𝓈𝓅𝒸 🧸 JaeYong
- mellifluous_AR

- 25 dic 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 4 jul 2022
Sinopsis
Mejores Amigos. Inseparables desde la infancia, uno enamorado del otro, el otro heterosexual y enamorado de una mujer.
Historias como esta no tienen un final feliz; Lee Taeyong lo sabe. Coloca una sonrisa en su rostro, se ríe, bromea, y pretende que está bien mientras JaeHyun besa a su novia frente a él, hasta que ya no puede hacerlo.
Excepto que nada es tan sencillo, y dejarle ir resulta mucho más difícil de lo que uno podría pensar. Algunos lazos son demasiado fuertes para ser rotos, incluso para un hombre heterosexual. Y en ocasiones, el amor y el deseo pueden tener diferentes caras y aristas.
Una historia sobre dos hombres intentando funcionar sin el otro, y fracasando.
🧸 JaeYong
🧸 Saga SP
🧸 #5
PRÓXIMAMENTE

🧸
Orden
#0.5 — C h i c o_H e t e r o s e x u a l (No Adaptado)
#1 — SPR e t o r c i d o (Adaptado)
#2 — SPO b s e s i o n a d o (No Adaptado)
#3 — SPE n f e r m i z o (Adaptado)
#4 — SPE q u i v o c a d o (Adaptado)
#5 — SPC o n f u s o (Adaptado) 🧸
#6 — SPD e s p i a d a d o (Adaptado)
#7 — SPM a l v a d o (En Proceso)
#8 — SPS i n v e r g ü e n z a (Adaptado)
# 9 — SPG a y (Adaptado)
#10 — SPS u c i o (Adaptado)
#11 — SPA r r u i n a d o (Adaptado)
#12 — SPM a n d ó n (Adaptado)
#13 — SPS i n_C o r a z ó n (2022)
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Capítulos
Prólogo
Jung Jaehyun conoció a Lee Taeyong Bocquet cuando ambos tenían ocho años.
Su primer encuentro no fue bueno.
—Te ves como un presuntuoso —dijo Jaehyun al pelirrojo de ropa extraña. ¿Qué clase de idiota usaba ropa tan elegante en el parque?
Los raros ojos azul verdosos del chico raro lo miraban raro, como si Jaehyun fuera el raro.
—Tú te ves pobre —dijo el chico con tono aristocrático, como si ser pobre fuera la peor clase de insulto.
Jaehyun se sonrojó. Su familia era pobre, y Jaehyun tenía suficiente edad para saber que ser pobre apestaba, pero no tenía suficiente edad como para no avergonzarse por ello. Así fue como Jaehyun se encontró enrojeciendo y tirando al otro niño al suelo. En su defensa, él tenía ocho años.
Es correcto decir que la ropa de lujo del chico ya no se veía muy elegante después de los quince minutos que pasaron rodando en el barro, pateando y gritando.
Finalmente, se cansaron y quedaron tirados en el barro, jadeando para conseguir aire y mirándose.
El pomposo pelirrojo tenía barro en la nariz y Jaehyun rió. El chico lo miró furioso.
—¿Qué?
—Ahora pareces un chico normal —dijo Jaehyun sonriendo—Aunque pelees como una chica.
El niño le tiró una patada y se sentó. Miró a Jaehyun por sobre su nariz fangosa y dijo:
—Los Bocquet han servido y luchado por el reino de Inglaterra desde el siglo XVI. Debes saber que aprendí esgrima a la edad de cinco años.
Jaehyun parpadeó y se incorporó.
—¿Esgrima? Noticias de último momento: no estamos en el siglo XVI.
El niño abrió y cerró la boca. E hizo una mueca. Jaehyun se rió de nuevo.
El presuntuoso pelirrojo lo miró peor, su labio inferior temblando sospechosamente. Jaehyun empezó a sentirse mal. Su hermano mayor le echaría un discurso si se enteraba de que Jaehyun había reducido a un niño al llanto.
Suspirando, Jaehyun estiró su mano y dijo:
—Soy Jaehyun.
El chico dudó antes de apretar la mano de Jaehyun.
—Lee Taeyong Bocquet, Vizconde de Richmond.
Jaehyun arrugó la nariz.
—Taennie, entonces. ¿O prefieres Bubu?
El chico le dirigió una mirada escandalizada.
—Es Taeyong. Mi padre dice que sólo los plebeyos tienen apodos.
Jaehyun se echó a reír.
—Eres tan raro, Taennie.
—¡Es Taeyong!
Fue el comienzo de una hermosa amistad.
Jaehyun no sabría aún, que sería también el comienzo de la relación más confusa de su vida.
Vizconde: es un título honorífico. Refiere a uno de los títulos no biliarios con los que la monarquía reconoce a ciertas personas. Se encuentra inmediatamente por de bajo de la posición de un Conde.
Richmond: es un distrito residencial que bordea el río Támesis, Inglaterra.
Capítulo 1
Era tan guapo.
Kim Yeri miró al tipo por el rabillo del ojo mientras limpiaba la mesa, a unas pocas mesas de distancia de la que ocupaba él. Dios, si tenía novia —y todos los apuestos siempre tenían novias— sería una chica afortunada. Yeri no pudo evitar mirarlo, mientras que el tipo sonreía ampliamente y comentaba algo a quienquiera que estuviera al teléfono. Tenía una sonrisa tan hermosa, toda hoyuelos y blancos dientes, la sonrisa añadía calor a sus ojos azules (¿O quizás verdes?). Tenía que estar al principio de la veintena, cercano a su edad. Tenía el pelo rojo, peinado cuidadosamente diseñado y un rostro muy atractivo, pero sin ser intimidantemente guapo… el tipo de rostro al que querrías mirar y sonreírle. Su altura era perfecta para ella también: alto, pero no demasiado alto. Estaba en forma y tonificado pero no demasiado musculoso. Simplemente perfecto.
Yeri suspiró soñadoramente.
Tras suyo, alguien resopló, y ella volteó. Lisa, otra camarera, estaba sonriendo.
—Hermoso, ¿verdad? Pero está muy lejos de nuestra liga.
—Si no lo intentas, nunca lo sabrás —dijo Yeri encogiéndose de hombros. Puede que no pareciera una modelo, pero sabía que a los hombres les gustaba.
—¿No lo reconoces? —dijo Lisa, arqueando las cejas— Sé que eres nueva por aquí, pero... no es un Joe cualquiera. Es uno de los solteros más deseados del país.
Yeri miró a la chica con curiosidad.
—¿De Verdad? ¿Quién es él?
—Lee Taeyong, el único hijo y heredero del Conde de Nottingham —dijo Lisa.
Oh.
Yeri habitualmente no sabía mucho sobre la aristocracia, además de la familia real, pero incluso ella sabía quién era Lord Nottingham. Era uno de los pocos Lores Británicos que seguían siendo obscenamente ricos y políticamente influyentes. La sangre de su familia podría ser más azul que la de la reina.
Yeri miró hacia el hermoso Taeyong.
—¿Tiene novia?
—No una novia —dijo Lisa— una prometida. Ha estado comprometido con Lady Irene Armstrong desde su nacimiento.
Yeri rió entre dientes.
—¿De verdad? ¿La gente sigue haciendo eso?
—Definitivamente los ricos todavía lo hacen. Yeri sacudió la cabeza.
—Es una locura. No estamos en la Edad Media.
—Díselo al Conde de Nottingham. Aparentemente, él está muy ansioso por ese matrimonio. Los Armstrong prácticamente son dueños de la mitad de Europa y, al parecer, nunca puedes ser lo suficientemente rico. Pero supongo que los Lee Bocquet no serían aún tan destacados si no se aseguraran de mantener y aumentar su poder y riqueza.
—¿Cómo sabes todo eso? —preguntó Yeri, mirando a Taeyong de nuevo. Había dejado de hablar por teléfono y empezado a comer su almuerzo, mirando la entrada expectantemente de vez en cuando. Dios, realmente era súper lindo. Había una calidez en él que le daba un aire somnoliento y suave y toda clase de cosas adorables. Yeri se sintió tonta pensando de esa forma en un tipo, pero la palabra encajaba. Taeyong era adorable.
—Es un cliente regular aquí —respondió Lisa— No pude evitar oír algunas cosas cuando hablaba con su amigo. Hablando de JaeHyun —Ella asintió hacia la entrada con una sonrisa torcida y suspiró.
Yeri volteó la cabeza y dijo:
—Oh.
Porque el tipo que acababa de entrar al restaurante sería fácilmente el hombre más caliente que había visto nunca.
Tenía más de cinco pies de altura, con un cuerpo firmemente musculoso y amplios hombros. Tenía rebelde cabello chocolate, una mandíbula fuerte con barba de unas pocas horas, y profundos ojos verdes que eran totalmente pecaminosos. Yeri nunca pensó que los ojos pudieran ser sexys, pero los de este tipo lo eran.
Si Taeyong la hacía pensar en hacer el amor largo y lento y en sábanas suaves, su amigo la hizo pensar en sexo duro y sucio.
—Lo sé, ¿verdad?— Lisa dijo con otro suspiro.
—Dime que es soltero —dijo Yeri, siguiendo a JaeHyun con los ojos mientras iba hacia la mesa de Taeyong. Se movía como un gato grande.
Lisa se echóa reír.
—Los más calientes siempre están tomados, cariño. Así que olvídate de ellos. Sí, son sexys, pero no están disponibles.
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Lee Taeyong miró a su mejor amigo desde hace catorce años caminar hacia él, al igual que el resto de los clientes del tranquilo restaurante. Sonrió tristemente. JaeHyun tendía a causar ese efecto en la gente.
—No puedo creer que hayas ordenado sin mí —dijo JaeHyun, dejándose caer en el asiento a su lado— Que grosero, ¿dónde están tus modales, Lord Richmond?
Riendo, Taeyong volvió su atención hacia su pasta.
—Supongo que estar contigo eventualmente iba a terminar influenciándome. Papá siempre me lo ha advertido. Debería haber escuchado su consejo.
—Tu padre me odia —dijo JaeHyun, cogiendo un tenedor, apuñalando la pasta de Taeyong y llevándolo a su boca.
—Lidia con ello —dijo Taeyong, con sarcasmo. Cuando JaeHyun sonrió descaradamente, Taeyong soltó un largo suspiro. JaeHyun era imposible— Ordené para ti también ¿Podrías esperar unos minutos más?
—Podría —dijo JaeHyun con la misma sonrisa enloquecedora y perezosa— Pero el tuyo siempre sabe mejor.
Resoplando, Taeyong apartó la mirada y retomó su comida. No iba a preguntarle a JaeHyun por qué había llegado tarde. No lo haría.
—Lamento llegar tarde —dijo JaeHyun, como si leyera sus pensamientos— Rosé me pidió que la dejara en la oficina de su papá por aquí. Nos distrajimos en el camino.
Taeyong no necesitaba mirarlo para saber que estaba sonriendo.
—Estoy comiendo —dijo— Por favor, ahórrame los detalles sórdidos.
JaeHyun rió, golpeando sus rodillas bajo la mesa.
—Mojigato.
—Los caballeros no besan y cuentan ¿Has oído hablar de eso?
—Sólo te lo cuento a ti y tú no cuentas. Y nunca he dicho que fuera un caballero. No todos conocemos los nombres de nuestros antepasados muertos hasta treinta generaciones para atrás.
Taeyong suspiró.
—Nunca me dejarás superar eso ¿cierto?
JaeHyun se echó a reír.
—No. Porque tu vida es ridícula. Era algo así.
Taeyong sonrió débilmente y miró alrededor del restaurante.
—Esas camareras te están mirando —Siempre lo hacían. JaeHyun levantó la vista.
—La pelirroja es bastante linda —dijo— Hace unos meses de seguro habría golpeado allí.
Taeyong alcanzó su té y tomó un trago largo. Su garganta se sentía seca. Tomó otro trago.
—¿Entonces, vas en serio con Rosé? —dijo casualmente, bajando el vaso. Desde que JaeHyun conoció a Rosé hace unos meses, se había centrado por completo en ella. Taeyong nunca lo había visto tan embelesado antes. JaeHyun siempre había sido del tipo de "fóllalas y déjalas"... hasta Rosé.
—Sí —dijo JaeHyun, su voz suavizándose— Ella es... creo que ella es el trato serio, Taennie.
Taeyong abrió la boca y la cerró. Sonrió, buscando palabras. Las palabras correctas.
Afortunadamente, la camarera trajo la pasta de JaeHyun, dándole unos preciosos momentos para encontrarlas.
—Entonces, ¿cuándo es la boda? —dijo.
JaeHyun rió, golpeando de nuevo sus rodillas.
—¿Vas a ser mi padrino?
Taeyong sonrió más ampliamente. Sus mejillas comenzando a dolerle.
—Sólo si eres el mío.
La sonrisa de JaeHyun se desvaneció, sus ojos verdes se volvieron intensos y severos.
—No estás pensando seriamente en eso ¿verdad? ¿Casarte con la chica con la que tu papá quiere?
Taeyong se encogió de hombros, mirando hacia otro lado.
—Taennie.
Dios, odiaba que JaeHyun lo llamara así. Nadie sino JaeHyun lo hacía. Algunos amigos de Taeyong trataron de llamarlo Jim, pero nunca se quedó. El apodo de niñez que JaeHyun le había dado sonaba aún más ridículo ahora que ambos eran adultos, sin embargo JaeHyun seguía llamándolo así, pese a saber que Taeyong lo odiaba. Sí, lo odiaba. Sólo que JaeHyun no sabía el verdadero motivo.
—Taennie —dijo JaeHyun de nuevo, sin tener ni idea de que estaba destrozando las entrañas de Taeyong.
—¿Qué? —dijo Taeyong, tratando de recuperarse. Nunca era fácil, pero algunos días eran más difíciles. Algunos días se preguntaba cuál era el propósito de todo esto. Mentir y fingir nunca le resultó natural. Mentir a JaeHyun era casi imposible. Menos mal que tenía mucha práctica.
JaeHyun llevo una mano alrededor de su cuello. Taeyong respiró con cuidado. El pulgar de JaeHyun presionó su cuello, una orden silenciosa para que lo mirara. Siempre había sido así, incluso cuando eran niños: JaeHyun siempre había sido el que empujaba, el de opiniones fuertes, el líder en todos sus juegos, en todas sus travesuras.
JaeHyun había sido el rey, el general, el villano, el héroe galante o el dragón, mientras que Taeyong era su leal compañero. De niño, a Taeyong no le había importado. Como un chico de veintidós años, se resentía, porque los viejos hábitos difícilmente morían y todavía no había encontrado la forma de dejar de seguir a JaeHyun alrededor como si fuera un crecido cachorro, ansioso, hambriento por una palmadita en la cabeza. Había una razón por la cual a su padre le disgustaba tanto JaeHyun, y no era la procedencia de clase media de JaeHyun. Papá odiaba que alguien más tuviera una mayor influencia sobre su hijo.
—Taennie —La presión del pulgar de JaeHyun aumentó ligeramente.
Suspirando, Taeyong cedió y miró a su amigo. Un surco arrugó la frente de JaeHyun.
—¿Ha estado presionándote otra vez?
Taeyong casi se echó a reír. JaeHyun no sabía ni la mitad. Su padre siempre lo presionaba, pero JaeHyun no necesitaba saber eso. JaeHyun sólo se enojaría, se pelearían por ello, luego, inevitablemente, se arreglarían pasados unos días, porque eran terribles para funcionar sin el otro; Siempre lo habían sido.
—JaeJoong no tiene derecho de pedirte esto —dijo JaeHyun, con una mirada dura— Es tu padre, no tu dueño. Toda esa cosa del compromiso es jodidamente arcaica y ridícula.
Taeyong sacudió la cabeza con una sonrisa suave. JaeHyun no lo entendía. Nunca lo hizo, sin importar cuántas veces Taeyong había intentado explicárselo. Era una de esas pocas cosas que ellos no comprendían sobre la vida del otro. Taeyong supuso que no era tan sorprendente, considerando lo diferente que eran sus contextos y educación. JaeHyun tenía cinco hermanos —cuatro hermanos y una hermana— y Taeyong todavía recordaba la extraña que le pareció la familia de JaeHyun, cuando JaeHyun lo había llevado a su casa por primera vez hace tantos años. Había sido un choque cultural. De niño, Taeyong había vivido en grandes mansiones toda su vida, el único heredero de una enorme fortuna, mimado y consentido por todos a su alrededor.
Por el contrario, los chicos Jung habían vivido en un pequeño piso y no había habido suficiente dinero para malcriar a ninguno de ellos. No ayudaba que el padre de JaeHyun hubiera muerto poco antes de que Taeyong conociera a JaeHyun, y que la salud de la madre de JaeHyun no fuera buena.
Toda la familia había dependido básicamente del hermano mayor de JaeHyun, que se había convertido en el jefe de facto de la familia a la edad de dieciséis años. Taeyong sabía que Taeil había dado su mejor esfuerzo, trabajando horas extras para asegurarse de que sus hermanos menores no necesitaran nada. Mayormente lo había conseguido, pero durante años, las cosas habían sido difíciles para los Jungs, y todos ellos habían crecido rápido —porque tenían que hacerlo. Taeyong todavía recordaba lo embarazoso y avergonzado que se sintió por tenerlo tan fácil cuando vio la casa de JaeHyun por primera vez.
Pero el dinero no podía comprarlo todo. Taeyong habría dado cualquier cosa por tener una familia tan bulliciosa y unida como JaeHyun. Taeyong amaba a los Jungs. A estas alturas eran una segunda familia para él. A veces se sentía más cómodo con la familia de JaeHyun que con la suya.
No era queno amara a su propia familia. Lo hacía. Estaba agradecido por lo que tenía. Sufamilia podría no ser tan cálida y unida como los Jungs, pero sus padres loamaban, él lo sabía.
Ellos no eran el problema, el apellido lo era —o mejor dicho, lo que significaba ser un Bocquet. Los Lee Bocquet eran una de las familias nobles más antiguas de Gran Bretaña. Los reyes murieron, las guerras se libraron, los sistemas políticos cambiaron, pero los Bocquet permanecieron, invariables y orgullosos, ricos e influyentes, cercanos consejeros de primeros ministros y de la Familia Real. Estaban de hecho emparentados con la Familia Real —su padre era el undécimo en la línea de sucesión. Quien no nació como un Bocquet, no podía entender lo que significaba. Ni siquiera JaeHyun, quien era tan cercano a él como podría serlo un gemelo. Tal vez, especialmente JaeHyun.
—Papá no está obligándome a nada —dijo Taeyong— No es tan malo como crees.
El gesto en la cara de JaeHyun permaneció duro y sin expresión.
—Claro —dijo— Sólo te ha llenado con esa mierda del deber familiar desde que eras un niño.
—Me gusta Irene —dijo Taeyong— No era una mentira. No le gustaba menos que cualquier otra chica. Taeyong sonrió— Y ella no actúa estúpidamente a tu alrededor, lo cual es bueno para variar. No sé qué ven todos en tu fea cara.
JaeHyun debía sonreír y caer de nuevo en su habitual humor fácil.
Pero JaeHyun no lo hizo. Su expresión no cambió.
—Te mereces más que un matrimonio arreglado con una chica que "te gusta".
—El matrimonio de mis padres también fue arreglado por mis abuelos.
JaeHyun se rió entre dientes.
—No llamaría al matrimonio de tus padres precisamente feliz.
Taeyong lo fulminó con la mirada. Los ojos de JaeHyun se suavizaron.
—Lo siento —dijo, apretando ligeramente la nuca de
Taeyong— Fue un golpe bajo.
Taeyong bajó la mirada a la mesa.
—Solían ser felices —Bueno, tal vez eso era exagerar— Recuerdo al menos que se llevaban bien cuando era un niño. Pero entonces sucedió algo. No sé qué. Pero mi punto es, que el matrimonio arreglado no es el motivo de que sean así ahora. Me gusta Irene lo suficiente. ¿No te gusta a ti?
Haciendo un ruido frustrado, JaeHyun abrazó el cuello de Taeyong, otra orden silenciosa para mirarlo, y Taeyong lo hizo.
JaeHyun dijo:
—Sabes que odio que JaeJoong te esté presionando con esto. No es asunto suyo con quién y cuándo te cases. Pero es seguro como el infierno que tampoco necesitas mi aprobación. No tiene que importarte un carajo nada de esto, a menos que la quieras. La opinión de Arturo no importa, pero tampoco la mía, tonto.
—Por supuesto que tu opinión importa —dijo Taeyong riendo— Sería incómodo si la odiaras, porque estarás alrededor constantemente —Odió la forma en que la última parte de la frase sonó más como una pregunta que una afirmación. JaeHyun, que lo conocía mejor que nadie, no se lo perdió, por supuesto.
La mirada de JaeHyun se estrechó. Mierda. Flojo. Se estaba poniendo flojo.
—Taennie...
—¡Aquí están ustedes dos! —una voz familiar interrumpió lo que JaeHyun diría.
En parte aliviado y en parte molesto por la interrupción—intrusión, su voz interior no pudo dejar de susurrar— Taeyong volteó hacia la novia de JaeHyun. JaeHyun soltó su cuello.
Rosé estaba sonriendo mientras tomaba asiento al otro lado de JaeHyun. Ella realmente era una chica encantadora: pelirroja, piel suave y bastante tranquila —no del tipo tras el cual JaeHyun solía ir.
—Hola, nene —dijo inclinándose para besar la comisura de la boca de JaeHyun— ¿Me extrañaste?
—Te dejé hace media hora —dijo JaeHyun, pero la estaba acercando para besarla apropiadamente. Estaban en un lugar público, pero eso nunca detuvo a JaeHyun.
Taeyong envolvió sus manos alrededor de su vaso de té y miró fijamente la superficie oscura del líquido.
—Papá no estaba —explicó Rosé luego de once segundos, sonando un poco falta de aliento— Así que pensé en unirme a ustedes. No te molesta, Taeyong, ¿verdad? Odiaría ser el tipo de novia que no deja que su novio pase tiempo con sus amigos.
Taeyong sonrió cortésmente, todavía mirando su té. Ya estaba frío. Tal vez debería conseguir otro.
—No, no me importa —Como si pudiera decir algo más. Miró a la pareja. Rosé estaba acurrucada contra JaeHyun, la cabeza sobre su hombro, su delgada mano sobre su pecho.
Taeyong sonrió de nuevo y se levantó.
—Me estaba yendo de todos modos.
JaeHyun apartó los ojos de su novia el tiempo suficiente para fruncir el ceño.
—¿Te vas ya? Pero si acabo de llegar.
—Mi horario de almuerzo casi termina —dijo Taeyong. Porque conduje cuarenta jodidos minutos para encontrarme a almorzar contigo. Y llegaste tarde, porque enredarte con ella era más importante para ti, y ahora ella está alejándote de nuevo. Se mordió la lengua, odiando esa amargura que no podía evitar sentir. No era así. No lo era.
—Es una pena —dijo Rosé, viendo a JaeHyun con corazoncitos en los ojos.
Pero JaeHyun estaba mirando a Taeyong, la amargura reflejada en su boca.
—No creas que nuestra conversación ha terminado.
Taeyong puso los ojos en blanco con una sonrisa y suspiró.
—Déjalo ir, amigo. En serio, eres como un perro con un hueso. No es un rasgo de personalidad atractivo. Rosé, díselo.
—Taeyong tiene razón —dijo, tomando la mano de JaeHyun— A veces puedes ser demasiado insistente. Si alguien no quiere hablar de algo, debes respetarlo.
—Lo respeto —dijo JaeHyun— Pero Taennie no es alguien cualquiera.
—Taennie está retrasado para volver al trabajo —dijo Taeyong, poniendo un billete de cincuenta libras sobre la mesa— Y Taennie realmente no puede llegar tarde.
—¿No trabajas para una empresa de tu familia? — preguntó Rosé.
Una risa frágil dejó sus labios.
—Por eso es que no puedo llegar tarde. Los veo más tarde, chicos —encaró enérgicamente hacia la puerta, esperando que JaeHyun lo dejara en paz.
Pero por supuesto que no lo hizo. JaeHyun lo alcanzó fuera, antes de que Taeyong pudiera llegar a su auto.
—¡Taennie!
Suprimiendo un suspiro, Taeyong puso una expresión neutral y se volteó hacia JaeHyun.
—Realmente estoy retrasado...
—Escúchame, estúpido —dijo JaeHyun, con una mirada oscura y dura— No estoy seguro de lo que está pasando por tu cabeza últimamente, pero no hagas nada estúpido, ¿de acuerdo? No aceptes los planes de JaeJoong sólo porque crees que tienes que hacerlo —JaeHyun levantó sus manos para acunar el rostro de Taeyong. Taennie se quedó quieto, con el corazón martilleando mientras que JaeHyun lo miraba intensamente a los ojos— Te mereces más. Mereces casarte con alguien que te vuelva loco. Alguien que te ame por ser tú. No por tu dinero ni por tu apellido, sino porque eres la mejor persona que conozco —JaeHyun le sonrió torpemente— Estar enamorado es jodidamente genial, de hecho. Mereces encontrar a tu Rosé.
Taennie se preguntó si realmente le dolería más si JaeHyun le metiera un cuchillo en el estómago y lo retorciera lentamente. Creía que sonreía. Esperaba que estuviera sonriendo. Su rostro le dolía, así que debería hacerlo.
Dijo:
—Claro que lo haré. Nos vemos más tarde, amigo —Se sorprendió por lo absolutamente normal que sonó su voz.
Sonrió de nuevo y se giró. Se dirigió hacia su coche. Entró.
Cerró la puerta.
Puso las manos en el volante.
Su gargantatrabajó cuando intentó tragarse el doloroso nudo en su garganta. No lo logró.Un sonido terrible y estrangulado escapó de su garganta. Su pecho comenzó apesarle. Presionó las manos en sus ojos y aspiró, y exhaló.
Cinco pies: JaeHyun mide 1.8 m.
Hermano mayor: de JaeHyun, Taeil, sería el protagonista del cuarto libro de la serie: Sxlx un pxcx Equivxcadx. (La pareja entre un Fisioterapeuta muy famoso con un Futbolista importante).
De facto: es una expresión que refiere a "de hecho" es decir que es así y no de otra forma, y se opone <antagoniza> con cualquier determinante democrática. Por ello, sesuele hablar de "gobiernos de facto" para referirnos a dictaturas. En este casono se refiere a ello completamente, aunque algo hay en el telón de fondo por la falta de opciones de la familia y la arbitrariedad <y falta de alternativas> entoda la situación familiar de los Jungs.
Capítulo 2
Taeyong no estaba seguro de cuándo había empezado exactamente —cuando se había enamorado de su mejor amigo.
No podía recordar que no lo amara. Incluso cuando eran niños, había sufrido un severo caso de amor—de— cachorro—faldero: JaeHyun era el primer amigo real que había hecho por su cuenta, el único que no estaba impresionado por la familia de Taeyong y le gustaba por si mismo, Taeyong. JaeHyun era todo lo que él no era: audaz e insistente, imprudente y decidido. Pero a medida que pasaron los años y crecieron, el amor—de—cachorro—faldero de Taeyong se convirtió en algo más. Algo que no estaba destinado a ser.
Sus primeros años de adolescencia habían sido confusos como el infierno, porque no podía entender que era lo que deseaba de JaeHyun cada vez que lo tocaba. Por entonces todavía pensaba que su amor por JaeHyun era fraternal, pero volverse estúpido cada vez que JaeHyun pasaba un brazo alrededor de sus hombros y lo acercaba, no era algo que un hermano sentiría. Un hermano no se masturbaría pensando en la boca y las manos de JaeHyun en él. Un hermano no se sentiría enfermo de amor cuando JaeHyun le sonreía. Había sido embarazoso. Había sido mortificante. Había sido horrible, porque sabía que JaeHyun no se sentía de la misma forma. El afecto de JaeHyun por él era simple, amistoso y fraternal. Incluso a los trece, JaeHyun ya tenía novia.
JaeHyun era recto como una flecha. Si JaeHyun descubriera lo que Taeyong deseaba, probablemente se sentiría raro e incómodo.
A los trece, Taeyong todavía esperaba que esos sentimientos e impulsos inapropiados se le pasaran en unos meses.
A los veintidós, ya no le quedaban más esperanzas.
Había creído que lo estaba llevando lo suficientemente bien. Sin embargo, al ver a JaeHyun con Rosé, verlo cómo la miraba, martilló el último clavo en el ataúd de sus estúpidas e irracionales esperanzas. JaeHyun la amaba.
Incluso si JaeHyun no se enamoraba de ella, nunca querría a Taeyong de esa forma. JaeHyun nunca le correspondería su amor. Por muy arraigado que estuviera este amor, era unilateral y siempre lo sería. Necesitaba aceptarlo y tratar de superarlo. No todo amor era correspondido; Esa era la cruel realidad.
El teléfono zumbó en su bolsillo, haciéndolo estremecerse.
Taeyong lo sacó.
Tenía un mensaje nuevo de JaeHyun.
"Lo lamento por Rosé. Quería pasar el rato solo contigo. Ha pasado mucho tiempo."
Lo había pasado. Desde que se graduaron y consiguieron empleos de jornada completa, desde que Rosé entró en la vida de JaeHyun, el tiempo que pasaban juntos había ido disminuyendo rápidamente. Eso lo asustó.
¿Se estaban distanciando?
Parte de él le dijo que era algo bueno. Si dejaran de vivir en los bolsillos del otro, sería más fácil para él seguir adelante.
Excepto... excepto que no quería seguir adelante. No sabía qué clase de persona sería sin JaeHyun. Estaba jodido, pero era la verdad. Este amor, por desesperante y doloroso que fuera, había sido parte suya por demasiado tiempo. Era parte de lo que lo hacía ser Lee Taeyong. Taennie no sabía quién sería sin él.
"Veámonos mañana", le contestó el mensaje.
Recibió una respuesta casi instantáneamente, lo que le hizo sonreír. Sí, era así de patético.
"Estaré en la casa. El clima sigue siendo bueno. Trae tu traje de baño. Podemos pasar el rato en la piscina."
La casa a la que JaeHyun se refería era su casa familiar, o mejor dicho, la casa de su hermano mayor.
JaeHyun se había mudado de allí hace unos años y había conseguido un sitio propio, pero como el trabajo de JaeHyun quedaba cerca de la casa de Taeil, vivía la mitad del tiempo en lo de Taeil por conveniencia.
A Taeyong no le importaba pasar el rato allí —había estado allí cientos de veces a lo largo de los años y le gustaba Taeil.
"O puedes usar el mío," JaeHyun envió antes de que pudiera responderle.
"Eres asqueroso", Taeyong respondió.
"Me amas", JaeHyun le contestó.
Taeyong cerró los ojos mientras que la familiar sensación agridulce llenaba su pecho.
—Te amo —susurró, porque a veces el impulso de decirlo se hacía demasiado fuerte. A veces necesitaba decirlo, aunque no hubiera nadie para escucharlo.
Incluso si no hubiera nadie para decírselo a él.
Recto como una flecha: La autora usa el término "straight" que en inglés significatanto recto/derecho (de ahí la metáfora de la flecha) como heterosexual. En lafrase se refiere a los 2 significados.
Capítulo 3
A Taeyong le encantaba ver parejas felices. Era agradable ver que los finales felices sí existían. Pero ver al hermano mayor de JaeHyun besando a su novio en la tumbona junto a la piscina, también lo hizo sentir increíblemente envidioso y dolorosamente consciente del cuerpo alto y fuerte de JaeHyun a pocos metros, tirado a un lado de la piscina perezosamente. JaeHyun estaba completamente relajado, con la cabeza tirada hacia atrás y los ojos cerrados mientras que el sol acariciaba su suave y reluciente piel.
—De acuerdo, esto sigue siendo raro —dijo JaeHyun, abriendo los ojos y mirando a Taeil y a Doyoung.
—¿Por qué? —preguntó Taeyong— Tienes un hermano que ha estado fuera y orgulloso por años.
—No es eso —dijo JaeHyun— Sabes que no me puede importar menos en donde metan sus pollas mis hermanos — JaeHyun se encogió de hombros, mirando de nuevo a la pareja y sonriendo— Todavía es extraño ver a Taeil tan... vulnerable. Nunca fue así con Donna. Siempre fue tan racional con ella, y ahora míralo.
Mientras lo miraban, Taeil besó a su novio más profundamente, su mano deslizándose en el traje de baño de Doyoung para ahuecar su trasero.
—Eh —dijo Taeyong, su rostro calentándose. JaeHyun aulló:
—¡Mis virginales ojos!
Rompiendo el beso, Doyoung fulminó con la mirada a JaeHyun. No parecía muy convincente, teniendo en cuenta lo sonrojado y dichoso que se veía.
— Piérdete, JaeHyun. Y llévate a tu oxigenada sombra contigo.
—Ya te lo dije: soy pelirrojo natural —dijo Taeyong con un suspiro. No tenía idea de por qué al novio de Taeil le desagradaba tanto (Nota abajo).
—Lo es —dijo JaeHyun, pasando un brazo alrededor de Taeyong— Vamos, Taennie, pruébaselo al niño de Taeil — enganchó un dedo en la cinturilla de los shorts de Taennie— Quítatelos, muéstrale.
—Eres tan gay —dijo Doyoung— Y no soy el niño de Taeil.
—Lo dice el tipo que gime el nombre de mi hermano todas las jodidas noches —JaeHyun sonrió y dijo con un horrible falsete— Oh sí, Taeil, más duro...
Doyoung agarró un Red Bull y se lo arrojó a la cabeza. JaeHyun se agachó.
—¡No sueno así! —dijo Doyoung. Taeil se reía.
—Lo haces un poquito.
—Te odio —gruñó Doyoung antes de mirar a JaeHyun—Incluso si lo hago, ustedes dos son todavía más gays.
JaeHyun no parecía impresionado, todo rastro de diversión dejó su cara. Él suspiró.
—Está bien, es divertido y todo eso, pero se está pasando de moda. Hay una cosa así llamada amistad, ya sabes. Quiero decir, amo a este tipo por algún motivo — sonrió cuando Taeyong le dio un codazo— Pero incluso pensar en él de esa forma me asquea. Sería algo así como follarse a un hermano.
Taeyong forzó una sonrisa débil.
—Síp. Como follarse a un gemelo. Asqueroso. Quiero decir, ¿lo has visto desnudo? —Su voz sonó bien. Alegre y juguetona. Y probablemente nadie pudiera notar que se sintió como si alguien le hubiese empujado un puño por la garganta y apretara su corazón con fuerza. Hermano.
Hermano.
JaeHyun sonrió y plantó un beso fuerte y desagradablemente húmedo en la mejilla de Taennie.
—Soy sexy y tú lo sabes, cariño.
A veces jodidamente odiaba a JaeHyun.
Taennie creyó que rodó los ojos y puso un rostro convenientemente disgustado, pero no estaba seguro. Su cara se sentía de madera. Como un juguete roto.
—¿Igual que follarse a un gemelo? —dijo Doyoung, moviendo las cejas— ¿Nunca han oído hablar de twincest?
—Eres una persona horrible —dijo JaeHyun viéndose molesto.
—Sí —Taeyong se las arregló para decir luego de un momento. Por una jodida componte un poco, Lee.
—Lo es —dijo Taeil con una carcajada.
Doyoung le dio un codazo en las costillas y Taeil sonrió.
—Pero es mi persona horrible —dijo Taeil, dejando caer un beso en la cabeza de Doyoung.
Doyoung escondió su rostro contra el hombro de Taeil.
—Te estás poniendo tonto —dijo, con las puntas de sus orejas enrojecidas.
Taeyong sonrió. Bromeó a Doyoung por sonrojarse. Se rió. Molestó a Doyoung por ser tan dulce con Taeil. Hizo y dijo todo lo esperado. Las cosas que JaeHyun esperaba que hiciera. Pero todo se sintió distante, como si alguna otra persona estuviera hablando, sonriendo, riendo.
Como un hermano... pensar en él de esa forma me asquea.
Se sentía enfermo. Tal vez estuviera enfermo.
—Está bien —dijo Taeil de repente, con un toque acerado en la voz. Su brazo alrededor de Doyoung se tensó— Déjenlo en paz.
JaeHyun intercambió una mirada con Taeyong e hizo un gesto con la cabeza. Nadaron al otro extremo de la piscina.
—Un hombre extraño —comentó Taeyong en voz baja, sin mirar hacia JaeHyun. Sus nervios todavía se sentían deshechos, una hueca sensación familiar extendiéndose en su pecho. Sabía que debía seguir hablando, debía distraer a JaeHyun, porque de lo contrario JaeHyun notaría que algo estaba fuera de lugar. Siempre lo hacía. Siempre habían estado en sintonía el uno con el otro.
JaeHyun se apoyó contra un lateral de la piscina.
—Hace feliz a Taeil —dijo con un encogimiento de hombros—así que supongo que Doyoung está bien. En realidad, creo que...
—Soy gay —dijo Taeyong. Silencio.
No se atrevió a mirar a JaeHyun.
—¿Qué?
TaeYong se encogió de hombros, envolviendo sus brazos alrededor de su pecho.
—Soy gay —repitió más tranquilo.
Tomó aire mientras que el familiar peso y presión de la mano de JaeHyun apareció en su cuello. A regañadientes, Taeyong volvió la cabeza para encontrar la mirada de su amigo.
JaeHyun lo miraba fijamente, sus negras cejas fruncidas y su mandíbula tensa.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿No confías en mí?
—Por supuesto que sí —Taeyong dijo desviando la mirada.
JaeHyun tomó su barbilla entre sus dedos y la inclinó hacia arriba. Taeyong no era bajo para ningún parámetro, pero los tres centímetros que JaeHyun le sacaba lo obligaron a mirar un poco hacia arriba.
—Taennie —dijo JaeHyun, logrando sonar suave y enojado a la vez— ¿De verdad creías que me importaría? No me importa una mierda, idiota.
Taeyong logró una débil sonrisa. Dios, ¿por qué dolía tanto después de todos estos años? Sabía que a JaeHyun no le importaría, pero mientras que JaeHyun no lo dijera explícitamente, podía tener una esperanza inútil y ridícula de que JaeHyun lo hiciera. Bueno, ahora no podía. Ya no.
—Sólo es algo que la gente no sabe de mí —dijo Taeyong.
—No pensé que yo fuera la gente —JaeHyun dijo bruscamente, con un borde posesivo en su voz.
Taeyong le dirigió una mirada inexpresiva, con una sonrisa cada vez más genuina.
—Ya hemos hablado de esto, nene. No soy tu hermanito menor y no tienes que saber todo sobre mí —JaeHyun siempre había sido así: demasiado sobreprotector y posesivo desde que eran niños. Como un hermano mayor, incluso cuando JaeHyun era sólo un mes mayor que él. Nunca lo había superado.
Taennie no podía negar que a una parte de él le agradaba la intensidad del cariño de JaeHyun, pero mayormente sólo lo hacía sentir incómodo como el infierno, porque ese afecto era demasiado fraternal. Le hacía sentir como un enfermo pervertido por desear chupar la polla de JaeHyun mientras que JaeHyun pensaba en él como un hermano.
JaeHyun resopló.
—Es una cosa bastante importante, ¿no crees?
—En realidad, no —dijo Taeyong con calma— Mi sexualidad no me define.
La expresión de JaeHyun seguía siendo de piedra.
—Un carajo. Si de verdad pensabas eso, deberías haber dicho algo cada vez que intenté conectarte con alguna tía — Un brillo curioso surgió en su mirada.
—¿Por qué ahora? ¿Por qué me lo estás diciendo ahora?
Taeyong abrió la boca y luego la cerró. Se quedó mirando a JaeHyun, atrapado en su mandíbula fuerte y rostro clásicamente hermoso, sus intensos ojos verde esmeralda y su rebelde cabello chocolate, el par de labios firmes, sus amplios hombros brillantes con gotas de agua. Deseaba tanto inclinarse, para ocultar su rostro en el hueco del cuello de JaeHyun y confesarlo todo. Estaba cansado. Estaba tan malditamente cansado.
Pero por supuesto que no podría hacerlo. Eso acabaría volviendo incómoda su relación. Su amistad era demasiado antigua y profunda como para romperse por algo así, pero eso no significaba que no pudiera arruinarse ante la incomodidad de un amor no correspondido.
No; no podía decirle nada JaeHyun. JaeHyun era feliz con su novia. No sería justo para él cargarlo con esto.
Sólo había una cosa que podía hacer: realmente debía intentar seguir adelante. Debía salir y conocer gente. Enamorarse de un hombre que lo viera no como a un hermanito, sino como a alguien atractivo y posible de amar.
—Tenías razón —dijo Taennie. Su voz sonaba firme. Un Bocquet. Era un Bocquet. Los Lee Bocquet se mantenían firmes en sus creencias. Los Bocquet sonreían incluso cuando doliera. Taeyong sonrió— Quiero ser amado. Quiero una relación real, pero no estoy listo para salir todavía. De momento, quiero que me cubras si mis padres me buscan mientras que estoy con mi novio. Por eso te lo digo ahora.
—¿Novio? —JaeHyun dijo luego de un momento.
—Sí —dijo Taennie— Voy a tener novio. Quiero hacerlo —Se apartó de JaeHyun y salió de la piscina. Se sentía como si sus pulmones estuvieran llenos de agua. De espaldas a JaeHyun, cerró los ojos, respiró profundamente...
Y lo dejó ir.
Fue lo más difícil que jamás hubiera hecho. Arrancar todas sus ilógicas esperanzas y sueños sobre que JaeHyun correspondería su amor fue condenadamente doloroso y difícil. Pero lo hizo. Su garganta le dolía, su pecho le dolía — todo le dolía— sus ojos escocían por lágrimas que nunca derramaría. Pero cuando abrió los ojos, la expresión de Taennie —de Taeyong— era calmada y contenida. Taeyong. Él era Taeyong. Taennie había sido un niñato estúpido que había caído enamorado de alguien a quien nunca podría tener. Taennie estaba en el pasado.
Él era Lee Taeyong Bocquet y era hora de seguiradelante.
Nota del Traductor: Supongo que vienen leyendo la serie y ya saben "porqué" pero, para quienes no tienen ni idea: Doyoung es medio hermano de Taennie y fue rechazado por su padre —el Conde. Entró al sistema de adopción luego de morir su madre. La pasó de perras. Él sabe que Taennie es su medio hermano aunque Taennie, obviamente, no y es algo así como una zorra narcisista y cruel a la que, igualmente, queremos mucho... Ah! Y esto no cuenta como spoiler ya que si están leyendo este libro sin leer el anterior, de todos modos se iban a enterar! (Nota del Corrector: ¡¡Si es Spoiler Solecito!! Pero agregando a esto algo, el Conde despreció a Doyoung delante de Taennie, y si, amamos a Doyoung).
Twincest: Relacionesincestuosas entre gemelos.
Capítulo 4
La cosa era que Jung JaeHyun estaba perfectamente bien con la gente gay. Bastaría con preguntar a sus hermanos —dos de sus hermanos.
Eso no significaba que tenía que agradarle el tipo que actualmente se hallaba sobre su mejor amigo, en el mismísimo departamento de JaeHyun.
JaeHyun se aclaró la garganta, lo que hizo separar a la pareja. Taennie estaba sonrojado, sus ojos mirando a cualquier sitio excepto a JaeHyun, mientras que el tipo pelirrojo parecía apenas un tanto orgulloso. JaeHyun apretó la mandíbula.
—Oye, ¿tú eres JaeHyun, verdad? —dijo el capullo, avanzando un paso y estirando la mano.
—Steven Carrington.
Su mano estaba sudada. Se estremeció ligeramente cuando JaeHyun la estrechó.
—Gracias por dejarnos pasar el rato en tu lugar —dijo Carrington con una sonrisa— Es un gusto conocer finalmente al mejor amigo de Taeyong. He oído mucho de ti.
—No puedo decir lo mismo —dijo JaeHyun, escrutándolo de pies a cabeza.
Carrington le dirigió una mirada de incertidumbre a Taennie antes de soltar una risita. Tenía una pequeña separación entre sus dientes frontales.
—Me hieres —dijo burlonamente, poniendo su mano sobre la cadera de Taennie y dándole un breve beso en los labios.
JaeHyun destrabó la puerta y la abrió.
—Fue un placer conocerte, Steven —ignoró la mirada de Taennie—Nos vemos por ahí —dijo, abriendo más la puerta— Lamento, no tener un ánimo sociable hoy.
—Sí, lo entiendo —dijo Carrington con otra irritante sonrisa— Encontrar a un extraño en tu casa luego de un largo día no me pondría feliz a mí tampoco.
—Me alegro de que nos entendamos uno al otro —dijo JaeHyun, esbozando una sonrisa a juego con la de Carrington— Nos vemos.
Cerró la puerta detrás del tipo, la trabó, y se dejó caer en el sofá.
—¡Qué —Taennie explotó— c...! ¿Qué carajos fue eso? ¿Te importaría explicarte?
—Tuve un mal día —dijo JaeHyun, cerrando los ojos— No estoy de humor para tolerar a un gilipollas con una sonrisa falsa y las manos sudorosas.
—Con una... ¿Qué tienes contra Steven?
—Se ve como un tipo sórdido —dijo JaeHyun— No confío en él.
—¡Ni siquiera lo conoces!
—Y no quiero hacerlo. Ven acá. Silencio.
—¿Por qué? —Taennie dijo finalmente. JaeHyun entrecerró la mirada.
—Porque he tenido un día de mierda —El cliente había cambiado de opinión sobre algo fundamentalmente importante, después de haber pasado dos jodidas semanas con ese diseño. Incluso pensar en ello todavía lo molestaba— Estoy enojado y hecho polvo y sólo quiero abrazar a mi mejor amigo. Si aún es mi mejor amigo.
La mandíbula de Taennie calló.
—¿Qué se supone que significa eso?
JaeHyun sostuvo su mirada con firmeza.
—No finjas que no lo sabes, Taennie.
Taennie bajó los ojos, mordiéndose el labio.
—¿Es porque últimamente estuve ocupado?
JaeHyun se rió entre dientes.
—¿Así es como la gente llama a "ignorar a tu mejor amigo por un mes"?
—No he estado ignorándote —dijo Taennie, sus pálidas cejas frunciéndose.
—Veamos —JaeHyun forzó las palabras— Nos hemos encontrado un total de cuatro veces este mes, y dos de ellas te fuiste enseguida debido a algo que tu padre quería que hicieras. La tercera vez, tuviste que irte temprano porque tenías una cita con Steven —no hizo ningún esfuerzo por suavizar su voz. No había sido un buen día.
—Ahora tienes a Rosé —dijo Taennie, sacando su teléfono y revisándolo.
—Rosé es mi novia —dijo JaeHyun. Taennie todavía estaba estudiando a su teléfono con mucho interés.
JaeHyun apretó los dientes.
—Tú eres mi mejor amigo. Y echo jodidamente de menos a mi mejor amigo.
Taennie se paralizó antes de lentamente levantar la mirada. Tragó saliva, viéndose increíblemente culpable.
—JaeHyun, yo...
—No quiero explicaciones —dijo JaeHyun— Sólo quiero a mi mejor amigo de vuelta.
La mandíbula de Taennie se endureció, algo desencajaba en su expresión. Finalmente, habló con voz muy ensayada y pareja.
—Es natural que las personas se vayan separando a medida que crecen y encuentran a otras personas significativas —Se rió entre dientes— Todo el mundo se burla siempre de nuestra amistad, porque nosotros vivimos en el bolsillo del otro.
—Me importa un carajo lo que diga la gente —dijo JaeHyun— Quiero un buen abrazo después de este día apestoso —sonrió ante la rima desintencionada y abrió los brazos— Ven aquí, osito Taennie.
Rodando los ojos, pero sonriendo, Taennie se acercó y casi dejó caer sobre JaeHyun.
—Todavía eres tan bebote —dijo Taennie, apoyando su mejilla en el hombro de JaeHyun— Si tus hermanos supieran que aún me usas de osito de peluche cuando tienes un mal día, nunca te dejarían vivir en paz.
—Nunca se los dirías —dijo JaeHyun, envolviendo sus brazos apretadamente alrededor de Taennie y cerrando los ojos, mientras que la tensión que había estado acumulando en el cuerpo durante el pasado mes lentamente disminuía de alguna forma— Nunca se los dirías, porque soy tu persona favorita en el mundo.
Taennie solo suspiro, enterrando la cara en su cuello. No dijo nada. Pero no lo negó, tampoco.
—No lo hagas de nuevo —dijo JaeHyun, abriendo los ojos y poniendo una mano en la nuca de Taennie— ¿Bien?
Taennie no levantó la vista, sus dedos jugando ociosamente con los botones de la negra camisa de JaeHyun.
—Pensé que no tenías más tiempo para mí ahora que tienes a Rosé.
—¿Qué? —frunciendo el ceño, JaeHyun apretó su pulgar en la barbilla de Taennie y levantó gentilmente su rostro— No seas tonto— Él amaba a Rosé, su sonrisa, su piel pálida sin defectos, sus sedosos risos rojos y suave cuerpo. Estaba bastante seguro de que era la definitiva para él. Pero no podía reemplazar a su mejor amigo. El mes pasado había sido jodidamente extraño. JaeHyun nunca se había sentido tan perdido: la necesidad de ver a Taennie, de disfrutar la calidez de su sonrisa, estaba siempre en la base de su mente. A JaeHyun no le importaba una mierda cuan poco masculino sonara, pero amaba a Taennie. Lo amaba más que a todos sus verdaderos hermanos. Y JaeHyun amaba a sus hermanos.
Sosteniendo la mirada de Taennie, JaeHyun dijo:
—No importa que ahora tengamos trabajos y relaciones. Porque tú y yo, somos nosotros, y nada va a cambiar eso,
¿lo entiendes? Estás atrapado conmigo. Si crees que voy a dejarte hacerme a un lado por tu padre o por ese gilipollas, te equivocas. Eres mío primero.
Las pálidas mejillas de Taennie se sonrojaron un poco. Bajó la mirada antes de mirar a nuevamente JaeHyun a los ojos sonriendo.
—¿Alguna vez vas a superar esto? Nosotros ya no somos niños.
—Me importa un carajo —dijo JaeHyun, pellizcando la nariz de Taennie. Taennie hizo una mueca divertida y se rió, y JaeHyun se descubrió sonriendo, sintiéndose ligero y bien. Justo lo que necesitaba luego de un día estresante.
La compañía de Taennie siempre funcionaba de maravilla en él. Nada, ni siquiera Rosé, podía mejorar su estado de ánimo tan rápido ni tan bien como Taennie.
Taennie suspiró, apoyando su cabeza en el hombro de JaeHyun.
—Si Steven nos viera ahora, se llevaría una idea equivocada, sabes.
Los labios de JaeHyun se curvaron en una mueca.
—Mira cuánto me importa.
—No seas idiota —dijo Taennie, sus dedos jugando con los botones de la camisa de JaeHyun nuevamente— Steven es un gran tío. Me gusta mucho.
—No me fío de él —JaeHyun dijo rotundamente— No contigo. Podía oír a los ojos de Taennie rodando.
—Puedo cuidar de mí mismo, ya sabes. No necesito que me estés cuidando.
—Lo haces —dijo JaeHyun— Incluso si no estamos emparentados, eso no significa que no tengas un hermano.
Taennie permaneció callado por un rato.
—Realmente me gusta —dijo— Nuestra relación es genial. JaeHyun lo miró.
—Está bien —Si a Taennie realmente le gustaba el tipo, entonces, haría todo lo posible por ser amable con él— Voy a ser amable con él —dijo— Pero asegúrate de que —miró a Taennie bruscamente cuando se le ocurrió algo—..¿Ya están follando?
El rostro de Taennie se puso roja.
—No es asunto tuyo. Pero si quieres saberlo, sí —Él se veía casi desafiante.
JaeHyun abrió la boca y la cerró sin decir nada. Honestamente no sabía qué decir. Había algo vagamente... asqueroso acerca de que Taennie permitiera a ese miserable tipo tocarlo de esa forma, pero realmente no era su asunto.
Entonces, suspiró y dijo:
—Sólo no te lo folles aquí. Tendría que quemar el lugar.
Taennie le dedicó una sonrisa descarada.
—¿Quién dice que no lo hice ya?
—Estás mintiendo —JaeHyun dijo rotundamente.
—Lo hicimos en tu cama —dijo Taennie antes de echarse a reír— Oh, Dios mío, ¡tu cara!
—Tú pedazo —JaeHyun lo volteó y comenzó a hacerle cosquillas. Taennie reía histéricamente, cayendo ante el ataque— de...
No llevo demasiado para que Taennie rogara misericordia.
—¡Lo siento, lo siento...para! No lo hice, ¿de acuerdo? JaeHyun se detuvo.
—Estúpido. Casi me vomito.
Aún acalorado por la risa, Taennie le sonrió.
—No te preocupes, tu preciosa cama sigue estando inmaculada. Bueno, tomé una siesta cuando llegué, estaba cansado, pero le dije a Steven que la cama estaba fuera de límites para él cuando quiso unirse conmigo allí.
—Quiero que me regreses mi llave —dijo JaeHyun con la mirada cansada.
Taennie se puso serio.
—Tu piso es prácticamente el único lugar en que Steven y yo podemos estar juntos sin ser vistos. Él está remodelando su casa.
—¿Tus padres todavía no lo saben? —dijo JaeHyun.
Taennie sacudió la cabeza, haciendo una mueca apenas perceptible.
JaeHyun lo evaluó.
—¿Siquiera estás planificando salir?
—Sí. En algún momento —Taennie se mordió el labio— Cuando esté listo, ¿querrías venir conmigo? Por apoyo moral.
JaeHyun se preguntó por qué no querría Taennie que Carrington fuera su apoyo moral si las cosas estaban tan bien entre ambos, pero no podía negar que era muy satisfactorio saber que Taennie todavía lo necesita cuando importaba.
—Por supuesto —dijo con una sonrisa perezosa— Quiero ver la cara de JaeJoong cuando se entere. No me lo perdería por nada del mundo.
Taennie le dio un golpe en la cabeza.
—¿Alguna vez eres serio? JaeHyun dejó caer la sonrisa.
—Estoy hablando en serio ahora —dijo, mirando a Taennie a los ojos— sabes que siempre puedes contar conmigo. Sin importar qué. Si alguna vez necesitas algo, estoy aquí. Siempre.
Hubo un brillo en la mirada de Taennie antes de sonreír.
—Lo sé.
—Y si Carrington te lastima...
—Estoy feliz con él, JaeHyun. Realmente —Taennie sonrió más ampliamente.
JaeHyun lo miró con escepticismo. Tal vez su aversión estaba nublándole el juicio, pero no se atrevía a convencerse.
Steven Carringtonno era lo suficientemente bueno para Taennie.
Rima desintencionada: En inglés JaeHyun dice "sucky day" (día apestoso) de ahí lo de la rima desintencionada que se pierde en el castellano.
Capítulo 5
Un mes después, JaeHyun estaba tirado en el mismo sofá, con su brazo alrededor de la cintura de Rosé mientras que veían una película juntos, cuando oyó el sonido de la llave girando en la cerradura.
Taennie se quedó en la puerta, parpadeando hacia ellos como un búho.
—Oh —dijo— Pensé que estabas en casa de Taeil. Lo siento por irrumpir —Se dio la vuelta.
—¡Taennie, espera! —JaeHyun se desenredó del sofá y fue hacia su mejor amigo. Agarrando los hombros de Taennie con sus manos, lo estudió. Los ojos de Taennie estaban sospechosamente brillantes—¿Qué pasa? —preguntó en voz baja.
Taennie se encogió de hombros y sacudió la cabeza, evitando su mirada.
Los labios de JaeHyun se apretaban entre sí.
—Cariño, ¿puedes dejarnos solos, por favor? —dijo, alzando la voz.
—Claro —dijo Rosé, tan comprensiva siempre— Nos vemos, Taeyong —Ella agarró su cartera, dio un beso fugaz en los labios a JaeHyun, y luego, se había ido.
—No deberías haberlo hecho —dijo Taennie, envolviendo sus brazos alrededor suyo, con el rostro pálido— Lo siento. Sólo quería caer aquí para pasar la noche. Pensé que estabas en lo de Taeil.
JaeHyun cerró la puerta, tomó a Taennie por el brazo y lo condujo hacia el sofá. Lo obligó a sentarse antes de ir a buscar unas cuantas botellitas de whisky. Las abrió, ofreciendo en silencio una a Taennie, y se sentó junto a él.
—¿Quieres hablar de ello?
Taennie negó con la cabeza y tomó un gran trago de su botella.
Una hora más tarde, Taennie estaba apoyado pesadamente contra JaeHyun, una mejilla presionada en su hombro, su botella flojamente agarrada con la mano que no tenía un agarre de muerte en la camisa de JaeHyun.
—Realmente me gustaba —murmuró Taennie, arrastrando las palabras— Me gustaba, JaeHyun.
JaeHyun se mordió el interior de la mejilla para aguantarse de decir "te lo dije". Eso no era lo que Taennie necesitaba ahora.
—Quiero decir —murmuró Taennie— no lo amo, pero pensé que podría, algún día, ¿sabes?
—Lo sé —JaeHyun dijo con dulzura, pasando los dedos por el cabello de Taennie, masajeándole el cuero cabelludo.
Taennie hizo un ruidito, apoyándose en la caricia.
—Odiaba que yo estuviera en el armario. Que no pudiera presentarlos. A papá y a él. Le dije que no estaba preparado, y me dijo... me dijo que tan sólo no lo amaba... y que debería decirle a papá o habríamos terminado. Yo sólo...no pude. Papá estaría... estaría decepcionado. Más decepcionado conmigo de lo que ya está.
JaeHyun quería golpear a Carrington hasta volverlo pure. Y a JaeJoong Bocquet después.
—Tu padre te ama —dijo JaeHyun. Sabía que era verdad. Pese a todos los defectos de JaeJoong, él amaba a su único hijo, a su manera.
—Eso no quiere decir que no esté decepcionado —Taennie murmuró apenas audiblemente, sus palabras amortiguadas por la camisa de JaeHyun— No soy nada parecido a él. No soy inteligente y de pensar en frío. No soy muy bueno en los negocios. Si no tuviera los ojos Bocquet, creería que me cambiaron al nacer —se rió— Pese a que no significa demasiado. Doyoung tiene los ojos Bocquet y él no es un Lee Bocquet —se rió de nuevo— De hecho, Doyoung hubiera sido un mucho mejor Bocquet que yo. Es inteligente y perspicaz con sus inversiones...Taeil me contó eso. Papá lo habría aprobado.
JaeHyun tomó la barbilla de Taennie y levantó su cara. El aspecto de "miseria absoluta" en la mirada aguamarina de Taennie, le retorcía las entrañas formando un apretado nudo de enojo.
—Si ser un buen Bocquet significa ser un arrogante, manipulador, hijo de puta, me alegro de que seas muy malo en ello. Y si el capullo de Carrington necesitaba la bendición de tu padre para amarte, entonces que se vaya al carajo. Es un jodido imbécil. Lo has estado viendo por cuanto, ¿dos meses? Un poco demasiado pronto para llegar a la parte de presentar a los padres.
—Supongo que él estaba demasiado dispuesto a conocerlo —Taennie agarró la botella de JaeHyun y se tomó el whisky restante en un profundo trago.
JaeHyun inhaló lentamente a través de sus dientes apretados. No era la primera vez que alguien cercano a Taennie estaba más interesado en JaeJoong que en él. Taennie ya estaba acostumbrado a ello. Pero eso no quería decir que todavía no le hiciera daño.
—Necesito otra botella —Taennie arrastró las palabras, con la mirada desenfocada.
—Creo que ya has tenido suficiente, compañero —dijo JaeHyun, agarrando ambas botellas dejándolas en el suelo.
—No —dijo Taennie tenazmente.
—Sí —dijo JaeHyun— Te odiarás por la mañana.
—Si estoy borracho, tu estás borracho, también —dijo Taennie.
—A diferencia de ti, yo puedo aguantar el licor. Sangre irlandesa y todo eso —Aunque, a decir verdad, JaeHyun se sentía algo borracho, tal vez no lo suficiente como para tener resaca por la mañana, pero lo suficiente como para que el mundo se sintiera lento y algo soñoliento.
—No soy irlandés. Soy inglés —Taennie murmuró con una mirada desconcertada en el rostro.
En otras circunstancias, si Taennie no hubiera estado sintiéndose tan miserable, JaeHyun se habría reído. Taennie rara vez se irritaba tanto como para perder el hilo de la conversación.
—Sí, lo eres — sosteniendo el rostro de Taennie, rozó sus labios en la frente de Taennie— Todo va a estar bien, ya lo verás —besó la sien de Taennie.
Taennie se estremeció.
—No. Ahora no. No puedo...ahora no.
Frunciendo el ceño, JaeHyun se retiró para mirar a su amigo.
Taennie lo miraba raro, sus labios se abrieron y cerraron en una mueca, sus ojos brillando por la desesperación.
—Yo —dijo antes de repentinamente lanzarse al frente y cerrar la distancia entre sus bocas.
Por un momento, el cerebro de JaeHyun nublado por el alcohol no lograba entender lo que estaba pasando.
Taennie lo estaba besando.
Taennie lo estaba besando. O al menos intentándolo, con labios torpes e incómodos, pero con desesperación y necesidad... tanta necesidad que estaba incomodando a JaeHyun.
—Por favor —susurró Taennie, sus dedos agarrando el pelo de JaeHyun y sus labios aferrando los de JaeHyun.
—Por favor.
JaeHyun nunca se había sentido más trastornado. Una parte de él estaba enloqueciendo. Era Taennie, su mejor amigo, el chico que amaba como a un hermanito menor, por el amor de Dios, y ¿qué demonios estaba haciendo? Pero nunca había sido bueno en decirle no a Taennie cuando estaba herido. Y Taennie, con sus mejillas húmedas por las lágrimas, estaba herido.
Pero tenía que frenar esto.
Tomando la cara de Taennie entre sus manos otra vez, JaeHyun lo empujó suavemente. Taennie soltó un quejido.
—Taennie.
Observó como la conciencia reemplazaba finalmente a la espeluznante desesperación en los ojos de Taennie. Reconocimiento, autoconciencia, y un horror naciente. Taennie parecía mucho más sobrio de pronto. Se sonrojó intensamente.
JaeHyun se rió entre dientes.
—Estoy a favor de cobrársela después de una ruptura, pero... sé que estás borracho, pero no pensé que estuvieras tan borracho como para que hasta yo sirviera.
Taennie lo miró intensamente por un largo momento antes de dejar caer la mirada. Después de un rato, miró a JaeHyun de nuevo.
—Lo lamento —dijo, aclarándose la garganta— Yo sólo... No estaba tratando de no usarte para vengarme. Obviamente. Yo sólo... Steven dijo algo que me afectó y daño mi ego, así que supongo —se encogió de hombros con timidez— que...Lo siento.
—¿Qué dijo? —preguntó JaeHyun, sabiendo de antemano que no iba a gustarle.
—No importa. Fue en el calor del momento, sólo para hacerme daño.
—Taennie.
—Dijo... dijo que era frígido y que no era para nada bueno en la cama —murmuró Taennie— Y que soy terrible besando —Taennie se negaba a mirarlo a los ojos.
JaeHyun dijo suavemente:
—Taennie, ¿cuánta experiencia tienes realmente?
En todo caso, Taennie parecía estar aún más incómodo.
—He estado en el armario toda la vida.
—¿Cuánta? —JaeHyun presionó.
—Hasta Steven, unos cuantos besuqueos y un trabajo manual.
Era el turno de JaeHyun de mirarlo obnubilado.
—¿Recorriste el camino completo con él? —preguntó por fin, con la esperanza de que Taennie dijera que no. No confiaba en el capullo para que tratara a Taennie correctamente. Taennie, quien prácticamente era virgen, Jesús. ¿Quién demonios era virgen a los veintidós?
—Sí —dijo Taennie, estudiando sus propias manos— me lo follé.
—¿Pero no al revés?
—No. Él quería. Lo intentamos, pero yo no pude relajarme —murmuró Taennie, incluso las puntas de sus orejas estaban rojas— Por eso me llamó frígido, supongo.
—Eso es una mierda —dijo JaeHyun, recordando lo que su hermano le había dicho— Johnny me contó que muchos hombres gays en realidad no avanzan hasta el final, se quedan con las mamadas y las pajas. No a todo el mundo le gusta.
Taennie se encogió de hombros, luciendo como si quisiera estar en cualquier otra parte. JaeHyun sabía que el único motivo por el cual estaba hablándolo incluso, era que estaba borracho; Normalmente Taennie era muy reservado sobre su vida sexual... porque aparentemente no tenía una. No es que JaeHyun estuviera demasiado cómodo hablando de la vida sexual de Taennie, pero no podía dejar las cosas así. Taennie ya tenía suficientes inseguridades gracias a su padre; no necesitaba sumar a ellas las inseguridades sexuales.
—Y no eres un besador horrible —dijo JaeHyun.
La mirada de Taennie irrumpió hacia él, amplia y confusa.
—No eres bueno, sin embargo. Tu técnica necesita trabajo. Eres demasiado ansioso —JaeHyun sonrió un poco— Lo entiendo, ¿quién no estaría demasiado ansioso por besarme a mí?
Finalmente, logró la reacción que quería: Taennie rodó los ojos, aunque su rostro seguía enrojecido por la vergüenza.
—Vete a la mierda.
Todavía sonriendo perezosamente, JaeHyun se apoyó contra el sofá, estirando el brazo por el respaldo.
—¿Así es como le hablas a tu mejor amigo, quien está a punto de ofrecerte practicar con él?
Taennie parpadeó un par de veces, viéndose adorablemente desconcertado.
—Estás jodiéndome.
JaeHyun sostuvo su mirada con firmeza.
—No. Prometo no reírme de ti y decirte si estás haciendo algo mal.
Taennie se limitó a mirarlo.
—Apúrate antes de que cambie de opinión —dijo JaeHyun.
—Eres heterosexual —dijo Taennie en un susurro. JaeHyun levantó las cejas.
—¿Y qué? No va a ser un beso de verdad. Voy a dejar que practiques en mí, por lo que la próxima vez que algún gilipollas diga que eres un terrible besador, sabrás que está mintiendo.
A decir verdad, JaeHyun estaba lejos de sentirse tan indiferente sobre su oferta como pretendía. Incluso pensar en besar a Taennie era demasiado extraño. Pero Taennie necesitaba su ayuda. Más importante aún, Taennie necesitaba reafirmar que no había nada malo en él, para que pudiera recuperar su confianza.
Vio las emociones conflictuadas en los ojos de Taennie. Sin importar lo perdido que estuviera, probablemente tenía dudas similares sobre besar a alguien que prácticamente era su hermano.
Pero Taennie se acercó nuevamente... cada vez más cerca hasta que sus bocas estaban apenas a pulgadas de distancia. JaeHyun podía oler el aroma del whisky mientras que Taennie tomaba respiraciones poco profundas y temblorosas.
—No estés tan nervioso —dijo JaeHyun, enterrando sus dedos en el cabello de Taennie y acariciándolo con dulzura— Sólo soy yo. No te asustes conmigo.
Taennie dejó escapar una carcajada.
—Esto es una locura —murmuró, mirando a los labios de JaeHyun.
—Un poquito —dijo JaeHyun, aplicando presión en la cabeza de Taennie hasta que sus frentes se tocaban— Mira y aprende
—Tratando de no pensar demasiado sobre el hecho de que era Taennie, encontró sus labios y empezó a besarlo, asegurándose de que fuera lento y minucioso, para que Taennie pudiera ver cómo se hacía.
Excepto que Taennie lo arruinó por completo, su boca volviéndose nuevamente demasiado ansiosa y necesitada. Antes de que JaeHyun pudiera procesar lo que estaba sucediendo, la lengua de Taennie estaba en su boca y luego Taennie estaba chupando la lengua de JaeHyun con avidez, haciendo esos pequeños ruiditos desesperados de nuevo. Tomó a JaeHyun algo de esfuerzo superar la extrañeza absoluta en ello, pero pensó que dado que Taennie tenía muy poca experiencia sexual, su mega—entusiasmo era de esperarse. Aun así, no por ello le resultaba menos raro que el chico al que consideraba un hermano menor estuviera chupando su lengua y emitiendo desvergonzados gemiditos. No era terrible ni nada.
Sólo extraño como el infierno.
Taennie se quejó cuando JaeHyun finalmente rompió el beso.
—Mejor, pero estabas demasiado ansioso de nuevo —dijo JaeHyun— demasiada lengua.
—Lo siento —dijo Taennie tardíamente, viéndose aturdido y enrojecido— ¿De nuevo?
—De nuevo —dijo JaeHyun— Pero esta vez toma nota de lo que estoy haciendo. Lentamente —sonrió— ¿Bien?
Taennie asintió, se lamió el humedecido labio inferior y abrió los labios, a la espera de ser besado.
La visión era la jodida cosa más extraña que JaeHyun había visto en su vida. Tratando de sacarse la sensación de encima, se inclinó y presionó sus labios juntos nuevamente. Taennie suspiró y se quedó muy quieto, dejando que JaeHyun lo besara sin prisa. No duró demasiado. En poco tiempo, Taennie estaba de nuevo sobreentusiasmado y necesitado, chupando la lengua de JaeHyun. JaeHyun dejó que lo hiciera por un tiempo antes de retroceder, limpiándose los labios, y darle una mirada a Taennie.
Taennie parpadeó adormilado, como si despertara de un sueño, y luego gimió, cubriéndose la cara con las manos.
JaeHyun se rió. Todo el asunto era ridículo.
—Cállate —dijo Taennie, jalando sus rodillas hacia el pecho y envolviendo sus brazos alrededor de ellas— Prometiste no reírte.
—Tienes que admitir que es bastante divertido —dijo JaeHyun, pasando un brazo alrededor de los hombros de Taennie— En realidad, no está tan mal. Sólo un poco, demasiado.
—Te odio —se quejó Taennie, ocultando la cara entre sus manos de nuevo.
—Si te sirve de consuelo, tu boca tiene un sabor agradable— dijo JaeHyun— Bien, eso sonó raro. Pero como alguien que ha besado a más de dos personas en su vida...
—Tres —Taennie intervino.
—Como alguien que ha besado a más de tres personas en su vida, tengo que decir que es bastante raro que alguien borracho tenga una boca que sepa agradable. Debe ser por tu casta superior.
—Creo que estás más borracho que yo —dijo Taennie, resoplando.
—Nunca —dijo JaeHyun. Dejando caer su sonrisa, volteó la cabeza y acarició la sien de Taennie.
—Carrington está lleno de mierda, Taennie. No eres frígido, créeme —Si Taennie podía excitarse tanto por besar a alguien que ni siquiera lo atraía, era lo contrario de frígido. JaeHyun besó la sien de Taennie— Bromas aparte, no eres un terrible besador. Y la técnica no lo es todo. Siempre es halagador como el infierno cuando tu pareja está ansiosa. Es excitante. Es extraño para mí, por razones obvias, pero obviamente yo no cuento.
Taennie puso su barbilla sobre las rodillas, abrazándolas fuerte. Volteó la cara para que JaeHyun ya no pudiera ver ni siquiera su perfil.
—No, no lo haces —dijo con voz apagada.
Los ojos de JaeHyun se estrecharon, una incómoda sensación molesta en el fondo de su mente.
—Estoy cansado —dijo Taennie, suspirando y poniendo su cabeza sobre el hombro de JaeHyun— Estoy tan cansado — murmuró, deslizando sus párpados cerrados— Espero no acordarme de esto por la mañana. No quiero hacerlo.
Frunciendo el ceño, JaeHyun le acarició el pelo con los dedos.
—Me gustaría... me gustaría que las cosas fueran diferentes— susurró Taennie.
—¿Diferentes?
Taennie no respondió.
JaeHyun comenzó a pensar que se habría quedado dormido, cuando Taennie murmuró en voz baja:
—¿Alguna vez te preguntaste si existirán universos paralelos? ¿Vidas en que las cosas sean algo diferentes?—Su voz se volvió tensa y se apagó— Me hace sentir mejor pensar en que quizás en otra vida...
En poco tiempo, estaba dormido.
JaeHyun lo levantó con cuidado y lo llevó a su dormitorio. Taennie no se despertó incluso cuando lo metió dentro de la cama. JaeHyun se sentó junto a él, descansando contra la cabecera.
Con lafrente arrugada, miró a Taennie dormir mientras que la molesta sensación en susentrañas se hacía más y más fuerte.
Capítulo 6
"Feliz cumpleaños a ti
Feliz cumpleaños a ti
Feliz cumpleaños querido Taaaeil
¡Feliz cumpleaños a ti!"
Taeyong observó a todos en la sala cantar con entusiasmo... bueno, todos en la habitación excepto Taeil, que era el cumpleañero, y Doyoung, que parecía estar dividido entre burlarse de la gente a su alrededor y sonreírle como un estúpido a Taeil.
Taeyong amaba los cumpleaños. Amaba los cumpleaños Jung, en particular: eran ruidosos, divertidos y muy cálidos, y el trigésimo primer cumpleaños de Taeil no era la excepción. La comida siempre era deliciosa —pese a su frágil salud, Cathleen Jung siempre insistió en cocinar ella misma para los cumpleaños de sus chicos— y la compañía era aún mejor. Normalmente.
—¿No estás pasándolo bien, guapo? —preguntó Hendery, envolviendo una mano en su bíceps.
Caso comprobado.
Suprimiendo una mueca, Taeyong dedicó a su nuevo novio una pequeña sonrisa. Alto, moreno y guapo, Hendery era exactamente su tipo, pero Taeyong no podía decir que le gustara demasiado. Habían estado juntos por dos semanas ya, pero todavía se sentía incómodo cada vez que Hendery lo tocaba. No podía evitarlo. No importaba lo que supiera en su mente, su corazón todavía no había recibido el memo informándole que no le pertenecía a JaeHyun, y cada toque, cada beso, se sentía como engañarlo. Había sido más fácil con Steven. Con Steven, Taeyong había logrado medio—convencerse de que podría llegar a amarlo. Con Hendery, no podía. Había elegido a Steven porque le había gustado; había elegido a Hendery porque necesitaba un novio. Porque necesitaba distraer a JaeHyun, necesitaba disipar cualquier sospecha.
Desde la noche de su ruptura con Steven —desde que se emborracho como un estúpido y besó a su mejor amigo— JaeHyun había estado mirándolo raro. Taeyong no creía que JaeHyun sospechara la verdad, pero había estado actuando extraordinariamente atento, como si tuviera miedo de que Taennie estuviera deprimido. Lo peor de todo era que Taeyong apenas recordaba vagamente el beso que compartieron, o más bien, los besos que compartieron, porque al parecer cuando estaba borracho no tenía vergüenza y no pasaba de aprovecharse de la compasión y bondad de JaeHyun. Solo recordarlo le hacía estremecerse. Nunca creyó que pudiera ser tan patético y desesperado, pero al parecer, lo era.
No era lo único que lo preocupaba. Recordaba vagamente haberle dicho algo a JaeHyun antes de desmayarse, pero sin importar cuanto exprimiera su memoria, seguía en blanco. ¿Y si le hubiera dicho algo comprometedor?
—¿Dulzura? —dijo Hendery.
Taeyong ocultó otra mueca. Hendery era un estereotipo andante. A pesar de su estructura musculosa, él era tan femenino y dramático que la primera vez que JaeHyun había conocido a Hendery, se había girado hacia Taeyong y le había dedicado una mirada que decía "¿Es de verdad?".
Del lado positivo, Hendery no intentó tomar un rol agresivo en lo sexual, perfectamente feliz de dejar que Taeyong lo follara. Pero incluso pese a lo inofensivo de Hendery, Taeyong aún no podía relajarse con él — relajarse lo suficiente para intentar ser el pasivo con él.
Trató de no contemplar la posibilidad, bastante deprimente, de que JaeHyun pudiera ser el único hombre con quien pudiera relajarse completamente en la cama.
—¿Qué? —dijo Taeyong, tratando de sonar atento y entusiasta. No era culpa de Hendery no ser JaeHyun. No era culpa de Hendery que Taeyong no pudiera evitar compararlo con su amigo, y que Hendery siempre quedara por debajo. No era culpa de Hendery que Taeyong fuera un idiota y no pudiera jodidamente avanzar.
—No me dijiste que Kim Doyoung era el novio del hermano de tu amigo —dijo Hendery, mirando abiertamente a Doyoung— No sabía que fuera homosexual. Guau.
Esta vez Taeyong no se molestó en ocultar la mueca.
—¿Cómo es eso importante? —dijo— Nuestra sexualidad no nos define.
Hendery sacudió la cabeza, con sus ojos todavía sobre Doyoung.
—Esto es diferente. Es una celebridad.
—Ya ni siquiera juega al fútbol —dijo Taeyong— Por favor, deja de mirarlo —Lo último que necesitaba era la atención de Doyoung sobre ellos. No le agradaba al tipo por algún motivo y era a la vez uno de los sujetos más observadores que Taeyong conociera.
—¡Pero no puedo dejar de mirarlo! —dijo Hendery, sonriendo— Mi hermana es periodista en el Telegraph...
—Un buen modo de retribuir su hospitalidad.
Al menos Hendery tuvo la decencia de parecer avergonzado.
—Lo siento —dijo, inclinándose para besar a Taeyong.
Suprimiendo el impulso de empujarlo, Taeyong devolvió el beso. No cerró los ojos. Por eso tenía una vista perfecta de JaeHyun riendo por algo e inclinándose a besar el cuello de Rosé. Por eso cuando JaeHyun levantó la vista, sus ojos se encontraron por sobre el hombro de Hendery. Algo cambió en la mirada de JaeHyun, un destello de una emoción que Taeyong no podía identificar.
Taeyong cerró los ojos y beso a Hendery con más ganas, con la esperanza de sentir algo. Cualquier cosa.
Pero su necio corazón no se vio afectado, como si no fuera el mismo corazón que latía locamente cada vez que JaeHyun le sonreía, cada vez que JaeHyun lo llamaba 'Taennie', cada vez que JaeHyun lo atraía hacia sí.
Después de la cena, el ambiente de la fiesta se volvió más relajado e informal. Hendery se había excusado y retirado. La madre y la tía de JaeHyun ya se habían ido también, al igual que su hermana Jessica con su marido. Los amigos de Taeil se fueron poco después de eso, y ahora sólo estaban Taeyong, Rosé, Doyoung y los cinco hermanos Jung. Los hermanos charlaban animadamente, intercambiando insultos ligeros, mientras atendían sus cervezas. Como siempre, era muy entretenido verlos. Y como de costumbre, JaeHyun y Taeil dominaban el cuarto sin siquiera intentarlo.
Taeil, como el mayor, siempre mantuvo cierta distancia con sus hermanos menores. Era confiable y responsable, con un sentido del humor muy seco, y tendía a ser más que un poco agobiante. Sungchan, Johnny y Lucas, con 18 años, fueron mucho más relajados y con un temperamento suave.
De todos los hermanos, JaeHyun era el que se parecía más a Taeil. No en apariencia, porque tenían poco en común además de su altura y contextura musculosa, sino en su forma de ser. Al igual que Taeil, JaeHyun era firme y dominante, aunque lo manifestaba en forma diferente: mientras que Taeil te daba una orden fría y simplemente esperaba que hicieras lo que dijo, la pura intensidad en la personalidad de JaeHyun hacía difícil mirar hacia otro lado cuando él hablaba y era difícil no hacer lo que él quisiera. Al menos así era como Taennie se sentía a menudo: como una impotente roca atrapada en la gravedad de JaeHyun, mientras que JaeHyun orbitaba alrededor de la preciosa chica acurrucada contra él.
—Debería intentar ser menos obvio, sabes. Taeyong se encogió.
Lentamente, volteó la cabeza y se encontró mirando a un conjunto de ojos aguamarina casi idénticos a los suyos. Bebiendo su cerveza con pereza, Doyoung dijo:
—¿Cuánto tiempo?
Taeyong miró a su alrededor. Estaban a cierta distancia de la discusión entre hermanos y era poco probable que los oigan.
Consideró brevemente fingir confusión, pero sabía que sería inútil. Si alguien podía reconocer una mentira, era Doyoung. El tipo era un camaleón. Doyoung podía actuar agradable y encantador en un momento, y luego ser frío y grosero enseguida. Pese a conocerlo por medio año, Taeyong aún no tenía idea sobre cuál de ellos era el Doyoung verdadero. Sospechaba que Doyoung estaba más cerca de su verdadero ser junto a Taeil. Era diferente con Taeil: más suave, más cálido, más abierto.
—No te molestes en negarlo —dijo Doyoung.
—No iba a hacerlo —dijo Taeyong.
—Entonces no eres tan tonto como te ves.
Taeyong ladeó la cabeza, mirando a Doyoung con curiosidad. Pero no podía leerlo.
—¿Por qué me odias tanto?
La expresión confundida en el rostro de Doyoung era perfecta, pero Taeyong no se la creía. Una aversión inmediata y tan intensa no aparecía sin ningún motivo.
—¿Odiarte? —repitió Doyoung— ¿Por qué te odiaría? Casi no te conozco.
—No lo sé. ¿Por qué no me cuentas? —dijo Taennie.
Doyoung sonrió, la sonrisa volviendo sus facciones casi etéreas. Realmente era extraordinariamente hermoso.
—Agradable cambio de tema, Lee. Así que, ¿cuánto tiempo has estado prendiendo velas por tu heterosexual mejor—amigo—barra—hermano?
Taeyong no respondió.
—Hmm —dijo Doyoung. Sus ojos estudiando a Taeyong, evaluadores y agudos— ¿Por qué no se lo dices? Espera, no respondas. Ya sé: tienes miedo de joder tu amistad. Pffff, eres tan predecible.
—Doyoung, trae otro paquete de seis de la nevera —Taeil pidió desde el lado contrario de la habitación.
—¿Me veo como el chico del delivery? —dijo Doyoung, la expresión burlona que dirigió hacia Taeyong convirtiéndose en una sonrisa cuando miró a Taeil.
Taeil le devolvió la sonrisa.
—Te ves como mi novio. Ve a buscarlas.
—Estoy herido —Doyoung señaló.
—Por eso Taeyong irá contigo, bebé —dijo Taeil. Doyoung hizo un puchero. Taeil rió.
Tenían una dinámica rara, esos dos. No podrían ser más diferentes: Taeil, responsable y maduro, y Doyoung, que a menudo parecía un malcriado sin vergüenza. Pero de alguna forma funcionaban. Encajaban.
Doyoung encaró hacia la cocina y Taeyong lo siguió a regañadientes.
—Podría arruinar nuestra amistad —dijo.
—Ni mierda —dijo Doyoung— Nunca he visto a nadie más unidos por la cadera que a ti y a JaeHyun... de hecho, no, lo he hecho. ¿Conoces a Yuta y a mi hermano adoptivo, JungWoo?
Taeyong frunció el ceño.
—Seguro. ¿Qué tienen que ver con nada? Sé que son buenos amigos. Todos lo saben —Su amistad fue bien documentada por la prensa.
—Ya no son sólo amigos —dijo Doyoung, abriendo la nevera— JW nunca pensó en Yuta de esa manera, pero cuando se dio cuenta de que Yuta había estado cargando una vela por él durante años, no cambió mucho las cosas. Hubo algo de drama, porque JW es un idiota, pero ahora están felizmente follando.
—JaeHyun es hétero —dijo Taeyong.
—Todos son héteros hasta que ya no lo son —dijo Doyoung, con aire aburrido— Taeil no es exactamente gay, tampoco. La atracción está allí o no lo está, y las etiquetas tienen poco que ver con eso.
—JaeHyun no se siente atraído por mí —Taeyong estaba orgulloso de lo tranquila que sonaba su voz— Sé eso a ciencia cierta.
Doyoung lo miró.
—Sí, quizás. Él realmente parece verte como a un hermano.
Taeyong no sabía por qué esas palabras le dolieron: no era nada que no supiera. Tal vez una parte suya había esperado que Doyoung no estuviera de acuerdo.
Dios, Doyoung tenía razón: realmente era un estúpido. Puede que no recordara mucho de la noche en que besó a JaeHyun, pero si recordaba a JaeHyun riendo de ello y burlándose de él con buen humor. JaeHyun no se sentía atraído por él en lo absoluto. No había duda al respecto.
—Así que no hay punto en decirle —logró decir Taeyong— Él la ama, es feliz con ella, y si se entera, sólo sentiría lástima por mí.
Doyoung tenía una expresión extraña en su rostro.
—¿Qué?
Sacudiendo la cabeza, Doyoung señaló al paquete de seis en la nevera.
—Coge esto y vámonos.
Taeyong hizo lo que le dijo y siguió a Doyoung fuera de la cocina. El paquete de cervezas se sintió mucho más pesado de lo que debería mientras veía a Doyoung ir hacia Taeil y besarlo. Luego de un momento de sorpresa, Taeil jaló de él hacia abajo a su regazo y le devolvió el beso. Sus hermanos aullaron como lobos. Sonriendo, Rosé dijo algo y besó a su novio, también.
Taeyong desvió la mirada. Sus ojos frenaron de nuevo en Doyoung, quien se veía sonrojado, bien besuqueado, y feliz mientras que contemplaba a Taeil. Una sensación ácida ardía en la parte baja de la garganta de Taeyong.
Doyoung lo miró y, para sorpresa de Taeyong, pudo ver algo similar a la comprensión y la compasión en los ojos de Doyoung.
Con la garganta mortificadamente cerrada, Taeyong se adelantó y dejó el paquete de cervezas a los pies de Taeil.
—La vida es algo divertida, ¿no es así? —Doyoung dijo en voz baja de su lugar en el regazo de Taeil— Te da algo y te quita algo.
Taeil miró a su novio con una leve arruga entre sus cejas antes de sonreír.
—Te estás volviendo más sabio a cada momento. Sonriendo, Doyoung dijo:
—La sabiduría de tu avanzada edad debe estar pegándoseme.
—Debe ser —dijo Taeil antes de morderle el labio inferior. Doyoung suspiró e inmediatamente abrió sus labios para la lengua de Taeil.
—Consíganse una habitación, ustedes dos —dijo JaeHyun con una carcajada.
—Viniendo de ti, suena bastante curioso, Romeo —dijo Johnny.
—Al menos no soy un triste yuyo como tú —dijo JaeHyun, besando a Rosé en la sien.
Taeyong nunca consideró que fuera posible sentirse tan solo en una habitación llena de gente que le agradaba.
—¿Taennie? —JaeHyun dijo de repente— ¿Estás bien?
—Sí —dijo Taeyong, sin mirarlo— Sólo tengo que irme.
Recordé algo importante que papá me pidió que hiciera.
Sentía la mirada de Doyoung sobre él.
Después de decirle adiós a todos, Taeyong se encaró hacia la puerta. No lo sorprendió que Doyoung lo siguiera.
—No le digas nada —dijo Taeyong, poniéndose la chaqueta— Por favor.
Cruzando los brazos sobre el pecho, Doyoung se apoyó contra la pared y lo miró.
—¿Sabes qué? —dijo con suavidad— ¿Quieres mi opinión?
¿Tenía otra opción?
—Dispara.
—¿De verdad piensas aguantar y sufrir en silencio durante toda tu vida, viéndolo casarse y tener hijos con ella?
¿De Verdad? Eso es simplemente triste. Vete o dile que lo quieres. En el peor escenario, su amistad se vuelve tensa y muere mejor antes que después. No tienes nada que perder
—Doyoung se burló— Y no te engañes. Lo vas a perder de todas formas cuando finalmente te enfermes de verlo con otra persona —Ladeando la cabeza, Doyoung dijo suavemente— Ya lo sientes, ¿verdad? La amargura, los celos, la fealdad.
Taeyong tragó saliva y apartó la vista. Quería negarlo, pero no pudo. No le gustaba la persona en que se estaba convirtiendo: alguien que constantemente mentía para ocultar sus sentimientos, alguien que se colocaba una sonrisa cuando sentía ganas de golpear gente o acurrucarse y llorar como un bebé. Alguien que se sentía enfermo y amargado al ver a la persona que amaba ser feliz.
¿No se supone que el amor fuera desinteresado? Él era mejor que esto. ¿No lo era?
¿No lo era?
Taeyong miró a Doyoung.
—¿Por qué me ayudas? ¿Por qué eres tan amable de repente?
Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Doyoung.
—No estoy siendo agradable. Para ser honesto, me resulta hilarante que de todas las personas tú —miró por sobre el hombro de Taeyong, presumiblemente a Taeil, y su expresión se suavizó y se tornó cálida—.. pero estoy intentando ser una mejor persona. Todavía es un trabajo en progreso, pero resulta más fácil ser una mejor persona cuando eres feliz —volvió a mirar a Taeyong—La amargura y los celos son mis viejos amigos. Confía en mí, cuanto más tiempo los conozcas íntimamente, más feo se pone. Minimiza las pérdidas ahora.
Taeyong abrió la puerta y se fue sin decir una palabra.
Afuera, unafría ráfaga de viento de noviembre sopló su cara, mordiendo en su piel yhaciendo a sus ojos aguarse.
Prendiendo velas: La expresión "prender velas" refiere al acto religioso de prender una vela como ofrenda a alguna deidad/santo para que cumpla un deseo/oración.
Capítulo 7
—Te ves terrible, Taeyong.
Taeyong levantó la vista de la taza de té que estaba sosteniendo. Su madre lo miraba especulativamente.
Ella ciertamente no se veía terrible. Como de costumbre, ni un cabello estaba fuera de lugar, su larga melena roja perfectamente peinada.
—No he dormido bien —admitió Taeyong. Había pensado en las palabras de Doyoung toda la noche. No había llegado a ninguna determinación, y su propia indecisión lo frustraba.
—No me sorprende —dijo Jisoo, dedicando una mirada penetrante a su marido sentado al otro extremo de la mesa— Tu padre no entiende que todavía eres un hombre joven que necesita un horario normal de trabajo y descanso...
—No lo mimes, Jisoo —JaeJoong Bocquet dijo con frialdad, sin levantar la vista de su periódico— Difícilmente es un niño. Tiene veintidós años, y es momento de que asuma alguna responsabilidad en los negocios de la familia.
—Si conocieras a tu hijo en lo absoluto, sabrías que no está interesado en el negocio familiar.
Jisoo replicó.
—Es un Bocquet —dijo JaeJoong.
—Y lo lamento cada día —murmuró Jisoo lo suficientemente alto como para que JaeJoong la escuchara.
JaeJoong solo levantó una canosa ceja, sus afilados ojos haciendo una pausa en su esposa antes de establecerse en su hijo. Taeyong se enderezó en su silla. JaeJoong no dijo nada por un momento, sólo observándolo en silencio.
—Taeyong, estaré en el Palacio de Westminster hasta la tarde— dijo al fin— Estoy seguro de que puedes manejar la reunión con Richard Liu sin mí.
Taeyong intentó y fracasó en reprimir una mueca. Las negociaciones comerciales nunca fueron su punto fuerte, y Richard Liu, el multimillonario dueño de las Industrias Liu, no era un hombre fácil de tratar.
Jisoo dijo:
—No pongas esa cara, querido. Tendrás arrugas prematuramente —volteando hacia JaeJoong, arremetió— No puedes decirlo en serio. Ese hombre es un criminal. Taeyong no debería tener que lidiar solo con él.
Generalmente Taeyong odiaba los cuidados despóticos de su madre, pero esta vez les daba la bienvenida. No tenía el estado de ánimo para enfrentar a Richard Liu ahora.
Sin embargo, JaeJoong no se dejó intimidar.
—Taeyong debe aprender a lidiar con esa clase de hombres sin tenerme sosteniendo su mano. Además, Taeyong es amigo de su hijo. Eso debería hacer todo más fácil.
Jisoo rió.
—Eso demuestra lo despistado que eres. YangYang es un chico dulce, pero se parece muy poco al criminal de su padre.
—Liu no es un criminal. Es uno de los hombres más prominentes de Europa.
Jisoo resopló.
—Tiene negocios con la mafia italiana y rusa. Todos lo saben.
—Hasta que se demuestre lo contrario, solo es un rumor malicioso —dijo JaeJoong— Y deja de interferir en los asuntos de negocios. Ellos no te conciernen.
—Todo concerniente a mi hijo me concierne.
—Estoy seguro de que Taeyong no estará de acuerdo con eso. ¿Taeyong?
—Sí, dulzura, dile a tu padre que tu madre tiene razón.
Taeyong deseaba poder taparse las orejas con las manos y pretender que esto no estaba sucediendo.
Miró de un padre al otro. Sintiendo desasosiego, comprendió que ya no sentían absolutamente ningún afecto uno por otro. Solían hacerlo; pero ahora ya no quedaba nada, salvo hostilidad y amargura.
No quería ser como ellos.
No quería convertirse en ellos.
—Me tengo que ir —dijo Taeyong, y se paró.
Ignorando a sus padres, salió de la habitación —salió de la casa— y se metió en su automóvil.
Sabía que era el día libre de JaeHyun. Probablemente aún estaría en casa de Taeil, tal vez incluso dormido. No era lo ideal, pero no podía esperar más. Si lo hiciera, podría perder los nervios.
Quizás la verdad destruiría su amistad. Tal vez. Probablemente. Pero seguía siendo mejor que imitar el ejemplo de sus padres y convertirse en una persona amargada viviendo una mentira.
No podría. No lo haría.
Capítulo 8
—JaeHyun, levántate.
JaeHyun se enterró más profundamente en las almohadas.
—Cierra la puerta al salir. Dormiré hasta el mediodía. Es mi día libre.
—Tu otra mitad quiere hablar contigo.
JaeHyun se obligó a abrir los ojos y, lagañosos, los fijó en Doyoung.
—¿Taennie está aquí? ¿Ahora?
Doyoung levantó las cejas, una expresión divertida surgiendo en su rostro.
—Debe ser difícil ser tu novia, Rosé.
Rosé se echó a reír, saliendo del baño. Ella ya estaba vestida, con un impecable maquillaje.
—Estoy acostumbrada a su muy masculino amor platónico — dijo — Estaría extremadamente celosa si no estuviera segura de que JaeHyun vomitaría si alguien lo obligara a tocar a Taeyong de ese modo. Creo que su bromance es lindo.
Estirándose, JaeHyun se incorporó.
—No somos lindos —se quejó, tratando de sacudirse el sueño— Los hombres no son lindos. Y salvo que quieras conseguir una buena mirada, sal de mi habitación, Doyoung.
Doyoung dedicó una mirada escrutadora al desnudo pecho de JaeHyun.
—Realmente eres bastante caliente. JaeHyun se quedó mirándolo.
—¿Gracias?
—De nada —dijo Doyoung, como si estuviera hablando del clima— Y tienes que saber que tengo estándares muy altos. Si Taeil no fuera Taeil, follaría contigo.
JaeHyun soltó una carcajada.
—Si a mí me interesaran aunque sea un poquito los tíos, follaría contigo, también. Eres mucho más bonito que Rosé.
—¡Ey! —dijo Rosé, riendo.
—¿Qué? Es la verdad —dijo JaeHyun. Rosé miró a Doyoung y sonrió.
—Está bien, no hay vergüenza en ser menos bonita que Doyoung.
Doyoung les dedicó una mirada taimada.
—Deténganse. Solo déjenlo.
—No te hagas el ofendido —dijo JaeHyun, sonriendo— Escuché a Taeil llamarte 'carita de muñeca' demasiadas veces, lo cual es mucho peor.
La mirada que Doyoung le dio era muy dulce, y muy venenosa.
—Tú no eres Taeil. Sólo él puede salirse con la suya al llamarme con motes ridículos. Ahora sal de la cama y no hagas esperar a tu precioso Taennie.
—Solo dile que suba —dijo JaeHyun, dejando que las sábanas caigan a sus pies mientras salía de la cama.
—¡Ey! —dijo Doyoung, volteándose ruborizado.
—Te lo advertí —JaeHyun dio un beso de despedida a Rosé antes de desaparecer en el cuarto de baño.
Una ducha rápida después, se anudó una toalla a la cintura y salió del baño.
Rosé y Doyoung se habían ido. Taennie estaba de pie junto a la ventana, mirando al patio trasero.
JaeHyun se detuvo, frunciendo el ceño al notar la tensión en los hombros de Taennie.
—¿Taennie?
Su amigo se dio vuelta y la expresión en su rostro no hizo nada por calmar la aprensión de JaeHyun.
—Necesitamos hablar. JaeHyun se echó a reír.
—¿Estas terminando conmigo?
Taennie no sonrió. En todo caso, el aspecto sombrío en sus ojos se intensificó.
—Yo —dijo antes de eludir su mirada—.. por favor, vístete primero.
Frunciendo más el ceño, JaeHyun se puso rápidamente unos pantalones de chándal y una camiseta. ¿Qué estaba haciendo Taennie aquí a estas horas? JaeHyun podría tener el día libre, pero Taennie definitivamente no lo hacía.
—¿Y bien? —dijo cuando estuvo completamente vestido.
—Te he estado mintiendo en algo —dijo Taennie. JaeHyun dejó escapar una risa áspera.
—Sabes que esto no es mejor que el "tenemos que hablar", ¿verdad?
Una sonrisa débil curvó los labios de Taennie por un momento.
—Lo sé. Y lo siento.
—¿Por mentirme? —dijo JaeHyun.
—Por mentirte y por lo que estoy a punto de decirte.
JaeHyun metió sus manos cerradas en puño a los bolsillos del pantalón.
—Disculparte antes de decirme por qué estás pidiendo perdón es bajo. Sólo escúpelo.
Taennie atrapó su labio inferior entre los dientes.
—Yo...
—Sólo escúpelo, Taennie —JaeHyun dijo con irritación, el temor asentándose en sus entrañas— ¿Estás enfermo? ¿Es algo serio?
Taennie parpadeó.
—¿Qué? ¡No!
JaeHyun exhaló.
—Entonces, ¿qué es, pendejo? Me asustaste a cagar.
Taennie volvió a morderse el labio.
—Sabes que te amo —dijo torpemente. JaeHyun suspiró.
—Te amo también, amigo. Así que, ¿qué es?
Frunciendo los labios, Taennie apartó la mirada antes de mirar a JaeHyun directamente a los ojos.
—No, yo te amo.
Las entrañas de JaeHyun se anudaron, fuerte. Taennie no podría querer decir... eso.
Pero cuanto más miraba a Taennie, que se veía sumamente pálido y muy valiente, cualquier esperanza de que quisiera decir alguna otra cosa, desapareció.
Con la mandíbula apretada, JaeHyun volteó la cara, tratando de ordenar sus caóticos pensamientos de alguna forma. Lo último que Taennie necesitaba en ese momento era notar lo mucho que sus palabras lo habían asustado. Sin embargo, si era honesto consigo mismo, había una parte de él que no estaba tan sorprendida. Luego de esa noche hace varias semanas, luego de la incontenible necesidad tras los besos de Taennie, luego de las palabras abatidas de Taennie al final, la idea había pasado por la cabeza de JaeHyun una o dos veces. La había descartado como ridícula en ese momento.
Todavía parecía ridícula. Taennie era Taennie, por el amor de Dios. Su mejor amigo. Alguien a quien siempre había considerado como a un hermanito que necesitaba su protección. No se suponía que Taennie quisiera eso de él.
—Di algo —dijo Taennie con voz áspera. JaeHyun se obligó a mirarlo.
—Por el amor de Dios, deja de mirarme como si estuviera a punto de sacarte a patadas.
Su tono duro no hizo nada por borrar el miedo y la miseria en el rostro de Taennie. Los ojos aguamarina se abrieron amplios. Taennie dio un paso atrás.
—Lo siento —JaeHyun dijo, en un tono más suave, pasándose una mano por el pelo con frustración— No estoy enojado...no contigo—Estaba enojado con toda la situación. Y estaba enfadado consigo mismo. ¿Cómo podría haber sido tan ciego? Ahora que lo sabía, mirando retrospectivamente, podía ver las pequeñas inconsistencias en el comportamiento de Taennie.
Taennie lo deseaba. Taennie estaba enamorado de él.
Taennie era miserable por ello.
Por su culpa.
JaeHyun tenía la necesidad de golpear algo. Pero no había nada que golpear. No era una situación con una solución simple. No podía decirle a Taennie que todo iba a estar bien. No podía hacer nada para que estuviera bien. Era heterosexual. Tenía una novia increíble con quien era feliz. Realmente no veía a Taennie de esa forma en absoluto.
No había nada que pudiera hacer por Taennie.
—¿Estás seguro? —dijo JaeHyun, su voz áspera como papel de lija. Esto era lo peor que podría sucederles a ellos.
—Sí —dijo Taennie, apenas audible— Por favor, no me odies.
Jurando entre dientes, JaeHyun cerró la distancia entre ellos y envolvió a Taennie en un fuerte abrazo.
—Yo no te odio, malcriado —dijo, hundiendo la nariz en el pelo de Taennie— No vuelvas a pensar eso.
—Lo lamento —susurró Taennie— La cagué. No era mi intención... sólo pasó.
JaeHyun se apartó un poco para mirarlo a los ojos.
—No te atrevas a culparte a ti mismo por amar a alguien — forzó una sonrisa burlona— Nadie puede culparte por tu excelente gusto.
El fantasma de una sonrisa se dibujó en los labios de Taennie, pero su mirada estaba medio nublada en el mejor de los casos. Sus ojos aún estaban brillantes, su rostro muy pálido. El saber que fue él, quien había causado esa mirada en el rostro de Taennie lo hizo sentirse enfermo del estómago.
Agarrando su mandíbula, JaeHyun acunó el rostro de Taennie en sus manos.
—Escucha —dijo, sosteniendo la mirada de Taennie con atención— Te prometo que voy a hacer todo lo posible para solucionar este problema. Si tú quieres, te encontraré el mejor novio del mundo. Alguien de quien puedas enamorarte y ser feliz por ello. ¿Qué te parece, mmm?
La sonrisa que Taennie le dio era un poco temblorosa.
JaeHyun se dijo que era mejor que nada.
—No tienes que hacer nada —dijo Taennie— No te dije esto porque esperara que hicieras algo—Taennie sonrió más brillantemente— No es tu culpa que yo sea un idiota. Estaré bien...
—Basta —dijo JaeHyun— No pretendas que está bien.
—No lo está —dijo Taennie. Sonriéndole a JaeHyun, de forma inestable, como si no tuviera idea de lo que esa sonrisa le estaba haciendo a él— No lo está. Pero no soy la primera ni la última persona en el mundo en amar a alguien que no puedo tener. No estoy seguro de que esperaba cuando decidí decírtelo. Pero no esperaba nada de ti. Sé que no me amas de esa manera. Sé que la amas y que eres feliz con ella —Los ojos de Taennie estaban un poco demasiado brillantes— Nada tiene que cambiar. Sólo... sólo no esperes que yo sea tu padrino cuando te cases con ella, ¿de acuerdo? No puedo hacerlo, ni siquiera por ti.
JaeHyun sintió como si el suelo se moviera bajo sus pies. Sólo podía ver a Taennie mentir una vez más sobre que estaría bien, forzar otra sonrisa y salir. JaeHyun se quedó de pie, inmóvil, un ácido batiéndose profundo en la boca de su estómago, y luchó contra el impulso de vomitar y romper algo.
Más tarde esa noche, no hizo el amor con Rosé. Se la cogió, duro y áspero, derramando toda su frustración y enojo, la forzada y temblorosa sonrisa de Taennie ante sus ojos. Cuando ella acabó, gimiendo y temblando a su alrededor, él se retiró, se levantó de la cama y se fue al baño.
Se quedó mirando su cuerpo desnudo en el espejo, el pecho agitado y la polla dura. Pensó en todas las veces que había sin pensar, sin saberlo, dañado a Taennie, alardeando de lo feliz que era con Rosé.
En todas esas veces, en que dijo a Taennie que amaba a Rosé. En todas esas veces que besó a Rosé frente a él. En todas esas brillantes sonrisas que Taennie le dio después.
JaeHyun ledio un puñetazo al espejo.
Bromance: El término bromance (acrónimo de las palabras brother, hermano en inglés, y romance) es una forma de referirse a un vínculo afectivo intenso, no—sexual, entre hombres. Estas relaciones suponen un mayor vínculo afectivo y emocional que el de la tradicional amistad.
Capítulo 9
A veces, Taeyong no sabía si haberle contado a JaeHyun sobre sus sentimientos había hecho que todo fuera mejor o peor. Era mejor en el sentido de que no tenía que estar mintiendo todo el tiempo y pretendiendo ser feliz mientras que se sentía como una mierda. Era mejor en el sentido de que JaeHyun había dejado de hacer alarde sobre lo feliz que era con Rosé.
Pero en otros aspectos, era mucho, mucho peor. Porque podía sentir la piedad de JaeHyun, la culpa de JaeHyun, el esfuerzo que JaeHyun hacía para que su relación no fuera diferente a la de antes. Y era jodidamente horrible.
A veces Taeyong se sentía con ganas de gritarle a JaeHyun que no necesitaba de su compasión, que no era un frágil jarrón que se rompería con cualquier mención de Rosé. Otras veces apenas podía evitar besar a JaeHyun, porque era tan condenadamente bueno para él, siempre sobreprotector, queriendo proteger a Taennie de cualquier dolor y daño, incluso si era él quien últimamente lo hería.
—¿Soy yo, o JaeHyun está jugando al casamentero? —dijo YangYang, apartándolo de sus pensamientos.
Taeyong suspiró. Este fue otro cambio a peor: JaeHyun estaba decidido a encontrar un novio que haría a Taeyong olvidar todo sobre él. En las últimas semanas desde que le había contado todo a JaeHyun, este hizo de todo para forzarlo a dejar a Hendery, sabiendo que a Taeyong él no le importaba, y lo empujó hacia tres tíos diferentes, todos ellos escogidos por la mano de JaeHyun. YangYang fue el cuarto suertudo.
Taeyong levantó la mirada de su cerveza para mirar a YangYang por sobre la mesa. A diferencia de sus predecesores, YangYang era en realidad un chico al que conocía muy bien y le gustaba. Taeyong lo consideraba un amigo cercano —no tan cercano como JaeHyun, por supuesto, pero aún así. Él y YangYang habían compartido el mismo círculo de conocidos durante tanto tiempo como podía recordar. Como los únicos herederos de sus respectivas familias, obscenamente ricas, se entendían bien. YangYang era el "chico dulce" al que Jisoo se había referido cuando acusó al padre de YangYang de ser un criminal. Lo que Jisoo no sabía era que YangYang era gay y estaba profundamente enterrado en el armario, al igual que su hijo —lo cual era algo que ella también desconocía. YangYang era la única persona que había sabido que él era gay desde hace años.
—Sí —admitió Taeyong con una mueca— Solo ignóralo, ¿de acuerdo? Sigo diciéndole que deje arrojarme tipos, pero conoces a JaeHyun. Si pone su mente en algo, nada puede pararlo. Está decidido a encontrarme el novio perfecto.
Las doradas cejas de YangYang se elevaron.
—Supongo que debería sentirme halagado de que me escogiera como candidato, entonces.
Taeyong le sonrió.
—JaeHyun puede ser hétero, pero no es ciego —YangYang sin duda era digno de verse.
Incluso dejando su enorme herencia de lado, era un buen partido. Tenía el cabello rubio oscuro, profundos ojos color chocolate, la estructura ósea perfecta, y una piel impecable. La única imperfección era su boca, que parecía demasiado grande para su cara, el labio superior más lleno que el de abajo. YangYang era un par de pulgadas más bajo y de construcción más ligera que Taeyong, pero muy en forma. Él se veía bien y lo sabía.
—Muchas gracias —dijo YangYang, guiñándole un ojo— tú no estás tan mal tampoco.
No era de extrañar que JaeHyun confundiera su flirteo inocente por algo que no era. Siendo hétero, JaeHyun probablemente no podía ver que no había verdadera química entre Taeyong y YangYang. Habían sido el primer beso uno del otro, pero nunca habían estado demasiado atraídos el uno por el otro, incluso cuando eran adolescentes atestados de hormonas.
—No soy lo suficientemente 'malo' para ti —dijo Taeyong con una suave risa. La debilidad de YangYang por los chicos malos estaba bien documentada.
YangYang se quejó.
—No los elijo a propósito. Solo pasa.
—Si seguro. Lo que tú digas —Taeyong sacó su teléfono y envió un texto rápido a JaeHyun.
No puedes estar orinando durante una hora. Si piensas que estás siendo sutil, no lo eres.
JaeHyun regresó a su aislado rincón del pub cinco minutos más tarde y en realidad tuvo los nervios para mostrarse disgustado cuando vio lo alejados que Taeyong y YangYang estaban sentados.
Echando una mirada a su cara, YangYang comenzó a reírse.
—Estabas en el pub de enfrente, ¿verdad?
JaeHyun ni siquiera esbozó una sonrisa. Taeyong había notado que su estado de ánimo iba empeorando con el continuo fracaso en sus esfuerzos de emparejamiento. Taeyong no estaba seguro de qué pensar sobre eso: él aún intentaba no ser demasiado obvio acerca de sus sentimientos con el fin de hacer sentir más cómodo a JaeHyun, pero el humor de JaeHyun parecía estar oscureciéndose independientemente de ello. Taeyong incluso había tratado de fingir estar enamorado del anterior tipo que JaeHyun le había empujado encima, pero JaeHyun había visto a través de su mierda de inmediato y habían tenido una gran y fea pelea. Parecía que iban a tener otra esta noche.
Suspirando, Taeyong decidió que mejor deberían ir a algún sitio privado antes. Dio sus excusas mientras que JaeHyun se quedó en silencio y con cara de piedra a su lado. Dejaron el pub en silencio.
Taeyong condujo mientras que JaeHyun miraba por la ventana lateral. Dios, el silencio entre ellos nunca se había sentido tan incómodo y sofocante.
Entraron en el piso de JaeHyun aún en silencio. Taeyong se sentó en el sofá.
JaeHyun se sentó junto a él.
Ninguno de los dos miró al otro y no hablaron por un largo rato.
—No está funcionando, ¿verdad? —Finalmente, JaeHyun dijo con voz apagada.
Taeyong bajó la mirada hacia sus manos.
—No.
No estaba seguro sobre que estaban hablando: los emparejamientos de JaeHyun o el hecho de que su relación se desmoronaba lentamente a pesar de sus mejores esfuerzos. Tal vez de ambos.
Con los ojos irritados, Taeyong se mordió el interior de la mejilla. ¿Así era como estaba destinado a terminar? ¿Ambos cada vez más y más frustrados con el otro, porque no eran capaces de dejarlo ir cuando deberían hacerlo? Una amistad con uno de los amigos enamorado unilateralmente del otro nunca podría funcionar.
Nunca podría durar. Esto era lo que había querido decir Doyoung. Él tenía razón.
—Esto no tiene sentido —susurró— Deberíamos sólo...
Escuchó a JaeHyun tomar una respiración inestable antes de repentinamente tener el brazo de JaeHyun a su alrededor. La nariz de JaeHyun presionada contra su sien.
—No —dijo JaeHyun, la ira y la frustración evidentes en su voz—No, Taennie.
Taeyong cerró los ojos y se preguntó por qué las cosas no podrían ser más simples.
—Tal vez sería lo mejor —dijo a través del nudo en su garganta— Antes de que empecemos a odiarnos uno al otro.
—No —JaeHyun mordió, su caliente aliento en la mejilla de Taeyong.
Se estremeció.
—JaeHyun...
—Dije que no —El humor en la voz de JaeHyun no podría haber sido más forzado cuando dijo— Odiaría tener que entrenar un nuevo mejor amigo después de perder tantos años en ti.
—JaeHyun...
—No —JaeHyun acarició su mejilla, y cuando habló, no había nada más que cruda honestidad en su voz— Sabes que te amo, ¿verdad?
Taeyong se quedó frente a él, sin verlo. Dios, ¿no se daba cuenta JaeHyun de cuanto peor sus palabras lo hacían sentir? Era como ver la tentadora imagen de lo que podría—haber— sido—si las cosas hubieran sido sólo un poco diferentes, si sólo JaeHyun hubiera sido aunque sea un poquito bi—curioso. Sabía que JaeHyun estaba tan apegado a él como él lo estaba a JaeHyun. La única diferencia entre ellos era su sexualidad: mientras que su apego había mutado a una forma sexual, romántica, JaeHyun se mantenía en lo platónico y fraternal — pero eso no significaba que fuera más débil o menos intensa.
—JaeHyun —intentó, pero su amigo lo interrumpió de nuevo.
—Te amo, mocoso —JaeHyun dijo con dureza, su barba haciendo a Taennie temblar— No voy a dejar que esto nos joda. No voy a renunciar a ti —Su brazo apretó en los hombros de Taennie. JaeHyun rió brevemente— No sé cómo mierda— los labios de JaeHyun rozaron su mandíbula y Taeyong se oyó a sí mismo haciendo un pequeño sonido: un gemido.
Ambos se quedaron inmóviles.
Mierda. Cuan jodidamente mortificante.
—¿Esto te está encendiendo? —JaeHyun dijo en tono neutro, como si estuviera hablando del tiempo.
Taeyong dejó escapar una risa incómoda.
—Estoy acostumbrado a ello. Careces del sentido de espacio personal. En este punto, Spock estaría celoso de mi auto—control.
—Geek —JaeHyun dijo, con voz llena de afecto— Tú y tus oscuras referencias a la ciencia ficción. ¿Alguien incluso sigue viendo Star Trek actualmente? —y él lo besó en la mandíbula nuevamente.
Taeyong apretó los dientes.
—¿Te das cuenta de que besar mi cara no es una cosa muy heterosexual de hacer?
—¿Alguna vez me importó esa mierda?
No, y eso fue los que nos metió en este predicamento en primer lugar.
—Tal vezdeberías —dijo Taeyong escuetamente— Será mejor que lo dejes si no quieresacabar con mi lengua en la boca.
—He estado allí y hecho eso —dijo JaeHyun con una sonrisa— Espera, ¿estabas fingiendo ser un mal besador para lograr que te besara? Eso fue muy pervertido de tu parte.
Taeyong le dio un puñetazo en el abdomen, pero JaeHyun no se inmutó, sonriendo contra su mejilla.
—Estás ruborizado, osito Taennie. Realmente lo hiciste, ¿verdad?
—Estaba borracho —dijo Taeyong, mirando hacia abajo a sus manos y tratando de ignorar la proximidad enloquecedora de JaeHyun— Mi control se vio comprometido.
El medio esperaba que JaeHyun se burlara de él por citar a Spock nuevamente, pero pudo sentir la sonrisa de JaeHyun desvanecerse.
—Siempre has mantenido la guardia en alto a mi alrededor — dijo JaeHyun sin ninguna inflexión en la voz—Y nunca me di cuenta.
Taeyong hizo una mueca.
—Tenía que hacerlo. O habría estado molestándote a cada rato.
JaeHyun se quedó en silencio, su cálido aliento cepillando el oído de Taeyong. Dios. Cuando JaeHyun estaba tan cerca, todo lo que quería era meterse en su regazo, desgarrar su ropa y...Joder, debía tener algo de control. No estaba borracho ahora. No tenía ninguna excusa ahora.
—Taennie —dijo JaeHyun— No me importa una mierda. Moléstame... no me importa un carajo. Prefiero eso a tenerte constantemente en guardia a mi alrededor.
Una breve risa escapó de los labios de Taeyong.
—Aprecio el sentimiento, pero no tienes idea de lo que estás hablando.
Era el turno de JaeHyun de reír.
—¿Ni idea? Por favor. No soy el que ha besado a tres personas en su vida.
—Todavía no lo entiendes.
—Lo hago, estúpido.
Con un suspiro de frustración, Taeyong volteó la cabeza y golpeó sus labios juntos. Estaba destinado a ser una lección para JaeHyun, pero él no estaba preparado para cuanto lo sacudiría. Un roto, desesperado, gemido se arrancó de su garganta y él hundió su lengua en la boca de JaeHyun, encontró la lengua de JaeHyun y la chupó, codiciosamente, hambrientamente, demasiado hambriento. Se sentía como si hubiera estado sediento por siglos, por millones de años, y Dios, Dios —Gimió, chupando la lengua de JaeHyun más profundamente en su boca, temblando de deseo— literalmente temblando. Cuando los brazos de JaeHyun se envolvieron apretados a su alrededor, Taennie se perdió por completo, arrastrándose al regazo de JaeHyun y frotándose contra él como un gato en celo. Una pequeña, distante parte de él estaba horrorizada...
JaeHyun debería estar molesto —pero no podía parar. Necesitaba esto, lo necesitaba a él; había estado hambriento por él durante años y años y años. Dolía. De hecho dolía, sus testículos apretados y doloridos, su polla tan dura que no podía pensar con claridad, todos esos años de deseo reprimido finalmente liberados, como un dique roto, desatado e imparable. Un medio gemido, medio sollozo de frustración se escapó de él cuando se obligó a parar y respirar. Estaba temblando en los brazos de JaeHyun, literalmente temblando, incapaz de calmarse. Él quería. Dios, él lo quería.
—Jesús, Taennie —dijo JaeHyun, sosteniéndolo cerca con un brazo mientras que el otro —la otra mano presionaba entre las piernas de Taeyong. Taeyong se encogió con todo su cuerpo, sus ojos vidriosos ampliándose, mientras intentaba enfocarlos en el rostro de JaeHyun.
—¿Qué estás haciendo?
Con la mandíbula apretada, JaeHyun ignoró sus protestas a medias y abrió la cremallera de sus pantalones con rapidez. Cuando la mano de JaeHyun se envolvió alrededor de su hinchada polla —joderjoderjoder—todo pensamiento racional y cualquier protesta restante cayeron. Con un largo gemido, Taeyong hundió el rostro en el cuello de JaeHyun y sólo podía aferrarse mientras que JaeHyun comenzó a acariciarlo, torpemente al principio, luego con más confianza, con más fuerza, apretándolo lo justo, y joder. Este era JaeHyun, su JaeHyun, su...
Taeyong enterró sus dientes en el cuello de JaeHyun, necesitando tener su boca sobre JaeHyun, necesitando probarlo, y deseando amortiguar los vergonzosos sonidos inhumanos que estaba haciendo —gemidos que harían a cualquier puta sentirse orgullosa. No podía controlarlos en lo absoluto. Fue un placer tan intenso que lo partiría moverse, y Taeyong no pudo evitar tratar de permanecer quieto con total falta de pericia.
—Sí, así —dijo JaeHyun, acariciando a lo largo de la espalda de Taeyong con una mano mientras que su mano derecha continuaba bombeando la dura polla de Taeyong, casi brutalmente, su agarre perfecto, simplemente perfecto, y la cabeza de Taeyong estaba dando vueltas, pero él no podía —no podía...
—Vamos —JaeHyun murmuró al oído de Taeyong, con su aliento caliente. Su mano apretó la goteante polla de Taeyong, con fuerza— Vamos, Taennie. Lo necesitas. Déjame cuidarte.
Las palabras lo sacudieron en un estremecimiento, y Taennie se arqueó, echó la cabeza hacia atrás, y se estaba corriendo, con la boca abierta en un gemido silencioso, la mano de JaeHyun alrededor de su polla, todo completamente en blanco detrás de sus párpados, dentro de su cabeza: tembloroso y cegadoramente en blanco. Ola tras ola tras ola, con la mente en blanco.
Dios. Dios.
Luego de lo que pareció una pequeña eternidad, podía pensar de nuevo. Podía ver de nuevo.
Y vio a JaeHyun mirándolo con la expresión más extraña.
Pero pronto, la expresión rara se había ido. JaeHyun le sonrió con malicia.
—¿Te sientes mejor ahora?
Gimiendo, Taeyong se cubrió la cara con las manos.
—Que alguien me mate ahora.
JaeHyun se rió entre dientes.
—No antes de que me traigas algo para limpiar este desastre.
Taeyong se asomó por entre los dedos y sintió calentarse hasta sus oídos cuando vio a JaeHyun estudiando su propia mano —la mano cubierta del semen de Taeyong— con un aspecto sorprendido.
Luego se dio cuenta de que todavía estaba sentado en el regazo de JaeHyun con su polla afuera. Sus mejillas ardían, Taeyong se soltó para meter su polla de nuevo en sus pantalones, saltó del regazo de JaeHyun, y fue directo hacia el baño.
Una vez allí, se inclinó sobre el fregadero y se quedó mirando su propia cara enrojecida en el espejo, respirando como si acabara de correr una maratón.
Mierda.
¿Que había hecho? ¿Y ahora qué?
No supo cuánto tiempo estuvo allí cuando hubo un golpe en la puerta. Antes de que pudiera reaccionar, se abrió.
—¿Terminaste de enloquecer y culparte a ti mismo? — dijo JaeHyun, caminando y lavándose las manos —sus dedos largos y fuertes que estuvieron envueltos alrededor de la polla de Taeyong hace unos minutos.
Secándose las manos con una toalla, JaeHyun lo miró.
—Nunca te he visto alcanzar ese tono de sonrojo.
Había una leve marca en el cuello de JaeHyun, de los dientes y labios de Taeyong.
—Me tengo que ir —dijo Taeyong, dando la vuelta con rapidez y saliendo del cuarto de baño.
—Taennie.
Taeyong tomó una profunda respiración y se volvió hacia él de nuevo.
JaeHyun se acercó y lo miró detenidamente.
—¿Estás avergonzado?
—¿Qué crees? —dijo Taeyong con una risa incómoda.
—¿Estás avergonzado? —JaeHyun repitió, su tono tranquilo y firme. Su rostro no delataba nada.
—Por supuesto que sí —dijo Taeyong— Estoy jodidamente mortificado. Abusé de ti.
La mirada que JaeHyun le dio lo hizo sentir un idiota.
—No me siento abusado. Podría haberte detenido en cualquier momento. No me obligaste a poner mi mano en tu polla. Si yo no estoy enloqueciendo, seguro que tu no deberías hacerlo.
Los labios de Taeyong se torcieron en una media mueca, media sonrisa.
—No pretendas que esto no te incómoda para nada. No voy a creerte.
Los verdes ojos de JaeHyun brillaban con diversión.
—Fue... interesante. Diferente, pero familiar —Se encogió de hombros— ¿Qué es algo de ayuda entre amigos? —sonrió un poco—Y fue halagador como el infierno.
—Realmente, realmente te odio —dijo Taeyong.
La sonrisa de JaeHyun desapareció, su cara conocedora.
—Deja de enloquecerte —dijo con firmeza, poniendo una mano sobre el hombro de Taeyong y apretándolo— Sí, fue un poco extraño, pero no fue la gran cosa. Realmente —miró a Taeyong a los ojos— Sé lo que estás pensando, pero no fue lástima ni un favor. No puedo verte sufrir y no hacer nada. Nunca pude. Sé que odias ser mimado, pero siempre me sentí como... como que necesito cuidar de ti. Y cuando no puedo, me come jodidamente por dentro, Taennie —Los labios de JaeHyun se adelgazaron por un momento— Todas estas semanas, me he sentido jodidamente inútil, porque no podía hacer nada.
Taeyong se lamió los labios. Por supuesto que conocía la necesidad de JaeHyun por protegerlo. Había sido así desde el principio de su amistad. Cuando era un niño, Taeyong había estado bastante desconcertado sobre el mundo real fuera de las enormes mansiones. JaeHyun le había enseñado cosas que necesitaba saber —cómo lanzar un buen golpe, cómo pasar por un niño normal y sobrevivir en los barrios ásperos— y siempre había actuado protector con él, aunque no en la molesta forma en que la madre de Taeyong lo hacía. JaeHyun generalmente tendía a contenerse, confiando en él para cometer sus propios pequeños errores y aprender de ellos, pero cuando importaba, JaeHyun siempre estaba allí, listo para atraparlo si se caía. Taeyong había tenido por mucho tiempo la sospecha de que JaeHyun realmente disfrutaba tirarse y salvar el día, sabiendo que probablemente JaeHyun contenía sus instintos de protección sólo porque sabía lo mucho que a Taeyong le desagradaba la sobreprotección de su madre. Lo que JaeHyun no sabía —y Taeyong no tenía ninguna intención de iluminarlo al respecto— era lo mucho que le encantaba cuando JaeHyun era quien estaba siendo sobreprotector con él. Que abrigaba una parte de él que se sentía como si fuera de JaeHyun, lo cual era... bueno, posiblemente no una forma muy saludable de pensar sobre uno mismo.
Taeyong sonrió irónicamente.
—Lo entiendo, pero eso es llevarlo un poco demasiado lejos— Se aclaró la garganta— De todos modos, sólo quería darte una lección y me dejé llevar un poco —Ese fue probablemente el eufemismo del siglo— Nunca va a pasar de nuevo, así que supongo que no importa. Vamos a pretender que nunca ocurrió. Olvidémonos de esto.
Una expresión que no pudo leer pasó por los ojos de JaeHyun. JaeHyun lo estudió por un momento antes de asentir y guiarlo fuera del cuarto de baño.
—Vamos.
Cuando Taeyongmiró de reojo a JaeHyun, no vio nada más que una firme determinación yresolución en conjunto con su esculpida mandíbula.
Spock: el Señor Spock de la saga Star Trek (Viaje a las estrellas) es medio Vulcano y medio Humano; por lo que sufre un conflicto entre la razón y la lógica de su mitad vulcana y la emoción y la intuición de su mitad humana. Para los cánones humanos, sin embargo, es indudablemente lógico y extremadamente frío para afrontar el peligro... etc.
Capítulo 10
El rosto de Rosé parecía aún más hermoso cuando dormía, su largo cabello claro desparramado en la almohada y su espalda.
La mirada de JaeHyun viajó por su espalda desnuda hacia sus pálidas nalgas sin defectos y sus largas piernas.
Se veía tranquila, un aire de satisfacción sobre ella luego del sexo.
Él debería sentirse igualmente satisfecho. Pero no lo estaba.
— Vamos a pretender que nunca ocurrió — las palabras de Taennie resonaban en su mente— Olvidémonos de esto.
Los labios de JaeHyun se contrajeron. Como si fuera probable que se olvidara de Taennie volviéndose un estremecido desastre de deseo sobre su regazo. La fuerza pura de ese deseo, esa necesidad, había sido asombrosa. Había parecido incluso doloroso. Pese a haber sabido por semanas que Taennie lo quería de ese modo, estaba el saber, y luego estaba el saber. Saber racionalmente que Taennie lo deseaba era una cosa; habiendo visto la cara enrojecida, eufórica de Taennie después de correrse —después de que él lo había hecho correrse— era completamente otra.
No sabía por qué no podía dejar de pensar en ello. No sabía por qué estaba francamente obsesionando con ello. Había hecho a un sinnúmero de mujeres correrse. Pero Taennie... ver esa mirada en la cara de Taennie lo golpeó de forma inesperada. Lo hacía sentirse incómodo, porque era algo increíblemente privado, algo que sólo se suponía que vieran los amantes, pero al mismo tiempo... le había gustado. Le había jodidamente gustado. Esa mirada obnubilada en el rostro de Taennie presionó algunos botones extraños, retorcidos, profundamente enterrados en él que ni siquiera había sabido que tenía. Tal vez le había gustado porque fue tan increíblemente íntimo. JaeHyun sabía que era un egoísta bastardo cuando se trataba de Taennie: siempre quería saber todo de él, cada uno de sus pensamientos y cada emoción.
Eso aún no explicaba por qué todavía estaba pensando en ello mientras que estaba en la cama con la mujer que amaba.
Suspirando, JaeHyun estiró la espalda y cerró los ojos.
No fue como si repentinamente notara a Taennie de ese modo. No lo fue. Aunque nunca se lo admitiría a Taennie, JaeHyun se había sentido un poco pervertido cuando masturbó a Taennie. Se sintió como si estuviera tocando la polla de su gemelo. Pero la apariencia de felicidad pura y placer en el rostro de Taennie... JaeHyun no podía sacárselo de la mente, sin importar cuánto lo intentara.
Con una chingada.
JaeHyun se frotó la cara. Sólo podía desear que lo que pasó ayer no volviera las cosas tensas entre ellos —más tensas de lo que ya estaban. Porque al fin del día, aún no hallaba una solución para el problema de Taennie. En todo caso, el incidente había hecho evidente lo desesperado de la situación.
Suspiró.
Junto a él, Rosé se movió un poco.
—¿Por qué no estás dormido? —murmuró, poniéndole su mano en el pecho.
—No puedo dormir —dijo, sin abrir los ojos— ¿Sabes cómo es eso, cuando estás preocupado por algo, y te es imposible apagar el cerebro?
—¿Es por Taeyong?
JaeHyun abrió los ojos.
La encontró mirándolo, enroscando distraídamente un mechón de pelo rojo alrededor de su dedo. Era un tono más oscuro que el de Taennie.
—¿Cómo lo supiste?
—Sé que no tienes problemas en el trabajo y nosotros estamos bien, por lo que sólo quedaba Taeyong —Rosé lo miró con curiosidad— No lo he visto por un tiempo, de hecho. Últimamente no me llevas contigo cuando se juntan.
JaeHyun cerró los ojos de nuevo.
—No es mi secreto para contarlo —dijo. No le molestaría decirle a Rosé y pedir su opinión, pero en realidad, no tenía derecho a decirlo. A Taennie no le gustaría que Rosé lo supiera; era demasiado orgulloso para eso. Se sentiría humillado si Rosé lo descubriera.
Por primera vez, se preguntó si Rosé consideraría al incidente de ayer como un engaño si le contara al respecto. Descartó el pensamiento como poco probable. Rosé era muy sensible y comprensiva. Ella lo entendería, probablemente incluso sentiría pena por Taennie. La idea lo horrorizó. No, él no querría que ella lo supiera. La piedad de Rosé destruiría a Taennie.
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo repentinamente con curiosidad pura en la voz.
—Claro —Se preguntaba que estaría haciendo Taennie justo ahora.
—Promete no tomarlo a mal. Es una situación completamente hipotética.
Esperaba que el pequeño idiota no se estuviera culpando a sí mismo por lo que había sucedido ayer. Pero conociendo a Taennie, eso era exactamente lo que estaría haciendo.
—¿JaeHyun?
—Seguro, amor —dijo tardíamente— Lo prometo.
—Si Taeyong fuera mujer, ¿sería tu novia?
JaeHyun abrió los ojos y la miró. Percibiendo que ella no estaba bromeando, echó la cabeza hacia atrás y rió.
—¿Qué clase de pregunta es esa?
Rosé sonrió.
—Una hipotética. Solo imagina a Taeyong como mujer.
—No quiero que Taennie sea mujer —dijo JaeHyun.
—No estoy diciendo eso. Pero sígueme el rollo, por favor.
Riéndose, JaeHyun lo hizo.
Frunció el entrecejo. La mera idea era... extraña. Se imaginó a la versión femenina de Taennie con el pelo más largo y rasgos faciales más suaves —no mucho más suaves, ya que Taennie de por sí era adorable para ser un tipo. Se imaginó a la mujer—Taennie en su regazo, dándole esos necesitados, desvergonzados, besos. Necesitándolo, mojada por él.
—Es una ridiculez —dijo JaeHyun con una corta risita, volteando a mirar la pared y trabando la mirada allí. Mierda.
Qué carajos.
—No eres divertido —dijo Rosé con un suspiro.
Si Taeyong fuera mujer, ¿sería tu novia?
La pregunta de Rosé resonó en sus oídos y la respuesta se arremolinó en su cabeza, confundiéndolo más.
Porque inexplicablemente, la respuesta era sí.
—¿Por qué incluso lo estás preguntando? —JaeHyun logró articular, con su mente acelerada.
Bostezando, Rosé apagó el velador y la habitación se oscureció.
—A veces me pregunto —Ella bostezó de nuevo—..no importa. Buenas noches, bebé.
—Buenas noches.
Cerró los ojos y aspiró aire entre dientes apretados, aún excitado, incrédulo y algo disgustado consigo mismo. Esto era enfermizo. Pensar en su mejor amigo con vagina debería haber sido gracioso, no excitante. Cristo, Taennie era como un hermano para él. ¿Podría el género realmente alterar tanto su percepción sobre él? O... ¿Era su vínculo con Taennie menos platónico de lo que siempre había creído?
JaeHyun descartó esa línea de pensamiento. No. Amaba a Taennie como a un hermano. Ni siquiera podía pensar en Taennie de ese modo —lo hacía sentir profundamente incómodo. Estaba enamorado de Rosé. Solo que el incidente de ayer le había desquiciado la cabeza más de lo que esperaba, haciéndole tener pensamientos extraños y enfocarse en cosas que no debía. No importa que hubiera hecho si el género de Taennie fuera otro. Preguntas hipotéticas del tipo"¿qué pasaría si?" no tenían sentido. Taennie era hombre, y JaeHyun no quería que fuera algo que no era. Sólo quería que su amigo fuera feliz.
No, necesitaba que Taennie fuera feliz.
Porque la verdad era que, sin importar cuanto amara a Rosé, no sabía cómo ser feliz si no lo fuera también Taennie.
Una parte suya lo resentía. Una parte suya estaba irritada por ello.
Pero no podía cambiarlo.
Rosé era su amor, pero ella no podía llenar el lugar en su corazón que había sido ocupado desde que un pálido muchachito, ridículamente elegante, se había pegado a él como si fuera un patito bebé y empezó a perseguirlo por todos lados.
JaeHyun sonrió ante el recuerdo, una oleada de afecto obstruyendo su garganta.
—No voy a defraudarte —susurró en la oscuridad del cuarto. Hallaría una solución. Haría lo imposible por arreglar todo esto.
Cualquier cosa que fuera necesaria.
Capítulo 11
Una semana después, mientras que estaba en la terraza de Taeil con una cerveza en la mano, JaeHyun se preguntó si habría un hombre más jodido en el mundo.
La puerta se abrió detrás de él.
—Vas a resfriarte —dijo Rosé. Por unos segundos hasta que cerró la puerta, pudo oír las risas y voces de su familia. No era ninguna ocasión especial. Solo que los viejos hábitos son difíciles de romper. Cuando se acercaba la Navidad, todos ellos tendían a gravitar entorno a la casa de Taeil. Diciembre era extraoficialmente un mes familiar para el clan Jung.
—Nunca lo hago —dijo JaeHyun antes de tomar otro sorbo—Pero tu deberías volver a entrar. Hace frío.
Envolviendo los brazos alrededor de su cuello, Rosé jaló de él y lo besó en la boca.
—No te quedes mucho tiempo aquí fuera, ¿de acuerdo? Se te van a congelar las bolas. Y eso sería una pena. Estoy bastante encariñada con ellas.
Él rió y le dio una suave nalgada.
—Ve adentro.
Riendo, ella se fue.
JaeHyun regresó a concentrarse en su cerveza y preguntarse qué carajo estaba mal en él.
La puerta de la terraza se abrió y cerró de nuevo.
—Vas a resfriarte —dijo Taennie.
Bajando la botella, JaeHyun volteó la cabeza hacia él. Y sonrió.
—No lo voy a hacer si vienes aquí a calentarme, osito Taennie.
Taennie rodó los ojos, arrugando la nariz adorablemente, pero se acercó y dejó que JaeHyun lo jalara a sus brazos. Se sentía cálido, tan cálido, y olía increíblemente, como todas las cosas favoritas en el mundo de JaeHyun.
JaeHyun enterró su nariz en el pelo de Taennie y dijo:
—Probablemente deberías entrar. Realmente hace frío aquí —No quería que Taennie se fuera.
—Estoy bien —dijo Taennie, reclinándose en el pecho de JaeHyun, buscando su calor.
JaeHyun frotó los brazos de Taennie con sus manos, estaba sólo cubierto por un suave pullover de cachemir.
—¿Seguro no quieres que vaya a buscar tu abrigo?
—No tengo frío, de verdad —dijo Taennie— ¿Por qué te estás escondiendo de todos?
—No me estoy escondiendo.
Taennie no dijo nada por un rato.
Cuando habló, su voz sonó tranquila.
—¿Estás enloqueciendo por lo que pasó?
JaeHyun suspiró.
—Te lo dije: no estoy enloqueciendo por ello —Al menos no por lo que sabía Taennie.
—Correcto —dijo Taennie, con tono escéptico— ¿Entonces, cuál es el problema? Has estado algo extraño desde que...
—¿Desde qué te ayude a liberarte?
Taennie dejó escapar una carcajada.
—Sí. Desde que me ayudaste a liberarme. Si no estás enloqueciendo, ¿por qué has estado viéndome raro?
—¿Lo hice? —dijo JaeHyun, acariciando los brazos de Taennie luego de que una ráfaga de viento helado lo hiciera estremecerse.
—Lo hiciste.
JaeHyun casi se rió. Difícilmente podría decirle a Taennie que cuando lo miraba, seguía rememorando sus espeluznantes fantasías o el modo en que la cara de Taennie se veía luego de correrse. A veces odiaba su cerebro. Toda la semana, había intentado sacar esos extraños pensamientos de su mente, pero como alguien dijo una vez, una vez que se pensó algo, no podía ser des—pensado. No era como si de repente deseara a Taennie o quisiera que fuera una mujer. No lo hacía. Pero el hecho de que un simple cambio de género podría hacerle ver a Taennie de un modo diferente, lo ponía algo incómodo. Lo hacía replantearse cosas sobre sí mismo, su relación con Rosé, y su relación con Taennie.
Pero todo era hipotético. No importaba. No era como si repentinamente se sintiera distinto con Rosé. Él la amaba. Era todo lo que deseaba en una mujer. No tenía motivos para dudar de la profundidad de su relación. Especialmente porque tenía cosas mucho más importantes de las cuales preocuparse.
JaeHyun miró por sobre el hombro de Taennie a las luces de la ciudad fulgurando entre las nubes. Había pensado toda la semana en la situación de Taennie, pero sin importar cuan desesperadamente hubiera exprimido su cerebro buscando una solución, había llegado a la misma conclusión insatisfactoria y frustrante cada vez: no había solución. Él era el motivo de la miseria de Taennie, y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto. Taennie seguiría siendo miserable —hasta que finalmente se cansara y se alejara.
La verdad de ello calaba en él, y los brazos de JaeHyun se apretaron en torno a Taennie. Algo agitaba sus entrañas, un miedo primitivo del tipo que nunca había sentido antes. Trató de reprimir el loco impulso de agarrar a Taennie y encerrarlo en un sitio seguro. Algún lugar al que sólo él tuviera acceso.
Sí. Seguro. Eso no era espeluznante para nada.
—Sí, me estoy volviendo loco, amigo —admitió en voz baja, enterrando el rostro en el cabello de Taennie— Solo que no sobre lo que piensas —apoyó los labios en la nuca de Taennie, arrastrándolos sobre la suave piel de su mejilla.
Taennie se estremeció y se fundió contra él, volteando su cara hacia el contacto.
JaeHyun se quedó quieto. Maldita sea, la reacción de Taennie ante un contacto tan inocente era increíble. Pese a saber que Taennie lo quería de esa forma —Demonios, pese a haber tenido la corrida de Taennie cubriendo su mano hace una semana— todavía lo sorprendía cuan necesitado y maleable se volvía Taennie en sus manos. Era raro, pero halagador, se sentía errado y, sin embargo, aun así empujaba esos extraños botones, retorcidos, que ni siquiera sabía que tenía.
Besó la comisura de la boca de Taennie. Un pequeño gemido escapó de los temblorosos labios de Taennie.
La puta madre.
Volteó a Taennie y lo miró. Jodida Madre de Dios.
Taennie se veía... se veía como si hubiera sido besuqueado intensamente: sus pupilas dilatadas, sus pálidas mejillas sonrojadas, y los labios abiertos. La anhelante, hambrienta mirada que le dio a JaeHyun era francamente descarada y obscena —el tipo de mirada que tendría una puta antes de abrirse de piernas.
JaeHyun se quedó mirándolo.
Taennie cerró los ojos y respiró hondo.
—Yo...¿Por qué lo hiciste? —dijo Taennie antes de abrir los ojos y mirar a JaeHyun.
Esa era una buena pregunta. Detrás de ellos, la puerta se abrió.
—La cena está lista, chicos —dijo Jessica.
—Ya vamos —dijo JaeHyun, poniendo una mano en la espalda de Taennie y guiándolo hacia el interior.
Taennie le lanzó otra mirada fulminante.
—Te pareces a Doyoung cuando estás cabreado —dijo JaeHyun, con el ceño fruncido— Es extraño.
Taennie se alejó pisando fuerte. Jessica levantó las cejas.
—¿Problemas en el paraíso?
JaeHyun suspiró, pasándose las manos por el pelo.
—Sí, se podría decir eso.
Su hermana lo agarró del brazo, sus ojos grises llenos de curiosidad mientras lo miraba.
—¿Quieres hablar de ello?
Él le sonrió con malicia.
—En realidad, no —No tenía ningún sentido incluso en su cabeza. No estaba seguro de por qué había tocado a Taennie de esa forma, luego de que Taennie le pidiera expresamente que no lo hiciera una semana atrás. Fue cruel y completamente innecesario.
¿Qué le pasaba? ¿Estaba tratando inconscientemente de manipular a Taennie? La idea hizo que JaeHyun se sintiera profundamente molesto. Le gustaría pensar que él era mejor que eso, pero considerando sus espeluznantes pensamientos previos sobre encerrar a Taennie, no estaba realmente seguro de serlo.
Cristo.
—Tiene razón en estar enojado conmigo —dijo JaeHyun— Voy a tener que arrastrarme bastante esta vez para que me acepte de nuevo.
Riendo, Jessica sacudió la cabeza.
—Ustedes dos son como un matrimonio de años, sin los beneficios del sexo.
JaeHyun desvió la mirada.
Capítulo 12
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holaa, todavía no hay ningún link verdad, esq no me sale nada ^^'