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𝓈𝓅𝒸 (3) 🧸 JaeYong


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25

El tiempo pasó en un extraño estado de duermevela, los días desangrándose hasta que Taeyong perdió el registro de cuántos días habían pasado desde que YangYang se fue. A veces comía cuando el personal del hotel no se hartaba de llamar a la puerta. A veces se sintió enfermo, por estar tirado en la cama sintiendo lástima de sí mismo o viendo los pocos canales en inglés del televisor, y salió. Vagó por las calles sin rumbo, escuchando un lenguaje desconocido a su alrededor, hasta que su nariz estaba goteando y él se sentía tan frío por fuera como lo estaba en su interior. Un par de veces se perdió, pero el GPS lo ayudó a encontrar su camino de regreso al hotel. Las dos mujeres del vestíbulo seguían disparándole miradas extrañas y susurrando en ruso entre ellas al verle. Taeyong generalmente las ignoraba e iba directamente hacia su habitación, donde tomaba una larga ducha caliente —podría ser un miserable jodido deprimido, pero se negaba a apestar. Después de la ducha, iba a la cama. A veces se masturbaba, tratando de deshacerse de la horrible necesidad permanente que lo carcomía por dentro. No funcionó, sin importar lo duro que se folló a sí mismo con el consolador. Después de todo, sólo se sentía más patético y vacío. Así que se metía debajo del edredón y no saldría de la cama hasta la mañana siguiente... muy tarde en la mañana.

Esa mañana no fue diferente a las otras.

Hasta que un golpe en la puerta interrumpió sus somnolientos pensamientos.

Taeyong no se molestó en levantarse. Probablemente era el servicio. No tenía hambre.

Pero los golpes no pararon.

Cuando se hicieron más fuertes, Taeyong suspiró, se arrastró fuera de la cama y se encaminó hacia la puerta, frotándose los ojos.

Abrió la puerta y se congeló, su aliento quedando atrapado en su garganta.

JaeHyun estaba de pie al otro lado, alto y más grande que la vida misma, con las manos en los bolsillos de su gruesa y oscura chaqueta. La mandíbula de JaeHyun estaba en tensión, su rostro difícil de leer mientras que sus ojos verdes recorrían completamente a Taeyong. Eso lo hizo notar que sólo vestía un par de calzoncillos grises.

—Luces horrible —JaeHyun entró en la habitación y cerró la puerta.

—Gracias —dijo Taeyong cuando encontró la voz. Sonaba áspera, como si le faltara uso. Ahora que lo pensaba, ¿cuándo fue la última vez que había hablado con alguien?

Se cruzó de brazos, metiendo las manos bajo sus axilas para resistir el impulso, casi irresistible, de saltar sobre JaeHyun y envolverse en él como un pulpo— ¿Qué haces aquí? —Su voz sonó hostil.

Los ojos de JaeHyun se estrecharon. Se quitó la chaqueta y la arrojó al sillón.

—Estábamos preocupados. YangYang está desaparecido desde hace diez días.

Taeyong parpadeó.

—¿Diez días?

JaeHyun se quedó viéndolo.

—¿No lo sabías?

Con el ceño fruncido, Taeyong negó con la cabeza. Sabía que YangYang había estado fuera por un tiempo, pero no le había parecido que fuera tanto. Mierda. ¿Cuando había perdido el contacto con la realidad?

—Tu padre estaba preocupado por ti. Ahora puedo ver por qué.

—¿Papá te llamó? —dijo aturdido.

—Sí —dijo JaeHyun, acercándose. Tomó los hombros de Taeyong con sus manos, apretando con fuerza—¿Qué carajo, Taennie?

Respirando superficialmente, Taeyong levantó la barbilla.

JaeHyun olía a invierno y a aire fresco, y a JaeHyun.

Eso lo mareó, pero a la vez, su mente se sentía más aguda de lo que se había sentido en mucho tiempo. La habitación parecía más nítida y brillante. Se sentía más como él mismo, como si hubiera estado durmiendo por mucho tiempo y de repente se despertara en este mundo extraño que no tenía mucho sentido.

—¿Qué? —dijo a la defensiva.

—¿Qué? —JaeHyun repitió— ¿Has visto un espejo últimamente? Has perdido por lo menos diez libras (Apróx. 5 kilos).

¿Lo había hecho?

Taeyong se encogió de hombros.

—Estoy bien. Supongo que no soy un gran fan de la cocina rusa.

—Ni mierda —dijo JaeHyun, agarrando su barbilla y obligándolo a mirarlo a los ojos. Sus dedos estaban helados—Taennie —dijo, más suave esta vez, con una extraña expresión en el rostro— Soy yo. Háblame.

Taeyong tragó, sintiéndose más patético que nunca.

Odiaba cómo JaeHyun seguía llamándolo Taennie.

No se sentía como Taennie. Taennie era alguien más feliz, alguien que pertenecía. Taennie le pertenecía a JaeHyun. Él no era de JaeHyun. Nunca lo había sido.

Miró hacia JaeHyun.

—Regresa a Londres. Te lo dije: ya no tienes que preocuparte por mis estúpidos sentimientos. No soy tu preocupación.

La ira se dibujó en el rostro de JaeHyun.

—¿Sabes qué es un estupidez? Que pienses que no eres mi preocupación. Dejarás de preocuparme cuando me muera.

Se fulminaron con la vista mutuamente, respirando con dificultad.

—¿Sabes lo que es realmente estúpido? —Taeyong devolvió—Que creas que quiero ser tu preocupación. Búscate un jodido cachorro si quieres algo que acaricie tu complejo de héroe. O mejor aún, ¡Llama a Rosé! Así tendrás algo que cuidar. No me necesitas para que...

JaeHyun pegó sus bocas. Fue tal shock para el sistema de Taennie, luego de meses de nada, que un sonido lastimero escapó de su garganta. Sólo podía permanecer allí, intentando retenerlo mientras que JaeHyun tomaba, y tomaba, y tomaba, un beso sin restricciones, brutal, lleno de una necesidad ardiente. Convirtió las rodillas de Taennie en gelatina. JaeHyun mordió su labio posesivamente, obligándolo a gemir, a inclinarse más cerca, a pedir más. Su sangre latía mientras que JaeHyun devoraba su boca con besos hambrientos, ásperos, y aún no podía creer completamente que esto estaba sucediendo, esperando por el golpe que seguro estaba por venir... porque JaeHyun se alejara, diciendo que fue un error y que no quería a Taennie de ese modo. Pero en cambio, JaeHyun enroscó los dedos en su cabello y metió la lengua hasta la mitad de su garganta, besándolo brutalmente, su deseo inconfundible mientras que atraía las caderas de Taennie contra su dura polla.

—Lo lamento —JaeHyun dijo con voz ronca, mordisqueando a lo largo de la mandíbula de Taennie, acariciando sus manos por la espalda de Taennie y metiéndolas luego dentro de sus boxers para agarrar sus nalgas—Lo lamento —dijo, empujando a Taennie hacia la cama.

Incluso a través de su mente aturdida por el deseo, Taennie sabía porque se estaba disculpando JaeHyun: esto aún no significa nada. Pero de momento, con el aroma y el cuerpo de JaeHyun sobre su cuerpo, no era capaz de preocuparse por ello. Lo quería, lo quería, lo extrañaba... lo extrañaba tanto que quería meterse dentro de él o meter a JaeHyun dentro de sí mismo, pegarlo a sí mismo.

Taennie gimió cuando JaeHyun lo empujó hacia atrás en la cama y se arrastró sobre él, cubriendo su rostro y cuello con besos urgentes y húmedos, dejando chupones en su piel.

—Taennie —dijo JaeHyun, su nombre sonando con veneración—Taennie —dijo de nuevo, arrastrando sus labios entreabiertos por el pecho de Taennie—Taennie —murmuró sobre el ombligo de Taeyong, su voz gruesa y apenas reconocible—Bebé —mordió y lamió el hueso de la cadera de Taennie, haciéndolo sacudirse y retorcerse bajo JaeHyun con suaves gemidos rotos. Ni siquiera se dio cuenta de que JaeHyun le quitó los boxers; notó que estaba desnudo cuando JaeHyun separó sus piernas y se detuvo para mirar la ingle de Taennie.

Jadeante, Taennie se sintió ruborizar, temeroso de que JaeHyun se enfriara al ver su dura polla de cerca, en vivo y en directo. Con las manos en los muslos de Taennie, JaeHyun miraba la polla de Taennie con una expresión extraña, antes de desviar la mirada hacia los tonificados muslos de Taennie. Sus ojos verdes se volvieron vidriosos. JaeHyun se inclinó y mordió la cara interna del muslo de Taeyong. Un sonido lamentable escapó de los labios de Taennie. Dios. Estaba tan duro que dolía.

—JaeHyun —graznó, girando sus caderas—Por favor.

Los ojos de JaeHyun se elevaron hacia el enrojecido rostro de Taennie.

—¿Por favor, qué?

—Fóllame —dijo Taennie, buscando a ciegas el lubricante que guardaba en el cajón. Por algún golpe de suerte, sus inestables dedos lo encontraron. Lo dejó caer en la mano de JaeHyun— Fóllame —dijo de nuevo, mirándolo a los ojos.

Un músculo palpitaba en la mejilla de JaeHyun.

—Eso te trastornaría más.

Taeyong casi rió. ¿No ves lo mucho que me has trastornado ya? Eres lo único que quiero. Me siento como una extremidad amputada de ti. Tuyo, tuyo, tuyo.

—No importa —dijo, todavía retorciéndose y girando sus caderas con impaciencia—Te extrañe tanto. Quiero tenerte en mí —Nunca habría dicho algo tan cursi a nadie excepto a JaeHyun: con JaeHyun, decir cosas desvergonzadas como esa se sentía tan natural como respirar—Quiero sentirte.

Los ojos de JaeHyun se oscurecieron. Lanzándose hacia adelante, besó ardientemente a Taennie antes de enderezarse y tomar el lubricante. Taeyong abrió más las piernas, humedeciendo sus labios con anticipación. Sabía que JaeHyun no era ajeno al sexo anal con mujeres, por lo que no se preocupaba por ello.

Y estaba en lo cierto. En cuestión de minutos, se retorcía en los dedos de JaeHyun, empujando contra ellos, gimiendo sin sentido. Más. Quería más. Quería a JaeHyun. La polla de JaeHyun, latiendo en él, estirándolo ampliamente.

—Condón —dijo JaeHyun, sacando sus dedos.

Taennie se lo quedó mirando sin entender, con la mente confusa y su agujero tan malditamente vacío.

—Un condón, Taennie —JaeHyun repitió, apretando la base de su propia polla, que estaba dura, roja y brillante.

Taennie apartó su hambrienta mirada de él e hizo un gesto hacia el baño.

—Hay algunos en el baño —logró decir—Creo.

JaeHyun se levantó de la cama y desapareció en el cuarto de baño, quitándose la ropa que le quedaba en el camino, con abruptos movimientos espasmódicos.

La espera pareció ser la más larga en la vida de Taennie.

Cuando JaeHyun regresó, Taennie exhaló, pero se olvidó de volver a inhalar, porque JaeHyun estaba desnudo. Era increíblemente hermoso, pero no era por eso. Había visto a JaeHyun desnudo docenas de veces. Incluso lo había visto desnudo y excitado. Pero nunca antes había sido un JaeHyun desnudo y excitado por él.

JaeHyun se estiró sobre él. Taennie empezó a temblar cuando sus cuerpos desnudos se tocaron por todas partes. Dios. Lo deseaba tanto que apenas podía pensar.

—Mírame —JaeHyun dijo con dureza, apoyándose en un codo—Mírame, Taeyong.

Con algo de esfuerzo, Taennie centró su mirada en los ojos de JaeHyun.

—Escucha —dijo JaeHyun, acariciando el muslo de Taennie con sus fuertes dedos antes de empujar la rodilla de Taennie hacia arriba y posicionarse entre sus muslos. La intensidad de la mirada de JaeHyun era estimulante y algo atemorizante—Quiero follarte, quiero follarte muchísimo, pero no puedo hacerte ninguna promesa. Todavía no descubrí que es lo que quiero de ti. Así que mejor me detienes. Ahora —JaeHyun se inclinó y le mordió el labio inferior—Detenme, maldición. Por tu propio bien.

Taennie se retorció debajo de él, deleitándose con la sensación del cuerpo caliente y musculoso de JaeHyun encima de él. Separó más ampliamente las piernas.

—Taennie —JaeHyun se quejó, maldiciendo por lo bajo—Deja de ser una puta. Presta atención.

—Estoy prestando atención —murmuró Taeyong, agarrando la erección de JaeHyun con su mano derecha y guiándola entre sus piernas. Ambos silbaron cuando empujó contra el lubricado agujero de Taeyong.

—Taennie —JaeHyun silbó entre dientes—Deja de pensar con la polla, maldito seas.

—No puedo —Taennie susurró, mirando a JaeHyun con los ojos desenfocados—Te quiero —dijo, con la voz temblorosa llena de honestidad—Tanto.

JaeHyun gruñó y empujó hacia adentro, sus hombros tensos y sus bíceps hinchados por el esfuerzo de no moverse demasiado rápido. Oh Dios. Los párpados de Taennie se cerraron, su espalda arqueada. Por fin, JaeHyun llegó al fondo y se detuvo, su polla engrosada y pulsante dentro de él.

¿Por qué no se mueve?

Con gran esfuerzo, Taennie abrió los ojos y se enfocó en JaeHyun.

—No soy una de tus delicadas chicas. Me puedes clavar contra el colchón. Puedo tomarlo —Se lamió los labios resecos—Lo deseo.

JaeHyun gimió, dejando caer su cabeza junto a la de Taennie. Moduló junto a la mejilla de Taennie.

—Eres tan puta en la cama. Imagínate. Siempre son los más tranquilos.

Taennie volteó la cabeza y atrapó el labio de JaeHyun entre los dientes. Lo chupó.

—Solo por ti.

Las fosas nasales de JaeHyun aletearon. Salió lentamente y se enterró de nuevo, dejando caer su peso hacia adelante.

Lloriqueando, Taennie envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de JaeHyun, hundiendo sus dedos en su espalda con fuerza.

—Oh Dios, más rápido.

Gruñendo, JaeHyun fijó un ritmo rápido, chocando contra él, girando sus caderas con cada embestida, frotando su cuerpo contra la polla de Taennie cada vez. Cada golpe hundía más a Taennie en el éxtasis, cada embestida lo tenía lloriqueando y gimiendo mientras que las caderas de JaeHyun irrumpían hacia el frente con un ritmo brutal, la intensidad de ello conmocionando sus sentidos en una forma que nunca creyó posible. La polla de JaeHyun en él, se sentía mejor que bien, gruesa y perfecta, pero saber que JaeHyun lo quería se sentía aún mejor. JaeHyun lo quería lo suficiente como para doblarlo al medio y follarlo en una forma tan primitiva, sus fuertes dedos aferrando las caderas de Taennie en un apretón castigador mientras que su polla entraba y salía del agujero de Taennie.

Era sucio, rápido y primitivo, tan diferente a la cuidadosa, sobreprotectora, actitud habitual de JaeHyun hacia él; y el contraste hacía a Taennie estremecerse y gemir. Quizás JaeHyun no podía hacerle ninguna promesa, pero definitivamente en este momento no estaba pensando en él como en su hermanito.

Gemidos guturales subieron por la garganta de JaeHyun, sus caderas golpeando hacia el frente más y más rápido. Su polla golpeaba su próstata y Taennie lloriqueaba. JaeHyun lo repitió, una y otra vez, hasta que Taeyong estaba llorando y aferrándose a él, con sonidos inhumanos saliendo de sus labios mientras se arrastraba cada vez más cerca del límite.

—Taennie —gruñó JaeHyun, con la voz áspera e irreconocible—Voy... a —azotó su verga contra su próstata y el orgasmo de Taennie lo superó, golpeándolo, desde los dedos de los pies y atravesando su núcleo y ascendiendo por su columna vertebral. Soltó un gritó largo y roto mientras se corría.

Gimiendo, JaeHyun se estremeció violentamente y se corrió, también, dejando caer su peso sobre él.

—Puta madre —dijo JaeHyun contra su oreja, acariciando su cabello sudoroso.

—Sí —dijo Taennie en voz baja, su cuerpo hormigueando por todas partes con felicidad. Siempre supo que sería perfecto con JaeHyun—Tan bueno —murmuró—Te amo.

Lo lamentó inmediatamente cuando JaeHyun se puso rígido.

—Vamos a pretender que no dije eso —dijo Taeyong, manteniendo su tono ligero.

JaeHyun se levantó apoyándose en los codos, sus ojos verdes viéndolo.

—Eres un Idiota. Taennie frunció el ceño.

—¿Qué?

JaeHyun se limitó a sacudir la cabeza y, para decepción de Taennie, se retiró y rodó a un lado. Ató el condón y lo tiró a la basura antes de estirarse de espaldas a su lado. Miró a Taennie y abrió los brazos.

Sonriendo con alivio, Taennie se arrastró a sus brazos inmediatamente, quedando medio encima de JaeHyun. Habían hecho esto cientos de veces en el pasado, pero se sentía diferente cuando estaban desnudos. Mejor. Mucho mejor.

Dios, lo extrañaba tanto.

Con un suspiro de placer, Taennie pasó los dedos por el pecho de JaeHyun con una sonrisa.

—¿Tiempo de abrazar?

—Ajá —dijo JaeHyun, apretando su brazo alrededor de él— Consentí al bastardo pervertido que quería ensuciarte y follarte en el colchón. Ahora es el tiempo de satisfacer al blandito que quiere abrazarte hasta el olvido.

—Hablas como si fueran dos personas distintas —dijo Taennie con una sonrisa.

—A veces se siente como que lo son —dijo JaeHyun, acariciando su pelo—El blandito te extrañó, Osito Taennie.

Taennie sonrió.

—Lo extrañé, también. Mucho.

—Ajá —murmuró JaeHyun, con los ojos ya cerrados.

—Probablemente deberíamos hablar —dijo Taeyong.

Un ojo verde se abrió.

—Hablaremos —murmuró JaeHyun— Después de tomar una siesta de unas horas. Te he estado buscando por todo Moscú durante tres días —Sus labios se torcieron— Y follarte requiere muchísima energía. Estoy hecho polvo y es tu culpa, Lee.

Taeyong sonrió y cerró los ojos. No se sentía cansado, pero no le importaba demorar la conversación unas horas. Era poco probable que fuera agradable. Apretó su brazo alrededor de la cintura de JaeHyun y se sostuvo... mientras pudiera.

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Siempre son los más tranquilos: JaeHyun se refiere al dicho popular de que las más tranquilas y las más calladas son las peores putas en la cama. Recordemos que le habían dicho frígido.

26

JaeHyun abrió los ojos lentamente y se quedó viendo la cabeza pelirroja en su hombro. El cálido cuerpo de Taennie estaba pegado a lo largo del suyo, su pierna colgada sobre el muslo de JaeHyun. Todavía estaba dormido. Las pestañas largas y pálidas revolotearon, pero no se abrieron. Taennie sonrió un poquito en su sueño, apretando su brazo alrededor de la cintura de JaeHyun.

Estaban desnudos. Por supuesto que estaban desnudos: tuvieron sexo. Y esta vez no podría reclamar estar borracho o confundido. Esta vez no había sido un participante pasivo. Lejos de eso.

JaeHyun apretó la mandíbula. Se había prometido que no viajaría a Rusia para joder la cabeza de Taennie de nuevo. No debería haber habido ningún joder involucrado, punto final.

Sin embargo aquí estaba, desnudo, con su igualmente desnudo mejor amigo sobre él luego de haber sodomisado a dicho mejor amigo. Su mejor amigo que estaba enamorado de él. Su mejor amigo cuyo corazón no podía romper. Esto no podía volver a pasar... mientras no estuviera seguro de qué demonios quería.

Taennie hizo un arrullador ruidito suave, suspiró y se movió en su sueño.

Con el pecho hinchado de afecto, JaeHyun no pudo evitar inclinarse y acariciar el cabello de Taennie. Cristo, lo extrañaba: como se sentía, como olía, todo cálido y perfecto, y Taennie. Besó la frente de Taennie, preguntándose cómo podía sentir tan cruda adoración ahora, cuando hace unas horas folló a Taennie más brusco de lo que había follado a nadie en su vida. Estos deseos y pensamientos conflictivos lo habían estado enloqueciendo por semanas. Por meses. No podía unirlos ni deshacerse de ninguno de ellos.

Se preguntó qué habría pasado si YangYang no hubiera desaparecido. Le gustaría decir que se habría mantenido alejado de Taennie pero, en el fondo, se conocía mejor. Por cómo habían ido las cosas, hubiera aguantado un par de semanas más antes de buscar a Taennie y volver a adherirlos juntos, al carajo con el sentido común.

—Si frunces el ceño más fuerte, tus cejas se unirán en el medio.

JaeHyun miró a Taennie y se encontró con sus ojos cerrados.

—¿Estás despierto?

Taennie bostezó y se hundió más a su lado.

—No.

Riéndose, JaeHyun pasó los dedos por el cabello de Taennie.

—Taennie.

—No —El pie desnudo de Taennie se deslizó por la pierna de JaeHyun.

JaeHyun se tensó, sus suaves emociones desvaneciéndose mientras que el otro sentimiento se hacía cargo. El cambio fue tan rápido que lo dejó algo desorientado. Ahora, en vez de los sentimientos cálidos y difusos por abrazar a su mejor amigo, se sentía completamente caliente, muy consciente de toda la piel suave y pálida a disposición. Descubrió a su mano moviéndose por la pierna de Taennie, acariciando su muslo ligeramente antes de asentarse en una nalga perfectamente redondeada. A diferencia de él, Taennie era suave por todas partes, su piel suave como la seda.

—Alguien está toquetón —Taennie murmuró, mirándolo por debajo de sus pestañas.

—¿Te afeitas aquí abajo o algo? —dijo JaeHyun, apretando los glúteos de Taennie, e intentando distraerse de la necesidad de jalar esas tonificadas piernas largas sobre sus hombros y volver a entrar en Taennie.

Taennie se rió, pasando sus dedos por el escaso pelo negro en el estómago de JaeHyun.

—Nop. No tengo —La mano de Taennie se deslizó más abajo y se envolvió en torno a la erección de JaeHyun con familiaridad casual.

Pero no había nada casual en la forma en que Taennie la miraba. Taennie se humedeció los labios con la lengua.

—Creo que extrañé más chuparte la polla de lo que te extrañé a ti.

—Creo que estoy ofendido —dijo JaeHyun, tratando de mantener su voz ligera. Se aclaró la garganta— Amigo, tenemos que hablar —Amigo. La palabra se sintió extraña en su lengua. Incorrecta. Como si ya no encajara. No lo hacía, JaeHyun se dio cuenta cuando sintió casi físicamente como algo hacía 'clic' dentro de él—¿Taennie? — dijo, con su corazón acelerado.

Taennie parpadeó y miró hacia arriba.

La respiración de JaeHyun quedó atrapada en su garganta. Dios, era... los ojos de Taennie parecían casi verdes con la luz de la mañana, brillando sobre las mejillas sonrojadas por el sueño, sus arqueados labios rosados entreabiertos, y JaeHyun se sentía...

Joder, se sentía capaz de Consumirlo. Quería tenerlo, necesitaba meterse dentro de él, en él, cavar su camino dentro, marcarlo, amarlo, usarlo, cuidarlo, poseerlo, poner todo de sí en Taennie.

Taennie hizo un ruidito sorprendido cuando JaeHyun rodó encima de él.

—Taennie —dijo con voz ronca, hundiendo el rostro en el cuello de Taennie y articulando en medio de sonidos codiciosos de succión— Taennie. Dios, te quiero —Sus manos ya estaban separando los muslos de Taennie y acariciándolos con impaciencia. Quería —necesitaba— empujarse dentro de él, la urgencia de esa necesidad amenazando con engullirlo.

—Está bien —dijo Taennie, sonando sorprendido y sin aliento, enterrando sus dedos en el pelo de JaeHyun—Está bien. Lo que sea que quieras.

Las palabras lo sacudieron.

Apenas podía recordar preparar a Taennie y ponerse un condón.

Cuando por fin —por fin— se empujó dentro, JaeHyun gruñó estremeciéndose. Mierda. Había algo acerca de estar dentro de Taennie que era mucho más satisfactorio que tener su polla en un agujero apretado. Cerrando los ojos, JaeHyun se deleitó en la sensación por un momento, pero quería moverse. Lo necesitaba.

Besándose, ellos se movían juntos, tratando de establecer un ritmo lento y constante, pero su cuerpo exigía más.

El placer se construyó rápido mientras que el ritmo se hizo más rápido y duro; el fuerte sonido de su piel golpeando junta añadido a los gemidos y chirridos de la cama. Fue rápido y sucio, el cuerpo de JaeHyun hambriento por ello, más de lo que nunca había estado por nada ni nadie, como si quisiera fundirlos juntos. Él lo quería también.

Pronto, los gemidos de Taennie subieron de volumen, convirtiéndose en gemidos necesitados, sin sentido y excitantes como el infierno.

Apoyándose en los codos, JaeHyun se quedó viendo a Taennie, mirándolo deshacerse —sus pálidas mejillas enrojecidas, sus preciosos ojos desenfocados, sus rosados labios entreabiertos mientras que Taennie jadeaba entrecortadamente— y JaeHyun quería devorarlo completamente.

Gruñendo, golpeó sus bocas reuniéndolas, besando a Taennie desordenadamente mientras que lo follaba con fuerza. Te amo, Te amo, Te amo bombeaba en su sangre mientras que embestía y embestía, queriendo enterrarse más y más profundo. Los gemidos de Taennie adquirieron un tono doloroso, sus brazos apretando más mientras que se movían juntos, perdiendo por completo el ritmo.

—JaeHyun —Taennie graznó con voz ronca contra su boca, arqueándose y agitándose.

—Vamos, Taennie —JaeHyun embistió duro en él—Vamos, amor...

Taennie gritó y se corrió, sus paredes apretando alrededor de la polla de JaeHyun en la más dulce forma.

Gruñendo, JaeHyun se dejó ir y se corrió también, jadeando contra el hombro de Taennie cuando sus brazos se rindieron, oleada tras oleada de placer corriendo a través de él.

Puta Madre.

Cristo. ¿Siempre sería tan intenso con Taennie? El pensamiento lo hizo paralizar.

¿Siempre?

—¿JaeHyun? —dijo Taennie—¿Hay algo mal?

JaeHyun no respondió, intentando dar sentido a sus caóticos pensamientos y emociones.

—¿JaeHyun? —dijo Taennie con incertidumbre, un dejo de miedo creciendo en su voz. JaeHyun quería envolverlo en sus brazos y espantar sus temores a besos.

Mierda.

—¿JaeHyun?

Levantó la cabeza y miró a Taennie.

Taennie tenía el ceño fruncido, sus ojos azul—verdosos aun suavizados por el resplandor postcoital, pero un poco preocupados. Los enrojecidos e hinchados labios de Taennie atrapaban su mirada.

Sí.

Puta Madre.

Se echó a reír, mientras que oleadas de alivio y euforia lo recorrían.

—Finalmente.

—¿Qué? —La aprehensión de Taennie parecía ser mayor— No entiendo.

JaeHyun dudó, sin saber cómo explicar algo que casi no tenía sentido para él mismo. Se rodó fuera de Taennie y se sacó el condón. Luego de tirarlo a la basura, se tendió junto a Taennie y lo miró.

—Los últimos meses han sido jodidamente confusos para mí — murmuró, poniendo una mano en el vientre de Taennie. No podía dejar de tocarlo—No podía dejar de pensar en ti como en alguien a quien proteger, mi seudo hermanito a quien amé casi toda mi vida. Al mismo tiempo, me excitaba follarte la boca, incluso a pesar de que pensaba que estaba mal desearte de esa forma. Me aterraba. No podía darle sentido. Me jodió la cabeza, y terminé por joderte la cabeza también a ti.

—¿Y ahora?

—Ahora te miro y no veo a un hermano —JaeHyun se encontró con sus ojos—No me siento como un pervertido. Todo estaba en mi cabeza. Supongo que es verdad lo que dicen: que puedes acostumbrarte a todo con el tiempo suficiente —Una sonrisa jaló de los labios de JaeHyun—Creo que me acostumbré a ello un poco demasiado. Incluso decirte "amigo" se siente raro ahora.

—Quieres —Una inconfundible chispa de esperanza encendida en los ojos de Taennie— decir...

—Sí —dijo JaeHyun, rozando su pulgar sobre el ombligo de Taennie—Desearte ya no se siente raro y malo. No me malinterpretes: siempre serás mi mejor amigo, pero no eres sólo eso. No es suficiente para mí. Quiero más —sonrió con malicia—Ahora me siento con ganas de follarte como un animal en celo y luego cargarte a través del umbral. Ya no son dos cosas separadas. No se contradicen entre sí. Te deseo y deseo cuidarte.

Taennie no sonrió. Parecía confundido, con el ceño fruncido.

—Pero... pero... ¿qué pasa con Rosé? Pensé que querías volver con ella. Te dije que volvieras con ella.

Suspirando, JaeHyun hizo círculos con su pulgar alrededor del ombligo de Taennie.

—Lo intentamos, pero ya no encajamos juntos —dudó antes de admitirlo—Yo era un desastre sin ti.

—¿Sí? —Taennie sonaba muy satisfecho, el gilipollas.

—Síp —dijo JaeHyun con una sonrisa triste— Pude haber estado actuando como un idiota con todo el mundo. Rosé no estaba muy impresionada. Al final, estuvimos de acuerdo en que estaríamos mejor como amigos.

Taennie lo evaluó.

—¿Te arrepientes?

JaeHyun no se apresuró a responder. Sabía que esto era importante para Taennie luego de haber estado en el extremo receptor de su ira y amargura por su fallida relación con Rosé. Taennie merecía una respuesta honesta y bien pensada.

—Estaba enamorado de ella — dijo al fin—Pensé que podría ser la indicada para mí —La mirada de Taennie cayó.

JaeHyun le dio un golpecito en el vientre y Taennie la alzó de nuevo.

—Pero estaba equivocado. Ahora lo sé. Cuando te perdí, ella no pudo hacerme feliz. Nada podía hacerlo —Sus labios retorcidos—No me gusta la persona en que me convierto sin ti. Ni siquiera estoy seguro de reconocerme en esa persona — sintiéndose desnudo de una forma que nada tenía que ver con la piel expuesta, JaeHyun se aclaró la garganta—No me había dado cuenta de lo mucho que te necesitaba, lo malo que sería. No me di cuenta de lo mal que funcionaría por mí mismo, sin ti, hasta... hasta que rompiste conmigo a través del puto teléfono —frunció el ceño, todavía sin superarlo completamente.

Una expresión de perplejidad apareció en el rostro de Taennie.

—Yo no rompí contigo. Nunca estuvimos juntos.

—No, no lo estábamos —dijo JaeHyun con una sonrisa—Pero seguro que se sintió como una ruptura. Una mucho más dolorosa que mi ruptura con Rosé.

El rostro de Taennie estaba en blanco.

—Sin embargo no es lo mismo.

—No, no lo es. A ella no la amé toda mi vida.

Taennie tragó en seco.

—No, JaeHyun —dijo, apartando los ojos—No tienes que hacerlo. Es suficiente para mí que quieras que seamos más que amigos.

JaeHyun se quedó mirándolo. Luego se rodó, aplastando a Taennie con su peso.

—¿Es eso lo que crees que es? —dijo, clavando los ojos en Taennie—¿Qué quiero que seamos... amigos con beneficios?

Taennie se encogió de hombros.

—¿No es así?

JaeHyun casi se rió.

—Nunca sería suficiente para mí. No contigo —miró la preciosa cara de Taennie, sus rasgos queridos y familiares en una forma que le hacía cerrar la garganta— Te amo, tonto. Para mí nunca hubo dudas sobre eso. Eres mi todo. Quiero todo de ti. Quiero darte todo; Siempre lo hice. Sólo que no podía hacerlo antes —JaeHyun frunció el ceño y se corrigió a sí mismo—Pensé que no podía —Se inclinó y besó la comisura de la boca de Taennie, respirándolo—Me equivoqué. Sólo me llevó un tiempo dejar de sentir que era enfermo desearte de esa forma, también —Él rozó sus labios—Te deseo —mordió el hinchado labio inferior de Taennie— Te deseo tanto. Dios, mantendría mi polla dentro de tí todo el tiempo si pudiera.

Taennie rió contra sus labios.

—Eso es un poco exagerado —sonrió con descaro—¿Qué si quisiera poner mi polla en ti?

Riéndose, JaeHyun se apartó un poco para mirar abajo hacia él.

—No tientes a la suerte, Lee.

La sonrisa de Taennie se amplió.

—Hmm, prefiero estar abajo de todos modos, pero ya veremos. Sé cuan malo eres para negarme algo.

JaeHyun resopló.

—Sí, aparentemente incluso tu padre lo sabe. Hablando de JaeJoong, me dijo que te dijera que dejes de actuar como una reina del drama y vuelvas a casa.

La sonrisa de Taennie se desvaneció. Hizo una mueca.

—Sólo me dará la lata sobre cumplir mi deber con la familia y casarme con Irene.

—No lo creo —dijo JaeHyun—Creo que no soy el único que aprendió algo mientras estabas lejos.

Los ojos de Taennie se ampliaron. Comenzó a sonreír antes de fruncir el ceño de repente.

—No puedo ir a casa. Has dicho que YangYang ha estado desaparecido por diez días —barrió la mirada alrededor de la habitación, con culpa parpadeando en sus ojos— Estaba demasiado ocupado en sentir lástima por mí mismo como para notar que había estado ausente por tanto tiempo. Que gran amigo que soy.

—Podría estar bien —dijo JaeHyun.

Taennie le lanzó una mirada escéptica.

—Debería haber regresado ya.

JaeHyun suspiró, dejándose caer sobre su espalda.

—Lo sé. Me preocupa, también, pero no asumamos lo peor ¿sí? Creo que YangYang quedó atrapado en cualquier negocio turbio en que su padre esté involucrado. Tal vez los... socios de Liu quieran usar a YangYang para intercambiarlo en algún trato. Podría estar lo suficientemente seguro. JaeJoong me dijo que Liu no parecía demasiado preocupado por el bienestar de su hijo, simplemente molesto por la situación.

—¿Se supone que eso me haga sentir mejor? —dijo Taennie luciendo sorprendido.

—No —dijo JaeHyun con firmeza— Pero no hay nada que tú ni yo podamos hacer para ayudar a YangYang aún si necesitara la ayuda. No conocemos el país o el idioma, ni por dónde empezar a buscarlo. Por no hablar de que tu Visa está por vencerse y, literalmente, no puedes quedarte en Rusia aunque quisieras.

Taennie aún no se veía feliz, pero asintió.

—Lo sé. Creo que papá tiene algunos contactos en el MI6 . Seré de más ayuda para YangYang en casa que aquí. Puedo darles la descripción del hombre con el que fue a encontrarse YangYang.

—Sí —dijo JaeHyun, apartando la mirada para ocultar su alivio. Quizás fuera egoísta, pero no quería que Taennie se quedara aquí y fuera a hacer preguntas que algunas personas podrían encontrar 'demasiado incómodas'. A JaeHyun le agradaba YangYang y estaba verdaderamente preocupado por él, pero la seguridad de Taennie era su prioridad. Siempre lo sería.

—Volaremos a casa esta tarde —dijo JaeHyun— Pero primero vamos a conseguirte algo de comer.

Taennie rodó los ojos con una sonrisa.

—Sí, lo que sea —Se bajó de la cama—Pero primero quiero una ducha —volvió a mirar a JaeHyun y sonrió con timidez, como si no pudiera creer lo que estaba diciendo—¿Vienes? —estiró su mano.

Había algo irreal al respecto.

Si alguien le hubiera dicho medio año atrás, que estaría en un hotel en Rusia, desnudo, con su igualmente desnudo mejor amigo, y que Taennie lo invitaría a unirse a él en la ducha, se habría reído a carcajadas pensando que era un mal chiste. Hace medio año, había creído que Rosé era la indicada para él. Ahora sabía mejor. Siempre hubo una única persona para él. Sólo que él había estado demasiado ciego para poder ver lo que todo el tiempo había estado allí.

Se levantó de la cama, con los ojos fijos sobre Taennie.

—¿JaeHyun? —dijo Taennie, ladeando la cabeza, con los labios entreabiertos. Dios, él era jodidamente hermoso, y era todo de JaeHyun.

—Quiero besarte —dijo JaeHyun, tomando la mano que le ofrecía y tirando de Taennie contra él.

Taennie se sonrojó.

—Yo también quiero besarte.

—Entonces, ¿por qué no estamos besándonos aún?

—No lo sé —dijo Taennie, enlazando sus brazos alrededor del cuello de JaeHyun.

—Debemos rectificar eso —murmuró JaeHyun antes de hacer precisamente eso. Este beso no fue hambriento. Fue lento, exploratorio y sensual. Se sentía bien de una forma que le hacía punzar el estómago con afecto y amor. Giró la cabeza y besó a Taennie más profundamente, con la boca abierta y húmeda, perdiéndose en la sensación, deslizando sus lenguas, Taennie jadeando y gimiendo en su boca, cada pequeño contacto como una confesión: Te amo, Te necesito, Te deseo. Dios. Había amado a Rosé, pero con ella nunca se sintió así. Estar con ella nunca lo hizo sentir tan jodidamente pleno.

Rompieron el beso con suavidad, jadeando un poco y sonriéndose el uno al otro.

—Nunca vamos a sobrellevarlo, sabes —dijo JaeHyun, suspirando—Luego de todos estos años negándolo.

Taennie hizo una mueca.

—Doyoung estará insoportable.

JaeHyun se rió entre dientes.

—Ya lo es —Aunque, para ser justos, Doyoung había tenido toda la razón: Está mal y es raro, sólo por el tiempo que dejes que lo sea.

—Sí, pero —luciendo reflexivo, Taennie se encogió de hombros— Me ayudó a averiguar algunas cosas, así que supongo que debería darle las gracias —miró a JaeHyun a los ojos— Si no fuera por él, ni siquiera te habría contado lo que siento por ti. Probablemente tú todavía estarías con Rosé y yo todavía estaría...

El corazón de JaeHyun se apretó cuando vio el parpadeo de dolor en el rostro de Taennie. Pasó rápido y Taennie sonrió, pero había estado allí. Todavía estaba allí: años de fingir y poner una cara feliz por su bien... los viejos dolores, realmente nunca sanaban.

Acunó el rostro de Taennie en sus manos y apoyó sus frentes juntas.

—Le daremos las gracias, entonces. Vamos a ser muy, muy, agradables con él —Una sonrisa perezosa estiró sus labios— Lo va a confundir como la mierda. Lo enloquecerá. Doyoung se pone desquiciadamente nervioso cuando la gente es amable con él.

Los labios de Taennie temblaron contra los suyos antes de que una carcajada estallara desde su pecho, libre de cargas y feliz.

Sonriendo, JaeHyun lo envolvió en sus brazos y se aferró a él... su mejor amigo, su amante, su otra mitad, su felicidad. Las etiquetas no importaban si todas significaban lo mismo: Taennie.

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MI6: Agencia de inteligencia exterior del Reino Unido (Servicio de Inteligencia Secreto, más conocido como MI6 o SIS).



FIN.




 
 
 

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