerca era aterrador para mí.



La semana siguiente en la escuela, estaba en el campo de fútbol combatiendo contra la academia Eastridge.

Amo el futbol; es como el ajedrez y un campo de cien metros, todo mezclado en uno. En un buen día, era como si pudiera ver el futuro: cada paso de un plan maestro que termina con una pelota contra la red.

Y hoy era uno de esos buenos días.

Era bien adentrado en el tiempo agregado y estábamos empatando 1-1. Ahora o nunca, Tae. Mi compañero de equipo, YangYang, y yo hicimos contacto visual en una fracción de segundo antes de que él me pasara a mí la pelota. Salté por encima de los relucientes galones a juego de la defensa de la academia Eastridge e impulsé la pelota hacia abajo en la esquina del arco.

El silbato sonó y me alejé, revoloteando para celebrar nuestra victoria mientras que los jugadores del Eastridge colapsaban en un mar de lágrimas y recriminaciones instantáneas.

Luego de chocar los cinco con mis compañeros, me despedí y dirigí hacia el estacionamiento.

—¡Descansa, Lee! —me gritó la entrenadora Wendi, a la vez que alcanzaba el auto de mi padre. Saludé débilmente con la mano en dirección a su voz, ya que aún estaba batallando con ese estúpido resfriado. Ahora que la adrenalina del juego había disminuido, me encontraba exhausto.

Una obra maestra de auto americano color celeste estaba esperándome. Incluso aunque mi padre era un mecánico que podía arreglar cualquier auto clásico a la perfección, él conducía un poco sexy Buick Lesabre de 1980 del tamaño de una casa flotante. Juro que la excentricidad de mi padre crece exponencialmente cada año.

Y si, mi papá estaba recogiéndome del colegio. El año pasado había chocado mi regalo de cumpleaños (un Saab convertible verde militar restaurado, el cual me había durado un total de veinte minutos) contra una lámpara de la calle a metros de mi casa. Un conejo había saltado en frente mío, y, en vez de frenar, mi reacción inmediata fue direccionar, salvajemente, el auto lejos de él.

Después de eso, mi padre estaba convencido de que no podía confiarme mi propio vehículo, pero si me dejaba conducir su inquebrantable auto por distancia cortas, y nunca le pedí que reemplazará el Saab. En lo alto de mi lista de metas de vida estaba no preocupar nunca a papá.

Él estaba leyendo el periódico en el asiento del conductor cuando me acerqué y tiré para abrir la puerta.

—¡Oh! ¡Aquí esta él!—dijo con una amplia sonrisa, doblando el periódico y arrojándolo sobre el tablero. Su sonrisa iluminó su cara redondeada. Líneas de risa arrugaban las esquinas de sus ojos y su piel bronceada. Aún tenía abundante pelo negro y grueso, su única vanidad. Mi papá se pasaba todas las mañanas peinando y esponjeando cuidadosamente su cabello, para luego ponerse una camisa manchada de grasa y unos pantalones cortos.

—Hola, Appa—Arrojé mi mochila y bolso en el asiento trasero y luego me dejé caer en el asiento del acompañante con un gemido de alivio, cada parte de mí estaba adolorida.

Mi padre puso su palma áspera en mi frente y chasqueó, con desaprobación.

—Por Dios. ¡Tienes fiebre!

Me incliné hacia atrás y cerré los ojos.

—Estoy bien, solo necesito algo de juk y una ducha super caliente—Juk son gachas de avena coreanas, y mi padre hacía unas de muerte, con setas y algas marinas despedazadas.

—Ty, ¿a quién crees que estás engañando? No deberías ir a la escuela mañana. Nada de tareas esta noche, solo cosas divertidas—dijo papá mientras conducía a casa.

—No, ¡nada de cosas divertidas!—dije con una risa, bromeando a medias. Tenía que dejar las donaciones, juntadas por los de último año, de comida enlatada en una iglesia cercana y terminar un artículo para español avanzado.

—¡Hey! Si Appa dice cosas divertidas, entonces ¡solo habrá cosas divertidas!

Mi papá siempre se refiere a sí mismo en tercera persona, siempre como Appa, la palabra coreana para papá. Sería vergonzoso si no fuera encantador. El mal español de mi padre tenía un perfecto toque cómico, y a veces me preguntaba si no estaba fingiendo solo para hacerme reír. Hablábamos tanto coreano como español en casa, sobre todo una floja mezcla de mi mal coreano y su mal español.

Cuando llegamos a casa, me di una ducha rápida, unté loción en mi blanco rostro (Piel de nieve, ¡como yo! exclamaba mi padre todo el tiempo), luego corrí hacia abajo por las escaleras hacia la alacena. Estaba contando los alimentos enlatados en una pila cuando escuche el sonido familiar de gente coreana gritando en la otra habitación.

—¡APPA! ¡En el nombre de todo lo sagrado, baja el volumen! —grité. El volumen bajo apenas, y arrastré una bolsa de latas hacia la sala de estar, donde mi papá estaba sentado en su sillón reclinable favorito mirando sus amados dramas coreanos. Solo el tope de su cabeza era visible por encima de la gastada tapicería verde bosque.

Pausé el show en un clásico momento de drama coreano: un excitado semental cargando a una muy borracha y tímida muchacha en su espalda.

—¿No viste este ya? —bromeé. Esperen… Mi papá se enderezó y bramó.

—Este es diferente. ¡No son todos iguales!

Me destornillé de la risa. Amaba burlarme de la obsesión de papa con los dramas coreanos. Se pasaba todas las noches mirándolos, truene o llueva. Nada se metía entre mi padre y sus dramas.

Una vez, las llamé telenovelas coreanas y mi cara casi se derritió del calor de su furia.

—¡No son lo mismo que esa basura! —Tenía que concederle eso. En primer lugar, eran en formato de miniserie, así que tenía un numero de episodios predeterminados, en vez de interminables décadas de la misma pareja lidiando con gemelos malvados y cosas por el estilo. Aparte, no como las telenovelas, eran de variados géneros, como las películas, comedias románticas, fantasía, suspenso, o el clásico melodrama romántico. Y mi papá amaba cada una de ellas. Yo miraba pedazos aquí y allá con él en ciertas ocasiones, pero no eran realmente lo mío.

Apunté a la pantalla.

—Déjame adivinar. La chica borracha es huérfana.

Mi padre pauso la TV y elevó su nariz arrogantemente.

—No huérfana. Pero muy pobre.

—Y ese muchacho es el hijo del CEO de un emporio.

—¡Si!

—Bien por ti. Diviértete. ¿Puedo usar tu auto para llevar estas latas?

Me miró con preocupación.

—¿Estás seguro que no quieres que Appa te lleve? Estás enfermo.

—Estoy bien, la iglesia está solo a cinco minutos. Gracias, de todas formas.

Él se levantó y me acompañó hasta la puerta, entregándome sus llaves.

—Ok, pero ven directo a casa luego. El juk estará listo y necesitas descansar.

—Ok, Appa, te veo en un rato.

Me puse los zapatos y estaba cargando las cajas de latas en el maletero cuando escuché a papá gritar desde la puesta.

—¡Hey, Taeyong! ¡Ponte calcetines! Siempre te enfermas porque no usas calcetines.

Oh por Dios, mi padre y los calcetines. Seriamente. Le grité de vuelta.

—¡Es una idea equivocada que las personas se enferman por no usar calcetines! ¡Ve con tus dramas!

Pero, aun así, corrí de vuelta adentro y me puse un par antes de dejar la casa otra vez.

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Buick Lesabre: Auto del papá de Taeyong.


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Saab: Auto de Taeyong (el cual estrelló)


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Capítulo 3

—Discutan por qué Los Relatos de Canterbury de Geoffrey Chaucer fue una crítica social de su tiempo. ¡Y dejemos de lado las bromas sobre gases! Todos sabemos cuan obsceno era el mañoso ese.

Ah, la Sra. Sunmi, una profesora de español obligada a enseñar Chaucer a un puñado de mocosos. Era viernes y estaba sentado en español avanzado cuando empezamos a mover los escritorios para ponernos en nuestros grupos de discusión. El mío estaba formado por los usuales cerebritos, Kim Doyoung, Quian Kun y Lucas.

—Ok, ¿tal vez podríamos empezar discutiendo qué problemas afligían a la sociedad en el tiempo de Chaucer?—dijo Kun, escribiendo furiosamente en su cuaderno. Él siempre tenía que ser el primero.

No dejando que lo superaran, Doyoung agregó.

—Bueno, ¿la opresiva iglesia católica para empezar?

Lucas asintió, estando de acuerdo.

—Si, el tío estaba adelantado a su tiempo con esa observación.

Fruncí el ceño y estrujé mi cerebro en busca de otra enfermedad social de Inglaterra en el siglo catorce. Hundida en mis pensamientos, garabateé ausentemente en los márgenes de mi cuaderno. Estaba dibujando un esmoquin que había estado observando en internet durante las últimas semanas, elegante, liso, de color negro con una hermosa camisa bordada y moño negro. Tal vez para la graduación, la cual se sentía como a un millón de años.

—¡Mierda!

Miré a Doyoung, horrorizado. El señorito cardigans y plumas con brillos nunca maldecía. Luego seguí su mirada. A decir verdad, la dirección de la mirada de la mitad de la clase.

Había un chico parado en el umbral de la puerta. Tachen eso, era un espécimen de chico increíblemente perfecto.

Alto, pero no larguirucho, tenía cabello chocolate desordenado, metido parcialmente en un gorro gris. Vestía unos jeans oscuros y una camiseta de manga larga debajo de un chaleco inflado azul marino. Y, Dios misericordioso, su rostro: piel de porcelana, barbilla angular que podría cortar vidrio, ojos oscuros enmarcados por un par de cejas serias, y una boca amplia que sonreía con indecisión mientras unos preciosos hoyuelos se formaban en cada lado de sus mejillas. Miraba dentro del salón de clases.

Se me cayó el lápiz de mi mano y resonó en el suelo.

—¿Y tú eres…? —pregunto la Sr. Sunmi.

—Jung JaeHyun. Soy nuevo.

JaeHyun. ¿Quién demonios se llamaba JaeHyun? Ante el sonido de su voz grave, hubo un audible cotilleo de la porción femenina de la clase.

—Bueno, JaeHyun, estamos en el medio de una discusión grupal sobre Los Relatos de Canterbury. ¿Por qué no te unes a ese grupo de allí? —dijo, apuntándonos a nosotros—¿Chicos? Pónganlo al tanto, por favor.

Me apresuré para levantar mi lápiz del suelo y cuando miré arriba, todo se movió en cámara lenta mientras JaeHyun hacía su camino a nosotros. Juro que una brisa azotó a través de la clase solo para levantar el cabello que tapaba sus ojos para que miraran directamente a los míos. Miiiierda.

—¡Ey! —dijo cuando llegó.

Sentí a Doyoung agitarse al lado mío. Él chilló.

—¡Hola!—luego se levantó deprisa para acercar un escritorio—¡Siéntate!

Él le sonrió.

—Gracias—JaeHyun se sentó a menos de un metro de distancia de mí. Perdí la habilidad de hablar mientras todos los demás se presentan amablemente. Finalmente me miró expectante.

—Soy Taeyong —dije, pero salió áspero y bajo. Aclaré mi garganta—Taeyong—repetí estúpidamente. ¿Por qué? ¡Oh! ¿Por qué elegí hoy de todos los días para usar mis pantalones deportivos a la moda?

—¡Ey!—respondió con voz atractiva. Tenía una bella voz.

—¿De dónde eres? —le pregunto Doyoung.

—Ojai —respondió—Es como una hora al este de Santa Bárbara.

Doyoung asintió vigorosamente.

—Oh si, se dónde es eso, mi madre va allí en retiros de yoga. Así que, estamos discutiendo la crítica social en Los Relatos de Canterbury—dijo Doyoung, enseñándole el libro—¿Lo has leído?

JaeHyun negó con la cabeza.

—No—Su desinterés era palpable.

Fruncí el ceño. Qué manera de dar una buena impresión, chico nuevo. Doyoung, sin embargo, no parecía desalentado, batiendo sus pestañas y observándolo abiertamente. Rodeé mis ojos. Buena suerte con eso, Dons. Continué garabateando, sabiendo mantenerme lejos, bien lejos de alguien tan ridículamente apuesto. No me sentía como para repetir el desastre de la flema. El dolor aún estaba fresco.

Pero escabullí una mirada en su dirección de todas maneras.

Alguien pateó mi silla y levanté la mirada para ver a Lucas sacudiendo su cabeza. Lo miré maliciosamente y articulé un muere. Él se río y meneó sus cejas sugestivamente a JaeHyun. Pateé su silla, en cambio, y él bajó su cabeza, ocultando su risa.

Luego, repentinamente, mientras todos estaban inmersos en alguna discusión sobre el desdén de Chaucer por la caballerosidad, JaeHyun estaba acercando su escritorio al mío. Me helé. ¡¿Por qué estaba acercándose?! Noooo.

Una lista mental de todo lo que podría ser asqueroso sobre mí, apareció como un holograma en una película de Tom Cruise: Labios secos y agrietados. Comprobado. Ese extraño pelo largo en la ceja que siempre me olvidaba de cortar. Comprobado. Posibles lagañas de esta mañana. Comprobado. Dichoso vello sobre el labio superior. Comprobado. Dispersión de pequeños, pero aun así ofensivos granitos en la frente. Comprobado. Por no mencionar mis pantalones deportivos. Nop este no era el día para hablar con el lindo chico nuevo.

Miré a Lucas en pánico, y él presionó sus labios juntos con pesar, sabiendo que un Coqueteasco estaba en camino.

A apenas unos centímetros de distancia, JaeHyun miró mi cuaderno de reojo.

—Lindo dibujo—Mantuvo sus ojos hacia delante, su voz tan baja que me pregunté si había, de hecho, dicho lo que yo creí haber oído.

Mis ojos se dirigieron al feo garabato de mi esmoquin.

—Um, gracias, es solo… un garabato—Puse mi brazo sobre él, cubriéndolo casualmente.

—¿Tomas cursos de arte avanzado?

Dejé escapar un bufido de risa, ruborizándome inmediatamente. Compórtate hombre.

—Um, no—Respondí finalmente—¿Tu sí?

Él asintió, y susurró.

—Así que. Dime la verdad. De alguna manera acabé en un subgrupo de nerds donde ustedes son los alfas de la manada. ¿Correcto?

Resistí las ganas de reír y dejar salir otro bufido. En cambio, contuve una sonrisa.

—¿Qué fue lo que nos delató? ¿Nuestro entusiasmo por la literatura medieval?

Entonces se rio. Wow, hice que un chico lindo riera. Ok, tenía que parar mientras llevará la delantera. Sin embargo.

—Nos va bien con bromas del siglo catorce sobre gases—dije antes de siquiera poder contenerme. O-M-G, por quéééé.

Pero otra vez, JaeHyun río. Y me hizo reír, sin bufido esta vez.

Podía sentir el calor de los ojos de Lucas en mí. Estaba enviándome mensajes telepáticos urgentes para que dejara de hablar.

Estaba a punto inclinarme hacia él y hacer una broma sobre la propensión de Chaucer por lecheras lujuriosas cuando me di cuenta de que la mano de JaeHyun estaba arrastrándose casualmente sobre mi escritorio. Acercándose a la mía. ¿Qué rayos?

Todas las señales de mi cuerpo estaban enloquecidas, luces rojas, bocinazos, sirenas chillando. Creí que tal vez estaba muriendo. Mi corazón voló fuera de mi pecho con un triunfante: ¡Adiós, muchachos!

Pero no morí. Sino que miré a JaeHyun sacarme gentilmente el lápiz. Estaba tan sorprendida que mi mano se quedó en esa extraña posición para sostener un lápiz, vacía y curvada alrededor de la nada. Luego, ligeramente, JaeHyun inclinó el cuaderno hacia sí mismo y lo deslizó por el escritorio para que estuviera a su alcance.

Sin siquiera mirarme, empezó a trazar sobre mi dibujo. Con ligeros y seguros trazos. Sus líneas se movían por encima, y alrededor de las mías. Hasta que el esmoquin fue transformado de una silueta infantil a capas y capas de encaje oscuro. Ajustado cómodamente sobre un delgado y curvado cuerpo. El frente de la camisa era corto, pero tenía una ancha banda alrededor de la cintura. Luego le hizo al chico imaginario un par de zapatos mortales, con correas, elevándose. Él usaba un saco de encaje hasta las muñecas, y su cabello era una masa enmarañada echada hacia un costado. El otro lado exponía una delicada oreja con piercings a montones con aros geométricos, largas cadenas y joyas que llegaban más allá de sus hombros.

Las discusiones sobre Chaucer se convirtieron en ruido blanco de fondo, mientras miraba el dibujo tomar vida. JaeHyun pauso por un momento y lo miré, impaciente, esperando para ver que seguía. Su rostro se inclinó hacia el papel, las cejas fruncidas en concentración, pero podría jurar que estaba sonriendo.

Él completó la cara del chico. Rectas y gruesas cejas. Ojos oscuros y amplios, con pestañas largas. Una pequeña cicatriz en el lado derecho. Pómulos anchos y una boca pequeña con un labio superior más grande que el inferior. Señal de una sobremordida.

Era yo.

Observé el dibujo, físicamente incapaz de mirar a JaeHyun. Mis mejillas estaban calientes y mi corazón latiendo en mis oídos, tan fuerte que no podía creer que no estuviese siendo oído por todos en el planeta Tierra. Finalmente, cuando elevé la mirada, miré directamente en sus ojos y un espasmo de electricidad pasó entre nosotros.

Antes de que pudiera reaccionar, antes de que pudiera decir algo, la campana sonó.

Todos movieron sus escritorios de vuelta a sus posiciones originales, metal rasgando el suelo. JaeHyun dejó mi cuaderno y mi lápiz en mi escritorio antes de mover el suyo también, tomando sus cosas sin dirigirme la palabra.

Abrí mi boca y la volví a cerrar. Recogí mi lápiz cautelosamente. Juro que aún estaba tibio de su toque.

—Si necesitas ayuda encontrando tus clases o lo que sea, puedo acompañarte—Oí a Doyoung ronronear a JaeHyun.

Una pequeña sonrisa se asomó sobre los labios de JaeHyun.

—Eh, gracias, pero puedo solo—Balanceó su mochila alrededor de su pecho, y parecía como si estuviera pretendiendo buscar algo.

Lucas golpeó mi brazo con su mochila.

—Hey, ¿estás listo?

Parpadee.

—Oh, sí. Sí sí.

Nos dirigimos fuera de la clase juntos, y eché un vistazo hacia atrás a JaeHyun una última vez. ¿No iba a decir nada? Aparentemente no, estaba tan metido en hurgar en su mochila.

—Así que, ¿de qué te reías con el galán de ahí?—Lucas preguntó mientras salíamos.

—Ja ja. No estaba riendo—Empecé a reír mientras lo decía.

—Miiierda—Lucas levantó sus cejas hacia mí.

—Cállate—le dije con otra risilla involuntaria. Pero cuando me volteé, JaeHyun estaba caminando en mi dirección, la mochila colocada correctamente ahora. Me paralicé. Aparentemente cada vez que JaeHyun caminaba hacia mí, el mundo iba en cámara lenta. Sacó el gorro de lana de sus ojos con una velocidad congelada. Para el momento que me alcanzó, ya habíamos tenido una cita, nos habíamos casado y enviado a nuestros dos hijos a la universidad con lágrimas en los ojos. Las risitas se disiparon inmediatamente.

—Así que, sé que dijiste que no estás en arte avanzado, pero, ¿estás en el club de arte?—preguntó. La vibra coqueta de antes había desaparecido, y no pude descifrar si era porque Lucas estaba conmigo. Sin embargo, había sido lo suficientemente amigable, por lo que…

—Ja, de ninguna manera—Respondí intentando mantener la compostura.

Él se rio, una risa gutural que me hizo sacar una sonrisa enorme. Que risa indigna para semejante espécimen. Oh por dios, deja de sentirte emocionado. Ya sabes a dónde te lleva todo esto, Taeyong. ¡Detente! Pero nunca había hecho reír a un chico. A este punto en cualquier interacción con un muchacho, ya había hecho algo espectacularmente estúpido. Por primera vez, sentí un atisbo de esperanza.

Lucas caminó por delante de nosotros sutilmente.

—Qué mal—dijo JaeHyun, con una expresión inescrutable. Mi corazón latió.

Luego lo sentí: una familiar pérdida de control, toda capacidad sobrepasada por una inseguridad nerviosa. NO, no, no.

—¿Qué mal que no estoy en el club de arte?—pregunté, mi voz alcanzando un extraño tono.

—Si.

Sacudí mi cabeza.

—Nunca hubiese desperdiciado mi tiempo persiguiendo algo en lo que soy simplemente mediocre.

Oh Jesús, estaba haciéndome el sabelotodo, hablando de manera colonial. Detente, detente ahora y mantente cool y distante. COOL Y DISTANTE. Controla tu postura.

Vi su sonrisa desaparecer. El brillo de sus ojos opacarse. Okey, el momento cool y distante se ha ido oficialmente. Sabía que debía detenerme ahora, pero tal vez podía salvar esto. Una ola de coraje me recorrió. Solo explícate. La comunicación es la clave.

—Es solo que estoy muy ocupado—Su cara se congeló. Se paralizó, si lo prefieren. Pero seguí adelante—Tengo mucho sobre mis hombros. Soy presidente estudiantil, estoy en el equipo de fútbol y tenis, en cinco clubes distintos, y estoy casi programado para graduarme con las mejores calificaciones.

—Wow. Abeja trabajadora. De acuerdo, nos vemos entonces—respondió. Una expresión muy familiar de buena educación disfrazada de pánico se apoderó del rostro de JaeHyun.

Parpadeé y sacudí mi cabeza, sintiendo mi sentidos volver a mí a medida que él se alejaba.

—Espera, ¡JaeHyun!

Él se dio vuelta, a regañadientes, literalmente arrastrando los pies.

¿Ahora qué? ¿Por qué diablos hice eso?

Jugueteé nerviosamente con el cordón de ajuste de mis pantalones.

—Emm, ¿cuándo se reúne el club de arte?—pregunté.

No todo está perdido. Solo intenta coquetear. Se lindo. JUEGA LA CARTA DE ADORABLE. Mordisqueé mi labio inferior para añadir al efecto.

Los ojos de JaeHyun recorrieron el lugar, como si estuviese buscando una vía de escape.

—Eh, no estoy seguro aún, pero creo que está en el sitio web…—Su voz se desvaneció.

Y entonces… mis pantalones deportivos cayeron a mis pies.

Mire hacia abajo. JaeHyun miró hacia abajo. Miré hacia arriba. JaeHyun aún miraba hacia abajo.

—¡¿Estás bromeando?!—Oí a Lucas gritar.

Subí mis pantalones y corrí como el viento.

Capítulo 4

Mi celular estuvo vibrando toda esa tarde. Lucas y Yuta estuvieron tratando de animarme por el incidente de los pantalones deportivos, pero los ignoré. Mi último mensaje para ellos fue: Considérenme muerto. Adiós.

Cuando mi padre volvió a casa del trabajo, me encontró de lleno en mi modo de autodesprecio: usando mi pijama, estaba viendo un reality show sobre mujeres jóvenes compitiendo por su propia tienda de cupcakes y estaba atracándome de comida chatarra. Mi padre se quedó en la entrada y murmuró molesto:

—¿Tanta chatarra? ¿Justo ahora? Appa no hará cena para ti.

Él se quejó todo el camino hasta la cocina, donde obtuvo provisiones. Normalmente, ese era mi trabajo, pero hoy me permití el lujo dado mi terrible humor. Con mi larga lista de coqueteos fracasados, tu creerías que el último sería solo un grano más de arena en el desierto. En el pasado, después de un par de horas me habría distraído con alguna actividad urgente de Lee Taeyong (feria de ciencia, juego de futbol...), pero yo solo no podía quitármelo de encima hoy. Y algo acerca del fracaso de JaeHyun estaba enviándome dentro de una espiral de recuerdos seriamente vergonzoso.

Na Jaemin. Primer grado. Yo golpeé a mi primer amor platónico, Nana, en sus bolas durante la clase de taekwondo y había sido llevado a emergencias.

Mi mano se atascó dentro de la bolsa por otra chatarra. Mi padre caminó por la sala y negó su cabeza a mí.

—De acuerdo, ¿qué tá pasando?

Normalmente, el qué tá pasando conseguía una sonrisa tonta de mi parte.

—Nada—Sonreí sin entusiasmo.

Dong Si Cheng. Cuarto grado. Me preguntó si quería ver sus libros "especiales" y le dije que no tenía permitido ver pornografía. Resultaron ser comics e incluso ni sabía aún cómo se hacían los bebés. Fui una pervertida de cuarto grado.

—Esa es la chatarra especial que conseguí en el mercado persa. Dámelos a mí, son los favoritos de Appa.

—No—Abracé la bolsa más cerca y me volteé.

Xiao Dejun. Séptimo grado. Estábamos en un baile de Halloween y él se inclinó para darme mi primer beso, pero empecé a reír hasta que lloré.

—De acuerdo, para. Esto ya no es divertido. Appa tiene que ver el show y tú estás siendo muy molesto—Mi padre frunció los labios.

—Grosero.

Se dejó caer a mi lado tan fuerte que reboté y un poco de migajas cayó en mí. Entonces él me arrebató la bolsa.

—No hay cena para ambos, entonces—Él tomó un poco antes de coger el control remoto.

—Vamos a ver algo más—Nunca había estado dispuesto a sentarme a ver por completo un K- drama, estaba de humor para algo más siniestro y miserable.

Mi papá me ignoró y hábilmente navegó por las opciones de la Smart-TV a las del internet y se lanzó al sitio de su K-drama. Él podía apenas usar el correo electrónico, pero podía llegar a ese sitio web incluso dormido. Intenté arrebatarle el control y me dio un golpe en la cabeza con él.

—¿Cuál es el asunto contigo? Trabajo todo el día, ¿qué hiciste tú, monstruo de las papas? No, tú verás lo que Appa ve.

—No quiero—Me masajeé la cabeza y le lancé una mirada asesina.

Lee Jeno. Segundo grado, universidad. Le envié notas de admirador secreto por varias semanas, solo para descubrir que él sabía que era yo desde el principio, porque accidentalmente firmé la primera.

—Para de autocompadecerte. Estamos viendo esto porque es el último episodio del show y Appa ha estado muuuuuy emocionado por verlo.

Conforme los créditos pasan con la música, la había escuchado de fondo toda la semana, me empecé a sentir molesto.

—¿Cómo es posible que estés remotamente emocionado por esto? Al final termina igual. Esta gente—Señalé la pantalla, a la ninfa de ojos abiertos y al del peinado parecido a Justin Bieber—No hay manera ni en el infierno, de que ellos estén juntos. Pero, el milagro de los milagros, ellos terminan felices por siempre. Es una completa mierda.

Wong Hendery: flema como un cohete.

Jung JaeHyun: sin pantalones.

Mi papá me empujó la cabeza.

—Cuida tu boca, Mr. Quejas. ¿No sabes que, si es amor verdadero, incluso si empieza mal termina bien?

Amor verdadero. Quería burlarme de ello, pero el movimiento en mi pecho cuando vi a JaeHyun dibujar fue algo que nunca había sentido antes. El zumbido que tuve cuando estuvo cerca fue nuevo. Había tenido fuertes amores platónicos en el pasado, pero tenía el fastidioso sentimiento de que esto era algo diferente.

Me acosté con pereza pura y vi el comienzo del episodio. Mi papá amablemente puso los subtítulos, así podría seguirlo con mis recuperadas habilidades de coreano.

La escena empezó en una transitada intersección en la ciudad, los dos personajes principales estando en lados opuestos de la calle, mirándose fijamente uno al otro bajo la lluvia. La música fue aumentando conforme los carros pasaban frente a ellos.

Mi papá alegremente aplaudió.

—Oh, finalmente—Aplaudió—Finalmente, ellos se ven después de tantas cosas malas. Esta es la parte en donde ellos se besan—Me miró—Tal vez esto sea algo para adultos.

—¿Appa, de verdad? Vimos Brokeback Mountain juntos—me burlé.

Tan pronto como la luz se volvió verde para los dos amantes para encontrase, hubo una escena del pasado: La chica estaba sentada en un armario de suministros en el trabajo, se subió la falda, arreglando sus rotas medias con barniz de uñas transparente. El chico accidentalmente caminó hacía ella, sobresaltándola y extiende los brazos, aventando el barniz a los ojos del tipo. Él brama y cuando la chica se pone de pie para ayudarlo, él le grita y la empuja a un lado. El humor de la chica cambia de inmediato instantáneamente y le da una patada, haciéndolo caer de cara dentro de una cubeta.

—Sí, es súper creíble que ellos vayan de eso a besarse apasionadamente bajo la lluvia—resoplé. Mi papá me empuja de nuevo.

—Calla, Taeyong. Solo mira, ellos van a mostrar todo lo que pasó en los otros capítulos.

En el siguiente recuerdo, la chica tropezó en una cabina por huir de una tormenta de nieve. El chico corre a ella, gritando; está furioso de que ella se ponga en peligro. Entonces nota que ella está cojeando y lastimada. La sienta en un taburete y envuelve su tobillo gentilmente con una venda y sus ojos estrictos pasan de ella a su tobillo para subir de nuevo, los ojos se cierran torpemente. Él la empuja y ella cae del taburete.

Sonreí. De acuerdo, hay que reconocer que eso fue muy lindo a pesar del ligero elemento de violencia.

El siguiente recuerdo: La chica está en una cena con algunos otros chicos de aspecto insípido, y el chico corre molesto, tomando largas zancadas para cruzar el elegante restaurante, agarrarle la muñeca y empujarla al camino. Ella grita y empieza a golpearlo en el pecho con sus pequeños puños, furiosa, pero él la besa toscamente y ella se derrite contra él.

Hmmm... eso fue un poco... caliente. Me enderecé y me incliné hacia adelante. El último recuerdo: Los dos están en el trabajo, y la chica está siendo regañada de parte de su jefe que avienta un folder, papeles volando por todos lados. El chico la está viendo, su cara contorsionándose por las emociones. Ella lo mira significativamente y sale de la oficina con su cabeza en alto.

—Eso fue cuando ella aceptó la culpa por algo que él había hecho mal—Mi papá me da un codazo.

La acción vuelve al presente, la pareja mirándose por largo tiempo después de muchos malentendidos y sufrimiento. La luz se vuelve verde y los dos caminan hacia el otro lentamente. Cuando ellos estaban listos para encontrarse en medio de la calle, le arrebaté el control y pausé la TV.

—¡Taeyong! —gritó mi padre.

Lo miré, e incluso cuando usualmente no sientes tus ojos brillar, sentí mis ojos brillar. Yo había siempre asumido que cuando las relaciones iban mal, era el final, pero la premisa entera de los K- dramas era que siempre terminaban bien. Y qué si tu mirabas de cerca, había una fórmula para enamorar a un chico. De vez en cuando empezaban con una gran dosis de humillación para la chica. Y el porqué de todos mis fracasos. ¿Mis humillaciones habían sido para nada? No, era porque nunca había tenido un plan. Nunca había habido ningún paso qué seguir.

Pero los pasos habían estado justo enfrente de mis ojos todo el tiempo. Solo bloqueados ligeramente por la gran cabeza de mi papá. Me levanté del sofá.

—¡Es como una jodida ecuación! ¿Por qué no lo había visto?—grité—¡Vamos a empezar desde el primer episodio!

La mandíbula de mi papá cayó y alzó los brazos sin poder hacer nada hacia la televisión, donde los dos estaban a punto de besarse, cerró los ojos inclinándose. Pasaron cerca de 30 segundos cruciales en donde entrecerraron los ojos para inclinarse y besarse, moviéndose a milímetro por segundo.

Como todo lo demás, podría conquistar a JaeHyun con algo de buena planeación a la antigua. Este renovado sentido de orden me impulso arriba de las escaleras para coger una libreta. Tal vez sería un fracaso en el amor, pero era el jodido jefe del estudio. Y hasta antes de JaeHyun, la motivación para estudiar y planear mi camino fuera de la humillación nunca había venido a mí.

✎ ✎ ✎

Dos días después, en la mañana del lunes, estaba hecho.

Apagué la televisión y me recliné en el arrugado sofá. Mi boca estaba reseca. Mis lentes de contacto estaban pegados en mis ojos. Miré a mi papá, quien, cuando no estaba trabajando, se había unido a mí en el maratón además de los fines de semana. Entonces, la noche pasada, él se había dormido a un lado de mi en el sofá cama mientras yo me quedé despierto toda la noche. Él estuvo durmiendo con la boca abierta, con los calcetines blancos enredados en el edredón a cuadros que había traído para él.

Bajé la vista hacia mi libreta. Lo había hecho. Había visto tres K-dramas enteros en el curso de un fin de semana, incluyendo el que había iniciado el viernes en la noche. Cuando mi papá había preguntado por qué estaba tan de repente interesado, dije que fue por un proyecto de investigación de la escuela. Parte de eso no era mentira.

Los dramas que vi fueron toda una variedad de comedia romántica, porque ese fue el evidente género que se ajustaba a los escenarios de mi vida. No había dejado la casa, tomado una ducha ni visto otro humano que no fuese mi papá en todo ese tiempo. Había ignorado los textos de Yuta y Lucas.

Fue divertido, los K-dramas habían sido el ruido blanco en mi vida. Siempre al final, tal como si lavase los trastes, hiciera tarea o estuviera con amigos en mi cuarto. Pero nunca me había sentado allí con mi papá y dado todo de mi a ellos.

Después del curso de un fin de semana entero, me había convertido. Me había graduado de la escuela de K-dramas.

Había reído, llorado, sentido el completo espectro de las emociones. Cuando empecé el primer episodio, me llevó un rato tomar en serio todo el ambiente de la serie. Primero que nada, los cortes de cabello de los actores, oh por dios, tan distractores y extravagantes. Entonces, de alguna forma, ¡pero se volvían de ridículos a lindos y soñadores! Y mientras los elegantes grupos de gente rica hizo que pusiera los ojos en blanco violentamente, fueron compensados por lo acogedor y romántico de las fotos instantáneas de Seúl, bebidas de media noche y bocadillos calientes en carpas emergentes, adorables cafeterías jugando America Top 40 de música, avenidas de la ciudad con árboles de cereza floreciendo, el icónico río Han en la noche. Seúl pareció tan placentero y vivo.

Y a pesar de que soy una americana coreana, hubo un pequeño choque de cultura. Tipo, cómo un abrazo fue una trascendental marca en la relación (en las series americanas los protagonistas coquetearían apenas dos veces antes de saltar a la cama). O cómo sería un gran obstáculo si provenían de distintas clases, y cómo era considerado que estaba bien para una madre rica empezar a golpear a una chica por salir con su hijo siendo esta pobre. Y la chica se quedaría sentada allí y lo aceptaría porque la mamá rica era mayor.

Entonces hubo emociones. Por dios, yo nunca fui testigo de este nivel de emociones humanas fuera o no de la pantalla. Demasiadas lágrimas, muchos gritos. Ahora entendía por qué mi papá hablaba en todos los capítulos, por qué cada cosa que sucedía lo tomaba con incredulidad. Por no mencionar los fuertes abrazos, barriendo los cuartos y agarrando chicas, cerrando los ojos con su boca temblando y apretando la mandíbula. Hola, Hollywood, ¿quién piensa que no hay actores asiáticos talentosos? Necesitan ir a Corea.

Sí, las historias podrían ser de fórmula, descarados clichés todo el tiempo, pero con la fuerza de los personajes todo funcionaba. Personajes que animases, que odiases con la fuerza de miles de soles, de los que te enamorases profundamente, a los que envidiaras, de los que te preocuparás. Eran más reales que cualquier cosa que los Oscars ofrecieran.

Los K-dramas embotellaban el verdadero amor en adictivos paquetes de 10-20 horas. Mis reacciones del casto primer beso fueron similares a un ataque cardiaco. Lloraba a gritos desamparados cuando las parejas tuvieron que romper, cuando uno de ellos estaba sufriendo. Suspiré felizmente con los ojos cristalizados cuando mis personajes finalmente consiguieron sus finales felices.

Y ahora tenía que ir a la aburrida escuela. Que no era coreana. Pero me había armado con algo que realmente creí que funcionaría.

—Appa... ¡Appa, despierta! —Lo sacudí ligeramente hasta que él finalmente se movió.

Era como si estuviera despertándose un gigante de diez años, pero me las arreglé para ponerlo escaleras arriba a la ducha. Entonces, cerró la puerta y miré abajo, hacia mi celular. Tenía todavía 20 minutos antes de que Yuta apareciese.

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Brokeback Mountain: Secreto en la montaña, Ennis y Jack son dos vaqueros que desarrollan un sentimiento especial que deriva en una relación íntima. Su relación se complica cuando ambos se casan con sus respectivas novias.


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Capítulo 5

CAPÍTULO...no, es...

PASO 5: TENER UN SUEÑO SECRETO QUE TE ACERQUE MÁS AL CHICO.

Yuta llegó tarde y hacía frío. Esperando por él en la cochera, abracé mi termo de café, el cual apenas me estaba salvando de dormir cero horas. Una rápida mirada al clima en mi teléfono me mostró que estábamos a 10°C. Jodidamente frio para el Condado Naranja, incluso si fuese diciembre. Estaba a punto de textearle a Yuta cuando escuché el fuerte ruido del traqueteo justo antes de su colorido-cobre-muerte-sobre-ruedas, tiernamente llamado Rapunzel, el coche dio vuelta en la esquina. Pude sentir a todos mis vecinos nerviosos quitando sus persianas dejándolas a un lado para mirar fijamente al ruidoso y vándalo carro.

La música de Yuta era alta también, pero no podía oírla por encima del traqueteo hasta que él se estacionó frente a mí. Esperé y de inmediato bajé el volumen de su reggae suizo.

—Dios, vas a quedarte sordo. O por tu terrible música o por tu carro. ¿Te das cuenta de que Rapunzel tiene una fisura en el tubo de escape? Como el hijo del mecánico, podría identificar un carro por el sonido de su escape incluso dormido.

—Atropellé la patineta de un vecino el otro día, tal vez fue eso—Yuta lo pensó por un segundo antes de mirarme—¿Estuviste en hibernación por el fracaso de los pantalones?

—En parte.

Tamborileó sus uñas lavanda en el coche.

—Bueno, me alegra ver que no estás muerto. Si no fuera por tus publicaciones cripticas en Instagram anoche, habría enviado a los policías.

—Lo sé, lo siento. Solo estaba súper inmerso en algo este fin de semana.

Me miró fijamente de nuevo.

—Mírate hoy, todo intenso.

Estaba usando pantalones negros, vans negras y un chaleco gris sobre un suéter con patrón de corazones.

—Yu, estoy vistiendo con ropa normal.

Yuta, por otro lado, estaba vistiendo shorts y calcetas largas, playera de manga larga y un suéter enorme de hombre sobre todo el conjunto. Sus labios escarlatas y su cabello rojo atado en un desordenado nudo. Agaché la mirada.

Nerviosamente me miré a hurtadillas por el espejo retrovisor. Me las había arreglado para hacer mi peinado favorito, desgastado con suaves ondas cayendo en mi rostro. Vi el recuerdo de JaeHyun dibujándome, el cabello extendiéndose a un lado.

—Tengo algo que decirte.

Silencio.

—Okaaaay, te escucho.

—Bueno, esto siempre ha sido un poco sobre tropezar, sin importar cuan bien haga muchas cosas, pareciese que no puedo conseguir un novio a causa de mis fracasos, ¿cierto? Claramente, hay una cosa mágica que estoy omitiendo, que todos tus sobre desarrollados novios parecen tener.

—Gracias.

—De nada. Entonces, ¿sabes que mi papá está siempre viendo esos K dramas?

—Sí, es adorable.

Mi papá derrite incluso el corazón más frio.

—Bueno, después de que un chico guapo me vio en ropa interior verde rayada el viernes, vi un grupo de K-dramas. Como, tres de ellos—continué.

—¿Tres episodios?

—No, series. Como tres series enteras.

Yuta giró para adentrarse en la avenida principal, él me veía incrédulo.

—¿Viste 3 series en un fin de semana? ¿No son como 100 episodios por cada una?

—¡No! Son distintas, rondando de 10 a 20.

—¿Qué? ¿Estás desesperado?

—Fue un impulso debido a mi fracaso, Yu. Y llámame loco, pero creo que JaeHyun y yo tuvimos un serio momento.

—¿Te refieres a antes de que tus pantalones cayeran?

—¡Yu!

Llegamos a la escuela y él apagó el carro.

—De acuerdo, con toda seriedad. ¿Un momento? ¿No lo conocías como 30 minutos antes de... tú sabes?

Tuve un recuerdo de JaeHyun mirando fijamente mi pans gris con mi sudor en mis pies. Sacudí mi cabeza para borrarlo como su fuera un bosquejo.

—Sí, pero no puedo explicarlo.

—Yo sí. Él es guapo—Yuta sacudió la cabeza.

—¡No es solo eso! Es decir, sí, por dios, es sexy, pero también... —Miré más allá de él, hacia mi regazo donde nerviosamente retorcía mis manos, avergonzado de entrar en detalles—Él hizo esto: tomó mi lápiz e hizo un excelente dibujo de mí. Fue... tan romántico. Es la cosa más especial que algún chico ha hecho por mí.

—Tú eres una tonto—Yuta estuvo callado por un segundo.

—No te burles de mí. Hablo en serio, lo siento si no tengo tu experiencia seductiva que tiene a hombres bebiendo champagne en tus talones—Le di un manotazo en el brazo.

—¿Qué? Solo por eso, Tae, me hace preocuparme realmente por ti. Lo que tú sabes de romance es como las mierdas extrañas clichés. De los comerciales de 1980 de champagne.

Nos quedamos sentados en el carro, el aire volviéndose frio cuando la calefacción se apagó.

—Bueno, ese es un buen punto, ¿verdad? Algo está claramente mal conmigo. Estoy averiado o solo me hace falta eso que viene con los noviazgos. No es natural para mí, pero ¿cuándo hago las cosas acaso no destaco?

—Tú destacas en la mayoría de cosas—Yuta alzó las manos.

—¡Sí! ¿Y sabes por qué? La mayoría de cosas tiene reglas, pasos, métodos para hacerlo bien.

—¿A qué quieres llegar? —Yuta me miró duramente. Saqué mi libreta y la sostuve con una sonrisa.

—Descubrí los pasos para coquetear.

Le pasé la libreta a Yuta, su rostro sereno mientras leía.

Cuando finalmente sus ojos se apaciguan, yo sigo esperando una respuesta. Su delineado azul eléctrico se pasea sobre mis ojos.

—Primero, dibujas horrible. Segundo, ¿has perdido la cabeza?

—Escúchame... —Liberé mi torturada respiración.

—De ningún modo, Tae. Esta es la cosa más degenerada que he visto, incluso para ti. Algunas de estas cosas... quiero decir, quién demonios...

—Yu, no voy a hacer todo eso literalmente. Algunas cosas están realmente chifladas y son parte de la fórmula, pero no necesariamente son cosas que deba hacer. Es un proyecto para inspirarme si lo ves bien, pero trazando en esencia, paso por paso, todas las maneras de caer en aprietos que me ganarán el cariño de JaeHyun y al final nos hará más cercanos.

—Oh, Dios, estás teniendo esa molesta mirada en tu cara. Sí, la tienes siempre que has hecho las cosas.

Asentí.

—Mira, aquí estaré escribiendo pequeñas notas de mi progreso y mis tácticas actuales— Le mostré las páginas en blanco después de la lista.

Mientras su expresión seguía siendo dubitativa, una profunda arruga en su frente se aplanó ligeramente.

—De acuerdo, ¿cuál era el paso uno de nuevo? —Yuta alcanzó la libreta y buscó en la lista—Eres la vívida encarnación de todo lo que es bueno y puro—Me miró fijamente y entonces estalló en risas.

—Ese paso... bueno, tendré que restarle un poco de importancia—Crucé los brazos.

—Por favor, Taeyong, tu coleccionas perros necesitados, abrazas árboles y asesoras a idiotas, tú ya conseguiste eso.

A veces la línea entre un cumplido y un insulto era muy delgada.

—Gracias, amigo. Continuando con el número dos, ¿tener una gran historia triste sobre la familia?

Listo.

—Bueno, ¿este aplica para ti? —Yuta me miró fijamente con ojos precavidos.

—No tengo una gran historia triste, obviamente, pero en la superficie, para los extraños, la muerte de mamá es siempre como el último cuento de príncipes nivel trágico—Me encogí de hombros.

Yuta asintió.

—Okay y número 3: conocer al más inalcanzable chico del mundo. Mmmm, no sé si él sea el más inalcanzable chico, pero está bien, lo has conocido. Paso 4: Dejar que el chico te conozca, no importa si es por molestia u obsesión.

Ambos callamos por un segundo y Yuta me golpeó con la libreta en la cabeza.

—Estás más que obsesionado.

—¡Ouch! —Me sobé la cabeza—Como sea, sí, obsesión nivel mucho más allá. ¿Dónde íbamos? Paso 5.

—Tener un sueño secreto que te acerque al chico. ¿Cuál es tu sueño secreto? ¿Tienes uno? — Yuta bajó la mirada a la libreta.

—Bueno, mi sueño actual no es un secreto en absoluto: Stanford, la escuela mediterránea. Así que para este paso tengo que pensar, tiene que ser un sueño secreto que me acerque a JaeHyun.

Yuta bajó su ventana y permitió que una ráfaga de aire frio entrase, tomó una profunda respiración.

—Este plan está haciendo que cada vello lleno de amor propio en mí se levante.

—Como sea, Yu, el amor propio no es solo una cosa, yo tomando el control de mi vida amorosa es totalmente amor propio.

—Si tú lo dices. ¿Y pensaste en tu sueño secreto?

Levanté automáticamente el cuello de mi abrigo y enterré mi cara dentro, para protegerme del frío.

—Sip —dije con voz amortiguada.

—Estoy asustado de oírlo.

—Arte.

Él se atragantó. Golpeé su espalda.

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Yuta red mullet con colita:


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Capítulo 6

PASO 6: PERSEGUIR OBSTINADAMENTE TU SUEÑO, NO IMPORTA EL COSTO QUE TENGA.

Mi atuendo fue totalmente en vano ese día, porque no vi a JaeHyun en absoluto.

Tan pronto como la campana sonó para empezar el AP1 de inglés, Doyoung espetó.

—¿Dónde está JaeHyun?

La profesora Sunmi miró por encima de su escritorio y volteó los ojos.

—Error de oficina. Lo siento, chicos, él no se suponía que estuviera en AP de inglés.

Sabía que era demasiado bueno para ser verdad, en los recesos entre clases lo busqué por los pasillos sin encontrarlo. Estaba un poco decepcionado, aunque de algún modo liberado también. Ahora tenía un poco más de tiempo para ingeniármelas sobre cómo salvar mi orgullo cuando lo viera de nuevo después del incidente de los pantalones, que sería mi primera reunión en el Club de Arte mañana.

Esa tarde, sorbí un par de tazas de café para estar despierto hasta la cena. También necesité entrenarme un poco para las actuaciones de K drama que venían, así que empecé otro con mi papá mientras cocinábamos.

—Appa, ¿cómo le hacen los personajes en estos dramas para salvar su dignidad después de que hacen algo realmente vergonzoso? —pregunté mientras agitaba la gran cantidad de salsa de espagueti que estaba cocinando.

Nuestra cocina y comedor formaban parte de un piso abierto, así que podía fácilmente ver "Flower Boy Ramen Shop" a la par que cocinaba. Y uso la palabra "cocinar" generosamente, el espagueti era uno de los 3 platos que podía confiadamente cocinar sin que mi papá cortésmente sacase platos coreanos para acompañar y compensando con ello.

Desde su posición en el asiento reclinable, mi papá toma un considerado sorbo de cerveza antes de responder:

—De acuerdo, usualmente ellos solo tienen que ser valientes y no estar tan avergonzados. En muchos dramas la chica es muy fuerte y ese es el por qué los chicos gustan de ellas si no son las más bonitas.

Eso fue tranquilizador. Añadí un poco de ajo a la masa marinada.

—Entonces, ¿ellos simplemente lidian con eso?

—Sí, lo hacen.

Poco después, sigo despierta por la cafeína, así que busqué K dramas que vería y leí un poco de información sobre el elenco. Entonces, descubrí el maravilloso mundo de los hilarantes blogs de k- dramas y gifs en Tumblr; el club de fans que existe para estas series fue enorme.

Me quedé dormido con el teléfono a pulgadas de mi cara, con un capítulo en reproducción.

✎ ✎✎

El siguiente día, después de clase, en el paso 6 de seguir obstinadamente mi sueño, me dirigí a mi primera reunión en el Club de Arte. Había hablado con el profesor Renjun ayer, el consejero del club, y él había dicho que solo necesitaría traer una libreta de bosquejos y lápices para el día, porque esta reunión pasaría a ser el campo de un viaje por el zoológico. Como el estilo de primer grado, la libreta de pasos del K drama estaba a la par con mis nuevos útiles de arte, fue la primera cosa que resolví.

Pero en el momento en que subí al autobús de la escuela, quise, de repente, dar vuelta como el de Road Runner e irme a cualquier lugar lejos de allí. ¡Beep – beep! El valiente héroe del K drama estaba condenado. Me familiaricé con la mayoría de los chicos, pero fue con la gente Artsy, un grupo de hípsters que me hizo sentir dos pulgadas más alto para estar como Taylor Swift y leyendo Crepúsculo. No había hecho eso en ese tiempo.

Era plenamente consciente de que ese movimiento tipo cojeo a partir de que JaeHyun supiera que no estaba en el Club de Arte y, sospecharía que me había unido por él.

—¿Taeyong?—Un chico pelinegro me llamó dudoso. Era Jungwoo del equipo de futbol. Fui a él disparada, aliviándome de ver un rostro familiar.

—Hey —dije sentándome a su lado y tratando de sonreír, como si esto fuera totalmente normal.

—¿Qué haces aquí?—Jungwoo me sonrió de vuelta.

Mis ojos vagaron en el autobús buscando a JaeHyun, pero no había señal de él todavía.

—Bueno, me estoy uniendo al Club de Arte.

—Wow, ¿de verdad? Nunca lo hubiese pensado—La voz de Jungwoo se fue apagando antes de que pudiese responder con alguna razonable excusa para sustentar mi presencia, miré afuera por la ventana y vi a JaeHyun caminando hacia el autobús con un chico de perfecto perfil y botas de combate. Sus lentes Ray-Bans brillaron al sol y tiró su cabello oscuro hacía atrás sobre su hombro. Los dos inclinaban sus rostros juntos y reían conforme se acercaban hacia el autobús.

¿Qué carajos era eso? ¿Ya tenía novio? ¿Tres días en la nueva escuela?

Cuando llegaron subieron dentro del autobús, JaeHyun se detuvo para decirle hola a alguien sentado en el frente y él continuó, giré la espalda hacia el pasillo de tal manera que él no pudiera verme. Este fue el peor plan de los tiempos, ¿qué demonios estaba pensando...

—¿Lee Taeyong? Wow, sabía que eras un acaparador de clases extracurriculares, pero, ¿cargante una más al unirte al Club de Arte?

La pregunta fue a mi espalda, así que pude ver toda la reacción de Jungwoo. Su mandíbula cayó y sus ojos verdes sobresalieron.

—¡Ten! —exclamó.

Giré y vi al mencionado Ten. Tenía el cabello largo, jeans negros rotos y una gastada playera de cuello V. Completamente irónico con su mochila.

Lo miré fijamente.

—Lo siento, ¿te conozco?

—Estoy impresionado de que no me conozcas. Yo siendo parte del consejo estudiantil y todo. Ten. Ten Lee—Prácticamente arrastró las palabras.

Ten. Tailandés, no podía ubicarlo y estaba preparado en absoluto para esa actitud de apatía.

—Entonces, ¿cuál es tu problema? —chasqueé.

—Mi problema—La voz de Ten era aguda, como imitándome—¿no es acaso eso lo más molesto de una persona que rinde más de lo que se espera en NCT? Estás en todos lados. Y el club de Arte es el lugar donde podía estar lejos de ti porque no eres un artista.

Estaba tan abrumado por eso que no pude percatarme que JaeHyun probablemente estaría siendo testigo de todo esto. Nadie me había hablado así antes, tal vez yo sería la definición de libro de texto en una preparatoria popular, pero no era del tipo que tuviera algún enemigo por lo mismo. Me gustaba pensar que era agradable porque era amigable. Esto no era algún cliché de la preparatoria en donde la abeja reina le hacía bullying a todos. Entonces pensé que no sabía cómo responder.

¿Qué hace la heroína del K drama cuando se enfrenta con una descarada perra? De repente recordé cuando Eun-Sol de Protect the Boss tira un cono de helado a la reina perra del drama. Su reacción me recordó mantener la calma y seguir siendo amable incluso cuando tenía una evidente rencor.

JaeHyun estaba ahora a un costado de Ten en medio del pasillo. Incluso aunque mi mirada fuese venenosa, ese bochornoso sentimiento de antes llenaría mis ojos con lágrimas, mantuve mi boca cerrada. Frunció el ceño cuando hice contacto visual con él por medio segundo.

Esa pequeña indirecta de interés fue un golpe de cara a mi desmayado corazón, e inmediatamente olvidé que esta era la primera vez que me hablaba después del desastre de los pantalones.

—¿Se conocen? —Miró directamente a Ten y preguntó.

Su mirada se mantuvo fría mientras nos veía a ambos, estaba callado, tratando de digerir la loca mezcla de cólera, humillación y mariposas hormonales que volaban a toda velocidad a través de mí.

—Sí, Taeyong y yo estamos en el club de futbol—Jungwoo respondió incluso cuando él no le había hecho la pregunta directa a él—¿Ustedes se conocen?—repitió la pregunta, sus ojos elevándose.

Vi a JaeHyun, quien se encogió de hombros y respondió.

—Algo así. Sé que él prefiere boxers más que los calzoncillos—Me miró directamente con una sonrisa de mierda.

Oh. Por. Dioooooooooos.

La boca de Jungwoo cayó ligeramente y la cabeza de Ten giró hacia mí a una velocidad demoniaca. Antes de que pudiera reaccionar, el profesor Renjun entró al autobús y bramó:

—Está bien, mis pequeños Renoirs, tomen asiento—Palmeó su campana sin gracia, su playera hawaiana se levantó en el botón—¿Todos listos para el zoológico? —Se encontró con un deliberado silencio.

El profesor Renjun escogió ese momento para mirarnos por encima y decir:

—Oh, sí, primero lo primero. Tenemos dos nuevos miembros, todos denle una cálida bienvenida a Lee Taeyong y Jung JaeHyun.

Alguien aplaudió de forma lenta, y deliberadamente en el fondo estallaron risotadas. El profesor Renjun le dirigió una mirada hostil al causante.

—De cualquier modo, Taeyong y JaeHyun, hemos pasado las dos últimas semanas trabajando en nuestras obras para el show de caridad de arte. Todos los fondos serán en beneficio de la fundación del estado de California para parques, pero hoy nos tomamos un pequeño descanso para dibujar en el zoológico.

Asentí, sonriendo en el exterior y llorando por dentro.

—Suena realmente genial —dije alegre y rápidamente. Más risas, y escuché a Ten chillar:

—Sí, realmente genial.

El profesor Renjun se sentó antes de una última mirada hacia atrás.

—El resto de ustedes, compórtense, deberíamos llegar en veinte minutos.

Ten se sentó a un lado de JaeHyun, a un par de hileras de asientos enfrente de Jungwoo y yo. Jungwoo me soltó una mirada inquisitiva.

—Entonces, JaeHyun sabe qué tipo de ropa interior...

Agité una mano para silenciarlo.

—No es lo que tú crees. Está bromeando.

Jungwoo parecía querer seguir cavando, pero apretó los labios en su lugar. Después de unos segundos él habló.

—Lo siento por Ten, él no es usualmente tan... —Su susurro fue apagándose.

—¿Tan cálido y acogedor? —terminé secamente. Resopló.

—Sí, exacto. No lo sé, es solo que él es súper apasionado en el arte y tiene cierta opinión de la gente que piensa que es... igualado—Su voz ligeramente avergonzada.

Inhalé indignado, aun cuando yo era técnicamente un igualado. Miré hacia donde estaba Ten y JaeHyun.

—Entonces, mmmm... ¿esos dos están juntos o algo? —Esperaba que empujar mi cabello hacia atrás hiciera creíble y fácil la pregunta.

Jungwoo frunció el ceño.

—¿Huh? ¿JaeHyun y Ten?

¿Acaso no podía hacer su voz más fuerte?

—¿Sí? —Sonreí apretando los dientes.

—No, no hay manera. Él no ha estado aquí ni siquiera una semana, chico, habría que moverse rápido—Sonrió maliciosamente— No, él no lo haría, pero créeme. Tiene puesta la mirada en él desde la clase de arte del viernes.

Sobre mi cadáver.

—Oh —respondí calmadamente. Jungwoo se inclinó para acercarse.

—Pero creo que es un caso perdido—Por un segundo tuve un recuerdo de WinWin... ¿¡No le gustan los chicos a JaeHyun!? Pero Jungwoo continuó—Una chica lo invitó a salir de la clase, el primer día, y de hecho escuché por casualidad que le decía que no quería una novia.

Fue mi turno de fruncir el ceño.

—¿Por qué no?

Se encogió de hombros.

—Quien sabe. Me imaginé que sería porque su propósito era ser un artista de verdad y sé que va ir tras la gran beca que pagaría el RISD si logra entrar—Me miró fijamente—Rhode Island.

—Escuela de diseño, sí, conozco el nombre de cada colegio en el país—Inmediatamente me amonesté por decirlo, sonreí para disculparme— Lo siento, soy un rarito.

—Lo noté—Jungwoo rio. Lo miré con curiosidad.

—¿Cómo puedes saber tanto de él en tan poco tiempo?

Jungwoo se sonrojó.

—Él estaba hablando de eso en clase y... ya sabes, uno solo escucha cosas—Pasaron unos segundos y él hundió los hombros—Y también porque lo busqué en internet.

No podía culparlo.

Me hundí en el asiento, mirando la espalda de JaeHyun y el gorrito rosa que llevaba. Estaba aliviado de que él y el humano terrible no estuvieran juntos, pero el completo misterio de la no-novia fue un obstáculo mayor que no había anticipado.

Lo bueno era que nada me motivó tanto que oír que no podría hacer nada.

✎ ✎✎

Bueno el veredicto fue: No puedo dibujar. Borré furioso mi jirafa a base de cubismo, no era lo que tenía en mente.

Jungwoo vio por encima mi libreta y trató de mantener un rostro estoico.

—Honestamente, si tu fueses bueno en esto también, tal vez tendría que matarte.

Aunque sea halagador, me volví loco al escucharlo. Vi mi jirafa de mierda.

Estábamos sentados mirando la jirafa. Cada uno había sido puesto en parejas tan pronto llegamos, y antes de que pudiera siquiera intentar hablar con JaeHyun, Ten había tomado su brazo y se lo llevó lejos. Hmm, no era el único sinvergüenza.

Entonces, aquí con Jungwoo intentaba dibujar animales. Esto no iba de acuerdo con el plan.

—Hey, ¿has visto a JaeHyun?

Alcé el rostro y aproveché para ver furioso a Ten que acechaba a Jungwoo.

—No, ¿se te escapó?—Se burló Jungwoo.

Ten llevó sus manos a su boca y frunció el ceño.

—No es gracioso.

Dios qué joyita era.

—He estado buscándolo por los últimos 20 minutos. Dijo que saldría al baño, y entonces, desapareció.

—Tal vez deberías llamar a objetos perdidos —refunfuñé.

—Lo siento, ¿estaba hablando contigo? —Me miró con una mueca de desprecio.

¿Saben qué? En "Protect the Boss" Eun-Sol eventualmente arrojó un cono de helado en el trasero de la bruja. Fue excelente.

Alcé la barbilla, y lo vi de vuelta.

—Lo siento, ¿te pedí que bloquearas mi vista de estas magnificas creaturas? —dije.

—Deja de pretender que dibujas—Sin las gafas de sol puestas, fue posible que sus ojos de acero me miraran directamente.

—¡Suficiente, Ten! Pff, vamos a buscarlo—Jungwoo alzó los brazos y mi miró con una disculpa—Lo siento, Taeyong, ¿te importa?

No me importó, en absoluto. Sonreí y agité los brazos.

—No, vayan a encontrarlo, ¡buena suerte!

Ten hizo una mueca entonces agarró bruscamente a Jungwoo.

Cuando se perdieron en la distancia, salté de mi asiento y recogí mis cosas. Esta era mi oportunidad. En algún lado JaeHyun estaba solo.

Miré a los niños del Club de Arte bosquejando en diversas áreas del zoológico: la piscina de los leones marinos, los tanques de los reptiles, la guarida de los ojos, pero ninguna señal del gorrito rosa que JaeHyun llevaba. Tomé el camino hacia la entrada del zoológico, pero tampoco estuvo allí, estaba a punto de volver hacia las jirafas cuando mis ojos captaron algo en la entrada. Escondido tras las ramas de unos árboles de eucalipto estaba una vieja placa de latón. Lucía tan fuera de lugar en el inmaculado y remodelado zoológico que me acerqué para leerla.

"Sitio histórico del original zoológico del Condado Orange de Sur. Construido en 1932, este hermoso parque fue aclamado por la nación como uno de los primeros zoológicos modernos de América. Sufrió un incendio en 1994 y fue completamente reconstruido y remodelado en 2001. La única reminiscencia del grupo original de edificios y bordas de animales está localizada cerca de la salida sur, en la parte baja del sendero del gigante arcoíris del árbol de eucalipto. Por favor tenga cuidado de no perturbar ninguna de las frágiles estructuras o los alrededores de las plantas."

Hm. ¿Si fuese del tipo artístico, allí sería donde encontraría algo más interesante que la aburrida y sedentaria vida de los animales que todo el mundo estaba dibujando?

Miré detenidamente mi mapa del lugar para ir derecho a la salida sur. Viendo mi celular me di cuenta de que solo tenía una hora antes de que el autobús partiera. Puse la alarma en mi teléfono solo por si acaso. Más te valía estar allí, chico artístico.

No podía no ver el árbol de eucalipto, cerca de 60 pies de altura, con una parte arcoíris en la corteza. Los eucaliptos eran los únicos que se encontraban en las áreas septentrionales. (Sí, soy un tesoro para la Asociación de Árboles de NCT). Descubrí el sendero derecho a sus pies.

Descendí por el camino, entre gruesas arboledas de árboles Oak y sicomoros, sus hojas caídas crujían bajo mis pies. Era hermoso aquí, pero no había ningún chico guapo para ser visto.

Entonces, descubrí que lucía como ruinas en la distancia y aceleré.

—Wow —musité.

A mi alrededor había cavernas y jaulas oxidadas cubiertas de grueso y fibroso musgo. Las plantas en derredor estaban muy crecidas y tenían un aspecto de jungla, solo fragmentos de luz solar lo atravesaban. Había un camino pavimentado que serpenteaba a través de todo.

Empujé las ramas a un lado para subir a una de las jaulas abiertas, las paredes interiores estaban oxidadas y cubiertas de musgo como todo lo demás, pero también tenían grafitis.

Arrugué mi nariz. Me dirigí hacia una de las cuevas cuando escuché un silbido. Santa mierda, ¿era eso una serpiente? ¿Había ahora animales salvajes vagando por este zoológico de aspecto postapocalíptico? El sonido se detuvo y luego comenzó de nuevo.

Incliné la cabeza, no, no sonaba como un animal.

—¿Hola? —Llamé tentativamente.

El silbido se detuvo de inmediato. Entonces las hojas crujieron. Alguien, algo se estaba moviendo entre los árboles. Oh dios, ¿por qué, por qué decidí hacer esto? Estúpidos pasos de K-dramas.

—¿Taeyong?

Una voz familiar, muy baja, muy de chico.

JaeHyun salió de entre un par de edificios de estilo español destartalados,

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó.

Agarré mi pecho, esperando que los latidos de mi corazón disminuyeran.

—Vi un cartel de las ruinas del viejo zoológico y sentí curiosidad—Hazlo más íntimo—También me daba un poco de pena dibujar con los demás. Pensé en probar edificios en lugar de animales.

Vi un destello de genuina aflicción en el rostro de JaeHyun. Está bien, agarró el azuelo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté de vuelta.

Ajustó su mochila.

—Me aburrí, quería mirar alrededor.

Nos miramos el uno al otro por un segundo.

—Bien... —empecé.

—Entonces, ¿por qué estás avergonzada de dibujar? Si no eres tan malo.

—Pff, si no está mal para un niño de jardín de niños.

Se acercó a mí y tendió la mano.

—Déjame ver.

—¿Ver qué?

—Tus dibujos

Mi instinto gigante me decía que, de ningún modo, pero sabía que eso mataría cualquier avance que hubiera ganado. Así que, de mala gana saqué mi cuaderno de bocetos de la mochila y se lo entregué.

Hojeó las hojas y sentí que los segundos pasaban como años. Cuando era casi insoportable para mí, JaeHyun finalmente se detuvo en mis horribles dibujos de jirafas.

—Está bien, esté no está mal. ¿Puedo enseñarte un truco? —El tono paciente y considerado de su voz se fundió con la autoconciencia en un charco a mis pies.

(Um, como un par de pantalones de chándal).

—Mmmm, claro —chillé.

JaeHyun dejó caer su mochila y se sentó con las piernas cruzadas en un área cubierta de arbustos de sabios en flor y pastos altos, acarició el suelo junto él y me senté cuidadosamente, moviendo una pulgada mi trasero más cerca de él hasta que sentí que era una distancia aceptable.

—Estás atrapado en los detalles, son difíciles de dibujar para cualquiera, ¿sabes? —Señaló todos los puntos que había hecho con esmero y luego finalmente abandonó la hoja y creó su desastre garabateado— Cuando miras algo, lo que sea, primero debes verlo como un montón de formas que crean un objeto—dijo gesticulando con sus manos.

Tenía unas manos bonitas, dedos largos, uñas cortas y la cantidad justa de venas bonitas. Me miraba expectante.

—¿Entendiste? —preguntó.

¿Uh qué?

Mi confusión era obvia así que pasó a una página nueva en mi cuaderno de bocetos y me entregó un lápiz que había escondido tras su oreja.

—Está bien, mira ese pino allí —dijo señalando.

—Um, en realidad, eso es un cedro de deodar, a menudo se les confunde con pinos. JaeHyun parpadeó.

—¿Cómo sabes eso?

Había tropezado, mi lado nerd aflorando. Me encogí de hombros y respondí tan casual como pude.

—Oh, soy miembro de la sociedad Arbor.

Me miró a los ojos por un rato más de lo necesario.

—Por supuesto que lo eres.

Mi corazón latía. ¿Eso fue bueno o malo? Él sonrió con un pequeño movimiento de cabeza. Algo bueno.

Luego miró hacia el árbol.

—De acuerdo, estudia al cedro y dibuja las formas básicas de lo que esté hecho.

Traté de no emocionarme demasiado por el simple hecho de que ese lápiz había estado descansando sobre esa preciosa piel y entrecerré los ojos hacia el árbol. Hm, está bien. Empecé a dibujar el árbol desde la cima, cada pequeña línea representando una aguja. Cuando terminé, parecía una bola peluda.

—Emm, vamos a intentar esto—Se acercó y puso su mano sobre la mía que empezó a sudar inmediatamente con su toque.

Mantuvo su mano sobre la mía y dibujó un triángulo grande y áspero y luego un pequeño rectángulo debajo de él.

—Ummm, parece un árbol de dibujos animados —dije.

Su rostro estaba tan cerca que podía sentir su cálido aliento en mi mejilla. Suspiró con exasperación.

—Señorito Literal, ¿puede esperar un segundo antes de saltar a las conclusiones?

Me abstuve de llamarlo Señor abstracto.

—¿Ves lo que se siente al hacer esa bonita forma suelta? Calienta tu mano, ¿verdad?

Sí, diría que mi mano estaba caliente. Realmente caliente.

Continúo dibujando mientras sostenía mi mano, formaba triángulos más pequeños dentro del árbol.

—Luego puedes concentrarte más en cada área y ser más detallado a medida que avanzas— Cuando terminó soltó mi mano y apareció un árbol en mi página.

Era un montón de formas sueltas, pero era cien por ciento reconocible como un árbol. Mucho más que el mío con todas sus agujas.

—Genial —sonreí y miré a JaeHyun, quien me estaba sonriendo.

Algo dentro de mí se disparó. Y entonces la alarma de mi celular sonó estridente y discordante.

—Oh, rayos, el autobús sale en 10 minutos.

Rápidamente reunimos nuestras cosas y echamos a correr por el sendero. El camino estaba inclinado ligeramente antes de llegar al concreto que conducía a la parte normal de zoológico. Cuando llegamos al árbol de eucalipto, me di la vuelta para ver a JaeHyun luchando por mantenerse a la par.

—Espera, necesito...un segundo.

Lo miré divertida.

—Corrimos como veinte yardas.

Agitó su mano hacia mí, recuperando el aliento.

—No tengo idea de cómo medir en yardas. Qué atleta.

—Bueno, claramente cualquier persona que no sufra un paro cardiaco cuando trota durante 30 segundos es un deportista—Me reí.

Finalmente, recuperó el aliento y se enderezó muy cerca de mí. Inclinó la cabeza hacia un lado, escrutándome.

—Entonces, ¿qué hace un atleta como tú en el Club de Arte? Pensé que no te interesaba.

Escuché la leve burla en su voz, casi desafiándome a ser honesto y decir que me uní por él.

Me mordí el labio, aquí es donde se necesita una actuación digna de un Óscar para comenzar.

Traté de hacer que mi voz sonase melancólica.

—Bueno, ummm, cuando notaste mi garabato, me di cuenta de que siempre estaba garabateando—Y quién no, me recriminé—Y por eso, umm, me uní, algo que siempre quise hacer. Dibujar—Me mordí el labio.

Desvergonzada y descarada mentira. Me miró durante tanto tiempo que estaba seguro de que se había percatado. ¡Esto era una idiotez! Pero entonces algo cambió en su expresión.

Las comisuras de su boca se levantaron lentamente hasta que una enorme y hermosa sonrisa apareció en esa cara insoportable.

¡OMG! ¡Hoyuelos!

—Genial, me alegro de verte aquí. Hazme saber si necesitas más ayuda con algo.

¿Conocen esa sensación de cuando ha sido un día nublado y de repente el sol se asoma, justo en tu cara? Así fue la sonrisa de JaeHyun. Como si estuviera irradiando directamente desde el espacio exterior a mi cara específicamente, giré la cabeza para que no me viera sonrojarme.

—Gracias.

Cuando sentí que mi rostro se enfriaba, volví a mirarlo, erguido y muy a gusto en su propio cuerpo. (¿Quién podría culparlo?)

—Oye, ¿por qué ya no estás en español AP?

—Oh, eso, con mis calificaciones no hay forma de que estuviera en esa clase.

Fruncí el ceño.

De nuevo esa sonrisa, la borré de mi cabeza.

—Fue divertido ver lo que ustedes nerds estaban haciendo.

La confianza aumentó, y decidí intentar coquetear realmente. Dios, aquí voy, golpeé suavemente mi cadera contra la suya, él me miró con sorpresa. Sonreí.

—Soy un nerd que claramente puede superarte. ¿Puedes con el resto de la caminata de vuelta al autobús o necesitas que te cargue?

Él levantó una ceja y me sonrojé. ¿Había ido demasiado lejos? ¿Había ofendido su masculinidad? Echó la cabeza hacia atrás y se rio: esa risa real, completa y con un toque de estudio de grabación.

—Sí, ¿en realidad puedes?

Esbocé una gran sonrisa sin preocuparme en si tenía comida en los dientes o si estaba en un ángulo en que mis encías se hincharan demasiado.

Fue solo cuando llegamos al autobús que me di cuenta de que nunca le pregunté si había dibujado algo en el zoológico abandonado. Pero en el mismo momento, Ten y Jungwoo nos encontraron.

—¿Dónde han estado ustedes dos? —exigió Ten, pasándose la mano por el cabello con agitación. Ah, sutil como siempre. JaeHyun me miró de forma íntima y rápida.

—Me acabo de encontrar con él, cálmate —le dije mientras me daba prisa.

No quería que Ten lo supiera, el viejo zoológico se sentía como un lugar secreto, especial para nosotros. Su mirada ardía en mi espalda mientras caminaba al autobús.

Ten era la bruja clásica del K-drama, pero si alguna vez había algo seguro en esas series, es que la chica buena siempre ganaba al final.

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JaeHyun con gorrito rosa <3


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Ten Lee.


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Kim Jungwoo.


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Capítulo 7

PASO 7: AUNQUE EL MISTERIO RODEE AL CHICO, INVESTIGA MÁS.

El siguiente día, Lucas, Yuta, y yo nos metimos en Rapunzel, dirigiéndonos a casa de Yuta para estudiar para nuestro examen de cálculo. Aunque Lucas manejaba un SUV en el que podían caber dos familias enteras, nuestro modo de transportación preferido siempre era Rapunzel. Sospechaba que era porque teníamos una secreta emoción por casi morir cada vez que entrabamos en él.

Del asiento trasero, Lucas se inclinó hacia adelante para que su cabeza estuviera a dos centímetros de la mía en el asiento de pasajero.

—Admiro tu esfuerzo, Tae. Yo también pienso que uno debería tener sexo antes de entrar a la universidad.

—¡Oh Dios mío! —grité, junto con Yuta. Obtuvo una paliza de los dos, Yuta usando su brazo derecho para alcanzarlo detrás de él y abofetearlo en la mejilla.

—Oye, solo estoy siendo totalmente honesto—Se recostó en su asiento—Pero, ¿no estas preocupado de ser atrapado? Si alguna vez se entera que lo estas utilizando como una especie de novio de experimento. . .

—¿Qué demonios, Lucas? No estoy haciendo esto como un experimento—exclamé. Miré a mis dos amigos, mirando fijamente a Yuta, quien de repente estaba inusualmente enfocado en su manejo— Um, Yu, ¿no le dijiste por qué estoy haciendo esto?

—Nooo, quiero decir... ¿No sabía que tan privada fue nuestra discusión?

—Oh, ¿pero no tan privada para no mencionar el plan a Lucas?

Yuta solo se encogió de hombros.

—Entonces espera. ¿Por qué estás haciendo esto? —pregunto Lucas. Me hundí en mi asiento.

—¿A qué te refieres? Él me gusta—Pausé por un segundo—Quiero decir, de alguna forma se siente más que un amor platónico. Hay algo en la forma en que es tan tranquilo y confiado sobre el arte, su paciencia y amabilidad cuando me ayudaba en el zoológico el otro día...

Lucas se burló.

—Si, tan difícil fue presumir delante de un chico.

—¡No fue así! Él en realidad quería ayudarme. Fue muy bueno—Le eché un vistazo a Lucas y Yuta nerviosamente—De hecho, estoy bastante seguro que lo quiero como mi primer novio.

Yuta aclaró su garganta.

—Tae, el salto de amor platónico a novio... tal vez deberías tomártelo con calma. . .

Lucas lo interrumpió abruptamente.

—Oh Dios, no quiero ver un desamor fracasado. Tenía la esperanza de que solo fueras tú queriendo terminar tus años de preparatoria con una buena y tradicional desvirginación.

—Asqueroso. Caray, ¿qué tipo de robot sin emociones crees que soy? —Un silencio notable impregno Rapunzel. Resoplé—Chicos, hay algo realmente interesante sobre esto. Esta es mi manera de salir del fracaso. Cuando sé que tengo un plan para esto, me mantengo en el modo Taeyong normal. ¡Ayer pude salir con él sin ningún incidente! De hecho, creo que coqueteamos.

Yuta me miro en el asiento del pasajero.

—Entonces, ¿no más momentos de fracaso?

—¡No! Como dije, cuando tengo un plan, todo está bien—Sacudí mi cabeza, asombrado una vez más, de cómo pude haber evitado mis fracasos pasados.

Lucas pateó la espalda de mi asiento.

—Bueno, solo no dejes que se entere. Es un poco raro lo que estás haciendo.

—¡Tú eres raro! —ladré. Yuta se rio.

—¿No te alegra haberte perdido ese concierto de Phoenix para ayudarnos a estudiar calculo?

—¡Si, súper feliz de esa decisión! —Me di la vuelta y sostuve un puño amenazadoramente sobre la cabeza de Lucas.

Nos detuvimos en casa de Yuta en un callejón sin salida que básicamente se parecía a la mía. De hecho, nuestras casas eran el mismo diseño. La arquitectura de NCT era muy vanguardista.

—¡Lita! Estamos en casa —anunció Yuta cuando irrumpimos la casa. Olfateé el aire. Siii, estaba comenzando. La abuela de Yuta, que vivía con su familia, nos estaba haciendo tacos de cerdo con mole poblano como recompensa por estudiar. También, tacos con salsa de chocolate. Servidos con cebollas en vinagre, en tortillas de maíz recién hechas. Ir a casa de Yuta a estudiar en vez de un concierto era una decisión sencilla.

Una visión de una elegante anciana apareció de la cocina: pantalón de lana, blusa de seda color rosa, elegante bob blanco, y perlas impecables. Sin mantón de encaje para esta abuela. La abuelita de Yuta se veía como si dirigiera una corporación global de maquillaje.

Balanceando una bandeja de tés helados, levanto su mejilla por un beso de Yuta, luego dio un paso atrás para examinar el combo de camisa y short con estampado tropical con un suéter croché hasta el suelo de Yuta. Él parecía un chico de temática de oro humano. Las delicadas cejas de Lita se levantaron mientras le daba la bandeja a Yuta. Él giró hacia mí y Lucas con una sonrisa.

—Hola ustedes dos, ¿listos para estudiar sus pequeños cerebros?

Él extendió la mano y agitó el cabello de Lucas, algo que nadie más en el mundo tenía permitido hacer.

—Si—Ambos respondimos obedientemente. La mera presencia de Lita ordenaba espaldas derechas y enunciación clara de todos.

—Ok, los tacos estarán listos en tres horas, así que trabajen duro hasta entonces—Con un beso en el aire se fue a la cocina de nuevo.

Nos esparcimos en la sala de Yuta con nuestras bebidas, colocando a un lado pilas de camiones de juguetes y libros de fotos. Irene y Joy, las hermanas gemelas de Yuta, básicamente eran las dueñas de la casa. Con suerte estaban en una cita de juegos, para que nosotros pudiéramos terminar el trabajo sin ellas interrogándonos sobre nuestro Avenger favorito. Lucas se dejó caer en el sofá y Yuta se sentó en el piso a sus pies, su espalda presionada contra el sofá. Yo me acosté con mi barriga hacia abajo en la alfombra de la sala con mi libro de cálculo abierto. Pero después de unos minutos mirando fijamente la misma ecuación. Lo cerré de golpe.

—¿Sabes que, Lucas? Eso es mierda sexista. Cuando un chico pasa por obstáculos para conseguir a la chica, es considerado 'romántico'. Piensa escalar la ventana de una chica sin avisar, para verla dormir. Sin embargo, cuando es un chico haciendo gestos dramáticos por un chico, es espeluznante.

¡Que se vaya a la mierda el doble estándar!

Lucas se rio desde el sofá.

—¿Aun estás pensando en JaeHyun? Demonios, estás loco.

Yuta frunció el ceño y le tiró un cubo de hielo de su té helado.

—Cállate Lucas. De todas formas, ¿porque sales con un montón de chicas? Cavernícola antihigiénico.

Lucas le tiró un cubo de hielo de vuelta, el cual él hábilmente tiró lejos.

—Me gusta ser la única voz de la razón rodeado de hombres irracionales—él respondió.

Las personas se preguntaban frecuentemente porque no salía con Lucas. Si, él es lindo y gracioso y encantador como el infierno, pero él también era el hermano más molesto que nunca tuve. Ser testigo de sus formas de coqueteo desde la secundaria también me habían hecho perder toda atracción por él.

Alejando a Lucas con una mano, Yuta comenzó a deslizar furiosamente en su iPad con la otra, anunciando.

—Oye, antes de que comencemos a estudiar, hagamos algo más divertido—Las esquinas de sus labios rosados se curvaron en una sonrisa y sostuvo su iPad hacia nosotros para que podamos ver.

Era una foto impresa de JaeHyun. Me acerqué y traté de agarrarla, pero él la mantuvo lejos.

—¡No-o! Vamos a acecharlo. ¿Eso no está en algún lado de tu lista?

Hm. Saqué mi cuaderno donde guardaba la lista del K-drama. Estaba en el paso 7, Aunque el Misterio Rodee al Chico, Investiga Más.

—Bueno, iba a hacer esto en mi propio tiempo, pero ¿por qué no ahora? Luego tenemos que estudiar, ¿ok? —dije severamente.

Yuta giró sus ojos.

—Ok, mamá. Primero, veamos que suciedad podemos sacar de este chico, asegurarnos que es digno de esta locura de K-drama.

—Wow, tiene bastante acción en Internet —dijo Lucas mientras Yuta deslizaba a través de los resultados de Google.

Algo me llamó la atención.

—¿Jung JaeHyun Página Oficial de Fans? ¿Qué demonios es eso? Hazle clic.

—Eso no puede ser por tu JaeHyun, ¿verdad? —preguntó Yuta escépticamente mientras presionaba el link.

Nos llevó a una página web llena de hermosos, extraños dibujos y pinturas. Oscuras, figuras exquisitamente renderizadas entrelazadas en enredaderas, siendo levantadas o mantenidas por criaturas de pesadilla. Caras elfinas pintadas con minucioso detalle con complejas capaz de pintura lechosa lavadas sobre ellas, salpicada con diminutos insectos. Aunque eran totalmente diferentes en tema, tenían un estilo increíblemente similar al del garabato en la clase de inglés.

—Esto se ve como las cosas de JaeHyun —murmuré.

Estuvimos en silencio mientras absorbíamos imagen tras imagen surrealista. ¿Era todo esto el trabajo de JaeHyun? ¿Qué clase de adolescente era así de prolífico? ¿Y por qué demonios estaba yendo a nuestra escuela secundaria en vez de alguna escuela de arte para mutantes talentosos como él?

Yuta silbó.

—Demonios, chico. Escogiste a uno bueno.

—No, escogió a uno difícil. Tae, termínalo ahora mientras tienes tu dignidad—dijo Lucas, acomodándose más en el sofá, sus vaqueros ajustados chirriando contra el cuero.

Farfullé.

—Discúlpate.

Agarré el iPad de Yuta y apreté el link en la “Bio” de la página de fans de JaeHyun.

—Jung JaeHyun nació el 14 de febrero de 1999, en Santa Barbara, California. Desde una temprana edad amaba el arte. Según su madre, su primera palabra fue Impresionismo.

Nos reímos.

Continúe leyendo.

—Creció en el enclave espiritual de Ojai, en el sur de California, tomando clases de arte desde muy joven, la estrella en cada clase.

—Apuesto a que todos lo amaban —intervino Yuta. Lo hice callar.

—Para cuando comenzó la secundaria en la Escuela de Artes de Santa Barbara, JaeHyun ya era notorio, no solo por sus innovadoras pinturas neo surrealistas, sino también por su reputación como rompe reglas.

Yuta me quitó el iPad y continuó leyendo la biografía de JaeHyun.

—Ha ganado numerosos premios, incluyendo el Joven Artista Nacional y Estrella Brillante para Mirar. Su página personal de Tumblr, lo que le disparó a la fama, tiene más de un millón de seguidores.

—¿Qué? —Lucas se sentó al escuchar esa información—Eso es... él es, como, famoso en Tumblr.

Sostuve mi lista dramáticamente, señalando el paso 3.

—Entonces claramente él es el hombre más inalcanzable del mundo. Es básicamente famoso.

Mi corazón empezó a latir más rápido, porque incluso con los pasos drama K como mi pluma mágica, acababa de comprender plenamente la naturaleza monumental de la tarea en cuestión.

Miré hacia mis amigos en desespero.

—Apenas puedo hablarles a chicos lindos normales. ¿Cómo voy a conseguir este chico? Este, este es un artista inalcanzable. Saben cómo la gente habla de las ligas de sensualidad. Él está tan fuera de mi liga cuando le agregas este loco talento a todo esto. Mi liga está aquí, firmemente plantada en el maldito Condado Orange. Y la liga de JaeHyun está en algún lado flotando en el espacio, orbitando ociosamente y sensualmente algún planeta distante.

Un golpe de silencio y luego Lucas se echó a reír.

—¡Jesús, Taeyong! Tus monólogos interiores.

Yuta rodó sus ojos.

—Y él no está fuera de tu liga. Tú estás fuera de la suya. Cualquier chico sería tan afortunado— Era Yuta siendo ferozmente protector, no la acumulación de mejor amigo vacía, pero aun así era agradable escuchar. Siguió hablando—Y si, está caliente, pero que importa, tú también estas caliente. ¿Necesito comenzar mi rap ‘Oda al Perfecto Culo Burbuja de Taeyong’?

—Oh mi Dios, por favor no—Lucas se quejó—Y Tae, como sea, solo estaba bromeando acerca de terminarlo con tu dignidad en su lugar. Así que sólo relájate. Nunca había conocido a alguien que tenga una autoestima selectiva tan baja. Es como, ¿fútbol? Eres el mejor jugador que jamás haya vivido y mejor que nadie se meta. Pero luego, ¿con chicos? Tienes esta visión distorsionada de ser un perdedor.

Me sonrojé, mientras mis amigos eran amables, de repente sentí que estaba buscando elogios.

— Bueno soy el mejor jugador que jamás haya habido—dije ventajosamente—Sin contar a Messi.

—Entonces, ¿en verdad vas a hacer esto? —preguntó Lucas con una amplia y malvada sonrisa.

Asentí despacio, sintiendo que mis inseguridades se desvanecían a medida que la familiar determinación de Lee Taeyong regresaba con toda su fuerza.

—Si. Los pasos guiaran el camino —pausé—Pero tenemos un pequeño retraso. Yuta pescó un cubo de hielo de su vaso y se lo metió en la boca.

—¿Qué?

—Jungwoo me dijo que él no quiere una relación. Él realmente dijo eso.

—Por favor. Eso es fácil, solo tienes que cambiar su opinión —dijo Yuta, una ceja levantada como un villano de Bond.

Presioné mis labios.

—Cierto. Primero lo primero entonces. ¿Puedes enseñarme como hacer eso con la ceja?

Cuando llegué a casa esa tarde, abrí mi cuaderno con los pasos del K-drama y cuidadosamente arranqué las páginas con solo los pasos escritos en ellas. Los doblé y los puse en mi billetera. Sabía que era tonto, pero tener la lista cerca de mí era tranquilizador. Sus poderes mágicos pulsando cerca de mi identificación y dinero en todo momento, siempre cerca, siempre vigilantes. Y necesitaba toda la ayuda que pudiera tener.

✎ ✎ ✎

Un par de días después, todavía estaba pensando en encontrar maneras de obtener más tiempo con JaeHyun más allá del Club de Arte, que solo se reunía una vez por semana. Hasta ahora en mi conocimiento de K-drama había podido descubrir que su grupo de amigos parecía ser Ten, Jungwoo, y algunos otros chicos de arte. Ellos o pasaban el rato en el césped del patio o en la sala de arte para el almuerzo. Él no estaba en ninguna otra actividad extracurricular o deportes por lo que yo podía decir (sorpresa, sorpresa). También estaba en clases de recuperación, a excepción del arte.

Otra nota: come un burrito congelado para el almuerzo todos los días. Asqueroso.

Mi teléfono vibró en física, pero lo ignoré porque estaba en la mitad de un examen. Luego vibró dos veces más. Levanté la vista para ver a la señorita Sunmi en su computadora, completamente ajena. Rápidamente lo saqué del bolsillo de mi chaqueta y miré los textos. Yuta. Quien estaba sentado unas pocas filas delante de mí. ¿Qué diablos? Desbloqueé mi teléfono para leer los textos.

¿Escuchaste lo de JaeHyun?

???

¡¡¿¿Que fue arrestado??!!

Rápidamente respondí.

¡¡¿¿No??!! Hablamos después de clases.

Revisé el examen, chequeé dos veces mis respuestas y miré el reloj. Esperé con impaciencia hasta que sonó la campana. Cuando lo hizo, prácticamente arrastré a Yuta afuera, donde todos los que nos rodeaban corrían a clase.

—¡¿Bueno?! —demandé.

Yuta levantó sus cejas hacia mí.

—Todos están hablando de eso.

—¿Quién es todos? Él ha estado en esta escuela por, como, una semana—exclamé—¿Está bien?

Estaba instantáneamente preocupado, por este chico que apenas conocía.

—Bueno, este chico, Jisung Algo, estaba patinando alrededor del zoológico anoche y lo vio ser arrestado.

—Espera, ¿quién es este Jisung Algo?

Yuta se encogió de hombros.

—No lo sé, uno de esos chicos patinadores—Ajustó su mochila—Como sea, debo correr, mi clase de codificación tiene un profesor invitado especial hoy. Pero…—Él me miró significativamente—…aparentemente esta no fue su primera vez—Con eso, él se había ido en una nube sofocante de colonia de hombres y un tintineo de brazaletes.

¡¿No era la primera vez?! Recordé algo sobre rompe-reglas en nuestra búsqueda de Google, pero nada ilegal... también, ¿el zoológico? ¿Qué había estado haciendo cuando lo encontré en el zoológico abandonado? Necesitaba saber más, pero desafortunadamente el Club de Arte no era sino hasta el próximo martes. Hasta entonces, JaeHyun tendría que seguir siendo un misterio.

✎ ✎ ✎

El siguiente martes, caminé tentativamente en el estudio de arte después de la escuela. Era un cuarto largo con el techo largo y una pared de ventana para dejar entrar bastante luz. Cualquier espacio de pared que quedaba estaba cubierto de proyectos de arte de estudiantes y carteles antiguos de diversos museos. La parte trasera de la habitación estaba reservada para suministros, parcialmente cerrada por una cortina de lona verde oscuro.

Miré a mi alrededor, sintiéndome más como un fraude que nunca. Pretender dibujar animales en el zoológico era una cosa; pasar una hora intentando crear arte era otra.

Todos ya estaban familiarizados con sus proyectos de arte para la exposición benéfica, algunos eran pinturas sobre lienzo, otros medios mixtos, algunos incluso esculturas. No vi a JaeHyun. Pero estaba Ten, en frente y al centro, su lienzo se instaló en un caballete mientras se sentaba en un taburete con las piernas estiradas, usando un par de gafas grandes, pretenciosas y transparentes mientras se concentraba en su obra maestra.

Ugh.

Vi a Jungwoo atravesar la cortina verde que llevaba al área de suministros, así que lo seguí.

—Hola, Jungwoo.

Él me miró mientras tomaba un par de carboncillos.

—¡Hola, Taeyong!

—Lamento molestar, pero ¿te importaría ayudarme a elegir algunos suministros para el proyecto de caridad? —pregunté, avergonzado.

—¡Seguro! ¿Qué clase de pintura estabas pensando? ¿Acrílico, acuarela...?

—Bueno, ahí es donde necesito ayuda. No estoy muy seguro—Examiné los estantes de suministros de arte; estaban arreglados fila tras fila, como estantes de la biblioteca. Había latas de café llenos de pinceles, tubos y botellas de pintura, bandejas de plástico, que asumí que eran paletas, paquetes de pasteles y carboncillos, lonas y caballetes, etc. Estaba impresionado, este era un gran departamento de arte para una escuela pública en California.

Jungwoo retrocedió y entrecerró los ojos mientras evaluaba los suministros.

—Ok, bueno, creo que el aceite sería algo intenso para un principiante y el acuarela también puede ser difícil. Vamos con algo más indulgente ¡acrílico!—Agarró algunas botellas de colores primarios.

—Sabes todo acerca de mezclar estos colores para crear todos los demás colores, ¿verdad?

Hm. Más o menos.

—¡Si! —respondí alegremente.

Unos minutos después estaba armado con un lienzo de dieciséis por veinte pulgadas, algunos pinceles diferentes, una bandeja de plástico y las botellas de pintura.

Cuando salimos del área de suministros, instantáneamente vi a JaeHyun. Era como si cada terminación nerviosa en mi cuerpo estuviera en sintonía con su presencia.

Estaba sentado al lado de Ten, pies apoyados en un escritorio, riéndose de algo que él decía. Ugh, ¿de verdad? ¿Qué tan gracioso podría ser? Nunca había conocido a nadie tan sin humor como ese anuncio ambulante de Atuendos Americanos. Y de inmediato me molestó lo cómodo que parecía estar en su presencia.

Pensé en mi actual paso de K-drama: Aunque el Misterio Rodee al Chico, Investiga Más. Derriba la misteriosa pared como un martillo descarado.

Y lo primero que necesitaba averiguar era si JaeHyun en realidad había sido arrestado o no. Y si es así, ¿por qué?

—Vamos a sentarnos con esos chicos —dije alegremente, dirigiendo a Jungwoo hacia JaeHyun y Ten. Levanto sus cejas hacia mí—¿De verdad?

—Si, ¿por qué no?

Una expresión rápida y astuta pasó por la cara de Jungwoo, pero él no dijo nada. Probablemente ahora estaba al tanto de mi enamoramiento por JaeHyun. Oh bueno.

—Hola chicos—dije, dejando mis suministros en un escritorio. Mantén tu voz tranquila, Tae. Calma tu entusiasmo.

JaeHyun me miró, por un segundo sus ojos se encontraron con los míos.

—Oh, hola Taeyong.

Cada parte de mí se calentó, incluyendo mis mejillas. Bajé la cabeza pretendiendo sacar algo de mi mochila para que él no notara el revelador sonrojo.

—¿Por qué estás aquí? ¿No tuviste suficiente en el zoológico?

Mi cabeza se levantó y miré directamente a Ten.

—Por la misma razón que tú, Andy Warhol.

JaeHyun esbozó una gran sonrisa y Jungwoo tosió bruscamente.

—Lo dudo —murmuró Ten, pero él ya parecía estar aburrido de mí, y su cuerpo se inclinó hacia su pintura con concentración.

Lo entiendo, eres un artista.

Mientras estaba preparando mis pinturas, no pude evitar mirar a JaeHyun. Quien todavía estaba en su posición reclinada, mirando su teléfono. Esto iba a ser difícil. ¿Cómo podría preguntarle por el arresto delante de todos sin colocarlo en la mira? ¿Me daría una respuesta directa? No, necesitaba tomar la ruta más casual y natural. ¿Y si hubiera dos palabras cualquieras en el español que me definieran? Bueno, literalmente, las últimas dos serían casual y natural.

—¿Entonces en que estas trabajando?—pregunté. La alegría de mi pregunta fue contrarrestada por el repentino ruido de pedo que hizo mi botella de pintura acrílica cuando la apreté. Me congelé, dejando un segundo de silencio pasar—Um, esa fue mi pintura.

JaeHyun sonrió.

—Claro.

—Cállate—Pero ya había empezado a reírme. Y no podía parar.

Dagas mortales y envenenadas estaban siendo apuñaladas en mi cara por los globos oculares de Ten. Apreté mis labios, deseando que las risitas se detuvieran.

—Mi proyecto es un secreto. ¿Cuál es el tuyo? —preguntó JaeHyun.

Las risitas se detuvieron abruptamente. Dudé. Había decido pintar mi árbol favorito, el sicomoro de California. Una idea que parecía genial cuando la pensé anoche, pero ahora en frente de Ten y de los otros chicos de arte me sentí inseguro.

Tartamudeé.

—Um, bueno, estaba pensando en tal vez...

Entonces la voz dentro de mí que usualmente me decía que fuera genial alrededor de los chicos, estaba diciendo algo más: sé sincero. Porque las heroínas de los K-drama siempre fueron sinceras en un grado enloquecedor. Era su rasgo más entrañable. Aparte de su torpeza.

Y seamos honestos, los arboles sicomoros eran geniales.

—Voy a pintar un sicomoro de California—Como anticipé, recibí una cara en blanco de JaeHyun. Me puse delante—Es un árbol de hoja caduca de crecimiento rápido que tolera el calor, la niebla toxica y la sequía, así como las condiciones de humedad. Una total bestia.

La boca de Jungwoo se abrió ligeramente y JaeHyun seguía mirándome. Me sonrojé, pero me negué a retroceder.

—Así que sí, estoy pintando un árbol.

Ten se rio.

—¿Es en serio?

Antes de que pudiera defenderme, JaeHyun se sentó, apoyó los codos en su escritorio y me miró fijamente.

—Eso es asombroso.

Genial. Ahora se estaba burlando de mí.

—No hay necesidad de ser grosero —olfateé. Sacudió su cabeza.

—¡No! ¡Lo digo en serio! ¿Harás algún tipo de declaración sobre el cambio climático y la necesidad de árboles como este, tolerantes a la sequía, en el paisajismo de la ciudad?

Zas. Otra vez. Por lo general, era el roce de su mano o algo adorable que hizo con su boca lo que me daba esa pequeña sacudida. Pero esta vez, fue su reacción nerd a mí nerdesa.

—¿Si? —Mi cerebro era huevos revueltos y era lo único que podía reunir con mi corazón que latía rápidamente—Entonces, ¿porque tu proyecto es un secreto?

Pero antes de que pudiera responder, el teléfono de JaeHyun sonó. Miró el mensaje de texto que había recibido, se levantó y se guardó el teléfono en el bolsillo trasero. Me sonrió, tan deslumbrante y fugaz como un cometa.

—Porque es un secreto—Se dirigió hacia la puerta con un “hasta luego chicos.” Y se fue.

¿Qué diablos?

Ten me miró con los ojos entrecerrados.

—Lo arruinas todo.

Ignorándolo, intenté fingir interés en mi lienzo en blanco y me frustraba saber que probablemente había hecho todo lo que podía con el paso 7.

JaeHyun era demasiado bueno en este acto de chico misterioso.

Capítulo 8

PASO 8: QUEDA ATRAPADO EN UN TÍPICO TRIÁNGULO AMOROSO.

Miré fijamente a Lucas. Él me miró de vuelta. Luego guiñó. Yo me estremecí. Esto no iba a funcionar.

―No seas asqueroso.

Sacó su mano derecha del volante y apretó la mía. La aparté y le golpeé la mano.

―Morboso, no me hagas lamentar esto. Si me haces esto difícil, no me importara destruir a todos los que amas.

Se arregló el cabello y siguió sonriendo. La sonrisa que había matado a mil corazones en la secundaria NCT.

―¡Oye! te estoy haciendo un favor en este momento. Todo en nombre del amor del K-drama.

Era verdad. Nos dirigíamos a una fiesta. Juntos, como una cita. El otro día, cuando pase junto a JaeHyun por medio segundo entre clases, le pregunte si iba a la fiesta y él dijo:

―Sí, supongo que chequearé esa fiesta sexual.

Entonces Lucas fue elegido para ser el Otro Chico (también conocido como coprotagonista) para el paso 8: Queda Atrapado en un Típico Triángulo Amoroso. Aún no había sido capaz de encontrar algo acerca del problema del no-quiero-una-relación de JaeHyun, así que esperaba que algunos celos furiosos le hicieran replantearse todo eso.

Lucas era un candidato estelar para el interés amoroso secundario. Suficientemente lindo para ser una amenaza viable para el sexy JaeHyun, y también un buen actor. Lo cual tenía que ser, teníamos que convencer a todos en esta fiesta que estábamos interesados en el otro, no solamente JaeHyun.

―Ok, las reglas para esta noche. . . ―comencé.

―Relájate Tae. Ya me dijiste las estúpidas reglas.

―Bueeeeno, voy a repetirlas ya que has violado una―dije, mirando fijamente su mano―Ok, entonces no estamos saliendo abiertamente, y nunca se confirmará que lo estamos haciendo. Solo quiero que haya suficiente insinuación para mantener a Jong Suk en alerta, para ver si podemos ponerlo celoso―Jong Suk era nuestro nombre en clave para JaeHyun. Además, Jong Suk resulta ser el actor coreano más caliente del mundo.

Lo toqué.

―Así que esto significa solo coqueteo intenso. Sin contacto sexy. Mantén esto, mi amigo.

Se inclinó y alcanzó un mechón de mi cabello.

―Hecho, mi amigo. Tengo dominado el coqueteo-son-que-sea-serio―Un pequeño tirón en mi cabello para darle mayor énfasis.

Eso le ganó un golpe de K-drama con el dedo en la frente.

―Solo recurriremos a la clasificación-apto-para-mayores-de-13 si es necesario―Luego le entregué la lista de reglas de triángulos amorosos que había escrito e impreso.

Él lo miró de reojo.

―¿Qué pasa con todos los colores?

―Ciertas reglas se resaltan para denotar niveles de importancia. Hay una inscripción en la parte superior de. . .

Lucas arrugó el pedazo de papel y lo arrojó al asiento trasero. Mi boca se abrió.

―¡Oye! ¡Pasé mucho tiempo haciendo eso!

―Te salvo de ti mismo. Sé que estas siguiendo estos pasos de K-drama y todo eso, y crees que lo entiendes como una ciencia. Pero confía en mí: Wong Lucas no necesita una lista.

Quería discutir, pero era verdad.

Llegamos a la casa de Osaki Shotaro, una gigante mansión situada en una playa con una hermosa vista del puerto lleno de barcos y luces brillantes colgadas a lo largo del muelle. Shotaro era el capitán del equipo de baile y su padre era productor de cine. Cada año, él organizaba esta gran fiesta navideña a la que toda la escuela asistía, era con tema de "romance". Es decir, terreno fértil para besarse. Es decir, el por qué JaeHyun la llamó una fiesta sexual. Actividades de vacaciones sanas, estilo escuela secundaria: había cuartos para girar la botella y siete minutos en el cielo, y todos requerían vestirse de rojo, ya sea por la alegría de las fiestas o, como saben, para las referencias generales del diablo del libertinaje. Pero no todos iban allá para besarse. También había bastante alcohol y mal baile. Nunca había ido, pero había escuchado todos los detalles sangrientos de Lucas y Yuta.


Mirando hacia arriba las escaleras del frente cubiertas de confeti rojo, respiré hondo. Puedes hacerlo. Tú NO eres un niño de vidrio esta noche. Eres un héroe del K-drama destinado al amor. Detuve a Lucas antes de llegar a la puerta principal.

―Oye, espera un segundo―Luego levanté un sombrero de Santa.

―¿Para qué es esto?

Lo dejé en su cabeza y lo ajusté para que encajara perfectamente. Luego levanté un segundo sombrero, arqueé las cejas y me lo puse.

―Para que quede claro que estamos juntos ―le dije. Él se quejó:

―Esto realmente está arruinando mi estilo.

Una vez adentro, colgamos nuestras chaquetas y luego pasamos por grupos de personas que estaban bebiendo y bailando. Instintivamente me acerqué a Lucas, sintiéndome nervioso. Los niveles de hormonas aquí eran ridículos. ¿Todos estaban teniendo relaciones sexuales excepto yo? Dios.

Y luego. Me di cuenta de que, si JaeHyun estaba aquí, ¿estaba aquí para besarse? Y, puaj, ¿y si venía con Ten? ¿Eso no rompe la regla de no-novio? Hm, besarse no necesariamente implicaba noviazgo. . .

Sacudí mi cabeza. No quería contemplar a JaeHyun besándose con nadie. Bueno, aparte de mí. Y solo ese pensamiento envió mariposas mutantes a toda velocidad en mi estómago.

―Hola amantes―Una voz suave gruñó detrás de mí. Me di la vuelta para ver a Yuta y su novio del día, Dong Si Cheng. Los chicos hacían filas por Yuta cada año. A veces era el clásico típico chico malo y se besarían rebeldemente en los pasillos de la escuela. Otras veces era un hipster caliente en una banda quien le haría una serenata con un solo de guitarra en el escenario. Este año era la líder del equipo de porristas, WinWin. Un par extraño, hasta que los veías a los dos juntos y era como estar cegado por la belleza de las creaciones de Dios.

Yuta vestía una insinuadora camisa negra con la espalda descubierta y un pantalón negro fluido de talle alto, esta noche llevaba el cabello planchado en una coleta alta y elegante. Los toques de rojo eran su cabello y sus labios rubí. WinWin llevaba una camisa transparente roja. Ok.

―Estoy tan abrumado. ¿Crees que la gente realmente lo está haciendo aquí?―le susurré. Yuta agitó su mano con desdén hacia mí.

―Tenemos peces más grandes que freír. ¿Adivina a quién acabo de ver?

Tomé un aliento.

―¿Jong Suk?

―Sip.

Mire a mi alrededor, no podía ver mucho en la tenue iluminación. Yuta agarró mi brazo.

―¡No seas tan obvio Tae! Él está merodeando con un montón de esos chicos de arte. Incluyendo ese tonto de pelo morado―Yuta nunca fue de andarse con rodeos.

Fruncí las cejas.

―Me pregunto si vinieron juntos.

Estaba tratando de mirar alrededor lo más sutil posible cuando vi a JaeHyun. Su cabello estaba perfectamente despeinado debajo de un gorro rojo. Demonios. Siempre. Así era como siempre me iba a sentir cuando miraba a este chico.

Tiré a Lucas más cerca de mí.

―Psst, Jong Suk está aquí ―dije en voz baja. Vi su cabeza levantarse―¡Detente! No mires. De todas formas, creo que sabes lo que esto significa.

Él levanto sus cejas.

Levanté mi puño y dije:

―¡Hwaiting! ―Lucas me miró sin comprender. Rodé mis ojos―Es el equivalente coreano de: ¡Vamos a hacer esto!

Él sonrió y golpeó mi puño con el suyo.

―Lo tengo. ¡Hwaiting!

Mis ojos se dirigieron hacia JaeHyun de nuevo, y lo vi subir las escaleras con Ten y Jungwoo.

―Jong Suk está subiendo, vamos a seguirlo―Agarré el brazo de Lucas y lo arrastré hasta el segundo piso donde vi a JaeHyun y compañía deslizarse en una habitación con una señal que decía siete minutos en el cielo, rodeado con alas de ángeles. ¿Por qué iban allí? ¿Los tres?

Mire fijamente la puerta. Bueno, es ahora o nunca.

―¿Listo para siete minutos en el cielo? ―le pregunté a Lucas. Sus cejas desaparecieron en su cabello.

―¿Queee, en serio?

―Sip. Aquí vamos.

Agarrando su mano, lo jalé hacia la puerta. Él protestó:

―Taeyong, no quiero arruinar tu reputación―No respondí. En cambio, me detuve por un segundo antes de abrir la puerta.

Era una gran habitación (¿tal vez la principal?), llena con gente y un camino de pétalos de rosas que conducían a unas puertas dobles, con un letrero que decía EL CIELO. Vi a una pareja salir y luego otra entrar. Todos los demás estaban casualmente alrededor. Como si fuera normal estar tan cerca de otras personas que se estaban besando.

Y ahí estaban JaeHyun, Ten y Jungwoo. Solo descansando y actuando normal. Tenía que averiguar por qué estaban allí, pero primero era hora de mi gran entrada. Piensa en YoungShin en Healer, cuando se quita el abrigo para lucir su increíblemente caliente vestido rojo en esa conferencia de prensa. Healer el Bombón no podía creer lo que veía.

Así que cuando JaeHyun se giró y nos vio, me quedé allí por unos segundos, dejándole ver mi atuendo rojo de encaje y unos botines negros. Sin embargo, empecé a sonrojarme, así que me dirigí hacia ellos antes de perder mi determinación.

―Hola, ¿qué están haciendo ustedes aquí? ―pregunté, perdiendo inmediatamente puntos de genial por hacer esa entrometida pregunta. Podía oír a Lucas suspirar detrás de mí.

Jungwoo se veía incomodo cuando respondió.

―Queríamos ver... um...

―Queríamos ver qué clase de excitados desesperados venían aquí―terminó Ten por él, sonriendo ampliamente.

Lucas colocó su brazo sobre mis hombros.

―Bueno, echa un buen vistazo, hermano―Con eso el me empujó hacia las puertas del cielo. Me giró tan rápido que ni siquiera pude evaluar la reacción de JaeHyun.

―¿Qué demonios Lucas?―siseé. Puso su mano en mi brazo.

―Te estoy salvando, Tae. Vamos.

Cuando llegamos a la puerta, la pareja de antes salió riéndose.

―¡Diviértanse! ―me dijo la chica mientras nos pasaba por al lado. Empujé a Lucas cerca y le susurré:

―¿Está mirando?

Lucas susurró de vuelta:

―No lo sé, ahorita te estoy viendo a ti.

―Cierto ―susurré de nuevo. Estaba muy nervioso para voltearme a ver, así que solo abrí la puerta y Lucas y yo entramos. Era un armario gigante, alumbrado con velas, con Sade sonando silenciosamente en el fondo.

Lucas se empezó a reír, pero yo puse mi mano sobre su boca.

―¡Tenemos que hacer esto creíble! ―susurré fuerte.

―¿Entonces qué hacemos? ¿Solo nos sentamos aquí?―preguntó, acomodándose en unas almohadas esparcidas en el armario.

Empujé hacia un lado unos trajes y me senté junto a él.

―Si, vamos a relajarnos.

Estaba mirando la fila de zapatos de mujer frente a mí cuando tuve una sensación extraña. Volví la cabeza para ver a Lucas mirándome.

―¿Qué?―pregunté. Se acercó más a mí.

―Bueno, tal vez deberíamos tomar esta oportunidad de llevar nuestra amistad un paso más allá...

Lo aparté con la palma de mi mano en su frente. Él asintió rápidamente.

―Sí, solo pensé en intentarlo―Así que sacamos nuestros teléfonos y miramos nuestras pantallas. Unos minutos pasaron y luego alguien comenzó a tocar la puerta.

―Oigan, pajaritos, ¡salgan de ahí! ¡Ya terminaron sus siete minutos! ―sorprendido, me puse de pie, pero Lucas me detuvo antes de que pudiera abrir la puerta. Puso sus manos sobre mis hombros y me escrutó. Luego comenzó a desordenar mi cabello.

―¡Oye! ―Intenté arreglarlo, pero él me aparto las manos.

―¿Quieres verte bien besado o qué?

Oh, cierto. También me froté el brillo de labios, por si acaso. Lucas asintió con la cabeza en señal de aprobación. Respiré hondo y abrí la puerta.

―Wow. ¿Ustedes chicos?

Mi estudiante secretario de gobierno, un pequeño y muy aficionado estudiante de tercer año llamado Quian Kun, nos estaba mirando, horrorizado. Lo aparté a un lado mientras miraba a mi alrededor buscando a JaeHyun. No hay rastro de él. ¡Maldición!

―Vámonos de aquí ―murmuré.

Lucas me siguió, tratando de consolarme.

―Oye, tal vez nos vio y en un ataque de celos se fue de la habitación.

―Si, claro―dije con tristeza, ya sintiéndome derrotado. Sólo quería ir a casa. Pero cuando estábamos en lo alto de las escaleras, vi a JaeHyun en el vestíbulo. Gorro rojo en el mar de cuerpos... y luego su rostro se inclinó hacia arriba, sus ojos haciendo contacto con los míos.

Mi corazón se aceleró. Luego Lucas me acercó y sus labios se cernieron en mi oreja.

―Ya veo. Eso es, Tae.

Me sorprendí.

―A que te. . . ―Pero antes de que pudiera terminar, sentí que mi talón se deslizaba en el borde del escalón más alto en el que estaba parado, y me tambaleé hacia Lucas, nuestras cabezas se golpearon. Perdió el equilibrio y mi cuerpo se apoyó tanto en él que cayó hacia atrás por las escaleras, sosteniendo mi mano.

Mientras caíamos juntos, me sentí salir de mi cuerpo para observar el desastre en tiempo real desde una distancia segura, comiendo palomitas de maíz y sacudiendo la cabeza. Pero antes de que pudiéramos estrellarnos por completo, Lucas logró agarrar el barandal y detener el impulso, con la otra mano aun sosteniendo la mía. Lo agarré con las dos manos y utilicé mi bota para empujar contra la pared para que nos detuviéramos por completo. Por una fracción de segundo, pude apreciar cuán impresionante éramos por lograr eso, asombrado de nuestra fuerza combinada de cuerpo superior e inferior.

Pero entonces el mundo real se enfocó y escuché primero los jadeos, y luego las risas. Me encogí y miré a Lucas.

―Oh, Dios mío ―farfulló, soltando mis manos y quitándose el sombrero de Santa de la cabeza.

―¿Cómo diablos te las arreglaste para fracasar en una cita falsa?―susurró.

―Es un maldito don ―susurré de vuelta.

Lucas se acercó para ayudarme a levantarme, pero antes de que pudiera tomar su mano, sentí que alguien agarró mi otra mano. Me volví para ver a JaeHyun. Un JaeHyun riéndose.

―Gracias, eso hizo que venir a esta horrible fiesta valiera la pena―Su voz apenas podía contener su maldita alegría mientras me ayudaba a levantarme y a bajarme por el resto de las escaleras.

Aparté un mechón de cabello de mi cara y respondí con rigidez:

―De nada―Su obvia alegría por el accidente dejó en claro que no estaba en absoluto celoso. El plan falló.

―Voy a arreglarme. . . ―le dije a Lucas, quien asintió mientras un par de chicas se preocupaban por él. Ignoré a JaeHyun y me alejé por un pasillo, echando humo. Ni siquiera podía avergonzarme, estaba tan irritado por toda la noche.

Después de reajustar mi cabello (tirando el sombrero de Santa a la basura) y salpicar mi cara con agua fría en un baño, decidí tomarme un minuto para concentrarme, sentándome en un banco en el pasillo al lado de una palmera gigante que seguía tocando mi cara. La aplasté mientras miraba fijamente el gigantesco espejo dorado frente a mí. Me veía desquiciado, y me atormentaban las palabras de Lucas cuando le conté por primera vez los pasos del K-drama: que lo que estaba haciendo era francamente espeluznante. ¿Era hora de tirar la toalla, me estaba metiendo en territorio de bicho raro? ¿Sería esta mi primera hipótesis refutada? Me estremecí ante el pensamiento.

―¿Qué estás mirando?

Mi columna vertebral se convirtió en gelatina al escuchar esa voz.

JaeHyun estaba de pie en el pasillo, su gorro empujado un poco hacia atrás, de modo que su grueso cabello estaba perfectamente despeinado y despreocupado. Como un pequeño niño francés. Aw, JaeHyun de niño. Aw.

―¿Estás drogado?―su voz destilaba genuina curiosidad. Salí de mi transé.

―¡No! Dios, no todos están fumando mola durante las fiestas.

Me miró por un segundo, con la boca ligeramente abierta.

―Queee... ¿Qué acabas de decir?

Me pare y camine hacia el espejo, arreglando mi cabello para no tener que estar en el camino de su desconcertante mirada. En el reflejo del espejo, todavía podía ver la expresión de JaeHyun.

―Déjame adivinar, JaeHyun, te gusta la mola. Tan artístico y liiibre ―dije.

―Acabas de…acabas de. . .―Se reía entre palabras.

Un par de chicos entraron y se quedaron mirando a JaeHyun, luego a mí. Eché mi cabeza hacia atrás y me reí junto a él, sonriendo y saludándolos. Después de que se metieron en el baño, susurré:

―¿Qué hice? ―Sabía que de alguna manera él se estaba burlando de mí. Antes de que pudiera responder, sentí dos manos agarrar mi cintura.

―¿Qué pasa, Tae?―dijo una voz cerca de mi oído. ¡Agh! ¡Lucas! JaeHyun me señaló.

―Él... él acaba de llamar mola a la marihuana―Él soltó otra carcajada.

Me volví hacia Lucas en confusión, pero una mirada a su rostro me llenó de pavor. Un pavor familiar. Lucas sonrió.

―Oh sí. Eso.

Le di un puñetazo en el brazo.

―¿A qué te refieres, eso?

Se mordió el labio inferior. Le di un puñetazo en el brazo de nuevo, haciéndolo estremecerse.

―¡Ay! Está bien. Tae, ¿cómo digo esto? Yuta y yo te hemos dejado decir mola por años. La palabra que realmente intentas decir, en toda tu virginidad sin drogas, es... mota.

Tomó un momento para que mi mente fuera lanzada al espacio y de vuelta.

―¿¡Qué!? ¡¿Y ustedes seguían dejándome decirlo?!

Él rio.

―Sí.

―¡¿Maldita mola?! ―Dejé escapar un bufido de risa. Lucas juntó las manos y copió mi voz.

―¿Están fumando mola de nuevo? Ugh, aburrido, ¡nos vemos cuando hayan terminado de drogarse con mola!

Ambos nos estábamos riendo tan fuerte en este punto que nos estábamos agarrando el uno al otro.

Fue entonces cuando me di cuenta de que JaeHyun nos estaba mirando con una expresión extraña.

Lucas aprovechó el momento antes de que pudiera. Tiró de un mechón de mi cabello y me miró con intensidad, un indicio de significado.

―Eres tan jodidamente lindo, no puedo soportarlo.

Mis mejillas se sonrojaron a pesar de la asquerosidad de Lucas diciéndome esas palabras. Sentí un destello momentáneo de lástima por todas las pobres chicas que alguna vez se habían enamorado de Lucas. Él era bueno. Quiero decir, sabía que todo esto era falso y, sin embargo, aún sentía una punzada de: Aw, ¡soy especial! Patético.

Cuando miré a JaeHyun, él ya se había dado vuelta, caminando hacia la fiesta.

―Los dejo entonces. Hasta luego ―gritó. Oh mi Dios. Funcionó. ¡Él estaba celoso!

―¿Qué estás esperando? ―Lucas me preguntó, mirando fijamente a la figura en retirada de JaeHyun.

―No hice todas estas tonterías (se hizo un gesto a sí mismo) y me caí por un maldito tramo de escaleras frente a toda nuestra escuela, por nada. ¿Cuál es el siguiente paso en tu lista?

―¿Ah?

―¿Los pasos del K-drama ? ¡Tienes que aprovechar esta oportunidad!

Abrí mi cartera y saqué la lista.

―Um, es el número 9: Meterse en un Problema que los Obligue a Tener un Momento de Conexión Íntima.

―¡Perfecto! ¡Ve! ―Lucas hizo un gesto hacia donde JaeHyun se había alejado. Metí la lista de nuevo en mi bolsa y grité:

―Espera, ¿ahora? Necesito al menos unos días para planear esto.

―Ya se te ocurrirá algo. ¡Es la oportunidad perfecta, ve y hazlo ahora! ―Lucas me empujó hacia la fiesta. Se había dispersado un poco; sin duda mucha más gente estaba arriba ahora. Así que pude ver ese gorro rojo mientras se deslizaba por la puerta trasera. Seguí a JaeHyun afuera mientras caminaba rápidamente, desapareciendo en un pequeño bosque de árboles en el borde de la propiedad. Me puse nervioso cuando aceleré. ¿A dónde iba? ¿Y qué diablos iba a decir cuando lo alcanzara?

Entré en los árboles y entrecerré los ojos en la oscuridad, tratando de encontrarlo. Me estremecí, frotándome los brazos y pensando en volver a la fiesta cuando detectara algún movimiento en el puerto.

Y entonces oí un siseo familiar. Como la serpiente que creí haber oído en el zoológico.

Caminé derecho hasta que salí de los árboles y me enfrenté a un viejo cobertizo conectado a una tienda de cebos cerrada. Y de pie allí, marcando la pared con una lata de pintura en aerosol, estaba JaeHyun.





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